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Parte 2 - Abogando por víctimas de delitos sexuales durante la investigación policial

ÍNDICE

   

~ Parte 2 ~

 

Órdenes de restricción y otras protecciones para víctimas de delitos sexuales

En casi todos los casos de delitos sexuales en que la víctima y el perpetrador se conocen, tarde o temprano él empieza a hostigarla a ella en cualquiera de mil maneras. Esto también puede ocurrir cuando la víctima no conoce al perpetrador. Si la policía tiene la seriedad de proteger sus casos, debe estar muy atenta a proteger a las víctimas. Pero con suma frecuencia esto no ocurre.

Además del problema común de que la policía ignora la seguridad de una víctima de delitos sexuales, puede haber razones legítimas para que postergue pedirle a ella que obtenga una orden de restricción (como explicaremos más adelante), lo cual exacerba asuntos relacionados con su seguridad.

Aun así, hay varias cosas que siempre deben tenerse en mente. Primero, en la víctima recae la decisión final respecto a si obtener o no una orden de restricción. Y segundo, aun si ella no tuviera una orden de restricción, hay mucho que la policía puede y debe hacer para protegerla.

Órdenes de protección de emergencia y órdenes de restricción por violencia doméstica

Dado que aproximadamente el 50 por ciento de los delitos sexuales es perpetrado por un miembro de la familia, un conviviente o un novio, podrías esperar que los agentes en estos casos particulares consigan una orden de protección de emergencia o sugieran que la víctima obtenga una orden de restricción por violencia doméstica, tal como lo hacen en los casos de violencia doméstica. Sin embargo, inmediatamente te topas con un dilema común en los casos de delitos sexuales.

A fin de que cualquier orden de protección sea viable, al sospechoso se le debe entregar la orden. Pero en numerosas investigaciones de delitos sexuales los agentes no quieren poner al sospechoso en alerta de que está siendo investigado. Además, muchos investigadores vacilan antes de realizar llamadas probatorias mientras el sospechoso está bajo órdenes de restricción. Hay una preocupación legítima de que sus abogados defensores pudieran objetar la introducción de este tipo de prueba cuando se obtiene mientras él está restringido. La desventaja obvia es que esto significa que la víctima de un delito sexual, aun cuando tiene una relación doméstica con el sospechoso, a menudo no es protegida por las órdenes de restricción durante la investigación.

Ésta es otra razón por la cual la policía debería realizar pronto sus medidas de investigación, para que las víctimas puedan obtener órdenes de restricción apropiadas lo más pronto posible después de haber denunciado el crimen.

Órdenes de protección penales

Las órdenes de protección penales no pueden ser emitidas sino hasta que un tribunal penal tiene jurisdicción sobre la persona acusada y eso ocurre cuando se presentan los cargos. Los cargos por delitos sexuales usualmente no son presentados sino hasta después de que la investigación concluyó. Dado que las investigaciones de estos delitos suelen tomar semanas e incluso meses, esto—de nuevo—a menudo deja a las víctimas desprotegidas durante lo que puede ser una investigación prolongada.

Once a sex crime is charged by the prosecutor, all sex crimes victims should be protected with a criminal protective order.

Ver: ¿De qué manera me ayuda una orden de protección penal?

Otras formas de órdenes de restricción

La mayoría de estados tiene órdenes de restricción civiles contra el hostigamiento que están disponibles para las víctimas de cualquier forma de acoso, incluyendo, por supuesto, la violencia sexual. Sin embargo, estas órdenes son generalmente débiles y difíciles de aplicar. Algunos estados, como Texas y Wisconsin, han reconocido que para muchas víctimas de violencia sexual hay brechas en las órdenes de restricción y proporcionan una orden de protección más fuerte específicamente para víctimas de delitos sexuales.

El Colegio de Abogados de Estados Unidos ha compilado un resumen (en inglés) por estado de las clases de órdenes de restricción que están disponibles para víctimas de violencia sexual. Este resumen puede verse en el primer enlace abajo. El segundo y tercer enlaces describen en mayor detalle las órdenes de restricción específicas que las víctimas de violencia sexual tienen a su disposición en Texas y Wisconsin.

Colegio de Abogados de Estados Unidos—Órdenes de protección civil contra la violencia sexual por estado

Ver también:

  • Preguntas comunes sobre Órdenes de protección y de restricción
  • Violencia doméstica: Cómo encontrar seguridad y apoyo – ¿Qué es una orden de protección? (pág. 31)

Otras cosas que la policía puede y debería hacer para proteger a las víctimas de delitos sexuales

En primer lugar, la policía no debe permitir que su investigación se prolongue innecesariamente. La policía hace una tras otra proclamación pública acerca de que la violación es el crimen más grave después del homicidio. No obstante, cuando se trata de investigar estos crímenes los retrasa notoriamente, permitiendo que pasen días e incluso meses sin dar los pasos más obvios para avanzar en los casos.

Como defensora o defensor de la víctima, una de las cosas más importantes que puedes hacer en casos de delitos sexuales es asegurar que la investigación siga procediendo. A excepción de un desastre masivo, no hay excusa para que la policía deje pasar ni siquiera días sin avanzar en la investigación.

En segundo lugar, la policía puede tomar el teléfono para coaccionar a la gente y advertirle que cese y desista. Los perpetradores de crímenes sexuales frecuentemente logran que otras personas se pongan de su lado y en contra de la víctima. Por lo general, estas personas no son criminales y a menudo están siendo influenciadas por las manipulaciones e intimidaciones del perpetrador. Cuando esta dinámica empieza a ocurrir, una medida que suele ser muy efectiva para frenarla es que un agente de policía tome el teléfono y les haga una simple llamada a estas personas.

Usualmente, el solo hecho de que esas personas se percaten de que a la policía le importa lo suficiente la víctima como para llamarlas es suficiente para que por lo menos dejen de aliarse con el perpetrador. Y si la policía no está dispuesta a hacer esas llamadas, no hay razón para que tú, como defensora o defensor de la víctima, no las hagas. No subestimes el poder de tu propia persuasión para ayudar a esas personas a ver que lo mínimo que deben hacer es permitir que el proceso siga adelante. Así que no vaciles en llamar por teléfono a cualquiera, sean parientes, compañeros de trabajo o autoridades escolares, para detener esta dinámica.

En tercer lugar, la policía puede y debería aplicar la ley que convierte en un crimen disuadir a un testigo. Todo intento de cualquier persona para conseguir que la víctima se retire del proceso de la justicia penal es cometer el crimen de ‘disuadir a un testigo’. No se requiere fuerza ni amenaza de fuerza para convertir esto en un crimen. El menor intento verbal de disuadir a la víctima constituye un crimen.

La policía no sólo debe actuar pronto para asentar reportes de nuevos crímenes cuando esto ocurre sino también, al igual que tú, informarle a la víctima sobre esta ley con anticipación. Dile a la víctima que la policía debe saber inmediatamente si alguien está intentando disuadirla de seguir adelante con el caso.


Obligaciones de derechos civiles relacionadas con escuela, trabajo y vivienda

 

** Si debido al ataque la víctima está siendo hostigada en su entorno escolar, laboral o domiciliario, de conformidad con la legislación federal de derechos civiles las autoridades escolares, laborales y residenciales están obligadas a detener ese acoso. El hostigamiento contra una víctima en relación con la violencia sexual constituye acoso sexual. La legislación federal de derechos civiles deja absolutamente claro que no basta con que las autoridades escolares, laborales y residenciales traten de detener el acoso. De hecho, están obligadas a detenerlo.

Si la víctima está siendo hostigada en su entorno escolar, laboral o residencial debido a la violencia sexual que sufrió, ella debería quejarse por escrito, solicitar una investigación inmediata y guardar una copia de la queja escrita.

La razón por la cual es crucial presentar estas quejas por escrito es que las autoridades escolares, laborales y residenciales tienen una fuerte tendencia a proteger al violador y sacrificar a la víctima. Al igual que la policía, también estas autoridades frecuentemente afirman que la víctima no hizo tal denuncia; de ahí la importancia de presentar la queja por escrito y guardar una copia de la queja original.

 

 

La entrevista a la víctima de un delito sexual

El muy común problema con las entrevistas a víctimas de delitos sexuales es que el detective falla en múltiples formas respecto a obtener la historia completa de la víctima y cuando esto ocurre se pierden valiosas pruebas y pistas probatorias. La prevención más inmediata de este problema consiste en preparar bien a la víctima.

Muy pocos agentes poseen la combinación de habilidad, minuciosidad y sensibilidad para ayudar a las víctimas de delitos sexuales a relatar plenamente sus historias. Tal como lo demuestra el estudio citado en la introducción de este texto, muchos detectives de delitos sexuales rápidamente sospechan que las víctimas están mintiendo. Agreguemos a esto la posibilidad de preguntas planteadas torpemente, la incomodidad del agente, los comentarios críticos, un lenguaje corporal que denota sojuzgamiento, estereotipos sexistas, desconsideración hacia las necesidades de la víctima o un despiste general y veremos que cualquiera y todas estas comunes fallas policiales conducen a que la entrevista a una víctima no sólo pase por alto pistas probatorias cruciales sino además la perturbe tanto que ella retendrá información o, también con frecuencia, se retire por completo del caso.

Algo que empeora el problema es que las víctimas de delitos sexuales suelen llegar a estas entrevistas sintiéndose comprensiblemente angustiadas e incómodas. La combinación de investigadores prejuiciados e inadecuados y víctimas angustiadas fácilmente detona un ciclo vicioso: la víctima se cierra, a su vez el detective se vuelve todavía más crítico y la víctima se pone aún más hermética. Realmente es difícil imaginar una discordancia tan desastrosa como la que hay entre la actual cultura policial y las necesidades de estas víctimas.

Mientras la cultura policial no cambie, preparar bien a la víctima puede hacer un mundo de diferencia para ayudar a revertir esta dinámica. Si ella llega a la entrevista sintiéndose fuerte, comprendiendo las limitaciones comunes de un investigador y dispuesta a ofrecer información, por lo general es posible superar las deficiencias en las habilidades de entrevista del investigador.

Prepara a la víctima con anticipación:

a) Explícale a la víctima que a su caso podría asignársele un detective perfectamente competente y comprensivo pero, de no ser así, tú la ayudarás a prepararse para eso. Un buen punto donde empezar es decirle que la policía a menudo no actúa bien en lo que concierne a atender las necesidades emocionales de las víctimas. Lo común es que sea más receptiva y se sienta cómoda con sólo conocer los hechos y obtener las pruebas que requiere. De modo que si la víctima es capaz de mentalizarse para establecer una relación asociativa con el detective, esto puede ayudar a preparar el terreno para una entrevista que satisfaga más a ambas partes.

b) Explícale a la víctima la importancia de estar acompañada y su derecho a estarlo. Prepárala para que pueda manejar una posible denegación de ese derecho por parte de la policía. Es especialmente importante que las víctimas estén acompañadas durante la principal entrevista. Algunas podrían preferir que se les entreviste a solas. Sin embargo, tener a una amistad y una persona defensora a su lado no sólo hace que la mayoría de las víctimas se sienta fuerte sino también que el agente muestre su mejor conducta.

Muchos estados tienen leyes que otorgan a las víctimas de violencia sexual el derecho a estar acompañadas durante todo el proceso de la justicia penal. La razón principal de que esas leyes hayan sido aprobadas es que tantos agentes, si se les permite, tienen una fuerte tendencia a aislar a las víctimas de sus redes de apoyo y luego usan ese aislamiento para no manejar adecuadamente el caso.

Las razones que la policía suele dar para querer entrevistar a solas a la víctima son falsas. La policía puede decir que no quiere que ella se sienta abochornada por preguntas personales, o aducir que cualquiera que la acompañe durante la entrevista se convertirá en testigo y luego tendrá que testificar, u otras tonterías similares. (La única excepción en que la policía tiene una razón legítima para excluir a una amistad de la víctima—y nunca a quien la defiende—es cuando esa persona ya es testigo en el caso.)

La verdadera razón por la cual tantos agentes de policía quieren aislar a la víctima durante la entrevista es que ellos mismos se sienten incómodos y/o pretenden convencerla de que el caso es demasiado débil para procesarlo y/o quieren prestarle poca atención a la entrevista. Y es por eso que las leyes fueron aprobadas.

Nota: En la mayoría de estados, a menores de edad que han sido víctimas de violencia o abuso sexual no se les otorga el derecho a que durante la entrevista les acompañe una amistad o alguien de su familia. Sin embargo, a la defensora o al defensor de una víctima se le debería permitir estar presente durante todo el proceso en casos de violencia y abuso sexuales. Lee detenidamente la ley de tu estado. Es crucial que la defensora o el defensor esté presente por muchas razones, pero en casos de violencia sexual contra niñas y niños es especialmente importante detectar cualquier intento policial de reducir falsamente la declaración de la víctima.

c) Prepárate para este común escenario:

Muy frecuentemente, la víctima estará sentada en el área de espera con sus personas de apoyo para la entrevista cuando el agente abre la puerta y dice que quiere entrevistarla a solas. Esto pone a la víctima y sus personas de apoyo en la terrible posición ya sea de tener que confrontar al agente antes de la entrevista o dejar fuera a esas personas.

Es esencial que tú y la víctima contemplen este posible escenario y acuerden un plan de lo que ella puede decir y hacer. Sin preparación, la mayoría de las víctimas que de repente enfrentan esta situación terminarán entrando solas a la entrevista. Así que prepárense y previo a la entrevista lleguen a un acuerdo sobre lo que ella dirá o quiere que tú digas en esa situación.

La víctima puede decirle al agente: “Quiero cooperar con esta investigación, pero no me sentiré cómoda sin mis amistades”. Si ella no se siente capaz de decir esto, dile que tú, siendo su defensora o defensor, puedes decirlo. Sin embargo, incluso entonces el agente podría voltearse hacia la víctima para tener su afirmación. Finalmente, aun si eres tú quien habla más, la víctima tendrá que estar anuente a decirle al agente que no quiere ser entrevistada sin sus personas de apoyo.

A veces eso es suficiente y el agente invita a pasar a todas las personas, pero en otras ocasiones tendrás que ir un paso más allá y decir algo como: “Si usted no quiere aceptar que la defensora y las personas de apoyo estén en la entrevista, tendremos que discutir esto ahora mismo con un superior”. Eso casi siempre funciona pero, en caso contrario, no vaciles ni un minuto en caminar hacia la oficina del superior o tomar tu teléfono celular para hablar con esta persona.

No se puede enfatizar lo suficiente la importancia de que tú y la víctima planifiquen esto con anticipación—a menos, por supuesto, que ella específicamente quiera estar sola durante la entrevista.

Recuerda que, por lo general, cualquier agente que continúe insistiendo en aislar a la víctima no trae nada bueno entre manos. No permitas que la policía la manipule para dejar fuera de la habitación a quien la defiende y a sus amistades.

d) Explícale a la víctima los tipos específicos de problemas que la policía suele tener con estas entrevistas. Dile que lo más probable es que a ella la entrevistará un detective que tendrá una u otra limitación. Las deficiencias comunes de la persona entrevistadora podrían ser, entre otras, falta de sensibilidad, actitudes críticas y sesgadas, un tono acusatorio, incomodidad respecto a temas sexuales, no pedir suficientes detalles y no orientar a la víctima ni asociarse con ella en explorar las pistas probatorias.

Explícale a la víctima que, aunque el agente entrevistador no brinde un gran apoyo ni sea totalmente competente, si ella puede recordar que esto es problema del agente y no tomarlo a pecho, de todos modos conseguirá que la información quede documentada.

Si a la víctima le interesa, puedes referirla a alguno de los artículos aquí citados que le darán más detalles sobre problemas frecuentes con las investigaciones policiales de delitos sexuales.

Investigación policial de la violación—Obstáculos y soluciones Contiene un resumen del estudio y enlace al documento completo (en inglés)

Cómo mejorar las entrevistas a víctimas de delitos sexuales—12 sugerencias de qué hacer y no hacer

e) Explícale a la víctima que durante la entrevista no debería vacilar en ofrecer información aun si no se hacen las preguntas pertinentes. Esto puede ser muy difícil para las víctimas de delitos sexuales. Ya es bastante difícil para casi cualquier persona hablar de un delito sexual aun cuando se le plantean las preguntas correctas en una forma comprensiva. Pero dar más información de la que se te está pidiendo en estos casos puede sentirse como alto totalmente fuera de lugar. Aun así, las víctimas de delitos sexuales pueden darle un gran empuje al caso llegando a la entrevista preparadas para asegurarse de comunicar toda la información.

f) Explícale a la víctima la crucial importancia de decir la verdad con todo detalle. Aunque esto fue abordado en la Parte 1 de este texto, es un obstáculo tan común que vale la pena volver a mencionarlo.

Las víctimas de delitos sexuales usualmente tienen muy buenas razones para no revelar ciertos detalles de sus historias. Desean que se les crea, pero no quieren ser juzgadas. Y tienen toda la razón al prever cualquier posible brote de culpabilización que pudiera dirigírseles si su historia no es la de ‘la más virgen de las vírgenes’. Como consecuencia, aunque el delito sexual sí ocurrió, es sumamente común que ellas no lo digan todo, que alteren algunos hechos o mientan sobre aspectos de su experiencia.

Sin embargo, cuando la policía percibe esta distorsión, rápidamente aflora su sesgo preconcebido de que muchas víctimas de delitos sexuales (si no la mayoría) están haciendo denuncias falsas. Y es así que, en un caso tras otro, la víctima no puede ganar a menos que diga la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

Ayuda a la víctima a comprender todo esto antes de la entrevista y podrás hacer un mundo de diferencia. Repasa con ella las cosas que para otras víctimas de delitos sexuales a menudo es difícil hablar con la policía, como usar drogas, embriagarse, violar la libertad condicional, desobedecer las normas familiares, involucrarse en prostitución o simplemente detalles sexuales bochornosos, etc. Ayúdala a encontrar maneras de hablar sobre esto. Dile que tú la ayudarás si hubiera cualquier repercusión.

Y luego recuérdale esto...

g) Si más adelante descubres que la víctima le mintió a la policía o no le proporcionó información bochornosa, tú y ella usualmente podrán reparar el daño. Explícale que, por muy buenas razones, muchísimas víctimas de delitos sexuales no le cuentan toda la historia a la policía y que, si bien es mejor dar detalles precisos la primera vez, los errores pueden y deben ser corregidos. Luego vayan tú y ella a la policía y expliquen por qué sucedió esto.

Si el detective asignado al caso no comprende, acudan a su supervisor o cualquier nivel más alto al que necesiten llegar. A menudo, cuando el detective se entera de que una víctima está cambiando cualquier aspecto de la historia, dirá que ella perdió credibilidad y por lo tanto el caso ya no es viable. Esto es falso, falso, falso.

No permitas que la policía desestime un caso sólo porque más adelante la víctima revela detalles que había encubierto por razones perfectamente explicables. Ya es hora de que la policía empiece a entender las presiones que pesan sobre las víctimas de delitos sexuales e integre esa comprensión a sus investigaciones y que los fiscales la incorporen en el procesamiento de casos.

h) Ayuda a la víctima a ser más consciente de las clases de pruebas en su caso. Ayudar a la víctima a familiarizarse con la gama de pruebas en su caso es una de las mejores maneras de contribuir a que pueda manejar bien su principal entrevista, ya sea que el detective tenga o no las habilidades suficientes para obtener la información. Cuando la víctima tiene una comprensión general de las pruebas en su caso, esto aumenta significativamente las probabilidades de que le comunique información esencial al detective.

Si tú y la víctima empiezan a repasar su experiencia en busca de pistas probatorias, esto puede ayudar no sólo a cubrir brechas del investigador sino también a que la víctima supere sentimientos de indefensión cuando comienza a ver las fortalezas en su caso y asumir un rol activo en juntar las piezas.

Entonces, si la víctima está anuente, repasa su historia con ella para buscar específicamente las clases de cosas que pueden constituir pruebas y pistas probatorias. La siguiente sección debería ayudarte en ese proceso.

Cuando la víctima ya sea consciente de la posible gama de pruebas y pistas probatorias, sugiérele que, antes de la entrevista y teniendo en mente las pruebas, siga pensando en su experiencia. Ella probablemente recordará aun más pruebas. Además, si en el caso hubo testigos ya sea de la conducta del perpetrador previa o posterior al ataque o del comportamiento de la víctima después del ataque, pídele a ella que lleve a la entrevista toda la información posible sobre cómo contactar a esas personas.

Explícale a la víctima que, sin duda alguna, todo esto es trabajo del detective, pero cuanto más pueda ella mentalizarse como socia en el rol de catalogar las pruebas, mayor será la probabilidad de que el detective les dé seguimiento y no engavete el caso.

Seguimiento y evaluación de las pruebas

Muchas defensoras y defensores creen que evaluar y dar seguimiento a las pruebas en un caso no es parte de su trabajo. Sin embargo, dado que tantos agentes policiales y fiscales afirman falsamente que “no hay suficientes pruebas”, sobre todo en casos de delitos sexuales, siendo tú la persona que defiende a la víctima debes saber cuándo sospechar que eso es lo que podría estar sucediendo y cuáles argumentos presentar en el caso de la víctima.

Hay una sola manera de saber si las afirmaciones de que “no hay suficientes pruebas” son legítimas o la forma en que la policía o los fiscales encubren su renuencia a procesar el caso. Debes tener una buena percepción de las pruebas reales y potenciales, como también una buena idea de cuáles de esas pruebas han sido plenamente investigadas e introducidas al caso.

Tratar de abogar por víctimas de delitos sexuales sin prestar una estrecha atención a las pruebas es como intentar jugar póker sin ver las cartas que tienes en la mano.

Cómo tener una idea de las pruebas en el caso.

   * Conversaciones focalizadas con la víctima. Usualmente, la manera más productiva de tener una idea de las pruebas en un caso de delitos sexuales es que tú y la víctima repasen su historia con el propósito expreso de notar las pruebas y pistas probatorias, así como la respuesta de la policía a esas pruebas. Las conversaciones centradas en determinar cuáles pruebas existen pueden ser muy beneficiosas tanto para ti como para la víctima pues conjuntamente llegarán a tener una buena percepción de las pruebas en su caso. La víctima podrá comprender cómo repasar los detalles de su experiencia para encontrar más pruebas. Y quizás a ti y a la víctima se les ocurran cosas que ella podría no haber considerado lo suficientemente significativas como para decírselas a la policía.

Repasar las pruebas con la víctima también le da a ella una percepción sólida de las fortalezas en su caso y la ayuda a comunicarle mejor estas cosas a la policía.

   * Conversaciones con el investigador. Frecuentemente, los investigadores de delitos sexuales están renuentes a discutir detalles específicos de las pruebas del caso con las víctimas y sus defensoras/es. No obstante, si has podido establecer una cómoda relación de trabajo con el agente, y sobre todo si tienes facilidad de palabra, muchos agentes empezarán a hablar más abiertamente respecto al progreso del caso. Además, como ya se mencionó, establecer un relación continua de trabajo con el investigador puede ser un potente factor motivador para lograr que la policía trate el caso con mayor seriedad. Es parte de la naturaleza humana hacer un mejor trabajo cuando a alguien más parece importarle una situación.

   * Órdenes de cateo y órdenes de arresto. Si en el caso ya se emitió una orden de cateo o una de arresto, estos documentos suelen estar abiertos al público y disponibles en el departamento de registros del tribunal. Son valiosos pues el investigador que pidió la orden hizo una lista de las pruebas que apoyan su solicitud, o sea las mismas que apoyan el caso. Si obtienes estos documentos, por lo general contendrán una lista de las pruebas disponibles del caso hasta la fecha en que se solicitó la orden.

En este artículo encontrarás información más detallada sobre cómo monitorear, evaluar e introducir evidencias en casos de violencia contra las mujeres: Monitorear, descubrir e introducir las pruebas en el caso tú misma

Monitorear, descubrir e introducir las pruebas en el caso tú misma

Una sinopsis de posibles pruebas en casos de delitos sexuales

Cualquier cosa y todo puede ser prueba. Dependiendo de las circunstancias, cualquier cosa y todo puede ser una prueba. Ya se trate de recibos de tiendas, manchas de grama, patrones de lenguaje y la hora en que salió el sol... todo puede ser prueba. Lo siguiente es sólo un marco general que podrías usar para detectar las posibilidades.

Pruebas físicas, evidencia de lesiones y ADN que podrían haber sido halladas en el examen médico de violación.

Conducta del perpetrador previa al ataque. La mayoría de perpetradores planifica su ataque sexual con tiempo y maniobra la situación a modo de preparar el terreno para aislar y atrapar a la víctima. Al inspeccionarla con detenimiento, la conducta del perpetrador previa al ataque usualmente muestra elementos que indican su intención de atacar. Aunque por lo general no hay testigos al momento del ataque, a menudo sí los hay del comportamiento del perpetrador previo al ataque. Dejar plantadas a sus amistades abruptamente, hacer excusas extrañas para tener a solas a la víctima, mensajes electrónicos y de texto... todas éstas pueden ser fuertes pruebas que corroboran el caso. En retrospectiva, ¿puede la víctima ver alguna forma en que estaba siendo preparada para el ataque?

Conducta de ataque del perpetrador y reacciones de la víctima. Los detalles del ataque en sí, incluyendo palabras dichas, son siempre importantes. Aunque por lo general no hay personas que hayan presenciado el propio ataque, cuantos más detalles tenga el investigador, mejor podrá diseñar su interrogación posterior de la persona sospechosa. Esos detalles también pueden compararse con las historias de otras víctimas del mismo perpetrador o con otros intentos de éste.

La conducta de la víctima durante el ataque usualmente guarda valiosas pruebas de su nivel de temor y falta de consentimiento. Cualquier indicación del miedo de la víctima y descripciones de lo que ella temía que sucedería pueden ser cruciales para demostrar que la actividad sexual no fue consensuada.

Conducta de la víctima posterior al ataque. Después del ataque, la mayoría de víctimas de delitos sexuales hace algunos cambios drásticos en su conducta cotidiana. Ya se trate de proteger su seguridad, aliviar su dolor emocional, evadir al perpetrador, buscar ayuda u ocultarse, cualquiera de estas acciones fuera de lo ordinario pueden corroborar que la víctima sufrió un trauma y no tuvo relaciones sexuales consensuadas. Busca cualquier cosa que corrobore estos cambios y no olvides que también los testigos de estas conductas constituyen prueba.

Testigos a quienes se acude inmediatamente después de ser víctima de un crimen. Aunque a menudo las víctimas no presentan una denuncia ante la policía inmediatamente después de un ataque sexual, con frecuencia buscan ayuda. Las personas a quienes acuden y sus declaraciones pueden ser potentes para respaldar la historia de la víctima. Puede ser cualquier persona: amistades, profesionales, conductores de taxis, vecinas o vecinos.

Y la víctima no necesariamente tiene que haberle contado a esa persona sobre el ataque. Lo importante es el solo hecho de que la víctima le haya pedido ayuda. Supongamos, por ejemplo, que ella llegó muy alterada con el encargado de un bar y le pidió que llamara urgentemente un taxi. No importa si no le dijo nada sobre el ataque. Él y probablemente también el conductor del taxi serían buenos testigos.

Conducta del perpetrador posterior a la violación. Después de una violación, el perpetrador suele tener comportamientos que indican su culpa. Puede cambiar su historia una y otra vez, vilipendiar a la víctima, ocultar pruebas o tal vez empezar a jactarse frente a sus amigos de lo que hizo. Al igual que con otras pruebas, estas cosas pueden no constituir prueba pero sí respaldar o corroborar otros aspectos de la historia de la víctima.

Otras víctimas. Otras víctimas del mismo perpetrador pueden ser pruebas enormemente importantes en casos de delitos sexuales. Es más, con frecuencia no es difícil encontrar a esas víctimas. En su mayoría, los perpetradores de delitos sexuales son perpetradores en serie que muchas veces han quedado impunes. Además suelen seleccionar a sus víctimas dentro del mismo círculo social de la víctima actual. A pesar de todo esto y de cuán valiosas pueden ser otras víctimas para enjuiciar a los perpetradores, muy pocos detectives las buscan.

Aun así, cuando les preguntas a las víctimas si pueden pensar en otras personas que podrían haber tenido un problema similar con el mismo perpetrador, es sorprendente cuántas de ellas recuerdan nombres. Y si no los recuerdan inmediatamente, a menudo lo hacen después de hacer unas cuantas preguntas por ahí.

Pruebas de la llamada probatoria. Las llamadas probatorias suelen ser una de las fuentes más significativas de pruebas en casos de delitos sexuales. Más aún, las pruebas provenientes de estas llamadas pueden ser lo suficientemente fehacientes como para concluir el caso. Sin embargo, en un caso tras otro la policía no hace el esfuerzo. Y aun cuando sí se llega a hacer una llamada probatoria, la mayoría de investigadores no involucra a la víctima de tal manera que aumenten las probabilidades de éxito de la llamada.

Dada la relevancia de estas llamadas en casos de delitos sexuales, como también debido a que las y los defensores pueden ser tan importantes para asegurar que sean hechas y de manera apropiada, explicamos estas llamadas más detalladamente en la siguiente sección.

 

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Se autoriza copiar y distribuir esta información siempre y cuando el crédito y el texto se mantengan intactos.
Reservados © todos los derechos, Marie De Santis,
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Traduccion por Laura E. Asturias / Guatemala

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