Si
tu clienta aún no ha denunciado el incidente a la
policía
Prepara a
tu clienta:
Es muy beneficioso que tengas la oportunidad de hablar con
tu clienta antes de que vaya a la policía. Suponiendo
que no haya un peligro inmediato ni la probabilidad de que
se pierdan evidencias cruciales, el tiempo que te tomes
en prepararla puede prevenir muchos de los escollos en los
reportes policiales de violencia doméstica.
Uno de los escollos
más comunes en la etapa de la denuncia es que las
víctimas retengan información significativa.
Por lo general esto es ocasionado por una mezcla de temor
en las víctimas e insensibilidad o incompetencia
de los agentes de policía. Y aunque las deficiencias
en el reporte policial usualmente pueden ser corregidas
después, esto debería evitarse siempre que
sea posible, ya que la información faltante afecta
la evaluación por parte del agente y también
porque la información agregada posteriormente a menudo
es blanco de ataque por abogados defensores que alegarán
que carece de credibilidad.
Aborda las
preguntas y preocupaciones de tu clienta: En particular,
sondéala cuidadosamente y enfoca los temores específicos
que pueda tener acerca de abrir un caso de justicia criminal.
Edúcala
sobre puntos pertinentes del proceso policial: Reconoce
con antelación, ante ella, que hay agentes que responden
bien a estos crímenes y otros cuya respuesta es muy
deficiente. Asegúrale que tú estarás
monitoreando el caso para detectar cualquier problema y
trabajarás para remediar la situación si surgen
dificultades.
Ayuda a tu
clienta a comprender los parámetros de la investigación
policial y que a la policía le interesa primordialmente
la conducta criminal del ofensor:Mientras escuchas su
historia, ayúdala a identificar cuáles aspectos
del comportamiento del abusador son criminales. Motívala
a pensar e identificar las pruebas que estén disponibles
en su caso.
Por encima
de todo, explícale la importancia de no retener información.
Obtén
los antecedentes penales del perpetrador: Es importante
obtener los antecedentes penales del perpetrador tan pronto
como sea posible. Si, por ejemplo, él está
en libertad condicional por cualquier crimen, el nivel de
evidencias necesario para justificar un arresto será
mucho más bajo que para alguien que no lo está.
Y aunque tal vez quisieras esperar hasta después
de que se haya hecho un reporte policial, aquí discutiremos
la obtención de los antecedentes penales del ofensor.
Porque si fuera del todo posible, y a menudo es tan fácil
como hacer una llamada telefónica, tener esos antecedentes
en la punta de la lengua puede favorecer grandemente la
forma en que la policía maneje el caso de tu clienta.
Otra razón
por la que es importante obtener los antecedentes penales
del ofensor lo más pronto posible es que los perpetradores
de violencia doméstica a menudo les ocultan sus crímenes
a sus víctimas. De hecho, no es extraño descubrir
que un perpetrador esté en libertad condicional por
crímenes graves y que la víctima no tenga
la menor idea de ello.
Informar a la
víctima sobre los antecedentes penales del perpetrador
es a menudo un momento de gran sorpresa para ella. También
puede ser un significativo punto de cambio. Con frecuencia
es la primera vez que ella en realidad se da cuenta de que
las cosas no son culpa suya. Este hombre realmente es malo.
Descubrir los antecedentes penales del ofensor puede ser
clave para liberar a la víctima y que ella pueda
llevar adelante su propio caso criminal muy decididamente.
El hecho de que tantos perpetradores les oculten su historia
criminal a las víctimas también significa
que no deberías depender de la interrogación
a ellas como fuente para obtener la historia criminal de
un perpetrador.
La manera más
rápida de obtener antecedentes penales confiables
consiste en llamar a la defensora o defensor de víctimas
en la corte o en la Oficina del Fiscal de Distrito. Es probable
que tenga un acceso inmediato a las computadoras del sistema
de justicia criminal. Recuerda: una vez que a una persona
se le acusa de un crimen, el registro de ese caso es luego
colocado en los registros públicos y, siendo así,
está disponible para cualquiera que lo solicite.
Si en la corte
no puedes comunicarte con nadie que busque el registro para
ti, probablemente tú o la víctima tendrán
que ir allá para consultar ustedes mismas la computadora
del sistema de justicia criminal.
Recuerda, además,
que quizás la corte de tu condado sólo tenga
los antecedentes de los crímenes que ocurrieron en
esa localidad. Si el perpetrador ha vivido en otros condados,
tendrás que buscar ayuda de una defensora o defensor
de víctimas u otra persona en esos lugares a fin
de obtener allí los registros.
Obtener los antecedentes
de otros condados a menudo vale el esfuerzo. En varias ocasiones
hemos descubierto que el perpetrador ha pagado una fianza
o tiene órdenes de captura en otros condados. Estos
conocimientos pueden hacer las cosas mucho más fáciles
para la víctima.
NOTA:
En la mayoría de los estados, a los mismos
oficiales de la justicia criminal se les prohíbe
entregar los antecedentes penales de un perpetrador aunque
esa información está disponible en los registros
públicos. Esto es para evitar el formidable prejuicio
que podría crearse debido a la autoridad de la
posición del oficial.
De ser posible,
trata de estar presente cuando la víctima presente
su denuncia en la policía y de que la policía
llegue a tu oficina o al hogar de la víctima.
Evita que ella vaya a la estación de policía
a presentar la denuncia. Conseguir que la policía
haga el reporte en tu oficina o en el hogar de la víctima,
en tu presencia, aumenta significativamente las probabilidades
de una respuesta minuciosa y respetuosa por parte de la
policía.
Si no puedes
estar presente, y si no se trata de una situación
de emergencia, enfatízale a la víctima la
importancia de hacer arreglos para que una persona adulta
de su confianza la acompañe cuando haga la denuncia.
Otro ángulo
que debe ser considerado cuando las circunstancias no exijan
un reporte inmediato es si tú quieres tratar, o no,
de que un agente en particular responda al caso. Por ejemplo,
si tu clienta habla español podrías conocer
un agente que lo hable y que trate bien a las mujeres latinas.
Entonces, cuando las pruebas y la seguridad no se vean comprometidas,
tal vez quieras programar la denuncia de tu clienta de acuerdo
al horario de un agente en particular.
Aun cuando
no haya circunstancias urgentes, la víctima o tú
deberían iniciar la denuncia llamando a la línea
911 o al número de despachos de la policía.
No inicies un reporte de violencia doméstica llamando
al agente al número comercial de la policía.
Las llamadas a los números comerciales de la policía
por lo general no son grabadas.
Las llamadas
a la línea 911 o al número de despachos de
la policía son grabadas y resumidas en notas escritas
en una computadora (el registro CAD). En ambos casos estas
llamadas se conservan como registros oficiales. Tanto la
grabación de la línea 911 como el registro
CAD tienen un elevado valor de evidencia. Y con frecuencia
ambos resultan útiles cuando los agentes no escriben
reportes, ya que estos agentes suelen alegar que no escribieron
el reporte porque la víctima no estaba denunciando
nada de naturaleza criminal. La grabación de la línea
911 y los registros CAD pueden probar fácilmente
que el agente mintió.
Aconséjale
a tu clienta que ingrese tanto como sea posible de su historia
en la llamada telefónica grabada. Relatar una historia
completa en la línea 911 o en el número de
despachos de la policía es de especial importancia
si la víctima no habla inglés, ya que los
operadores de la línea 911 se conectan rutinaria
y rápidamente con un intérprete profesional.
Si en algún
momento, mientras toma la denuncia, el agente no sigue el
procedimiento correcto, o si está dejando información
importante fuera del reporte, trata de coaccionarlo a hacer
bien las cosas. La habilidad de coaccionar a los agentes
para que hagan lo que no tenían intención
de hacer es algo que estarás desarrollando todo el
tiempo mientras defiendas víctimas. Es como caminar
en la cuerda floja: mantener un buen balance sin apartarte
nunca de tu posición ni permitir que los intentos
del agente te lleven a perder el equilibrio.
"Oiga, agente,
Antonia en verdad apreciaría que usted retire de
la casa todas las armas de fuego". "El perpetrador
ha hecho algunas amenazas serías que tal vez ayudarían
a fortalecer el caso". "Sí, yo sé
que probablemente el juez no va a autorizar una orden de
restricción de emergencia, pero de todos modos vale
la pena intentar. Quizás si usted le explicara al
juez un poco de la historia del caso, podría convencerlo
de cuánto necesitamos la orden de protección".
Si el agente
siembra sus talones y no es posible coaccionarlo para que
haga bien las cosas, entonces puedes escoger entre una serie
de opciones, dependiendo de qué creas que funcionará
mejor bajo las circunstancias. Puedes optar por no presionar
ahora mismo al agente y planificar corregir las cosas por
otros medios después de que él se retire.
Podrías
decidir tratar de presionar más al agente diciéndole
con toda claridad que no vas a desistir. "Mire, necesitamos
sacar esas armas de fuego de la casa de una u otra forma.
Si usted no las saca, tendremos que llamar al sargento para
asegurarnos de que esto se haga".
Si el agente
se empecina en no hacer algo que se debe hacer inmediatamente,
dile: "Vea, este asunto es crucial para la seguridad
de la víctima, de modo que voy a llamar en este momento
al sargento de turno". O al jefe de la unidad de violencia
doméstica, o a cualquiera que consiga que el trabajo
se haga. Luego toma el teléfono y haz la llamada
ahí mismo, en presencia del agente.
Para una discusión
completa sobre estrategias de defensoría orientadas
a corregir una respuesta inadecuada de las fuerzas de seguridad,
consulta la Parte II de este manual, "Cuando las cosas
se ponen feas".
Si
tu clienta ya presentó una denuncia a la policía:
- Tan
pronto como sea posible, evalúa la calidad de la
respuesta y del reporte de la policía.
- Obtén
una copia completa del reporte policial.
- Identifica
errores y deficiencias en la respuesta y el reporte de
la policía.
- Consigue
que se haga cualquier corrección que sea necesaria.
En la sección
que sigue a estas notas introductorias ofrecemos dos cuestionarios
de evaluación de fácil uso: uno para evaluar
la respuesta de la policía y el segundo para evaluar
el reporte policial.
Siempre es
importante que las víctimas y sus defensoras(es)
evalúen la respuesta y el reporte de la policía,
y luego hagan correcciones necesarias tan pronto como sea
posible. Esto se aplica aun cuando la víctima acuda
a ti tarde en el proceso del caso.
El reporte policial
usualmente es el documento más crucial con que la
víctima contará en sus esfuerzos por detener
la violencia. Si el reporte es elaborado en forma apropiada,
sirve como una sólida base para procesar al perpetrador
y ponerlo bajo control. Con frecuencia, un buen reporte
policial puede además resolver problemas que la víctima
pudiera encontrar en muchos otros ámbitos, tales
como la Corte de Familia, o dificultades con dueños
de viviendas, la escuela, el empleo, inmigración,
etc.
Por el contrario,
un reporte deficiente -ya sea incompleto o prejuiciado-
puede socavar seriamente el intento de una víctima
por poner fin a la violencia. Un mal reporte dificulta mucho
y hasta imposibilita la prosecución del perpetrador.
También podría ser fácilmente utilizado
por éste en contra de la víctima.
Puedes optar
por hablar primero con tu clienta y evaluar, a través
de una conversación con ella, la respuesta de la
policía. O bien, dependiendo de las circunstancias,
podrías querer empezar por obtener una copia del
reporte policial y partir desde ahí.
Explícale
a tu clienta por qué es tan importante evaluar la
respuesta y el reporte de la policía.
Asegúrate
de obtener una copia COMPLETA del reporte policial tan pronto
como sea posible.
Muchos estados tienen leyes que exigen que las agencias
de las fuerzas de seguridad proporcionen a las víctimas
de violencia doméstica, gratuitamente, una copia
del reporte policial completo. (En California, la ley que
otorga a las víctimas el derecho a obtener una copia
del reporte policial es la Sección 6228 del Código
de Familia.)
A fin de cerciorarte
de que a tu clienta se le ha proporcionado una copia completa
del reporte policial (que contiene todas las declaraciones
de los testigos y suplementos), mira al final de la primera
página del reporte antes de salir de la estación
de policía. Ahí debería haber una anotación
del total de las páginas que contiene el reporte
completo. Cuenta las páginas que te han entregado.
Si el número de éstas no corresponde al total
anotado, regresa al departamento de registros y solicita
una copia completa del reporte.
En caso de que
quien te atienda en el departamento de registros no quisiera
proporcionarte una copia completa del reporte, pide hablar
con el supervisor de registros, o acude a todos los rangos
más altos según sea necesario. Si aun así
los oficiales continuaran rehusándose a entregarle
el reporte completo a tu clienta, podrías tener que
recurrir a un oficial estatal para que éste llame
al jefe y le informe sobre la intención de la ley.
Es de esperar que no tengas que hacer esto más de
una vez.
Haz múltiples
copias del reporte de la policía. El reporte
policial es obviamente esencial pues provee un sólido
fundamento de evidencias para el arresto y la prosecución.
Pero también puede ayudar a tu clienta en muchas
otras formas puesto que le da autoridad a su historia y
evita que ella tenga que relatarla una y otra vez. Copias
del reporte policial pueden (y deberían) ser ingresadas
en el caso en la Corte de Familia, pueden ser presentadas
como texto para obtener órdenes de restricción
y también utilizadas en cualquier disputa -relacionada
con la vivienda, inmigración, el lugar de trabajo,
la familia o la escuela- que pudiera surgir a raíz
de la intención de la víctima de escapar del
perpetrador y de su violencia. De modo que, luego de obtener
una copia del reporte policial, dile a tu clienta que haga
una docena de fotocopias del reporte completo.
NOTA:
A fin de utilizar el reporte policial como texto en vez
de una nueva declaración de tu clienta en su solicitud
de una orden de restricción, he aquí lo
que ella debe hacer. En el espacio donde la solicitud
de una orden de restricción pide la declaración
de la víctima, tu clienta simplemente tiene que
escribir algo como esto: "El reporte policial adjunto,
#x, es un relato exacto del ataque de [nombre del perpetrador]
contra mí el 5 de enero".
Naturalmente,
si hubiera hechos adicionales que no fueron incluidos en
el reporte o bien una historia complementaria que la víctima
quisiera agregar a lo que está contenido en éste,
ella puede escribir texto adicional. Cuando menos, adjuntar
el reporte policial evitará que tu clienta tenga
que contar de nuevo esa historia en particular; también
evitará tener registradas dos declaraciones de la
víctima en las que un abogado defensor pueda hurgar
en busca de contradicciones que luego pudiera usar para
deslegitimar su credibilidad. Lo más importante,
sin embargo, es que adjuntar el reporte o los reportes policiales
a la solicitud de una orden de restricción da al
juez de Familia el aviso de que un abusador está
bajo investigación criminal por su violencia contra
la víctima. Y eso, por sí mismo, usualmente
es suficiente fundamento para que el juez emita la orden.
Si por cualquier
razón te fuera imposible obtener una copia del reporte
de la policía o no pudieras obtenerlo de inmediato,
de todos modos puedes hacer un buen trabajo de evaluación
de lo que está en el reporte simplemente teniendo
una conversación minuciosa y bien enfocada con la
víctima.
Antes de empezar
a preguntarle a tu clienta sobre la respuesta de la policía,
explícale por qué te interesa seguir una línea
de interrogación que sea diferente a indagar acerca
de lo que el perpetrador le hizo. Si no das esa explicación
antes de comenzar, las víctimas podrían sentirse
confundidas sobre a dónde quieres llegar y continuarán
tratando de volver a hablar de lo que el perpetrador les
hizo. Pero si primero les explicas que estás intentando
averiguar qué hizo la policía, y por qué,
ellas no tendrán problema en comprender y quedarse
enfocadas.
Después
de explicarle a tu clienta el propósito de tus preguntas,
puedes usar la Parte I del formulario de evaluación
que figura abajo para orientar la entrevista.
En el proceso
de evaluar la respuesta y el reporte de la policía,
haz apuntes sobre las correcciones que consideres que se
debe hacer.
Además
de evaluar la respuesta policial, es importante preguntarle
a la víctima cómo fue contactada la policía.
Si fue la misma víctima quien llamó a
la línea 911 o al número de despachos de la
policía, trata de hacerte una idea de lo que ella
dijo en esa llamada y, si fuera relevante, de lo que estaba
ocurriendo en el fondo mientras ella la hacía. Si
alguien más llamó al 911, es importante tratar
de determinar quién hizo la llamada, ya que esta
persona probablemente sea un valioso testigo en el caso.
Recuerda:
Las llamadas a la línea 911 pueden ser una evidencia
decisiva en los casos de violencia contra las mujeres. Dado
que son hechas cuando la víctima siente más
temor, lo que ella o alguna otra persona diga en la grabación
de la llamada tiene un inmenso peso como evidencia. Desafortunadamente,
con demasiada frecuencia los fiscales desechan casos sin
siquiera haber escuchado la grabación de la línea
911. Por ello es muy importante que tengas una buena idea
de lo que está en esa grabación. Y será
aún mejor si tú y tus clientas se hacen el
hábito de obtener una copia de la grabación
de la línea 911 al mismo tiempo que una copia del
reporte de la policía.
Obtén
tanta información como sea posible sobre la historia
criminal general del perpetrador. Ver la discusión
sobre la obtención de los antecedentes penales del
perpetrador en la sección arriba denominada "Si
tu clienta aún no ha denunciado el incidente a la
policía".
Otros
documentos y registros policiales oficiales de casos: grabaciones
de la línea 911, reportes CAD, órdenes de
captura, hojas de formulación de cargos, registros
de evidencias, registros MDT y más
Además
del reporte policial, los departamentos de policía
usualmente generan una serie de otros registros oficiales
adicionales sobre un caso de violencia doméstica.
Estos registros -tales como grabaciones de la línea
911, reportes CAD, solicitudes de órdenes de captura,
hojas de formulación de cargos, registros de evidencias,
registros MDT y más- también pueden ser muy
beneficiosos para el caso de tu clienta.
Las grabaciones
de la línea 911 y reportes CAD son especialmente
útiles y por lo general pueden ser obtenidos en el
Departamento de Registros del Departamento de Policía.
Las órdenes de captura suelen obtenerse en la secretaría
de la corte penal. Las hojas de formulación de cargos
se obtienen generalmente en la cárcel o la oficina
local del alguacil.
* Ejemplo
de caso #1: Un agente de policía aseveraba
que la razón por la cual no escribió un
reporte criminal de violencia doméstica era que
la víctima sólo se quejó de una disputa
que tuvo con su esposo acerca de una propiedad. La explicación
del agente nos pareció muy difícil de creer
porque la víctima nos había hablado en detalle
sobre la violencia doméstica y las amenazas de
matarla que su esposo le había proferido. Por ello
fuimos al Departamento de Registros del Departamento de
Policía y obtuvimos una copia del reporte CAD.
Un reporte
CAD (Despacho Asistido por Computadora) es el resumen
computarizado y el registro de la llamada a la línea
911 que son escritos por la despachadora o despachador
que recibe esa llamada, despacha a un agente y le informa
sobre la naturaleza de la llamada.
Puedes darte
cuenta inmediatamente de lo valiosos que estos reportes
CAD pueden ser en todo tipo de situaciones. En el ejemplo
que aparece arriba, el reporte CAD indicaba con toda claridad
que la víctima estaba llamando por violencia doméstica
criminal y no por una disputa de propiedad. No sólo
eso, sino que el reporte CAD también registraba
claramente que el agente había sido informado de
que la víctima estaba denunciando violencia doméstica
y no una disputa de propiedad.
En suma, el
reporte CAD probó que el oficial estaba mintiendo.
Y una vez que le hicimos ver al sargento que habíamos
obtenido una copia de ese reporte, él inmediatamente
asignó a otro agente para que volviera a entrevistar
a la víctima y escribiera un reporte apropiado.
* Ejemplo
de caso #2: Una víctima se quejó con
nosotras de que el alguacil nunca tomaba en serio sus
llamadas por acecho. Dijo que lo había llamado
por lo menos una docena de veces para pedirle que llegara
a su casa. El alguacil negó que la víctima
hubiera llamado tantas veces y, en realidad, una solicitud
de pasados reportes policiales produjo sólo dos
de éstos. Sin embargo, una solicitud, hecha bajo
la ley de registros públicos, de los reportes CAD
conectados a la dirección de la víctima
mostró que ella había llamado exactamente
15 veces al oficial para reportar el acecho criminal.
Estos reportes CAD nos dieron la prueba irrefutable de
que agentes de la oficina del alguacil se habían
presentado, de hecho, 15 veces al hogar de la víctima,
pero sólo en dos de esas ocasiones se molestaron
en escribir reportes.
* Ejemplo
de caso #3: Un fiscal rechazó un caso de violencia
doméstica aduciendo, como siempre, que no había
suficientes evidencias. Le preguntamos si había
escuchado la grabación de la línea 911.
Resultó que, al igual que tantos otros fiscales,
él simplemente había rechazado el caso sin
siquiera haber escuchado esa grabación.
Dado que ya
habíamos obtenido la grabación, no sólo
sabíamos que el terror de la víctima era
inconfundible, sino también se podía escuchar
con toda claridad al perpetrador, en el fondo, amenazándola
con matarla. Dicho de otra forma, el perpetrador fue pescado
en el acto cometiendo un crimen ahí mismo en la
grabación de la línea 911. Con esta grabación
en mano, pudimos ir ante el supervisor del fiscal y lograr
que se formularan apropiadamente los cargos del caso.
NOTA:
Las órdenes de captura no son tan comunes
en los casos de violencia doméstica ya que generalmente
el sospechoso está presente y es arrestado en la
escena del crimen. Pero en aquellos casos en que un sospecho
ha huido, como también en casos de homicidios relacionados
con violencia doméstica, la policía a menudo
buscará obtener una orden de arresto.
A fin de solicitar
al juez una orden de captura, el agente debe plantear un
argumento basado en las evidencias por las cuales él
considera que se debería realizar un arresto. A menudo,
en lugar de escribir un nuevo reporte, la policía
simplemente adjunta una copia del reporte policial para
proporcionar el panorama general de evidencias necesario.
Las órdenes
de captura, así como el argumento del agente sobre
las evidencias de respaldo, están disponibles en
los registros públicos, por lo que cualquier persona
puede obtener una copia.
Obtener las órdenes
de captura resulta especialmente útil en casos de
crímenes sexuales, ya que a las víctimas de
éstos por lo general no se les permite obtener una
copia del reporte policial. Por tanto, al obtener una copia
de la orden de captura en un caso de crímenes sexuales,
tú y la víctima con frecuencia podrán
adquirir el prohibido reporte policial pues éste
a menudo estará adjunto. Además, las órdenes
de captura son mucho más frecuentemente emitidas
en los casos de crímenes sexuales debido a que los
sospechosos no suelen ser arrestados de inmediato, por razones
que discutiremos en detalle en la subsección "Arresto
y emplazamiento" de
la Parte II.
Errores
comunes de la policía al responder a la violencia
doméstica
A continuación
destacamos los errores más comunes y dañinos
en la respuesta de la policía a la violencia doméstica.
Son cosas en las que debes ser muy vigilante para evaluar
la respuesta y el reporte policiales.
La policía
no escribe un reporte: Una forma en que la policía
se desentiende de la violencia contra las mujeres consiste
sencillamente en alejarse sin hacer nada. El hecho de que
no haya un reporte implica que no habrá trabajo,
molestias ni registros, no hay violencia doméstica,
como tampoco habrá una investigación ni audiencias
en la corte. En suma, no hay problema. Todo eso significa
que los agentes pueden regresar rápidamente a las
calles para hacer un "verdadero trabajo policial".
Los agentes que
se alejan sin escribir un reporte por lo general les dicen
a las mujeres que lo lamentan mucho, pero que no hay nada
que puedan hacer en su situación. En los raros casos
en que a un agente se le confronta con la acusación
de que no escribió un reporte, lo más probable
es que mienta y diga que las mujeres sólo le informaron
sobre una disputa de propiedad o algún otro asunto
no criminal. Ésta es una de las razones por la que
es tan importante que las(os) defensoras(es) sepan cómo
acceder a las grabaciones de la línea 911 y a los
reportes CAD (Despacho Asistido por Computadora). Estos
registros suelen ser la única forma exitosa de convencer
a los supervisores de los agentes de que la víctima
de hecho estaba llamando a la policía para reportar
violencia doméstica o un crimen relacionado. También
es una razón por la cual las mujeres, siempre que
sea posible, deberían estar acompañadas cuando
presentan una denuncia a la policía.
Aunque la incapacidad
de la policía para escribir un reporte no es inusual
en cualquier situación de violencia contra las mujeres,
es mucho más frecuente en casos de violaciones de
las órdenes de restricción, los crímenes
sexuales, las amenazas terroristas, la disuasión
a un testigo y los crímenes de acecho. También
es más común cuando la víctima pertenece
a una raza minoritaria, no habla bien el inglés,
tiene retraso mental, posee antecedentes penales, es joven
o consume drogas.
Pero el hecho
que se debe recordar es que la incapacidad de un agente
para escribir un reporte puede ocurrir en cualquier momento,
aun en los casos más serios y con las víctimas
más privilegiadas.
Ejemplo: ¿Suicidio
con cubeta? El 7 de noviembre de 1999, un conocido médico
de Petaluma, el Dr. Louis Pelfini, llamó a la línea
911 para reportar que su esposa se había suicidado
metiendo la cabeza en una cubeta de agua. En la escena,
entre docenas de banderas de alerta, el detective York,
de crímenes violentos, encontró una cortada
fresca en la mano del médico, lastimaduras frescas
en la parte superior del cuerpo de la señora Pelfini,
como también en su cabeza y sus piernas, solamente
una pulgada de agua en la cubeta y una historia cambiante
del buen doctor.
Partiendo de
lo absurdo de que alguien se suicide metiendo la cabeza
en una cubeta, hasta un estudiante de secundaria habría
reconocido que esta situación debía ser declarada
una escena de crimen. No lo fue. El detective tampoco escribió
un reporte criminal. De hecho, ni siquiera escribió
un reporte de muerte sospechosa. El detective York se fue
a casa.
La historia completa
de este caso deja mucho en qué pensar. Pero sólo
para empezar, ¿no te lleva a preguntarte cuántos
homicidios relacionados con violencia doméstica son
pateados debajo de la alfombra y quedan fuera de las estadísticas,
como el asesinato de la señora Pelfini? No hubo reporte,
no hubo crimen, no hay problema.
La policía
no obtiene una adecuada declaración de la víctima:
Ésta es la deficiencia más significativa y
común de la respuesta de las fuerzas de seguridad
a la violación, la violencia doméstica y el
abuso infantil.
- Los agentes
con frecuencia no son capaces de identificar y enfocar
los múltiples temores específicos de las
víctimas que de rutina constriñen la declaración
de ellas en los casos de violencia contra las mujeres.
- Los agentes
a menudo son incapaces de plantear una serie de preguntas
lo suficientemente comprensibles que se necesitan para
tener una idea completa de la magnitud del crimen o los
crímenes y también para obtener pistas a
evidencias y testigos adicionales.
- Los agentes
frecuentemente no son capaces de establecer suficiente
confianza con la víctima de manera que ella sea
consciente de los profundos riesgos que está corriendo
al relatar su historia y sepa que los agentes priorizarán
la protección de las víctimas contra daños
adicionales. A menos que los agentes establezcan esta
confianza, no sólo no obtendrán una adecuada
declaración de la víctima sino que es probable
que ésta se retire por completo del proceso de
justicia criminal.
- Los agentes
casi siempre son incapaces de involucrar a la víctima
como una socia en el desarrollo de las evidencias del
caso.
- Frecuentemente
los agentes no son capaces de tomar notas adecuadas y
minuciosas sobre las declaraciones que la víctima
sí hace.
Dada la naturaleza
de la violencia contra las mujeres, obtener una declaración
completa y abierta de la víctima es un proceso tan
frágil como levantar una huella de la arena. Las
mujeres víctimas de violencia, mucho más que
las víctimas de otros crímenes, casi siempre
se sienten muy temerosas y reservadas cuando hablan con
oficiales de la justicia criminal.
Debido a la naturaleza
tan íntima y específica de género de
estos crímenes, el relato de los detalles del crimen
usualmente se ve restringido por múltiples capas
de tabúes sociales, vergüenza, barreras de género,
la anticipada culpabilización a la víctima,
obstáculos relacionados con la privacidad, así
como un intenso dolor emocional.
Además,
debido al avasallador poder que el perpetrador tiene sobre
cada aspecto vital de la vida de la víctima, todo
lo que tiene que ver con ella -desde la custodia infantil,
la vivienda, las finanzas, el empleo, las relaciones familiares,
la vida misma- se pone en riesgo a partir del simple acto
de explicar cómo ella resultó con ese morete
en el brazo. A menos que los agentes y oficiales comprendan
estas distorsiones antes de una entrevista, es muy poco
probable que obtengan una declaración abierta y completa
de la víctima.
Al mismo tiempo
que obtener una adecuada declaración de la víctima
requiere de un elevado nivel de conciencia en el agente,
extraerle esa declaración es mucho más crucial
para el éxito general de un caso de violencia contra
las mujeres que para otros crímenes. La mayoría
de las pruebas y de las principales pistas a otras evidencias
está contenida en los detalles que la víctima
proporciona. Nada es más dañino para los casos
de violación, violencia doméstica y abuso
infantil que una declaración restringida de la víctima.
Y nada es más común que esto.
Aun en el mejor
de los casos, muchos agentes bienintencionados llevan a
cabo entrevistas a mujeres víctimas de violencia
en una forma que prácticamente no se distingue de
la manera en que entrevistan a víctimas de robos
de automóviles.
Dada la importancia
de una buena declaración de la víctima para
el caso de tu clienta, y debido a que los agentes raras
veces obtienen una declaración minuciosa, siempre
es importante que tú, la defensora o defensor, realices
tu propia evaluación de la historia de la víctima
para buscar información vital que pudiera haber quedado
fuera del caso.
La policía
no obtiene la historia del abuso: La mayoría
de las políticas escritas de las fuerzas de seguridad
sobre violencia doméstica requiere que la policía
obtenga de la víctima la historia del abuso y, además
de ello, extraiga de la computadora los antecedentes penales
del sospechoso y los adjunte al reporte. Muchos agentes
policiales no hacen ni lo uno ni lo otro.
Y aun cuando
los agentes sí toman nota de la historia de abuso,
muchos no reconocen patrones de abuso peligrosos y en aumento,
o pasan por alto valiosas evidencias que están registradas
en incidentes pasados. Es como si estuvieran pasando como
robots por estos casos, llenando casillas para llegar al
final de la página, sin prestar la menor atención
a las tragedias que se desarrollan frente a sus propios
ojos.
Es crucial prestar
atención a la historia. Con mucha frecuencia, aun
los casos más extremos de violencia doméstica
se manifiestan inicialmente ante las fuerzas de seguridad
apenas como un pequeño morete cuando la policía
es llamada. Al no obtener una buena historia, a menudo los
agentes pasan por alto no sólo la gravedad de los
crímenes sino, peor aún, también la
trayectoria de esos crímenes. Tomar notas minuciosas
sobre la escalada de un incidente al siguiente te acerca
a ser capaz de predecir el futuro.
Cuando los agentes
no son capaces de obtener una buena historia, también
se arriesgan a pasar por alto una mina de excelentes evidencias
de casos previos que frecuentemente pueden ser mucho más
serias que las pruebas disponibles en el incidente actual.
Ejemplo
de caso: El esposo de Anna tomó un arma durante
una violenta discusión. Esta vez, ella pudo arrebatársela
de la mano. Aterrorizada, llamó a la policía
por primera vez. Pero, desafortunadamente, aparte de la
historia de Anna y la presencia del arma, no había
ninguna otra evidencia del crimen. Y dado que el esposo
de Anna le contó a la policía una historia
que contradecía la suya, era claro que no había
suficientes evidencias para perseguir el caso. Por eso
era doblemente importante que la policía obtuviera
una historia en este caso. Pero la policía ni siquiera
hizo preguntas.
Si los agentes
tan siquiera hubieran pedido una breve historia, Anna
fácilmente les habría dicho, como nos lo
relató a nosotras, que unos meses atrás
había habido un incidente similar, sólo
que en esa ocasión su esposo le había presionado
el cañón de la pistola contra la piel con
tanta fuerza, y luego se lo había retorcido, que
le dejó una visible cicatriz en forma de cañón
que le duró semanas. Cuando sus amigas le preguntaron
acerca de la cicatriz, ella les había dicho la
verdad. Algunas de estas amigas eran profesionales y habrían
podido ser excelentes testigas.
Si el agente
hubiera anotado esta historia de Anna, la policía
no sólo habría sido doblemente alertada
sobre el muy elevado riesgo de letalidad en este caso,
sino también habría tenido excelentes testigos
para usar en una prosecución del incidente anterior.
Si tan sólo al agente le hubiera importado lo suficiente
hacer bien su trabajo.
La policía
nos dice tan frecuentemente que no tiene el tiempo para
anotar la historia. La respuesta obvia es que anotar una
buena historia toma mucho menos tiempo que regresar una
y otra vez a la misma residencia porque la policía
no manejó bien el caso en la primera ocasión.
Hacer bien el trabajo la primera vez también toma
mucho menos tiempo que llevar a cabo una investigación
de homicidio.
De nuevo, dado
que la policía a menudo es incapaz de obtener la
historia de abuso, queda en tus manos, la defensora o defensor,
obtenerla con miras a identificar la evidencia que quedó
inadvertida y, más importante aún, con vigilancia
a la trayectoria de violencia del perpetrador.
La policía
no pregunta sobre las amenazas ni las registrar apropiadamente:
La policía a menudo no obtiene información
específica sobre las amenazas de matar o lastimar
que el perpetrador ha proferido... usualmente porque no
la pide. O bien, si de hecho preguntan sobre las amenazas
contra la víctima, no inquieren sobre amenazas a
otros miembros de la familia e, igualmente importante, si
el sospechoso ha amenazado con suicidarse. Y desafortunadamente
algunos de los agentes que preguntan sobre las amenazas
con frecuencia no se toman el tiempo para escribir citas
exactas de éstas.
Las citas exactas
de las amenazas de matar o lastimar que el abusador profiere
son importantes por varias razones:
- Las amenazas
son evidencias. Si el agente no cita correctamente una
amenaza, esa cita inexacta es como una huella dactilar
manchada: más adelante podría ser utilizada
por un abogado defensor para deslegitimar a la víctima
si la cita no concuerda con un testimonio posterior de
la víctima sobre la amenaza.
- Las amenazas
de matar o de ocasionar daño grave son crímenes
por sí mismos. De nuevo, si el agente no registra
la amenaza, o escribe una cita inexacta de ésta
en el reporte policial, ello dificulta o imposibilita
perseguir el crimen de amenaza.
- Y quizás
la razón más importante de todas: las amenazas
dan una idea muy clara de la intención criminal
del abusador. Las descripciones contenidas en las amenazas
de lo que él dice que hará y cómo
va a hacerlo son una descripción escalofriante
y exacta de lo que probablemente hará. Un estudio
tras otro sobre homicidios relacionados con violencia
doméstica revela que las amenazas de matar o de
suicidio tienen una estrecha correlación con la
subsiguiente realización del acto y de llevarlo
a cabo en una forma que refleja los detalles de la amenaza
del perpetrador.
Otro problema
común en la respuesta de la policía ocurre
cuando las víctimas llaman para reportar amenazas
y éstas son la única razón por la que
están llamando. Muchos agentes persisten en decirles
a esas mujeres que no hay nada que ellos puedan hacer sino
hasta que el sospechoso lleve a cabo las amenazas. Y luego
el agente se retira sin siquiera escribir un reporte. Estos
oficiales saben muy bien que las amenazas de matar o de
provocar daños corporales son un crimen por sí
mismo. Ellos deberían ser disciplinados cuando les
dicen a las mujeres que no se puede hacer nada. Pero nunca
lo son.
Siempre pregúntale
a la víctima cuáles fueron las palabras exactas
de las amenazas del perpetrador lo mejor que ella pueda
recordarlas. No es sorprendente que las víctimas
por lo general puedan recordar sin problemas las palabras
exactas. Están grabadas en su conciencia como ninguna
otra cosa que hayan escuchado.
La policía
no pregunta sobre la violencia sexual: En cada cultura
existen fuertes tabúes en cuanto a hablar abiertamente
sobre el acto sexual. Al hablar con víctimas de violencia
doméstica, es tanto más fácil referirse
a los moretes y las patadas, y dejar ahí el asunto.
El 99.99 por
ciento de los agentes que intervienen en una llamada por
violencia doméstica no le pregunta a la víctima
sobre la historia de violencia sexual en la relación.
De hecho, muchas(os) defensoras(es) de víctimas de
violencia doméstica tampoco lo hacen. Y dado que
las víctimas raras veces la mencionarán por
su propia cuenta, la elevada tasa de violencia sexual en
los casos de violencia doméstica casi nunca es registrada
ni manejada por la respuesta de las fuerzas de seguridad
ni de las(os) defensoras(es) - en gran detrimento de la
víctima.
Hay una serie
de razones por las que la inclusión de consideraciones
sobre violencia sexual es tan crítica tanto para
el caso como para la sanación de la víctima.
Aquí limitaremos nuestros comentarios a su importancia
en el caso de justicia criminal.
- En la mayoría
de los incidentes de violencia doméstica los cargos
se formulan como delitos menores. Pero la violación
es una felonía automática. Si una víctima
reporta una violación en su historia de violencia
doméstica, casi en todos los departamentos de policía
el caso será inmediatamente asignado a un detective
que hará una investigación mucho más
minuciosa de éste.
Son demasiados los agentes de policía y las víctimas
y defensoras(es) que continúan creyendo que es
imposible probar los casos de violación conyugal
(o por un compañero íntimo). Pero la realidad
es que estos casos a menudo pueden ser probados fácilmente
mediante el uso de llamadas de pretexto y otras técnicas
investigativas. (Ver la sección sobre crímenes
sexuales.) Y una vez que ha habido una llamada de pretexto
exitosa, esto por lo general marca el fin de la necesidad
de ir a juicio.
- La presencia
de violencia sexual en la violencia doméstica es
una alerta clave acerca del riesgo de letalidad. Una serie
de estudios sobre homicidios relacionados con violencia
doméstica ha revelado que las víctimas de
violencia doméstica tenían en sus historias
una tasa de violencia sexual más elevada que la
de las víctimas de violencia doméstica que
no fueron asesinadas.
La policía
y las(os) defensoras(es) deberían preguntarles rutinariamente
a las víctimas de violencia doméstica sobre
cualquier historia de sexo forzado en la relación.
Discute con tu clienta la posibilidad de hacer un reporte
de la violencia sexual a la policía. O de hablar
más sobre ello con una defensora de crisis por violación.
La policía
no toma declaraciones de los testigos: Aunque la mayoría
de los agentes de policía sí incluye en su
reporte anotaciones sobre la existencia de testigos que
hayan sido mencionados por las mujeres, a menudo, de hecho,
no les contactan ni toman sus cruciales declaraciones. Con
demasiada frecuencia, lo que ocurrirá luego es que
el fiscal de distrito que revise el caso será tan
holgazán e indiferente como el agente que escribió
el reporte defectuoso. En lugar de llamar directamente a
un testigo o que el agente regrese a tomar la declaración
que debió haber obtenido desde un principio, el fiscal
simplemente rechazará el caso por falta de suficientes
pruebas.
Más de
un homicidio relacionado con violencia doméstica
en nuestra comunidad ha sido el resultado de estas dos fallas
de procedimiento de las fuerzas de seguridad: un oficial
de policía que para empezar no pudo molestarse en
obtener apropiadamente la declaración de un testigo,
seguido de un fiscal que, pese a estar enterado de que había
un testigo, tampoco quiso molestarse en tomarle una declaración.
El asesinato
de Mina Arévalo: En el caso de Mina Arévalo,
la policía escribió en su reporte de una
llamada por violencia doméstica que el hijo (adolescente)
de la víctima había presenciado el incidente
y dado una declaración. Pero nada más. Los
agentes no se molestaron en escribir la declaración
del joven; sólo anotaron que éste había
dado una. El fiscal que revisó el reporte, en lugar
de llamar al agente para obtener la declaración
del hijo o hacer que un investigador de la Oficina del
Fiscal de Distrito lo llamara para tomarle su declaración
en forma directa, simplemente rechazó el caso para
prosecución. Tres semanas después, el esposo
de Mina le descargó nueve disparos en el cuerpo.
El hijo y la hija adolescentes descubrieron el cuerpo
de su madre rociado de balas.
En otro ejemplo
fatal, luego de más de una docena de violaciones
a una orden de restricción en las cuales la policía
ni siquiera se había tomado la molestia de escribir
reportes, la víctima llamó para reportar que
el perpetrador la había llamado de nuevo a su casa.
Esta vez ella le dijo al agente que su compañera
de casa había recibido la llamada del perpetrador.
El agente escribió el reporte incluyendo el nombre
de la compañera pero no hizo nada por obtener una
declaración de ella, quien estaba fácilmente
disponible. El fiscal de distrito tampoco se molestó
en obtener una declaración de la compañera
de casa y, por el contrario, rechazó el caso por
falta de suficientes pruebas. Apenas algunas semanas después,
el perpetrador esperaba a la víctima en el lugar
donde ella trabajaba y cuando llegó la ejecutó
con un disparo a la cabeza.
La policía
no atiende las violaciones a las órdenes de restricción
ni el acecho: Pocos crímenes parecen provocar
tanto el desprecio de la policía como ocurre con
las violaciones a las órdenes de restricción
y el acecho. Al parecer, la policía simplemente no
entiende que una llamada telefónica o el envío
de una tarjeta de San Valentín puede constituir uno
de los crímenes más aterrorizantes que existen.
Sin embargo, las historias de las víctimas de homicidios
relacionados con violencia doméstica están
plagadas de actos repetidos de violaciones a las órdenes
de restricción y de acecho, como también de
la incapacidad de las fuerzas de seguridad para hacer algo
al respecto.
La combinación
de la gravedad de las violaciones a las órdenes de
restricción y la falta de voluntad de la policía
para responder a éstas llevó a la Legislatura
de California a aprobar legislación que obliga a
la policía a efectuar arrestos en todos los casos
de este tipo de violaciones. Aun así, la policía
continúa ignorando la ley. Para demasiados agentes,
la idea de haber pasado por la academia de policía
para aprender cómo conducir rápido y disparar
derecho simplemente no parece encajar con tener que escribir
un reporte criminal porque alguna mujer se siente asustada
después de haber recibido una tarjeta de San Valentín.
Y aun cuando
el agente sí escribiera un reporte la primera vez,
mientras más veces es llamada la policía a
la misma dirección con las mismas quejas insignificantes,
más parecen disgustarse los agentes. Cuanto más
envalentonado se siente el perpetrador en este juego del
gato y el ratón, más se frustra la víctima
por tener que llamar a la policía. Y de esta forma
se empeora aceleradamente la situación hasta culminar
en un homicidio.
Lo peor es que,
al parecer, los fiscales responden igual. Entonces, aun
cuando un agente de policía sí comprende la
peligrosidad de estos crímenes y es diligente en
escribir reportes, no le toma mucho tiempo cambiar su estilo
de trabajo. ¿Cuántas violaciones a las órdenes
de restricción escribirías tú si supieras,
con anticipación, que el fiscal de distrito no trabaja
con este tipo de órdenes?
Las(os) defensoras(es)
a menudo tienen que actuar de manera muy proactiva para
presionar a la policía y a los fiscales a manejar
apropiadamente las violaciones a las órdenes de restricción
y el acecho. Esto por lo general involucra obtener los registros
CAD y los reportes policiales a fin de identificar ocasiones
en que la víctima ha llamado a la policía
y ningún reporte ha sido escrito. También
implica examinar el registro de la corte para identificar
un manejo inapropiado de incidentes por parte de los fiscales.
Una vez que la historia se compila, la defensora o defensor
usualmente tiene que acudir al jefe de la unidad de violencia
doméstica o la de crímenes violentos antes
de que estos casos sean manejados en forma adecuada. Pero
tu esfuerzo no será una pérdida de tiempo.
Puede salvarle la vida a tu clienta.
La policía
no aplica las órdenes de custodia, órdenes
de visita y otras órdenes de la Corte de Familia:
Si es ya bastante difícil conseguir que las fuerzas
de seguridad traten las violaciones a las órdenes
de restricción y el acecho como "verdaderos
crímenes", es casi imposible lograr que los
agentes apliquen las órdenes de custodia, de visita
y otras órdenes de la Corte de Familia. Cuando las
mujeres llaman para reportar estas violaciones, la policía
rutinariamente les responde que deben llevar el problema
de vuelta a la Corte de Familia. Las consecuencias de la
frecuente incapacidad de las fuerzas de seguridad para aplicar
las órdenes de esta corte resultan devastadoras y
peligrosas para las víctimas y sus hijas e hijos.
En un ejemplo
típico, el esposo de Anne decidió castigarla
no llevando al hijo de ambos, de dos años de edad,
de vuelta a la casa de ella al final de la visita ordenada
por la corte. Luego de un par de horas, Anne llamó
a la policía. Cuando el agente llegó, ella
le mostró la orden de la corte. En el clásico
estilo, el agente le dijo que ella debía presentar
el problema de nuevo en la corte. Pero la Corte de Familia,
por supuesto, puede hacer poco más que emitir una
modificación de la orden; es decir, emitir una nueva
orden.
Dos días
después, el esposo de Anne aún no le había
regresado a su niño, por lo que ella llamó
por tercera vez a la policía. Los resultados fueron
iguales. Este tercer agente, con la misma asquerosa indiferencia
hacia la angustia de Anne, le dijo una vez más que
llevara el problema de vuelta a la Corte de Familia.
Es crucial que
las(os) defensoras(es) sepan que las violaciones a todas
las órdenes de la Corte de Familia son verdaderos
crímenes y que se puede formular cargos y pueden
ser perseguidos como tales. (En California, las violaciones
a las órdenes de la corte están cubiertas
por la Sección 166.4 del Código Penal.) Es
cien veces más probable que la policía escriba
un reporte policial por un neumático cortado con
navaja que por un bebé que no se le entrega a su
madre, en violación a una orden de la Corte de Familia.
La renuencia generalizada de la policía a implementar
sus poderes en los casos de violaciones a las órdenes
de la Corte de Familia es una denegación claramente
sexista a las mujeres de su derecho constitucional a recibir
protección igualitaria. La policía considera
que las violaciones a las órdenes de la Corte de
Familia están muy, pero muy por debajo de su dignidad.
Las(os) defensoras(es)
también deben actuar en forma muy agresiva para conseguir
que la policía aplique las órdenes de la Corte
de Familia. Se puede hacer. Y debe hacerse para detener
uno de los crímenes más crueles que los abusadores
comenten contra sus víctimas, al aterrorizaras con
el horror de la pérdida de su hija o hijo.
Hay una serie
de crímenes relacionados que la policía también
de rutina se rehúsa a perseguir por razones similares.
El rapto y ocultamiento de niñas y niños,
ya sea que exista o no una orden de la corte o si el perpetrador
tiene la custodia infantil, son crímenes. En California,
las dos secciones pertinentes del Código Penal son
las siguientes:
- Sección
278 Llevarse a una niña o un niño, persuadirle
para que vaya, retenerle u ocultarle por parte de una
persona que no tiene el derecho a custodia.
- Sección
278.5 Llevarse a una niña o un niño, persuadirle
para que vaya, retenerle u ocultarle a fin de privar de
la custodia legal a quien la tiene. (Dicho de otra forma,
es un crimen que un(a) progenitor(a) le oculte las hijas
o los hijos a su madre o padre, aun cuando ambos pudieran
tener custodia legal compartida.)
Se trata de dos
crímenes graves que provocan un dolor intenso a las
víctimas y les representan un claro peligro. Sin
embargo, la policía da la espalda a las madres o
los padres, con más frecuencia a las madres, que
reportan estos crímenes, y a menudo lo hace con una
actitud de afrenta, como si la policía fuera la víctima
de mujeres que le han hecho perder el tiempo con sus llamadas.
A continuación,
tres distintos ejemplos tanto de la gravedad de estos crímenes
como de la desconsideración absoluta, discriminatoria
y sexista de las fuerzas de seguridad para aplicar las leyes
relevantes.
Ejemplo
#1: Hemos mencionado antes este caso, pero aquí
queremos entrar en más detalles. El 27 de marzo
del 2000 en Tacoma, Washington, el famoso francotirador
criminal John Muhammad, de Washington DC, raptó
a sus tres hijos y los ocultó de su esposa Mildred
durante 17 meses. Aunque en junio del 2001 la Policía
de Tacoma finalmente emitió una orden para que
los niños fueran recuperados, nunca obtuvieron
una para arrestar a Muhammad.
Tras 17 largos
meses, los niños fueron encontrados fortuitamente
en una escuela, en la que habían sido inscritos
por Muhammad bajo nombres falsos. Aun así, la policía
no lo arrestó. Esto, a pesar de que la Policía
de Tacoma conocía el paradero de Muhammad, contaba
con amplias pruebas de que había ocultado a los
niños durante más de un año, sabía
que el perpetrador había amenazado con matar a
Mildred y que ella había obtenido una orden de
restricción contra él. Si la policía
y los fiscales hubieran perseguido los múltiples
cargos de felonía por el ocultamiento de los niños,
es probable que Muhammad habría estado tras las
rejas y no en Washington DC llevando a cabo su farra de
asesinatos.
Recordemos
que fue en el otoño del 2002 cuando John Muhammad,
junto al adolescente John Malvo, mantuvo a Washington
DC bajo fuego francotirador, asesinando a 13 personas
muertas e hiriendo a cinco.
Recordemos
también que fue David Brame, el jefe de la Policía
de Tacoma, quien en abril del 2003, enfrente de sus dos
hijos, le disparó y asesinó a su esposa
en el estacionamiento de un centro comercial. Esto, después
de que los agentes de Tacoma habían ignorado múltiples
reportes sobre la violencia de Brame contra las mujeres.
Y una nota
más... El 2 de febrero del 2002, la Policía
de Tacoma sí obtuvo una orden de captura para John
Muhammad. ¿Por qué? ¿Por qué?
Después de no haber conseguido una orden para arrestarlo
cuando mantuvo secuestrados a sus hijos durante 17 meses,
los sacó del país, cambió sus nombres
y amenazó con matar a su madre, ¿por qué
esta vez la Policía de Tacoma sí emitió
una orden de captura? Lo hizo porque John Muhammad supuestamente
robó una tienda de la cual extrajo carne por un
valor de $27.
Los derechos
de propiedad del dueño de la tienda a un par de
libras de carne fueron tratados con mucha más seriedad
que el derecho de una mujer a sus hijos.
Ejemplo
#2: El 19 de diciembre del 2001, Uma James, madre
de John Malvo, llamó a la Policía de Bellingham
para reportar que su hijo, quien entonces tenía
16 años de edad, estaba siendo hostigado por John
Muhammad. John Malvo había sido "levantado"
por Muhammad cuando éste se encontraba visitando
Jamaica. Ahora, Uma James había salido de su país
por primera vez y buscaba desesperadamente que la policía
la ayudara a recuperar a su hijo de las manos de Muhammad.
Era un claro caso de ocultamiento de un menor de edad.
Al hacer la denuncia ante la Policía de Bellingham,
Uma James reportó que cuando ella trató
de quitarle su hijo a Muhammad, había habido "empujones
y forcejeo", según el agente que respondió
la llamada.
Es difícil
saber exactamente qué ocurrió en ese respecto
puesto que, al parecer, el agente de Bellingham no escribió
un reporte criminal de violencia doméstica y la
Policía de Bellingham no investigó las acusaciones
de Uma James acerca del hostigamiento de John Muhammad
contra su hijo de 16 años, como tampoco arrestó
a Muhammad ni escribió un reporte criminal por
la violación de éste a las leyes relacionadas
con el rapto de menores.
En un clásico
desprecio hacia los derechos de las madres a sus hijos,
en lugar de tratar a Muhammad como un sospechoso criminal,
el agente de la Policía de Bellingham les dio la
espalda a Uma James y a su hijo y más bien les
arrestó por estar ilegalmente en los Estados Unidos.
Luego, el agente de Bellingham llamó al Servicio
de Inmigración y Naturalización (INS) para
reportar a la madre y al hijo. En cuanto a Muhammad, el
agente de Bellingham le advirtió verbalmente que
dejara en paz a Uma James y a su hijo.
La única
razón por la que sabemos esto es que el agente
del INS sí escribió un reporte sobre Malvo
y su madre Uma James (por violaciones a las leyes de inmigración)
e incluyó en éste la siguiente declaración:
"La Policía (de Bellingham) le dijo a John
Muhammad que se fuera y no interfiriera con la madre y
su hijo".
El resto es
una historia sangrienta.
Ejemplo
#3: Una adolescente latina, de 13 años de edad,
estaba sexualmente involucrada con un hombre adulto, de
entre 20 y 30 años, cuando las autoridades escolares
reportaron ante el Departamento del Alguacil de nuestro
condado que ella había desaparecido después
de que ese sujeto la recogió en la parada del autobús
de la escuela. Un detective del alguacil fue asignado
al caso. Pero este detective ni una sola vez se puso en
contacto con la madre y el padre de la joven, a pesar
de que ambos estaban buscando ayuda desesperadamente y
continuaron buscándola mientras los meses pasaban
y su hija seguía desaparecida.
Pasados seis
meses, cuando la adolescente finalmente regresó
a su hogar, el Departamento del Alguacil no quiso realizar
un arresto y el fiscal se rehusó a presentar cargos
en el caso. Todos (excepto un agente) decían que
en vista de que la joven se había ido por su propia
voluntad, no se cometió ningún crimen. Ellos
sabían perfectamente bien que sí ocurrió
un crimen. (¡Imaginemos qué habría
sucedido si sus propias hijas de 13 años de edad
hubieran sido llevadas por un hombre adulto!) Pero, por
supuesto, los oficiales simplemente no querían
molestarse. Al final, luego de una intensa presión
al fiscal de distrito, el caso fue llevado apropiadamente,
con 11 cargos de felonía por rapto de menores y
numerosos cargos de violación a una menor.
Es muy difícil
lograr que la policía escriba reportes criminales
o tome alguna acción en las violaciones a las órdenes
de la Corte de Familia o los casos de rapto de menores de
edad. Las(os) defensoras(es) por lo general deben recurrir
a las tácticas que se abordan en la Parte III de
este manual, "Cuando las cosas se ponen feas".
La policía
no determina apropiadamente quién es la persona agresora
dominante: Dado que esta común falla conduce
con tanta frecuencia al arresto de la víctima, la
discutiremos en detalle, en la Parte II, en la subsección
"Abogando por víctimas de violencia doméstica
que han sido arrestadas por violencia doméstica".
Cómo
conseguir correcciones en la respuesta o el reporte de la
policía
El primer paso
para lograr que se hagan correcciones en la respuesta o
el reporte de la policía en un caso de violencia
doméstica es, como siempre, discutir un curso de
acción con la víctima. El siguiente paso será,
por lo general, llamar por teléfono al sargento de
turno, al jefe de la unidad de violencia doméstica
o al jefe de investigaciones.
Si algunas llamadas
telefónicas no resuelven rápidamente el problema,
entonces consulta la Parte III de este manual, "Cuando
las cosas se ponen feas".
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