Al leer la siguiente lista, recuerda que estas señales de advertencia pueden indicar o no que una chica está involucrada en la prostitución. Cualquiera de estas señales, o aun todas ellas juntas, no son prueba fehaciente de que la joven está siendo prostituida, pero sí son signos que te advierten que deberías estar alerta a esa posibilidad.
Las señales de advertencia:
¡Tu propia intuición! Si por tu mente pasa la idea de que tu hija podría estar involucrada en la prostitución, no ignores tu intuición. ¡Indaga más en el asunto!
Amistades y personas conocidas de la joven dicen que ella está involucrada en la prostitución. Las y los adolescentes pueden ingeniar muchos rumores malvados y complejos. Al mismo tiempo, con frecuencia pueden ser quienes primero se enteran de que realmente están ocurriendo situaciones de abuso. Si las amistades y personas conocidas de tu hija dicen que ella está siendo prostituida, sin duda alguna es hora de tener conversaciones serias con ellas, sus madres, padres y docentes para averiguar exactamente qué está sucediendo. Y aun cuando fuera sólo un rumor perverso, es necesario que de todos modos involucres a docentes, madres y padres para detenerlo y brindar a las y los jóvenes buena información sobre las realidades de la prostitución.
Tu hija habla de otras chicas que están involucradas en la prostitución. De nuevo, esto no es prueba definitiva de que tu hija esté siendo prostituida. Pero sí es una advertencia. Con frecuencia, las chicas son inicialmente presentadas a proxenetas y clientes por otras jóvenes que ya están involucradas. Recuerda que el principal factor de riesgo para que niñas y niños entren en la prostitución es la presencia de proxenetas y clientes en el vecindario. Si tu hija dice que otras chicas están siendo prostituidas, éste es el momento de hablar con ella e informarla bien sobre las realidades de la prostitución (lee en la Parte 2 las sugerencias sobre cómo hablar con tu hija). También es hora de reunirte con las madres de las otras jóvenes para trabajar con ellas y las escuelas a fin de averiguar qué está ocurriendo, sacar a proxenetas y clientes de tu vecindario e idealmente lograr que se les arreste.
Tu hija tiene dinero, ropa, joyas y otros regalos cuya procedencia es inexplicable. Una manera común en que los/as proxenetas reclutan a una chica es darle muchos regalos. Es probable que un proxeneta también finja ser su novio o pretendiente. En esta etapa, quizás tu hija ni siquiera tenga idea de que está siendo reclutada para la prostitución. Pero debes ser suspicaz. No es apropiado que ningún hombre (o mujer), sea joven o mayor, dé a jóvenes dinero, ropa, joyas y otros regalos más allá de los simples intercambios mutuos que son normales entre adolescentes. Necesitas saber quién es esta persona, si es o no proxeneta y sacarle de la vida de tu hija. Y probablemente también denunciarle ante la policía. Además, sé consciente de que los/as proxenetas mayores suelen utilizar a socios/as más jóvenes para atraer a una niña o un niño.
Los/as proxenetas a menudo continúan dando dinero, ropa y otros regalos mientras alternan esto con un mayor grado de violencia, amenazas e insultos.
Tu hija tiene una adicción a drogas que es imposible que ella pudiera costearse por su propia cuenta. Proporcionar drogas a jóvenes es otro primer paso que los/as proxenetas usan a menudo para involucrar a una niña o un niño.
Tu hija se ausenta de la casa y la escuela y deja de frecuentar a sus amistades. La segunda cosa que un/a proxeneta suele hacer al reclutar a jóvenes para la prostitución es comenzar a aislarles de su familia, escuela y círculo de amistades. Antes de empezar a oprimir a una chica, el proxeneta quiere que la joven esté tan lejos como sea posible (física y emocionalmente) de cualquier fuente de ayuda. No es muy difícil lograrlo. Después de haber inundado de regalos a la joven y fingido romance, todo lo que él ahora tiene que hacer es explotar cualquiera de los antagonismos habituales o inusuales que existen entre la chica y su ambiente social. Por supuesto, el (o la) proxeneta se pinta ante la joven como la única persona que realmente la comprende y a quien ella le importa.
Tu hija presenta cambios repentinos y poco característicos en su vestuario, horario y compañía. Un error notable que los/as proxenetas a menudo cometen es generar estos cambios en la joven mucho más rápido de lo que normalmente ocurrirían. Después de todo, para el/la proxeneta, el tiempo es dinero. De modo que los cambios abruptos y poco característicos en tu adolescente deberían alertarte a la posibilidad de que está siendo reclutada.
Tu hija tiene relaciones con hombres (o mujeres) mayores. Ésta siempre debería ser una señal de advertencia, para madres y padres, de que algo está mal. Quizás ya sepas que debes prestar mucha atención a las relaciones de tu hija o hijo con personas mayores, aun cuando se trate de su maestro/a, clérigo/a, vecino/a o entrenador/a. Pero cuando una persona mayor entabla una relación inexplicable con tu hija o hijo, deberías ser especialmente suspicaz.
Tu hija se rehúsa a responder preguntas cotidianas. Dar respuestas evasivas a tus preguntas es una fase por la que muchas/os adolescentes pasan. Necesitas averiguar si tu hija simplemente está siendo rebelde, o si está tratando de ocultar algo importante. También debes decidir cuándo las cosas han llegado al punto de ¡basta! No es seguro o aceptable que una niña o un niño se rehúse a contarte en detalle, por ejemplo, sobre una oferta de trabajo que recibió, o por qué se ausentó medio día de la escuela, o de dónde está obteniendo dinero y regalos.
Tu hija tiene un empleo u recibe una oferta de trabajo que genera sospechas. Es importante siempre verificar cualquier oferta de empleo que se le haga a un/a adolescente. No basta con llamar por teléfono al supuesto ‘empleador’. Muchos/as proxenetas saben exactamente cómo engañar a una madre o un padre. Ve siempre al lugar de trabajo para conocer al jefe o la jefa. Y de vez en cuando aparécete allí inesperadamente.
Tu hija tiene problemas con la ley en repetidas ocasiones. Aun cuando la policía sabe que una persona menor de edad está involucrada en la prostitución, con frecuencia la arresta por otros cargos, como ‘poseer drogas’, ‘perturbar la paz’, ‘robar en una tienda’, ‘usar documentos falsos’, etc. A menudo la policía hace esto porque para un agente puede ser mucho más fácil probar esos delitos que llevar a cabo un arresto por prostitución infantil. Lamentablemente, debido a tales cargos, muchas víctimas adolescentes de prostitución permanecen ocultas, no identificadas, encarceladas y sin recibir ayuda en centros de detención juvenil. La consecuencia trágica es que la/el joven sufre un estigma aun mayor y ahora es más vulnerable que nunca a que se le devuelva a las calles. El punto clave aquí es que debes ser consciente de que si una joven está teniendo problemas aparentemente menores con la ley, la condición subyacente en esto suele ser que está atrapada en la prostitución.
Hay prostitución en tu vecindario. Dondequiera que existe la prostitución, hay proxenetas y clientes en el área y todas las niñas y mujeres jóvenes del vecindario corren peligro. Otro aspecto que puede hacer más vulnerables a las chicas en tu área es la presencia de terminales de autobuses, tiendas de artículos sexuales, salones de masaje y pandillas callejeras. Naturalmente, la presencia de estos elementos no es un indicador de que tu hija esté involucrada. Pero si ya tienes sospechas, la presencia de estos factores en el vecindario debería hacerte más alerta a la posibilidad real. Al mismo tiempo, el solo hecho de que tu barrio parezca totalmente seguro no significa que tu hija esté segura. Es posible que haya proxenetas trabajando en las calles y escuelas en busca de chicas a quienes reclutar.
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