Aun cuando las mujeres tienen una buena idea del papel que en sus casos juega la policía, a menudo llegan a sentirse confundidas e intimidadas cuando el caso pasa a las manos del fiscal de distrito. El rol del fiscal de distrito en los casos de violencia contra las mujeres es más abstracto que el de la policía, está más escondido tras la escena y más oculto en la terminología legal.
Al mismo tiempo, el manejo que el fiscal de distrito hace de los casos de violencia contra las mujeres es igualmente crucial para la seguridad y la justicia que se les brinde a ellas y más poderoso que el de cualquier otro funcionario local encargado de hacer cumplir la ley. De modo que cuando un caso llega a la Fiscalía del Distrito, las mujeres necesitan sentirse seguras de poder evaluar el progreso del mismo. Precisan sentir confianza para expresar sus opiniones y necesidades. Y si el caso está siendo manejado en forma inadecuada, ellas necesitan sentirse libres y conocedoras a fin de pronunciarse e insistir en que se hagan las correcciones procedentes.
Esto es aun más importante porque, desafortunadamente, todavía es demasiado frecuente que los fiscales de distrito en todo el país rechacen casos de violencia contra las mujeres o formulen cargos menores de los que un caso amerita, aun cuando existen más que suficientes pruebas para seguir adelante con la prosecución judicial.
Tu hábil defensa de las mujeres durante la fase en que su caso se encuentra en la Fiscalía puede no sólo darles confianza donde antes había intimidación, sino además conseguir justicia y protección para ellas en situaciones en que, de lo contrario, las mujeres podrían ser ignoradas.
La siguiente guía ha sido diseñada para ayudar tanto a víctimas como a sus defensoras/es a vigilar y evaluar casos de violencia contra las mujeres, como también a abogar por éstos, mientras son procesados en la Fiscalía del Distrito. Esperamos que esta guía te ayude a ver que, cuando ya te has familiarizado con la terminología legal, el proceso no es tan complejo como parece al principio y que tu sentido común y algunas sugerencias te guiarán en lo que respecta al manejo, por parte de la Fiscalía, de casi todos los casos de violencia contra las mujeres.
Nota: Los términos ‘fiscal de distrito’, ‘fiscal’ o ‘asistente del fiscal de distrito’ a menudo son utilizados indistintamente. Sin embargo, para mayor exactitud, el/la ‘fiscal de distrito’ es el/la funcionario/a público/a electo/a que dirige la Fiscalía del Distrito. Con este/a funcionario trabajan varios/as abogados/as que de hecho manejan los casos. Se les conoce como ‘asistentes del fiscal de distrito’ y con frecuencia se les llama simplemente ‘el/la fiscal’. ‘Fiscal’ es un término general que se refiere más a la función de un/a abogado/a de procesar o enjuiciar personas acusadas de crímenes. En esta guía utilizaremos el término ‘fiscal de distrito’ para referirnos a la totalidad de abogados/as que trabajan en la Fiscalía. Pero cuando en tu caso escuches usar cualquiera de estos otros términos sabrás que se trata de la misma persona.
Parte 1 ~ Algunos puntos generales de información para tratar con la Fiscalía
del Distrito |
La siguiente información general debería ayudarte a comprender el papel que juega el fiscal de distrito en los casos de violencia contra las mujeres. Si necesitas ayuda inmediata para manejar un caso particular, lee la Parte 2 ~ Abogando por las víctimas en la Fiscalía del Distrito durante la fase previa a la prosecución, o la Parte 3 ~ Abogando por las víctimas en la Fiscalía del Distrito durante la prosecución.
1. El trabajo del fiscal de distrito. El trabajo del fiscal de distrito consiste en proteger la seguridad del público y buscar justicia para la comunidad a través de la prosecución de personas que cometen crímenes contra la sociedad. (Por definición, todos los crímenes son ofensas contra la comunidad.) El fiscal de distrito hace esto revisando primero las pruebas recabadas en los reportes criminales de la policía en tu distrito. Con base en esa revisión, seguidamente el fiscal de distrito decide cuáles cargos penales va a formular, si es que alguno, contra la persona sospechosa. Si se formulan cargos penales, el fiscal de distrito luego someterá a juicio en un tribunal a la persona acusada bajo esos cargos. El fiscal de distrito y la totalidad de abogados/as que trabajan en la Fiscalía del Distrito son funcionarios/as públicos/as encargados/as de hacer cumplir la ley y pagados/as con tus impuestos. En tu comunidad, el fiscal de distrito es el principal funcionario a cargo de velar por el cumplimiento de la ley.
2. Los fiscales de distrito en los Estados Unidos poseen una discrecionalidad casi absoluta respecto a la prosecución. Lo que esto significa para las víctimas de violencia contra las mujeres es que el fiscal de distrito no tiene ninguna obligación legal de formular cargos en tu caso, aun cuando exista una montaña de pruebas que demuestren fehacientemente que el crimen fue cometido. Este poder irrestricto que el fiscal de distrito tiene por su discrecionalidad en cuanto a la prosecución suele ser una gran sorpresa para la gente. La mayoría de las personas no es consciente de que los fiscales de distrito, cuando ya están en su cargo, tienen un inmenso poder, prácticamente sin restricciones, que les permite escoger los crímenes que desean procesar, los que optan por ignorar y aquéllos a los que no quieren darles la debida importancia, aun cuando existen más que suficientes pruebas para una prosecución completa. Este amplio poder explica por qué es tan fácil que los fiscales de distrito desechen de rutina casos de violencia contra las mujeres que son aptos para ser procesados. Lo hacen actuando dentro de su discrecionalidad. Y no hay manera de responsabilizarlos legalmente por rehusarse a perseguir tu caso, sin importar cuán abundantes sean las pruebas. El fiscal de distrito es el único y decisivo funcionario en tu comunidad en lo que se refiere a cuáles víctimas tendrán acceso a la justicia y cuáles no.
Lo que genera una situación particularmente desfavorable para las mujeres es que los casos de violencia contra ellas a menudo son los que los fiscales de distrito menos quieren trabajar. Por lo tanto, son los casos que tienen mayores probabilidades de ser rechazados por un fiscal, de que éste formule cargos menores de los que ameritan o haga un mal manejo de esos casos. Numerosos factores se combinan para que la Fiscalía deseche de rutina casos perfectamente viables de violencia contra las mujeres: actitudes sexistas, disgusto por tener que lidiar con víctimas muy traumatizadas, la arcaica creencia de que la violencia contra las mujeres no es un asunto importante, el tiempo que toma procesar estos casos, y más. Los fiscales no quieren hacerlo. No tienen obligación de hacerlo. Y saben que nadie puede responsabilizarlos legalmente por negarse a hacerlo.
Ya habrás empezado a percatarte de por qué este poder de discrecionalidad en cuanto a la prosecución puede ser y con mucha frecuencia es muy peligroso para las mujeres. El fiscal de distrito, por un mero capricho arbitrario, puede legalmente, y sin ayuda de nadie, impedir que las mujeres tengan acceso a cualquier medida de protección y justicia. Por ello es tan crucialmente importante que las víctimas y sus defensoras/es lo vigilen en cada paso, sepan cómo presionarlo para que maneje adecuadamente tu caso y no tengan miedo de hacerlo.
Si quieres saber más sobre cómo y por qué este poder discrecional de los fiscales de distrito constituye un inmenso impedimento para la seguridad de las mujeres y la justicia que puedan obtener, lee Obstáculos de las mujeres a la justicia criminal.
3. El fiscal de distrito no es el abogado de las mujeres. Éste es otro hecho que suele sorprender a la agente. El fiscal de distrito es el abogado de la comunidad, lo cual significa que, estrictamente hablando, su trabajo no consiste en representar los intereses específicos de la víctima, sino los intereses de la comunidad. Los crímenes, aun cuando sean cometidos contra víctimas individuales, son ofensas en contra de toda la comunidad. La víctima del crimen es un/a testigo/a en los esfuerzos del fiscal de distrito por perseguir a la persona acusada en nombre de la comunidad. Es por esto que a los casos penales se les llama ‘El Pueblo contra X persona’. El fiscal de distrito está representando al ‘Pueblo’, es decir, a la comunidad. No representa a la víctima.
La mayoría de las veces, esta distinción no hace una gran diferencia. El objetivo del fiscal de distrito al representar a la comunidad suele ser muy parecido al de la víctima; es decir, hacer que los perpetradores rindan cuentas por sus crímenes. Sin embargo, hay circunstancias en que el hecho de que el fiscal de distrito no es el abogado de la víctima puede tener consecuencias significativas para ésta.
En primer lugar, entre el fiscal de distrito y la víctima no existe el privilegio abogado-cliente. De hecho, si la víctima le proporciona al fiscal cualquier información o prueba que pudiera minimizar o depreciar la culpabilidad del acusado, el fiscal está obligado a entregar esa información a la defensa.
También hay ocasiones en que los intereses de la víctima y los de la comunidad entran en franco conflicto, aun cuando el fiscal de distrito esté haciendo bien su trabajo. Por ejemplo, el fiscal podría querer utilizar el diario de una víctima para ayudar a demostrar las pruebas del caso, pero quizás a la víctima le interese proteger su derecho a la privacidad y no quiera que su diario sea usado en el tribunal. Otro ejemplo: el fiscal podría querer que la madre de la víctima no ingrese a la sala del tribunal pues cree que su presencia socavaría la credibilidad de la víctima en el juicio. Sin embargo, la víctima quiere ejercer su derecho a que su madre la acompañe en el tribunal cuando testifique.
Es importante que las víctimas y sus defensoras/es comprendan que, a diferencia de situaciones de conducta indebida por parte del fiscal de distrito, estos conflictos son inherentes al hecho de que el fiscal no está representando a la víctima. Son conflictos legítimos y, cuando éstos surgen, las víctimas nunca deberían vacilar en afirmar sus derechos e intereses. Por ejemplo, en el caso del diario, es totalmente legítimo que la víctima se rehúse a entregárselo al fiscal de distrito y le pida al juez que tome la decisión acerca de cuál derecho debería prevalecer: el derecho del fiscal a utilizar el diario como prueba, o el derecho de la víctima a proteger la confidencialidad de su diario.
4. El fiscal de distrito ocupa el lugar de mayor jerarquía entre funcionarios locales encargados de hacer cumplir la ley. El fiscal de distrito es el principal funcionario a cargo de velar por el cumplimiento de la ley y el que posee la mayor cuota de poder en tu condado. Más que cualquier otro funcionario, el fiscal de distrito controla cómo serán manejados en tu condado los casos de violencia contra las mujeres. No sólo es el guardián que toma las decisiones finales acerca de cuáles víctimas individuales tendrán acceso a la justicia, sino también controla cómo otros funcionarios y la comunidad en su conjunto responderán en general a estos crímenes.
Si el fiscal de distrito rutinariamente rechaza casos de violencia contra las mujeres o formula cargos menores de lo que éstos ameritan, ello envía a todos los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley en el condado el mensaje de que no vale la pena que inviertan tiempo y esfuerzo en tales casos. Es la naturaleza humana. Incluso los agentes más diligentes no se pondrán a escribir interminables reportes correspondientes a una categoría de crimen que de entrada saben que el fiscal de distrito simplemente va a descartar. De manera similar, si el fiscal de distrito suele rechazar casos de violencia contra las mujeres, la comunidad entera, perpetradores, víctimas, vecinas y vecinos, parientes y el resto de la gente reciben el mensaje de que la violencia contra las mujeres no es un asunto importante.
Si, por el contrario, el fiscal de distrito rutinariamente trata con seriedad los casos de violencia contra las mujeres y formula cargos apropiados, los funcionarios encargados del cumplimiento de la ley en todo el condado reciben el mensaje de que vale la pena centrar sus esfuerzos en un manejo minucioso y competente de estos casos. Asimismo, toda la comunidad se entera de que la violencia contra las mujeres no será tolerada. Ése es el poder de la justicia. El singular poder del rol que juega el fiscal de distrito en determinar la respuesta de una comunidad a este tipo de violencia con demasiada frecuencia pasa desapercibido por activistas. La mayoría de elecciones de fiscales de distrito se lleva a cabo con poco o ningún escrutinio de los puntos de vista de los/as candidatos/as acerca de la violencia contra las mujeres. Es una enorme oportunidad perdida en la lucha por erradicar esta violencia.
También hay ocasiones en que la posición del fiscal de distrito como principal funcionario encargado de velar por el cumplimiento de la ley puede resultar útil en tu caso individual. Dado que el fiscal de distrito tiene un control considerable sobre todos los funcionarios a cargo de hacer cumplir la ley en tu condado, a menudo puedes apelar ante el fiscal para que intervenga cuando tienes problemas que no has podido resolver en otros puntos del caso; por ejemplo, si la policía está actuando con lentitud en tu caso o no ha realizado una investigación apropiada, o si el caso está siendo ignorado por oficiales de libertad probatoria o condicional, etc. Aunque no lo hace de rutina, el fiscal de distrito sí tiene el poder para asumir en cualquier momento el control de la investigación de un caso. También es el principal investigador de crímenes en los cuales el supuesto perpetrador es un agente encargado de hacer cumplir la ley u otro funcionario público. Como podrías sospechar, a veces tienes que presionar muy fuerte para lograr que, como mínimo, el fiscal de distrito abra uno de estos casos. Pero es su trabajo y debería hacerlo.
5. Los tratos directos negociados son procedimiento de rutina en el sistema de justicia penal. Este hecho también causa sorpresa a muchas personas, especialmente quienes miran demasiados programas televisivos sobre crímenes. En la vida real, la inmensa mayoría de los casos penales nunca va a juicio, ya se trate de delitos menores o delitos mayores. Casi todos terminan en un trato directo negociado, que también es conocido como ‘trato negociado’ o simplemente ‘arreglo’. En la mayoría de los casos penales en que el acusado no se declara culpable temprano en el proceso, el fiscal de distrito le ofrecerá un trato negociado con miras a que se declare culpable y así evitar llevar el caso a juicio.
Es importante saber esto por varias razones. En primer lugar, a muchas víctimas, desde el momento mismo en que llaman a la policía, las invade el temor de ir a un juicio de alto perfil parecido a los que miran en la televisión. A menudo ayuda mucho explicarles, temprano y con frecuencia, que la probabilidad de que su caso vaya alguna vez a juicio es pequeña o nula.
En segundo lugar, cuando se ofrece un trato negociado, algunas víctimas inmediatamente sienten que su caso está siendo mal manejado. De modo que es útil explicar de nuevo que los tratos negociados son resoluciones rutinarias en los casos penales y que pueden tener como resultado una medida plena de justicia.
Finalmente, el mayor problema radica en el momento y los términos del trato negociado. Algunos de estos tratos son justos. Pero muchos de ellos no lo son especialmente en los casos de violencia contra las mujeres. Con suma frecuencia son tratos ‘a precio de regalo’ que niegan seguridad y justicia a las mujeres, como lo hace también el hecho de formular cargos inapropiados para el caso. Cuando se le está ofreciendo un trato negociado (arreglo) al acusado en tu caso, es muy importante que conozcas y evalúes todos los detalles de la oferta. Más adelante en el texto ofrecemos sugerencias para evaluar estas ofertas de tratos en los casos de violencia contra las mujeres.
6. Prestar atención a las pruebas que existen en tu caso es clave para abogar por las víctimas ante el fiscal de distrito. Conforme un caso es procesado en la Fiscalía del Distrito, en todas las etapas es crucial saber tanto como puedas sobre las pruebas del caso. Tratar de abogar por las mujeres en la Fiscalía sin conocer las pruebas del caso es como intentar jugar póquer sin ver las cartas que tienes en la mano. Conoce las pruebas del caso.
Convierte el Código Penal de tu estado en tu nueva Biblia. ¡Aprópiate de él! ¡Léelo! ¡Mantenlo cálido en tus manos! También es importante que averigües cómo acceder a todos los códigos de tu estado en Internet y hacer búsquedas en ellos. El Código de Evidencias, el de Familia, el de Menores de Edad y otros códigos también pueden ser útiles en los casos de violencia contra las mujeres. Para aprender más sobre esto, lee Monitorear, descubrir e introducir las pruebas en el caso tú misma.
7. ¡Mantén abierta una libreta de apuntes y el bolígrafo en la mano! Esto es importante en todas las etapas del proceso de justicia penal, pero sobre todo una vez que el caso está en manos del fiscal de distrito. Cuando el fiscal empieza a hablar de ‘audiencias 415’, ‘audiencias preliminares’, ‘descargo Harvey’, ‘SOR’ (libertad bajo palabra con supervisión) y ‘mociones previas al juicio’, a menudo ése es el momento en que las mujeres dejan de escuchar y empiezan a perder la esperanza de jugar algún rol significativo en el proceso. Pero es precisamente el momento en que debes escuchar atentamente, abrir tu libreta de apuntes, hacer preguntas y escribirlo todo.
Cuando te tomas el tiempo para preguntar qué significan estos términos, descubrirás que su significado suele ser muy simple y de sentido común. Cualquier persona puede comprenderlos. Además, cuando haces preguntas y tomas notas, les indicas a los funcionarios que estás prestando atención. Y eso, por sí mismo, es eficaz para prevenir abusos. Más aun, si continúas haciendo preguntas, en muy poco tiempo te habrás brindado una buena educación legal por cortesía del condado. ¡Pregunta! ¡Pregunta! ¡Pregunta!
Asimismo, una de las mejores cosas que puedes hacer por tu clienta es escribir y explicarle los puntos básicos de su caso. Esto no sólo aumentará su sensación de control sino, además, cuando ella es capaz de hablar sobre su caso desde una posición de conocimiento, los funcionarios a todos los niveles del sistema la van a tratar con mucho más cuidado y respeto. También lo harán sus familiares, amistades y colaboradores.
8. La función y los poderes del fiscal de distrito son prácticamente los mismos en todo Estados Unidos. Si estás en los Estados Unidos, las sugerencias que ofrecemos en la Parte 2 deberían aplicarse bastante bien a tu situación. Sin embargo, aunque el trabajo básico de los fiscales es el mismo en todo el mundo, sus poderes pueden variar de manera significativa de un país a otro. Por ejemplo, en algunas naciones los fiscales no poseen una discrecionalidad tan amplia en cuanto a la prosecución como la tienen en los Estados Unidos; es decir, los poderes para rechazar casos viables arbitrariamente. En algunos países, en la investigación del caso los fiscales asumen un rol más activo del que adoptan en los Estados Unidos.
Esperamos que esta guía sea útil para las mujeres en todas partes. Pero siempre deberías informarte bien, especialmente si no resides en los Estados Unidos, para cerciorarte de que directrices específicas se apliquen en tu jurisdicción.
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