Introducción
Ningún crimen
grave es tratado más deficientemente por el sistema
de justicia penal que la violación y otros delitos
sexuales. Como defensora, defensor, amistad o familiar de
la víctima, tú podrías ser todo lo que
está entre la desconsideración policial y la
necesidad urgente que las víctimas tienen de protección
y justicia. En ningún otro espacio es tu habilidosa
defensa tan necesaria ni puedes marcar una mayor diferencia
como en éste, tanto para las víctimas individuales
como para sus comunidades.
La buena noticia
es que con algunas sugerencias y unos conocimientos básicos
puedes casi siempre obtener una mejor respuesta de la policía
y a menudo conseguir que una respuesta policial inadecuada
sea corregida. Este texto pretende contribuir a que hagas
exactamente eso. Debería ayudarte no sólo a
apoyar a la víctima durante el proceso sino también
a vigilar y evaluar la respuesta de la policía, prevenir
una conducta policial abusiva e intervenir eficazmente cuando
las cosas no van como deberían.
En primer lugar,
debes comprender el entorno en el cual estás trabajando
y lo que esto significa para tu rol como defensora o defensor:
En las últimas
cuatro décadas, las leyes sobre delitos sexuales han
sido modernizadas. Se han estandarizado las técnicas
de investigación especializada, la policía ha
sido capacitada y vuelta a capacitar y los medios de comunicación
han anunciado los progresos. No obstante, numerosos estudios
tanto en Estados Unidos como en otros países desarrollados
revelan que, incluso hoy día, no más del 2 al
6 por ciento de los violadores pasa algún día
en la cárcel. En lo que concierne a una aplicación
significativa de las leyes sobre delitos sexuales, ha habido
poca o ninguna mejora real en los últimos 40 años.
Antiguas
y nuevas barreras
Las excusas oficiales
dadas para esa marcada discrepancia sólo agregan sal
a la herida. Estos casos, dicen, son “difíciles
de probar”, “de la palabra de él contra
la de ella”, y “las víctimas no cooperan”,
etc.
Sin embargo, un
estudio* de 2010 del Instituto Nacional de Justicia (NIJ)
en el que participaron detectives y agentes de primera línea
de delitos sexuales de múltiples agencias policiales
atribuye la culpa a quien corresponde y confirma la realidad
que la mayoría de defensoras/es ya conoce.
El estudio del
NIJ reveló que, de hecho, la policía ha aprendido
a dar respuestas “políticamente correctas”
pero, tal como lo evidencia el siguiente extracto del estudio,
la mentalidad de la mayoría de agentes aún está
cargada de argumentos contra las víctimas de delitos
sexuales y obstinadamente renuente a cambiar.
Esto es lo que
afirma el resumen del estudio del NIJ:
“...los
hallazgos al aplicar la escala de violación a los
agentes indican que, a pesar de años de capacitación,
una gran cantidad de agentes de policía todavía
tiene actitudes y opiniones que socavan su capacidad de
dar un buen trato a las víctimas de violación.
Los agentes se opusieron casi unánimemente a pasar
a un sistema de investigación y procesamiento de
casos que priorice la protección de las víctimas...
Entre los agentes de policía en este estudio no había
prácticamente ningún interés pero sí
una fuerte resistencia en cuanto a examinar maneras innovadoras
y mejoradas de investigar y manejar los casos de violación.
El tema dominante en las actuales técnicas de investigación
es la suposición de que las víctimas están
mintiendo y el trabajo inicial de los investigadores es
exponer esto”. (el énfasis es nuestro)
** Investigación
policial de la violación—Obstáculos
y soluciones, Contiene un resumen del estudio
y enlace al documento completo (en inglés).
Lo nuevo, entonces,
es que la policía ha aprendido a disfrazar su sexismo
y conducta indebida con retórica tendente a que el
público piense que la policía ha progresado,
cuando ésta en realidad continúa denegando protección
y justica a las víctimas de delitos sexuales. Por un
lado, esa retórica ‘políticamente correcta’
puede a veces hacer más difícil detectar el
abuso policial cuando está ocurriendo y, por otra parte,
el afán de la policía de parecer progresista
respecto a los delitos sexuales puede a menudo utilizarse
para conseguir que se hagan las correcciones necesaria.
Tu rol como defensora
o defensor
No todos los agentes
policiales responden inadecuadamente. Sin embargo, dado que
cada víctima de delitos sexuales tiene el derecho a
protección y justicia y que los intentos policiales
sexistas de desestimar estos casos suele ser más la
norma que la excepción, la naturaleza crítica
de tu trabajo como defensora o defensor es obvia. La víctima
necesita estar preparada para una gama de posibles acciones
por parte de la policía. Éstas deben ser monitorizadas
y evaluadas a cada paso y tú tienes que estar anuente
a intervenir cuando los agentes se salen del rumbo.
En ocasiones puedes
coaccionar a los agentes a que hagan bien las cosas. Otras
veces tienes que aplicar presiones cada vez más fuertes
para abrirte paso por las rigideces y obstáculos policiales.
Pero casi en cualquier caso tu hábil defensa puede
mejorar sustancialmente las respuestas del sistema a las víctimas
de delitos sexuales, ya sea previniendo abusos o respondiendo
rápidamente para que se hagan correcciones.
Sin duda, este
texto no cubrirá cada circunstancia que pudieras encontrar,
pero sí debería darte suficiente orientación
para sentir confianza al defender fuertemente a las víctimas
de delitos sexuales y sus derechos. Naturalmente, se supone
que no emprenderás ninguna acción en nombre
de una víctima sin antes informarla por completo de
sus opciones y asegurar que tus acciones sean siempre conforme
a sus deseos. Si la víctima es menor de edad, se espera
que encuentres maneras apropiadas para trabajar conjuntamente
con la víctima y su madre, padre o tutor/a que le proteja.
Aunque este texto
puede ser útil en casos de trata sexual y explotación
sexual comercial, no cubre las habilidades especiales adicionales
e información necesaria para abogar en ellos. Más
ayuda detallada y listas de recursos para tales casos están
disponibles en, Guía
dirigida a madres, abuelas y otras personas para ayudar a
jóvenes atrapadas en la prostitución o la trata
sexual
Además,
si bien es importante recordar que tanto mujeres como hombres
son víctimas de delitos sexuales, por concordancia
lingüística nos referimos a la víctima
en femenino.
Sugerencias
generales
Este texto se centra
en la defensa de víctimas durante la investigación
policial. Sin embargo, por muy cruciales que la protección
y la justicia son para la víctima, el caso penal en
sí podría no ser exitoso si no están
atendiéndose otras de las necesidades vitales de esa
persona.
De modo que al
mismo tiempo en que estás lidiando con las complejidades
del caso penal, es igualmente importante prestar atención
a que:
-
La víctima
tenga apoyo de sus familiares y amistades. Si ella lo
desea, ayúdala a incorporar a estas personas
en el proceso. Además, debes estar alerta a que
cualquier círculo social que la víctima
comparta con el perpetrador no esté siendo puesto
en contra de ella por el perpetrador y sus amistades,
ya sea en la escuela, el trabajo, la familia, la iglesia
o el vecindario.
-
La vivienda,
el empleo y/o la escuela de la víctima sean espacios
seguros.
-
La víctima
reciba un asesoramiento apropiado que funcione para
ella.
-
La víctima
esté obteniendo una buena comunicación
a todos los niveles y cuente con fuentes de información
adecuadas.
-
La víctima
reciba ayuda para iniciar y mantener un cuaderno de
apuntes. Es muy difícil que las personas traumatizadas
mantengan notas de los detalles, especialmente respecto
a las complejidades de un proceso legal con el que no
están familiarizadas. Ayudar a la víctima
a empezar y mantener un cuaderno contribuye no sólo
a que mantenga notas sino además a recuperar
el control.
- Tú
tengas múltiples formas de contactar a la víctima.
Las víctimas de delitos sexuales suelen mudarse
a otros lugares o se quedan donde amigas/os cuando se
sienten inseguras. Olvidan mantener cargada la batería
de su teléfono celular y pagar las cuentas. A menudo
no tienen despejado su buzón de voz. O simplemente
llegan a paralizarse tanto que no mantienen contacto.
Siempre pregúntale a la víctima si hay alguna
persona con quien probablemente siempre estará
en contacto y si puedes comunicarte con esa persona de
ser necesario.
Cuando
una víctima acude a ti antes de presentar una denuncia
ante la policía
Cuando una víctima
de delitos sexuales acude a ti antes de presentar su denuncia
ante la policía, tienes una oportunidad excelente para
prepararla y prevenir muchos de los escollos que con tanta
frecuencia ocurren al inicio de la investigación policial.
Además, puedes ayudar a hacer arreglos para que una
persona defensora y una amistad de su elección la acompañen.
Puedes explicar el proceso, los problemas comunes que surgen
al principio de éste y los derechos que ella tiene,
así como abordar específicamente sus temores
y preocupaciones.
En suma, cuando
una víctima acude a ti antes de presentar una denuncia
ante la policía, tienes la oportunidad de poner el
caso penal en buen curso.
Por supuesto,
no querrás recargar a una persona con más información
de la que pueda manejar. Como siempre, escucharla atentamente
te ayudará a adecuar la información a lo que
ella más necesite. Pero los siguientes son algunos
puntos a considerar:
a) Explícale
a la víctima que en el manejo que la policía
hará del caso probablemente habrá puntos donde
algún agente sea sexista, crítico, inapropiado
o intente desechar el caso. Dile que las cosas han
mejorado para las víctimas de delitos sexuales pero
definitivamente aún no son perfectas. Si la víctima
siente que ella o el caso no está recibiendo un trato
apropiado, no es su culpa ni es momento para entrar en pánico.
Es hora de pronunciarse y obtener ayuda inmediatamente. Lo
bueno es que, en su mayoría, las respuestas deficientes
de la policía pueden corregirse, sobre todo si son
detectadas a tiempo.
b) Explícale
a la víctima estos obstáculos comunes que ocurren
al inicio en los casos de delitos sexuales. La mayoría
de comisarías no permite que las víctimas de
delitos sexuales hagan una denuncia directamente a un detective,
aunque es probable que sea un detective quien estará
realizando la investigación. Por lo general, a ellas
se les pide que hagan la denuncia primero a un patrullero.
Éste, sin embargo, sólo asentará un reporte
superficial, incluyendo apenas la información básica.
Cuando no se les informa anticipadamente a las víctimas
sobre esto, esa respuesta inicial superficial puede a veces
hacerlas sentir que su caso no está siendo tomado con
toda seriedad.
Después
de hacer un reporte que contiene sólo lo básico,
o durante el proceso de escribirlo, el patrullero usualmente
llamará a un detective de turno para consultarle qué
hacer a continuación. Podría ser que el detective
pida un examen médico de violación, punto en
el cual podría o no reunirse con la víctima
en el hospital para hacerle allí una entrevista a fondo.
Sin embargo, si
no se ordena un examen médico o el detective no se
reúne con la víctima ni la entrevista en el
hospital, a ella generalmente se le pedirá que vuelva
a casa y espere a que un detective la llame en uno o dos días.
Es común que a la víctima no se le dé
el nombre del detective. Esto se debe a que, en ausencia de
un examen médico, por lo general no se asignará
a un detective sino hasta que el patrullero envíe el
caso a la unidad de detectives a la que finalmente se le asigne
el caso. Esto puede tomar uno o dos días, pero no debería
ser más.
Imagina lo atemorizante
que esto es para una víctima que no comprende anticipadamente
este protocolo. Ella acaba de denunciar ante la policía
uno de los peores acontecimientos de su vida. Se le dice que
vuelva a casa y espere la llamada de un detective cuyo nombre
no conoce y ella no sabe cuándo la recibirá.
Tiene miedo, siente angustia y está fuera de sí.
Es muy comprensible que muchas víctimas sientan pánico
cuando se les deja flotando en el limbo.
Estos exasperantes
obstáculos burocráticos de la policía
son imperdonables. Explicarle anticipadamente el protocolo
a la víctima no elimina su exasperación, pero
al menos evita que entre en pánico. Otra cosa que puede
ayudar es darle el número de la unidad de detectives
de modo que ella o tú puedan llamar para averiguar
si el caso ya fue asignado y a quién.
c) Explícale
a la víctima que los sospechosos de delitos sexuales
usualmente no son arrestados de inmediato y esto no significa
que la policía no le cree a ella. Interrogar
y/o arrestar al sospechoso suele ser lo último que
la policía hace en una investigación regular
de un delito sexual. Lamentablemente, a menos que le expliques
a la víctima el retraso usual en estos arrestos, con
frecuencia ella deducirá que la policía no cree
en el caso.
De hecho, si la
policía sale e interroga de inmediato al sospechoso
antes de hacer una investigación minuciosa, esto debería
alertarles a ti y la víctima de que la policía
está desestimando el caso.
d)
Explícale a la víctima la importancia de
decir toda la verdad tan pronto como sea posible. |
Una de las
fallas más comunes y graves en la respuesta de
la policía a los delitos sexuales es que tantos
agentes creen que un porcentaje enormemente exagerado
de víctimas está presentando denuncias
falsas. Tal como asevera la introducción del
estudio del NIJ citado al principio: “El
tema dominante en las actuales técnicas de investigación
[en casos de violación] es la suposición
de que las víctimas están mintiendo y
el trabajo inicial de los investigadores es exponer
esto”.
Lo que empeora
esta situación es el hecho de que, cuando las
víctimas de delitos sexuales acuden a la policía,
su comportamiento suele ser mucho más tentativo
y reservado que el de víctimas de otros crímenes.
Las víctimas de delitos sexuales saben instintivamente
que, de una u otra manera, es probable que serán
juzgadas, culpabilizadas, abochornadas y no se les creerás.
Como resultado de ello, muchas intentan relatar sus
historias evadiendo detalles que ellas piensan que detonarán
esos juicios o incredulidad.
Por supuesto,
el resultado trágicamente predecible es que cuando
los agentes policiales perciben que no están
recibiendo toda la verdad, sacan conclusiones sexistas
de que la víctima podría estar haciendo
una denuncia falsa. Tan pronto como la víctima
percibe esta respuesta crítica de la policía,
se retrae y reserva aún más. El círculo
vicioso se va a pique y a menudo también el caso
va en esa dirección.
A menos
que cambie la mentalidad de la policía, lo cual
obviamente debería ocurrir más temprano
que tarde, la solución inmediata es ayudar a
la víctima a comprender esta dinámica
y luego encontrar maneras de que relate su historia
cómoda y verazmente, y ojalá lo haga desde
la primera vez.
Explícale
este problema a la víctima. Habla con ella de
las cosas sobre las cuales a otras víctimas de
delitos sexuales a menudo se les dificulta hablar: uso
de drogas o alcohol, la cantidad de drogas o alcohol,
haber desobedecido las normas parentales o escolares,
estar fuera de una zona de libertad condicional, ser
infiel, prostitución, actividades ilegales menores,
o simplemente las cosas personales o sexuales usuales
que la gente normal quiere mantener en secreto pero
que casi siempre son parte de la historia de un delito
sexual.
Dile a la
víctima que cualquier parte de su historia que
sea difícil de relatar, al final casi seguramente
saldrá a luz. Dile que la ayudarás a manejar
cualquier consecuencia que pudiera haber y que, aun
si ella estaba haciendo algo ilegal, la policía
casi siempre ignorará un delito menor cuando
la persona es víctima de un delito mayor como
uno de índole sexual.
¡¡¡DI
‘NO’ A LAS PRUEBAS DE POLÍGRAFO!!!
A las víctimas de delitos sexuales no se les
debería pedir someterse a una prueba de polígrafo,
ni ellas acceder a hacerlo si se les pide. Aun así,
muchas comisarías continúan pidiéndoles
rutinariamente a las víctimas que pasen por una
prueba de polígrafo. La víctima debería
negarse a ello. Y tú, quien la defiendes, debes
apoyarla y abogar por su caso ante el agente que haga
esa solicitud y, de ser necesario, incluso ante el jefe
de la policía o el fiscal de distrito.
|
|
Otras cosas
que podría ser útil discutir antes de que la
víctima llame a la policía:
a) La importancia
de que la víctima esté acompañada por
una amistad y una persona defensora en todas las interacciones
con el sistema de justicia. Ofrécele ayudarla a arreglar
esto, ya sea pensando con ella a quién podría
llamar o haciendo tú directamente algunas de las
llamadas para alentar a sus amistades a que ayuden.
b) La importancia
de conseguir que todas las preguntas de la víctima
sean respondidas y de pronunciarse inmediatamente cuando
parece que las cosas no están yendo bien, especialmente
si ella está siendo hostigada por cualquiera.
c) Los derechos
de la víctima: su derecho legal a estar acompañada
por una amistad y una persona defensora durante todo el
proceso; a ser protegida por la policía; a rechazar
algunas partes o la totalidad del examen médico,
en particular pruebas de sangre y orina; a no hablar con
ningún miembro del equipo defensor del perpetrador,
etc.
d) Pruebas y
pistas probatorias: Ayuda a la víctima a empezar
a pensar en las pruebas y pistas probatorias de su caso.
Si está dispuesta, a menudo es muy útil repasar
su historia con ella y señalar los tipos de cosas
que pueden constituir pruebas, un proceso que se detalla
en la sección sobre la entrevista a la víctima.
e) La importancia
y los beneficios de que la víctima mantenga un cuaderno
de apuntes sobre su caso.
f) f) El lenguaje
de la policía: Explícale a la víctima
lo básico del lenguaje policial. Es difícil
pensar en dos estilos de comunicación más
discordantes que el de un agente de policía promedio
y el de las víctimas de delitos sexuales. El estilo
de comunicación policial suele ser autoritario, en
control, endurecido y concreto, mientras que el de una víctima
de delitos sexuales es a menudo temeroso, frágil,
emotivo y fragmentado, lo cual hace que demasiados agentes
simplemente quieran salir de nuevo a las calles lo más
pronto posible para encargarse de ‘crímenes
reales’. Por supuesto, son los agentes quienes deben
cambiar y tienen el deber de responder en forma apropiada,
pero con frecuencia son las víctimas quienes se adaptan
rápidamente cuando se les da con anticipación
una idea de lo que pueden esperar.
Poniendo
la denuncia inicial ante la policía
a) Aun
si ya pasó algún tiempo desde el delito, haz
la llamada inicial a la línea 911 o al despachador
de la policía. Hay varias razones para hacer
la primera llamada a través de la línea 911
o al despachador de la policía. Estas llamadas son
grabadas y conservadas y pueden ser una fuente significativa
de pruebas. Además, si más adelante la policía
justificara su degradación o trato inadecuado del caso
aduciendo que la víctima no reportó una violación,
la grabación del despachador o de la línea 911
será sumamente útil para demostrar lo contrario.
Recuerda que,
en grandes y pequeñas comisarías a lo largo
y ancho del país, literalmente centenares de miles
de casos de violación son desestimados por la policía
exactamente de esta forma; es decir, la policía asienta
el reporte bajo una categoría de crimen más
baja y luego dice que la víctima sólo denunció
un simple ataque o una discusión, no una violación.
Si no sabes el
número de la línea del despachador policial
en tu localidad, simplemente llama a la comisaría y
pregunta cuál es.
Pídele a
la víctima que llame a la línea 911 o al despachador
de la policía y diga exactamente el tipo de crimen
que quiere denunciar. Ayúdala a encontrar las palabras
adecuadas antes de hacer la llamada.
b) Asegura que la víctima esté acompañada
cuando el agente llegue. Siempre repetimos este punto
porque es tan importante. Las víctimas de delitos sexuales
nunca deberían reunirse solas con agentes de la ley
y el orden. Tener compañía previene muchos abusos
de la policía, proporciona testigos de la conducta
de ésta y brinda apoyo a la víctima.
c)
Como ya se mencionó, el agente que se presenta tras
la llamada probablemente hará un reporte superficial,
lo suficiente para establecer el carácter del crimen
antes de que un detective haga la entrevista a fondo. Aun
así, ese agente debe tratar el caso seriamente,
no emitir juicios sobre el caso, llamar a un detective de
turno para determinar cuál será el siguiente
paso y recabar todas las pruebas perecederas.
Si la víctima
presenta la denuncia en un plazo de 72 horas después
del ataque o si hay alguna lesión sexual visible, independientemente
de cuánto tiempo haya transcurrido se debería
ordenar un examen médico forense. Si la víctima
es menor de edad y hubo penetración, se debe ordenar
un examen médico forense sin importar cuánto
tiempo haya pasado.
d) Antes
de retirarse, el agente que se presentó debería
darle a la víctima un número de reporte de crimen
y la categoría del crimen o delito de la investigación.
Si a la víctima no se le da esta información,
tú o ella deberían llamar de inmediato a un
sargento de turno para obtener el número del reporte
y la categoría específica del crimen o delito
que será investigado.
La razón
por la cual es crucialmente importante saber cuál es
la categoría designada del crimen o delito bajo investigación
es que una manera en que las comisarías desestiman
casos de delitos sexuales es ponerlos dentro de una categoría
delictiva más baja.
La categoría
del crimen o delito bajo investigación siempre figura
en la portada del reporte policial. Siendo así, es
información que la policía debe proporcionar
a cualquier persona del público.
Si al caso no
se le ha asignado un número de reporte de crimen o
es asentado bajo una categoría delictiva más
baja que lo que la víctima está denunciando,
ello es un fuerte indicio de que el caso estaría siendo
desechado intencionalmente. Si no puedes corregir esto con
una llamada telefónica, no vaciles en acudir tan pronto
como sea posible al jefe de la policía, al fiscal de
distrito o al concejo municipal. Estos intentos de desestimar
el caso deben ser corregidos inmediatamente.
Recuerda que centenares
de miles de delitos sexuales son desechados de esta manera
por comisarías policiales en todo el país. ¡No
permitas que lo mismo suceda con la víctima a quien
estás defendiendo!
e) El agente
que se presentó tras la llamada también debería
informarle a la víctima lo que sucederá a continuación.
Si no se ha ordenado un examen médico, el reporte inicial
usualmente será enviado a la unidad de detectives donde
se asignará a un detective para que investigue el caso.
Esto podría tomar uno o dos días, pero no más
que eso.
Si pasaran más de dos días antes de que un detective
sea asignado al caso, de nuevo ¡recurre a niveles más
altos inmediatamente! Ésta es otra forma común
en que la policía desecha casos de delitos sexuales:
retrasa el proceso durante días, semanas e incluso
meses, sabiendo que para la mayoría de víctimas
de delitos sexuales es extremadamente difícil quejarse.
Luego la policía trabaja sólo en los raros casos
en que las víctimas sí se quejan. No permitas
que ningún retraso de tiempo hunda el caso de la víctima
o la haga sufrir una exasperación innecesaria. ¡Toma
el teléfono y quéjate!
f) La policía
podría solicitar, o no, que a la víctima se
le haga un examen médico forense de violencia sexual,
comúnmente llamado ‘examen de violación’.
El examen médico forense es un examen de pruebas policiales
y puede ser una fuente valiosa de pruebas físicas en
casos de violencia sexual. Por lo general, estos exámenes
son realizados por una enfermera forense con capacitación
especial en un hospital o una clínica. Usualmente,
cuando se trata de víctimas adultas, si el caso es
reportado en un plazo de 72 horas después del ataque,
la policía debería solicitar el examen. Si hay
lesiones significativas o la víctima es menor de edad,
lo habitual sería ordenar un examen médico forense
aun si la víctima denunció el ataque después
de 72 horas.
Aunque estos exámenes
pueden ser muy importantes para un enjuiciamiento exitoso
en casos de violencia sexual, las víctimas podrían
sentir que son invasivos y deberían saber que no tienen
la obligación de someterse a ellos. Por otro lado,
un dilema completamente diferente puede derivarse del hecho
de que estos exámenes son costosos. La policía
podría no solicitar un examen forense cuando, de hecho,
las circunstancias del caso indican que éste debe realizarse.
Por lo tanto, hay
varios asuntos a los cuales las víctimas y sus defensoras/es
deberían prestar atención en lo concerniente
al examen médico forense:
* Determinar
si la decisión de la policía de solicitar
o no un examen médico forense es la mejor decisión
para el caso.
* Informarle
a la víctima sobre su derecho a que durante todo
el examen la acompañen una persona defensora y una
de apoyo de su elección.
* Informarle
a la víctima que no se le debe cobrar por el examen.
La policía debería pagarlo. (Hoy día,
en casi todos los estados la policía paga automáticamente
estos exámenes.)
* Informarle
a la víctima que tiene derecho a rehusarse ya sea
a la totalidad o una parte del examen. En particular, ella
debería sopesar detenidamente si quiere o no entregar
muestras de sangre y orina al médico forense, ya
que esto dará la policía un acceso ilimitado
de búsqueda y pruebas químicas a su sangre
y orina. La víctima también tiene derecho
a rehusarse a ser examinada por un forense de uno u otro
sexo.
* Aun si la víctima
ya firmó un consentimiento escrito para que le hagan
el examen, en cualquier momento durante éste puede
retractarse simplemente informándole a la persona
examinadora que no quiere que ésta haga x, y o z.
* Si una víctima
ejerce el derecho a rechazar ya sea la totalidad o una parte
del examen, o bajo ciertas circunstancias, la policía
nunca debe amenazarla con no investigar el caso porque ella
no se sometió al examen. Si un agente profiriera
esa amenaza, tú y la víctima deberían
quejarse inmediatamente con el jefe superior del agente.
* Al mismo tiempo,
es importante que la víctima, al tomar sus decisiones,
tenga en cuenta que rehusarse a ser examinada puede significar
la pérdida de pruebas significativas para el caso.
* Después
del examen, la víctima y quien la defiende deben
vigilar detenidamente si el estuche de pruebas de violencia
sexual está siendo o no procesado de manera oportuna.
Esto es muy importante porque en los últimos años
se ha descubierto que literalmente decenas de miles de estuches
de pruebas de violación en todo el país han
sido engavetados en bodegas policiales sin ser procesados.
¡Toma
el teléfono, mantente en contacto con el investigador
y no olvides el correo electrónico! |
.
El solo hecho
de mantenerte en comunicación con el agente investigador
puede a menudo marcar una tremenda diferencia en mejorar
la calidad de la investigación y prevenir que
la policía intente engavetar o desechar el caso.
Simples
llamadas informativas a la policía para mantener
el contacto—por ejemplo, preguntar por el número
del reporte de crimen, la asignación de un detective,
lo que pasará ahora o sencillamente ‘¿cómo
van las cosas?’—hacen mucho más que
sólo brindarte información. Cuando tú—la
defensora o el defensor—haces estas llamadas,
le envías a la policía el fuerte mensaje
de que a alguien le importa la víctima y está
velando por ella y su caso. Cuando es la víctima
quien hace las llamadas, le hace saber a la policía
que no la van a hundir fácilmente.
Así
que durante toda la investigación del caso, toma
el teléfono frecuentemente y alienta a la víctima
a hacer lo mismo. De ser posible, establece una relación
relajada de trabajo con el detective. Expresa entusiasmo
por los progresos realizados. Haz solicitudes de mejoras
en forma apropiada. Y de ser necesario deja muy en claro
que, de una u otra manera, tienes la determinación
suficiente para que se dé un trato adecuado a
la víctima y su caso.
¡No
olvides el correo electrónico! Además
de las obvias conveniencias, la comunicación
por correo electrónico entre las víctimas
de delitos sexuales y la policía tiene ventajas
significativas. En primer lugar mantiene lo que puede
ser un registro muy importante de esos intercambios,
además de ayudar a superar el frecuente choque
de estilos de comunicación entre las víctimas
y la policía. Las palabras escritas tienden a
limar asperezas.
Otra ventaja,
por supuesto, es que el correo electrónico hace
posible tener una comunicación abierta de tres
vías entre el investigador, la víctima
y quien la defiende, como también con todas las
demás personas a quienes la víctima quiera
copiar su mensaje.
. |
|
Si
la víctima ya presentó una denuncia ante la
policía
Si una persona
que te pide ayuda ya presentó una denuncia ante la
policía, podría estar acudiendo a ti simplemente
para buscar servicios adicionales, como asesoramiento u otros
servicios para víctimas. También podría
ser que esté acudiendo ahora a ti pues percibe que
el caso no anda bien. A veces las víctimas te dirán
esto directamente.
Con frecuencia,
sin embargo, cuando una víctima de delitos sexuales
percibe que las cosas no están yendo bien con su caso,
no puede creer que eso esté ocurriendo. Para empezar,
ya es suficientemente difícil denunciar el crimen.
Si las cosas no fueron bien, las víctimas se sienten
ahora tan inseguras de sí mismas, tan en conflicto
y confundidas que se les hace casi imposible cambiar de rumbo
y quejarse sobre la policía.
Además
de sentirse de nuevo traumatizada, la víctima no sabe
exactamente quién eres tú y dónde encajas
en el sistema. Así que empieza por tomarte un tiempo
adicional para generar confianza, explicarle cuál es
tu rol, escuchar y hacerle algunas preguntas básicas.
a) Hazle
a la víctima, o a su madre/padre, preguntas básicas
sobre el estado del caso. a) ¿Cuál
es el número del reporte de crimen? ¿Quién
es el/la detective? ¿Sabe la víctima cómo
comunicarse con él/ella? ¿En qué etapa
del proceso se encuentra el caso? ¿Y qué sucederá
ahora?
Si la víctima
no sabe la respuesta a esas preguntas, dile que no es culpa
suya. Explícale que es deber del investigador asegurar
que la víctima esté informada, particularmente
en casos de delitos sexuales.
b) Si la víctima
no está informada, empieza por tomar el teléfono
y obtener las respuestas llamando a la unidad policial
de delitos sexuales y/o la Fiscalía. El solo hecho
de conseguir esa información suele ser un gran alivio
para la víctima. Explícale cómo vas a
obtener las respuestas de modo que ella sepa hacerlo por sí
misma en cualquier momento futuro. Asegura que tenga por escrito
todos los números de teléfono necesarios.
c) Ahora
puedes empezar desde el inicio, paso a paso, abarcando las
respuestas de la policía y la cronología.
¿Cuáles son las principales preocupaciones de
la víctima? ¿Cómo se sintió respecto
a la respuesta que recibió de la policía? ¿Tomó
la policía seriamente el caso? ¿Dio seguimiento
a las pistas probatorias? ¿Manifestó preocupación
por la seguridad de ella? Hazle comentarios de lo que estás
pensando.
Éste es
un formulario que debería ayudarles a ti y la víctima
a evaluar la investigación del caso: Formulario
para evaluar la respuesta de la policía a la violación
y la violencia sexual
d) Si parece
haber problemas con la manera en que el caso está siendo
manejado, es muy importante asegurarles a las víctimas
que eso no es su culpa ni tiene nada que ver con el caso en
sí. Suele ser de gran ayuda para la víctima
decirle que, en general, la policía no maneja bien
los delitos sexuales y muchas víctimas tienen los mismos
problemas que ella está enfrentando. Al mismo tiempo
dile que, de una u otra forma, los errores probablemente podrán
ser corregidos.
e) Piensen
en opciones para conseguir que los problemas se corrijan.
e) Ver la última sección de este texto. En
situaciones cruciales... cómo hacer que el sistema
funcione adecuadamente
Ir
a la Parte
2 - Abogando por víctimas de delitos sexuales durante
la investigación policial
|