Órdenes de restricción
y otras protecciones para víctimas de delitos sexuales
En
casi todos los casos de delitos sexuales en que la víctima
y el perpetrador se conocen, tarde o temprano él empieza
a hostigarla a ella en cualquiera de mil maneras. Esto también
puede ocurrir cuando la víctima no conoce al perpetrador.
Si la policía tiene la seriedad de proteger sus casos,
debe estar muy atenta a proteger a las víctimas. Pero
con suma frecuencia esto no ocurre.
Además del
problema común de que la policía ignora la seguridad
de una víctima de delitos sexuales, puede haber razones
legítimas para que postergue pedirle a ella que obtenga
una orden de restricción (como explicaremos más
adelante), lo cual exacerba asuntos relacionados con su seguridad.
Aun así,
hay varias cosas que siempre deben tenerse en mente. Primero,
en la víctima recae la decisión final respecto
a si obtener o no una orden de restricción. Y segundo,
aun si ella no tuviera una orden de restricción, hay
mucho que la policía puede y debe hacer para protegerla.
Órdenes
de protección de emergencia y órdenes de restricción
por violencia doméstica
Dado que aproximadamente
el 50 por ciento de los delitos sexuales es perpetrado por
un miembro de la familia, un conviviente o un novio, podrías
esperar que los agentes en estos casos particulares consigan
una orden de protección de emergencia o sugieran que
la víctima obtenga una orden de restricción
por violencia doméstica, tal como lo hacen en los casos
de violencia doméstica. Sin embargo, inmediatamente
te topas con un dilema común en los casos de delitos
sexuales.
A fin de que cualquier
orden de protección sea viable, al sospechoso se le
debe entregar la orden. Pero en numerosas investigaciones
de delitos sexuales los agentes no quieren poner al sospechoso
en alerta de que está siendo investigado. Además,
muchos investigadores vacilan antes de realizar llamadas probatorias
mientras el sospechoso está bajo órdenes de
restricción. Hay una preocupación legítima
de que sus abogados defensores pudieran objetar la introducción
de este tipo de prueba cuando se obtiene mientras él
está restringido. La desventaja obvia es que esto significa
que la víctima de un delito sexual, aun cuando tiene
una relación doméstica con el sospechoso, a
menudo no es protegida por las órdenes de restricción
durante la investigación.
Ésta es
otra razón por la cual la policía debería
realizar pronto sus medidas de investigación, para
que las víctimas puedan obtener órdenes de restricción
apropiadas lo más pronto posible después de
haber denunciado el crimen.
Órdenes
de protección penales
Las órdenes
de protección penales no pueden ser emitidas sino hasta
que un tribunal penal tiene jurisdicción sobre la persona
acusada y eso ocurre cuando se presentan los cargos. Los cargos
por delitos sexuales usualmente no son presentados sino hasta
después de que la investigación concluyó.
Dado que las investigaciones de estos delitos suelen tomar
semanas e incluso meses, esto—de nuevo—a menudo
deja a las víctimas desprotegidas durante lo que puede
ser una investigación prolongada.
Once a sex crime
is charged by the prosecutor, all sex crimes victims should
be protected with a criminal protective order.
Ver: ¿De
qué manera me ayuda una orden de protección
penal?
Otras formas de órdenes de restricción
La mayoría
de estados tiene órdenes de restricción civiles
contra el hostigamiento que están disponibles para
las víctimas de cualquier forma de acoso, incluyendo,
por supuesto, la violencia sexual. Sin embargo, estas órdenes
son generalmente débiles y difíciles de aplicar.
Algunos estados, como Texas y Wisconsin, han reconocido que
para muchas víctimas de violencia sexual hay brechas
en las órdenes de restricción y proporcionan
una orden de protección más fuerte específicamente
para víctimas de delitos sexuales.
El Colegio de Abogados
de Estados Unidos ha compilado un resumen (en inglés)
por estado de las clases de órdenes de restricción
que están disponibles para víctimas de violencia
sexual. Este resumen puede verse en el primer enlace abajo.
El segundo y tercer enlaces describen en mayor detalle las
órdenes de restricción específicas que
las víctimas de violencia sexual tienen a su disposición
en Texas y Wisconsin.
Colegio
de Abogados de Estados Unidos—Órdenes de protección
civil contra la violencia sexual por estado
Ver
también:
-
Preguntas comunes sobre Órdenes de protección
y de restricción
-
Violencia doméstica: Cómo encontrar seguridad
y apoyo – ¿Qué es una orden de protección?
(pág.
31)
Otras
cosas que la policía puede y debería hacer para
proteger a las víctimas de delitos sexuales
En primer
lugar, la policía no debe permitir que su investigación
se prolongue innecesariamente. La policía
hace una tras otra proclamación pública acerca
de que la violación es el crimen más grave después
del homicidio. No obstante, cuando se trata de investigar
estos crímenes los retrasa notoriamente, permitiendo
que pasen días e incluso meses sin dar los pasos más
obvios para avanzar en los casos.
Como defensora
o defensor de la víctima, una de las cosas más
importantes que puedes hacer en casos de delitos sexuales
es asegurar que la investigación siga procediendo.
A excepción de un desastre masivo, no hay excusa para
que la policía deje pasar ni siquiera días sin
avanzar en la investigación.
En segundo
lugar, la policía puede tomar el teléfono para
coaccionar a la gente y advertirle que cese y desista.
Los perpetradores de crímenes sexuales frecuentemente
logran que otras personas se pongan de su lado y en contra
de la víctima. Por lo general, estas personas no son
criminales y a menudo están siendo influenciadas por
las manipulaciones e intimidaciones del perpetrador. Cuando
esta dinámica empieza a ocurrir, una medida que suele
ser muy efectiva para frenarla es que un agente de policía
tome el teléfono y les haga una simple llamada a estas
personas.
Usualmente, el
solo hecho de que esas personas se percaten de que a la policía
le importa lo suficiente la víctima como para llamarlas
es suficiente para que por lo menos dejen de aliarse con el
perpetrador. Y si la policía no está dispuesta
a hacer esas llamadas, no hay razón para que tú,
como defensora o defensor de la víctima, no las hagas.
No subestimes el poder de tu propia persuasión para
ayudar a esas personas a ver que lo mínimo que deben
hacer es permitir que el proceso siga adelante. Así
que no vaciles en llamar por teléfono a cualquiera,
sean parientes, compañeros de trabajo o autoridades
escolares, para detener esta dinámica.
En tercer
lugar, la policía puede y debería aplicar la
ley que convierte en un crimen disuadir a un testigo. Todo
intento de cualquier persona para conseguir que la víctima
se retire del proceso de la justicia penal es cometer el crimen
de ‘disuadir a un testigo’. No se requiere fuerza
ni amenaza de fuerza para convertir esto en un crimen. El
menor intento verbal de disuadir a la víctima constituye
un crimen.
La policía
no sólo debe actuar pronto para asentar reportes de
nuevos crímenes cuando esto ocurre sino también,
al igual que tú, informarle a la víctima sobre
esta ley con anticipación. Dile a la víctima
que la policía debe saber inmediatamente si alguien
está intentando disuadirla de seguir adelante con el
caso.
Obligaciones
de derechos civiles relacionadas con escuela, trabajo
y vivienda |
**
Si debido al ataque la víctima está siendo
hostigada en su entorno escolar, laboral o domiciliario,
de conformidad con la legislación federal de
derechos civiles las autoridades escolares, laborales
y residenciales están obligadas a detener ese
acoso. El hostigamiento contra una víctima
en relación con la violencia sexual constituye
acoso sexual. La legislación federal de derechos
civiles deja absolutamente claro que no basta con que
las autoridades escolares, laborales y residenciales
traten de detener el acoso. De hecho, están obligadas
a detenerlo.
Si la víctima
está siendo hostigada en su entorno escolar,
laboral o residencial debido a la violencia sexual que
sufrió, ella debería quejarse por escrito,
solicitar una investigación inmediata y guardar
una copia de la queja escrita.
La razón
por la cual es crucial presentar estas quejas por escrito
es que las autoridades escolares, laborales y residenciales
tienen una fuerte tendencia a proteger al violador y
sacrificar a la víctima. Al igual que la policía,
también estas autoridades frecuentemente afirman
que la víctima no hizo tal denuncia; de ahí
la importancia de presentar la queja por escrito y guardar
una copia de la queja original.
|
|
La
entrevista a la víctima de un delito sexual
El muy
común problema con las entrevistas a víctimas
de delitos sexuales es que el detective falla en múltiples
formas respecto a obtener la historia completa de la víctima
y cuando esto ocurre se pierden valiosas pruebas y pistas
probatorias. La prevención más inmediata de
este problema consiste en preparar bien a la víctima.
Muy pocos agentes
poseen la combinación de habilidad, minuciosidad y
sensibilidad para ayudar a las víctimas de delitos
sexuales a relatar plenamente sus historias. Tal como lo demuestra
el estudio citado en la introducción de este texto,
muchos detectives de delitos sexuales rápidamente sospechan
que las víctimas están mintiendo. Agreguemos
a esto la posibilidad de preguntas planteadas torpemente,
la incomodidad del agente, los comentarios críticos,
un lenguaje corporal que denota sojuzgamiento, estereotipos
sexistas, desconsideración hacia las necesidades de
la víctima o un despiste general y veremos que cualquiera
y todas estas comunes fallas policiales conducen a que la
entrevista a una víctima no sólo pase por alto
pistas probatorias cruciales sino además la perturbe
tanto que ella retendrá información o, también
con frecuencia, se retire por completo del caso.
Algo que empeora
el problema es que las víctimas de delitos sexuales
suelen llegar a estas entrevistas sintiéndose comprensiblemente
angustiadas e incómodas. La combinación de investigadores
prejuiciados e inadecuados y víctimas angustiadas fácilmente
detona un ciclo vicioso: la víctima se cierra, a su
vez el detective se vuelve todavía más crítico
y la víctima se pone aún más hermética.
Realmente es difícil imaginar una discordancia tan
desastrosa como la que hay entre la actual cultura policial
y las necesidades de estas víctimas.
Mientras la cultura
policial no cambie, preparar bien a la víctima puede
hacer un mundo de diferencia para ayudar a revertir esta dinámica.
Si ella llega a la entrevista sintiéndose fuerte, comprendiendo
las limitaciones comunes de un investigador y dispuesta a
ofrecer información, por lo general es posible superar
las deficiencias en las habilidades de entrevista del investigador.
Prepara
a la víctima con anticipación:
a) Explícale
a la víctima que a su caso podría asignársele
un detective perfectamente competente y comprensivo pero,
de no ser así, tú la ayudarás a prepararse
para eso. Un buen punto donde empezar es decirle
que la policía a menudo no actúa bien en lo
que concierne a atender las necesidades emocionales de las
víctimas. Lo común es que sea más receptiva
y se sienta cómoda con sólo conocer los hechos
y obtener las pruebas que requiere. De modo que si la víctima
es capaz de mentalizarse para establecer una relación
asociativa con el detective, esto puede ayudar a preparar
el terreno para una entrevista que satisfaga más a
ambas partes.
b) Explícale
a la víctima la importancia de estar acompañada
y su derecho a estarlo. Prepárala para que pueda manejar
una posible denegación de ese derecho por parte de
la policía. Es especialmente importante que
las víctimas estén acompañadas durante
la principal entrevista. Algunas podrían preferir que
se les entreviste a solas. Sin embargo, tener a una amistad
y una persona defensora a su lado no sólo hace que
la mayoría de las víctimas se sienta fuerte
sino también que el agente muestre su mejor conducta.
Muchos estados
tienen leyes que otorgan a las víctimas de violencia
sexual el derecho a estar acompañadas durante todo
el proceso de la justicia penal. La razón principal
de que esas leyes hayan sido aprobadas es que tantos agentes,
si se les permite, tienen una fuerte tendencia a aislar a
las víctimas de sus redes de apoyo y luego usan ese
aislamiento para no manejar adecuadamente el caso.
Las razones que
la policía suele dar para querer entrevistar a solas
a la víctima son falsas. La policía puede decir
que no quiere que ella se sienta abochornada por preguntas
personales, o aducir que cualquiera que la acompañe
durante la entrevista se convertirá en testigo y luego
tendrá que testificar, u otras tonterías similares.
(La única excepción en que la policía
tiene una razón legítima para excluir a una
amistad de la víctima—y nunca a quien la defiende—es
cuando esa persona ya es testigo en el caso.)
La verdadera razón
por la cual tantos agentes de policía quieren aislar
a la víctima durante la entrevista es que ellos mismos
se sienten incómodos y/o pretenden convencerla de que
el caso es demasiado débil para procesarlo y/o quieren
prestarle poca atención a la entrevista. Y es por eso
que las leyes fueron aprobadas.
Nota:
En la mayoría de estados, a menores de edad que han
sido víctimas de violencia o abuso sexual no se les
otorga el derecho a que durante la entrevista les acompañe
una amistad o alguien de su familia. Sin embargo, a la defensora
o al defensor de una víctima se le debería permitir
estar presente durante todo el proceso en casos de violencia
y abuso sexuales. Lee detenidamente la ley de tu estado. Es
crucial que la defensora o el defensor esté presente
por muchas razones, pero en casos de violencia sexual contra
niñas y niños es especialmente importante detectar
cualquier intento policial de reducir falsamente la declaración
de la víctima.
c) Prepárate
para este común escenario:
Muy frecuentemente,
la víctima estará sentada en el área
de espera con sus personas de apoyo para la entrevista cuando
el agente abre la puerta y dice que quiere entrevistarla a
solas. Esto pone a la víctima y sus personas de apoyo
en la terrible posición ya sea de tener que confrontar
al agente antes de la entrevista o dejar fuera a esas personas.
Es esencial que
tú y la víctima contemplen este posible escenario
y acuerden un plan de lo que ella puede decir y hacer. Sin
preparación, la mayoría de las víctimas
que de repente enfrentan esta situación terminarán
entrando solas a la entrevista. Así que prepárense
y previo a la entrevista lleguen a un acuerdo sobre lo que
ella dirá o quiere que tú digas en esa situación.
La víctima
puede decirle al agente: “Quiero cooperar con esta investigación,
pero no me sentiré cómoda sin mis amistades”.
Si ella no se siente capaz de decir esto, dile que tú,
siendo su defensora o defensor, puedes decirlo. Sin embargo,
incluso entonces el agente podría voltearse hacia la
víctima para tener su afirmación. Finalmente,
aun si eres tú quien habla más, la víctima
tendrá que estar anuente a decirle al agente que no
quiere ser entrevistada sin sus personas de apoyo.
A veces eso es
suficiente y el agente invita a pasar a todas las personas,
pero en otras ocasiones tendrás que ir un paso más
allá y decir algo como: “Si usted no quiere aceptar
que la defensora y las personas de apoyo estén en la
entrevista, tendremos que discutir esto ahora mismo con un
superior”. Eso casi siempre funciona pero, en caso contrario,
no vaciles ni un minuto en caminar hacia la oficina del superior
o tomar tu teléfono celular para hablar con esta persona.
No se puede enfatizar
lo suficiente la importancia de que tú y la víctima
planifiquen esto con anticipación—a menos, por
supuesto, que ella específicamente quiera estar sola
durante la entrevista.
Recuerda que, por
lo general, cualquier agente que continúe insistiendo
en aislar a la víctima no trae nada bueno entre manos.
No permitas que la policía la manipule para dejar fuera
de la habitación a quien la defiende y a sus amistades.
d) Explícale
a la víctima los tipos específicos de problemas
que la policía suele tener con estas entrevistas.
Dile que lo más probable es que a ella la entrevistará
un detective que tendrá una u otra limitación.
Las deficiencias comunes de la persona entrevistadora podrían
ser, entre otras, falta de sensibilidad, actitudes críticas
y sesgadas, un tono acusatorio, incomodidad respecto a temas
sexuales, no pedir suficientes detalles y no orientar a la
víctima ni asociarse con ella en explorar las pistas
probatorias.
Explícale
a la víctima que, aunque el agente entrevistador no
brinde un gran apoyo ni sea totalmente competente, si ella
puede recordar que esto es problema del agente y no tomarlo
a pecho, de todos modos conseguirá que la información
quede documentada.
Si a la víctima
le interesa, puedes referirla a alguno de los artículos
aquí citados que le darán más detalles
sobre problemas frecuentes con las investigaciones policiales
de delitos sexuales.
Investigación
policial de la violación—Obstáculos
y soluciones Contiene un resumen del estudio
y enlace al documento completo (en inglés)
Cómo
mejorar las entrevistas a víctimas de delitos sexuales—12
sugerencias de qué hacer y no hacer
e) Explícale
a la víctima que durante la entrevista no debería
vacilar en ofrecer información aun si no se hacen las
preguntas pertinentes. Esto puede ser muy difícil
para las víctimas de delitos sexuales. Ya es bastante
difícil para casi cualquier persona hablar de un delito
sexual aun cuando se le plantean las preguntas correctas en
una forma comprensiva. Pero dar más información
de la que se te está pidiendo en estos casos puede
sentirse como alto totalmente fuera de lugar. Aun así,
las víctimas de delitos sexuales pueden darle un gran
empuje al caso llegando a la entrevista preparadas para asegurarse
de comunicar toda la información.
f) Explícale
a la víctima la crucial importancia de decir la verdad
con todo detalle. Aunque esto fue abordado en la
Parte 1 de este texto, es un obstáculo tan común
que vale la pena volver a mencionarlo.
Las víctimas
de delitos sexuales usualmente tienen muy buenas razones para
no revelar ciertos detalles de sus historias. Desean que se
les crea, pero no quieren ser juzgadas. Y tienen toda la razón
al prever cualquier posible brote de culpabilización
que pudiera dirigírseles si su historia no es la de
‘la más virgen de las vírgenes’.
Como consecuencia, aunque el delito sexual sí ocurrió,
es sumamente común que ellas no lo digan todo, que
alteren algunos hechos o mientan sobre aspectos de su experiencia.
Sin embargo, cuando
la policía percibe esta distorsión, rápidamente
aflora su sesgo preconcebido de que muchas víctimas
de delitos sexuales (si no la mayoría) están
haciendo denuncias falsas. Y es así que, en un caso
tras otro, la víctima no puede ganar a menos que diga
la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Ayuda a la víctima
a comprender todo esto antes de la entrevista y podrás
hacer un mundo de diferencia. Repasa con ella las cosas que
para otras víctimas de delitos sexuales a menudo es
difícil hablar con la policía, como usar drogas,
embriagarse, violar la libertad condicional, desobedecer las
normas familiares, involucrarse en prostitución o simplemente
detalles sexuales bochornosos, etc. Ayúdala a encontrar
maneras de hablar sobre esto. Dile que tú la ayudarás
si hubiera cualquier repercusión.
Y luego recuérdale
esto...
g) Si más
adelante descubres que la víctima le mintió
a la policía o no le proporcionó información
bochornosa, tú y ella usualmente podrán reparar
el daño. Explícale que, por muy buenas
razones, muchísimas víctimas de delitos sexuales
no le cuentan toda la historia a la policía y que,
si bien es mejor dar detalles precisos la primera vez, los
errores pueden y deben ser corregidos. Luego vayan tú
y ella a la policía y expliquen por qué sucedió
esto.
Si el detective
asignado al caso no comprende, acudan a su supervisor o cualquier
nivel más alto al que necesiten llegar. A menudo, cuando
el detective se entera de que una víctima está
cambiando cualquier aspecto de la historia, dirá que
ella perdió credibilidad y por lo tanto el caso ya
no es viable. Esto es falso, falso, falso.
No permitas que
la policía desestime un caso sólo porque más
adelante la víctima revela detalles que había
encubierto por razones perfectamente explicables. Ya es hora
de que la policía empiece a entender las presiones
que pesan sobre las víctimas de delitos sexuales e
integre esa comprensión a sus investigaciones y que
los fiscales la incorporen en el procesamiento de casos.
h) Ayuda
a la víctima a ser más consciente de las clases
de pruebas en su caso. Ayudar a la víctima
a familiarizarse con la gama de pruebas en su caso es una
de las mejores maneras de contribuir a que pueda manejar bien
su principal entrevista, ya sea que el detective tenga o no
las habilidades suficientes para obtener la información.
Cuando la víctima tiene una comprensión general
de las pruebas en su caso, esto aumenta significativamente
las probabilidades de que le comunique información
esencial al detective.
Si tú y
la víctima empiezan a repasar su experiencia en busca
de pistas probatorias, esto puede ayudar no sólo a
cubrir brechas del investigador sino también a que
la víctima supere sentimientos de indefensión
cuando comienza a ver las fortalezas en su caso y asumir un
rol activo en juntar las piezas.
Entonces, si la
víctima está anuente, repasa su historia con
ella para buscar específicamente las clases de cosas
que pueden constituir pruebas y pistas probatorias. La siguiente
sección debería ayudarte en ese proceso.
Cuando la víctima
ya sea consciente de la posible gama de pruebas y pistas probatorias,
sugiérele que, antes de la entrevista y teniendo en
mente las pruebas, siga pensando en su experiencia. Ella probablemente
recordará aun más pruebas. Además, si
en el caso hubo testigos ya sea de la conducta del perpetrador
previa o posterior al ataque o del comportamiento de la víctima
después del ataque, pídele a ella que lleve
a la entrevista toda la información posible sobre cómo
contactar a esas personas.
Explícale
a la víctima que, sin duda alguna, todo esto es trabajo
del detective, pero cuanto más pueda ella mentalizarse
como socia en el rol de catalogar las pruebas, mayor será
la probabilidad de que el detective les dé seguimiento
y no engavete el caso.
Seguimiento
y evaluación de las pruebas
Muchas defensoras
y defensores creen que evaluar y dar seguimiento a las pruebas
en un caso no es parte de su trabajo. Sin embargo, dado que
tantos agentes policiales y fiscales afirman falsamente que
“no hay suficientes pruebas”, sobre todo en casos
de delitos sexuales, siendo tú la persona que defiende
a la víctima debes saber cuándo sospechar que
eso es lo que podría estar sucediendo y cuáles
argumentos presentar en el caso de la víctima.
Hay una sola manera
de saber si las afirmaciones de que “no hay suficientes
pruebas” son legítimas o la forma en que la policía
o los fiscales encubren su renuencia a procesar el caso. Debes
tener una buena percepción de las pruebas reales y
potenciales, como también una buena idea de cuáles
de esas pruebas han sido plenamente investigadas e introducidas
al caso.
Tratar de abogar
por víctimas de delitos sexuales sin prestar una estrecha
atención a las pruebas es como intentar jugar póker
sin ver las cartas que tienes en la mano.
Cómo
tener una idea de las pruebas en el caso.
*
Conversaciones focalizadas con la víctima.
Usualmente, la manera más productiva de tener una idea
de las pruebas en un caso de delitos sexuales es que tú
y la víctima repasen su historia con el propósito
expreso de notar las pruebas y pistas probatorias, así
como la respuesta de la policía a esas pruebas. Las
conversaciones centradas en determinar cuáles pruebas
existen pueden ser muy beneficiosas tanto para ti como para
la víctima pues conjuntamente llegarán a tener
una buena percepción de las pruebas en su caso. La
víctima podrá comprender cómo repasar
los detalles de su experiencia para encontrar más pruebas.
Y quizás a ti y a la víctima se les ocurran
cosas que ella podría no haber considerado lo suficientemente
significativas como para decírselas a la policía.
Repasar las pruebas
con la víctima también le da a ella una percepción
sólida de las fortalezas en su caso y la ayuda a comunicarle
mejor estas cosas a la policía.
*
Conversaciones con el investigador. Frecuentemente,
los investigadores de delitos sexuales están renuentes
a discutir detalles específicos de las pruebas del
caso con las víctimas y sus defensoras/es. No obstante,
si has podido establecer una cómoda relación
de trabajo con el agente, y sobre todo si tienes facilidad
de palabra, muchos agentes empezarán a hablar más
abiertamente respecto al progreso del caso. Además,
como ya se mencionó, establecer un relación
continua de trabajo con el investigador puede ser un potente
factor motivador para lograr que la policía trate el
caso con mayor seriedad. Es parte de la naturaleza humana
hacer un mejor trabajo cuando a alguien más parece
importarle una situación.
*
Órdenes de cateo y órdenes de arresto.
Si en el caso ya se emitió una orden de cateo o una
de arresto, estos documentos suelen estar abiertos al público
y disponibles en el departamento de registros del tribunal.
Son valiosos pues el investigador que pidió la orden
hizo una lista de las pruebas que apoyan su solicitud, o sea
las mismas que apoyan el caso. Si obtienes estos documentos,
por lo general contendrán una lista de las pruebas
disponibles del caso hasta la fecha en que se solicitó
la orden.
En este artículo
encontrarás información más detallada
sobre cómo monitorear, evaluar e introducir evidencias
en casos de violencia contra las mujeres: Monitorear, descubrir
e introducir las pruebas en el caso tú misma
Monitorear,
descubrir e introducir las pruebas en el caso tú misma
Una sinopsis de
posibles pruebas en casos de delitos sexuales
Cualquier
cosa y todo puede ser prueba. Dependiendo de las
circunstancias, cualquier cosa y todo puede ser una prueba.
Ya se trate de recibos de tiendas, manchas de grama, patrones
de lenguaje y la hora en que salió el sol... todo puede
ser prueba. Lo siguiente es sólo un marco general que
podrías usar para detectar las posibilidades.
Pruebas
físicas, evidencia de lesiones y ADN que podrían
haber sido halladas en el examen médico de violación.
Conducta
del perpetrador previa al ataque. La mayoría
de perpetradores planifica su ataque sexual con tiempo y maniobra
la situación a modo de preparar el terreno para aislar
y atrapar a la víctima. Al inspeccionarla con detenimiento,
la conducta del perpetrador previa al ataque usualmente muestra
elementos que indican su intención de atacar. Aunque
por lo general no hay testigos al momento del ataque, a menudo
sí los hay del comportamiento del perpetrador previo
al ataque. Dejar plantadas a sus amistades abruptamente, hacer
excusas extrañas para tener a solas a la víctima,
mensajes electrónicos y de texto... todas éstas
pueden ser fuertes pruebas que corroboran el caso. En retrospectiva,
¿puede la víctima ver alguna forma en que estaba
siendo preparada para el ataque?
Conducta
de ataque del perpetrador y reacciones de la víctima.
Los detalles del ataque en sí, incluyendo palabras
dichas, son siempre importantes. Aunque por lo general no
hay personas que hayan presenciado el propio ataque, cuantos
más detalles tenga el investigador, mejor podrá
diseñar su interrogación posterior de la persona
sospechosa. Esos detalles también pueden compararse
con las historias de otras víctimas del mismo perpetrador
o con otros intentos de éste.
La conducta de
la víctima durante el ataque usualmente guarda valiosas
pruebas de su nivel de temor y falta de consentimiento. Cualquier
indicación del miedo de la víctima y descripciones
de lo que ella temía que sucedería pueden ser
cruciales para demostrar que la actividad sexual no fue consensuada.
Conducta
de la víctima posterior al ataque. Después
del ataque, la mayoría de víctimas de delitos
sexuales hace algunos cambios drásticos en su conducta
cotidiana. Ya se trate de proteger su seguridad, aliviar su
dolor emocional, evadir al perpetrador, buscar ayuda u ocultarse,
cualquiera de estas acciones fuera de lo ordinario pueden
corroborar que la víctima sufrió un trauma y
no tuvo relaciones sexuales consensuadas. Busca cualquier
cosa que corrobore estos cambios y no olvides que también
los testigos de estas conductas constituyen prueba.
Testigos
a quienes se acude inmediatamente después de ser víctima
de un crimen. Aunque a menudo las víctimas
no presentan una denuncia ante la policía inmediatamente
después de un ataque sexual, con frecuencia buscan
ayuda. Las personas a quienes acuden y sus declaraciones pueden
ser potentes para respaldar la historia de la víctima.
Puede ser cualquier persona: amistades, profesionales, conductores
de taxis, vecinas o vecinos.
Y la víctima
no necesariamente tiene que haberle contado a esa persona
sobre el ataque. Lo importante es el solo hecho de que la
víctima le haya pedido ayuda. Supongamos, por ejemplo,
que ella llegó muy alterada con el encargado de un
bar y le pidió que llamara urgentemente un taxi. No
importa si no le dijo nada sobre el ataque. Él y probablemente
también el conductor del taxi serían buenos
testigos.
Conducta
del perpetrador posterior a la violación.
Después de una violación, el perpetrador suele
tener comportamientos que indican su culpa. Puede cambiar
su historia una y otra vez, vilipendiar a la víctima,
ocultar pruebas o tal vez empezar a jactarse frente a sus
amigos de lo que hizo. Al igual que con otras pruebas, estas
cosas pueden no constituir prueba pero sí respaldar
o corroborar otros aspectos de la historia de la víctima.
Otras víctimas.
Otras víctimas del mismo perpetrador pueden ser pruebas
enormemente importantes en casos de delitos sexuales. Es más,
con frecuencia no es difícil encontrar a esas víctimas.
En su mayoría, los perpetradores de delitos sexuales
son perpetradores en serie que muchas veces han quedado impunes.
Además suelen seleccionar a sus víctimas dentro
del mismo círculo social de la víctima actual.
A pesar de todo esto y de cuán valiosas pueden ser
otras víctimas para enjuiciar a los perpetradores,
muy pocos detectives las buscan.
Aun así,
cuando les preguntas a las víctimas si pueden pensar
en otras personas que podrían haber tenido un problema
similar con el mismo perpetrador, es sorprendente cuántas
de ellas recuerdan nombres. Y si no los recuerdan inmediatamente,
a menudo lo hacen después de hacer unas cuantas preguntas
por ahí.
Pruebas
de la llamada probatoria. Las llamadas probatorias
suelen ser una de las fuentes más significativas de
pruebas en casos de delitos sexuales. Más aún,
las pruebas provenientes de estas llamadas pueden ser lo suficientemente
fehacientes como para concluir el caso. Sin embargo, en un
caso tras otro la policía no hace el esfuerzo. Y aun
cuando sí se llega a hacer una llamada probatoria,
la mayoría de investigadores no involucra a la víctima
de tal manera que aumenten las probabilidades de éxito
de la llamada.
Dada la relevancia
de estas llamadas en casos de delitos sexuales, como también
debido a que las y los defensores pueden ser tan importantes
para asegurar que sean hechas y de manera apropiada, explicamos
estas llamadas más detalladamente en la siguiente sección.
Ir
a la Parte 3 - Abogando por víctimas de delitos sexuales
durante la investigación policial
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