Si has hecho
una llamada telefónica o dos a las autoridades
y los problemas en el caso de tu clienta no son corregidos,
las cosas podrían cambiar con una reunión
cara a cara entre una defensora o defensor, una víctima,
quizás una persona de apoyo y un/a funcionario/a
de alto nivel. Estas reuniones pueden funcionar no porque
estés aplicando tácticas particularmente
pesadas, sino más porque hacen entrar en el juego
los formidables y persuasivos poderes de una relación
cara a cara. A un/a funcionario/a literalmente se le obliga
a enfrentarse a la causa de la víctima y a las
injusticias relacionadas, algo que las autoridades de
más alto nivel raras veces tienen que hacer. Y
ese/a funcionario/a debe hacerlo en presencia tuya, la
persona defensora, que sirves como el compás de
la reunión, como testiga/o y defensor/a de los
derechos de la víctima. Muchos funcionarios que
suelen ser insensibles responden a tales reuniones haciendo
abruptas mejorías en el manejo del caso de la víctima
y a menudo tomando el caso bajo su propia ala.
Las reuniones
cara a cara con esas altas autoridades pueden producir
beneficios más allá del caso inmediato.
Pueden dejar una impresión duradera de tu disposición
a pasar por todos los niveles y persistir en la defensa
de los derechos de tu clienta. Una sola y bien ejecutada
reunión en persona puede establecer rápidamente
relaciones de trabajo sólidas y a largo plazo con
funcionarios/as de los más altos estratos. Con
frecuencia, los problemas que se presenten más
adelante en los casos presentes o futuros pueden entonces
ser resueltos con apenas una llamada telefónica.
Cuando se trata
de decidir si una reunión cara a cara es el curso
de acción adecuado para el problema de tu clienta,
también es importante considerar que estas reuniones
pueden ser más impredecibles que otros medios de
presión sobre las autoridades. En realidad nunca
sabes con certeza qué se sacará un/a funcionario/a
de la manga, o cómo reaccionará la víctima.
Tampoco hay tiempo para salir del lugar para hacer consultas.
Tienes que pensar mientras estás ahí.
Por supuesto,
la clave para minimizar los riesgos y maximizar los enormes
beneficios de una reunión cara a cara es una buena
preparación, tanto tuya como de tu clienta, con
suficiente anticipación. Las siguientes sugerencias
tienen el propósito de ayudarte a ti y a tu clienta
a entrar a esas reuniones como un equipo fuerte y unido,
para luego salir de ellas con compromisos específicos,
por parte de un/a funcionario/a, de corregir las cosas
en el caso de tu clienta. No te dejes desalentar por la
extensión de los detalles que aquí damos.
Una vez que has hecho esto unas cuantas veces, la preparación
para tales reuniones será sumamente fácil.
Y aunque nos centramos en reuniones con las autoridades
del sistema de justicia criminal, los mismos principios
se aplican y pueden servirte para resolver problemas de
todo tipo con cualquier otro/a funcionario/a.
Reúnete
con autoridades que tienen poder directo sobre la situación
Siempre reúnete
con un/a funcionario/a que tenga suficiente poder en el
caso, de manera que pueda resolver los problemas sin tener
que consultarles a otros/as. A veces puede ser el supervisor
directo del funcionario/a a cargo del caso. Pero, dependiendo
de las circunstancias, se podría requerir alguien
de por lo menos uno o dos niveles más altos. Y
si los problemas son severos, no vaciles en ir hasta el
nivel más alto.
Al hacer la
cita para la reunión, dile a quien te atienda cuántas
personas llegarán y quiénes son. La mejor
combinación para estas reuniones sería así:
la víctima, su defensora y una persona de apoyo
elegida por la víctima. Es mejor que esa persona
de apoyo sea una que esté dispuesta a tomar notas
y sea capaz de hacerlo. Cuando los asuntos son menores,
está bien que a las reuniones lleguen sólo
la víctima y quien la defiende.
Como regla
general, al hacer la cita deberías ofrecer un breve
resumen de los asuntos que deseas discutir. Pero no des
demasiada información. Si empiezas a dar detalles
por teléfono, será natural que el/la funcionario/a
quiera tratar de resolver las cosas en ese mismo momento,
por teléfono. Brindar demasiados detalles también
le da a esa persona los medios para idear un plan para
deshacerse rápidamente de ti en la reunión,
si eso es lo que quiere.
Si un/a funcionario/a
se niega a reunirse contigo, llama directamente a su supervisor/a.
No hay nadie que tenga más derecho a una reunión
cara a cara con autoridades del sistema de justicia criminal
que la víctima de un crimen violento que se siente
insatisfecha por cómo se está manejando
su caso. No es aceptable que un/a funcionario/a se rehúse
a tener esa reunión. Y, según nuestra experiencia,
es raro que las autoridades rechacen tal solicitud.
NOTA:
Las víctimas no deberían reunirse solas
con funcionarios/as de alto nivel - sobre todo si ya
hay problemas en el caso. La tendencia de las fuerzas
de seguridad a defender sus posiciones - sin importar
cuán equivocadas sean - con ocultamiento, intimidación
y manipulaciones es demasiado fuerte como para que las
víctimas la enfrenten por sí mismas. Si
eres una víctima que está leyendo esto,
es importante que encuentres una buena defensora que
te acompañe a cualquier reunión que quieras
tener con las autoridades para corregir lo que han hecho
mal.
Preparándote
para la reunión
Define
una serie clara de objetivos, quejas y argumentos de apoyo
Al
ir a la reunión, tú, tu clienta y la persona
de apoyo deberían tener un bosquejo bien definido
de los principales objetivos, quejas y argumentos de apoyo
de la víctima. Todo esto tendría que caber
en una página y ser fácil de leer.
Empieza
con los objetivos
Es
necesario comenzar con anticipación a fin de tener
claros los objetivos de la reunión, aun cuando
esto sólo sirva para decidir si una reunión
es o no el curso que se ha de tomar. Una vez que has discutido
los objetivos, sugiérele a tu clienta que se tome
un tiempo ella sola para pensar en éstos. Es esencial
que los objetivos, así como cualquier otro plan
para la reunión, representen genuinamente los deseos
de la víctima.
Articulen
juntas los objetivos en lo que se refiere a compromisos
específicos que tú y ella quisieran que
el/la funcionario/a contraiga al concluir la reunión.
Asegúrate de agregar compromisos de tiempo y seguimiento
a los objetivos; de lo contrario, habrá demasiado
campo para que más adelante el/la funcionario/a
se retracte de esos compromisos. Por ejemplo, si una autoridad
está de acuerdo en asignar un nuevo detective al
caso, pídele que te llame en el plazo de un día
para darte el nombre de ese nuevo detective y decirte
en cuánto tiempo éste se pondrá en
contacto contigo o con la víctima. Cerciórate
de que estos compromisos queden firmes. (Además,
en la reunión escribe siempre los términos
exactos en que el compromiso fue contraído.)
Cuando
tú y la víctima ya sepan cuáles son
los objetivos, condénsalos en un lenguaje tan preciso
como sea posible. Escríbelos en forma nítida
y abreviada. Te sorprendería ver cuán fácil
es, ya estando en la reunión, involucrarte en una
discusión o una charla paralela y luego olvidar
completamente hasta los objetivos clave y puntos importantes
que querías abordar.
De
hecho, una de las formas en que las autoridades pueden
sabotear tus objetivos es desviar a propósito la
reunión de los puntos que te interesa tocar. Las
víctimas traumatizadas son tan vulnerables a preguntas
amables sobre sus hijos/as, su trabajo o cualquier otro
asunto sensible que los/as funcionarios/as pueden detectar,
que las cosas pueden con facilidad y por completo ser
sacadas de su curso por autoridades que conversan y parecen
amables. Entonces, es importante que la víctima
y su equipo se armen de una bien definida serie de objetivos
y hagan un acuerdo previo entre ellas para ayudarse mutuamente
a mantenerse dentro del curso previsto.
Por
supuesto, el hecho de tener una serie de objetivos bien
definidos no necesariamente significa que obtendrás
todo lo que quieres, pero sí prepara a tu equipo
para presentar un impresionante frente unido, sin importar
cuáles giros tome la reunión. Ése
es el primer paso a fin de prevenir que las autoridades
se desvíen del rumbo y dividan a tu equipo.
Éstos
son algunos ejemplos de los tipos de objetivos que las
víctimas podrían tener: conseguir que al
caso se le asigne un nuevo detective o fiscal; lograr
que una investigación vuelva a ser abierta, revisada
o ampliada; establecer estándares de comunicación
para el caso entre las autoridades, la víctima
y su defensora; lograr que las pistas descuidadas sean
investigadas o que se entreviste a testigos a quienes
antes se ignoró; conseguir que se presenten cargos
más apropiados; poner fin a los retrasos en el
caso; retirar sentencias acordadas de conformidad que
sean injustas; reconsiderar para prosecución un
caso previamente rechazado; lograr que los casos sean
devueltos desde la policía hasta la oficina del
fiscal de distrito para mayor investigación; conseguir
que un/a funcionario/a reduzca los acosos que la víctima
pueda sufrir en su lugar de trabajo, la familia o la escuela.
Además
de los objetivos, haz una lista de las principales quejas
y otra de los principales argumentos de apoyo que quieres
plantear
Haz
una lista de las quejas relacionadas con el caso que son
la base para la reunión. Ayuda a la víctima
a priorizar y condensar esa lista. Esto la ayudará
enormemente cuando llegue el momento de que ella o tú
describan los problemas en la reunión.
No
es extraño que durante las reuniones una víctima
empiece muy fácilmente a relatar una historia emotiva
de las atrocidades que el perpetrador le ha hecho. Cuando
hace esto, le da a un/a funcionario/a la oportunidad de
volcarse sobre ella con toda simpatía, en una fingida
alianza, lo cual a su vez casi imposibilita que la víctima
retome el objetivo de plantearle demandas a ese/a funcionario/a.
El
proceso de elaborar la lista de quejas relacionadas con
el caso es un buen momento para explicarle esta dinámica
a la víctima. Déjale claro que la reunión
tiene la finalidad de corregir todo lo que las autoridades
han hecho mal en su caso, y no lo que el perpetrador hizo.
Sin duda alguna y a fin de cuentas, la urgencia de la
reunión se deriva de lo que el perpetrador ha hecho,
pero el propósito es centrarse en la mala conducta
de las autoridades. Una vez que esto es comprendido, la
mayoría de las víctimas se esforzará
por mantener en mente esa diferencia durante la reunión.
La lista de quejas que la víctima tendrá
en su mano será de gran ayuda para que se mantenga
centrada en ese enfoque. Además, la lista condensada
de quejas minimizará el tiempo que se utilizará
para describir el problema y llevará la reunión
rápidamente a abordar de manera específica
cómo los problemas van a ser resueltos.
La
tercera lista, y final, que tú y la víctima
deberían hacer antes de ir a la reunión
es una de los principales argumentos de apoyo que ustedes
quieren plantear. La razón de esta lista es obvia.
Lo último que querrás es olvidarte de exponer
tus mejores argumentos. Y conviene repetir que al calor
de una reunión cara a cara es demasiado fácil
olvidar algo importante. Al igual que las otras listas,
también ésta debe ser priorizada, condensada
y escrita.
NOTA:
A veces las víctimas quieren que su defensora
sea quien más hable en la reunión, inclusive
para describir sus quejas. Siempre es mejor que la víctima
pueda hablar por sí misma. Pero aun si tu clienta
desea que seas tú quien lo haga, es todavía
más importante que hayas repasado todos los puntos
principales con ella. Dile que aunque seas tú
quien hablará más, ella al menos debe
estar dispuesta a afirmar, frente a una autoridad, que
está de acuerdo con lo que estás diciendo.
Hay una cosa
interesante que ocurre en estas reuniones cuando tú,
la defensora, te has asegurado de que estás en
plena sintonía con la víctima. Aun cuando
ha dicho que quiere que tú hables más, ella
a menudo puede sorprenderse a sí misma, pasados
unos minutos después de haber iniciado la reunión,
al retomar la conversación y hacerse cargo por
sí misma. Eso es, en sí, una satisfactoria
recompensa de una buena defensoría. Significa que
has preparado un escenario sólido y seguro para
que la voz de una víctima traumatizada se haga
escuchar.
Las tres
listas principales objetivos, principales problemas
y principales argumentos de apoyo deberían
caber todas en una sola página, o media
Veamos un ejemplo:
Objetivos:
- Lograr que
un nuevo detective sea asignado al caso.
- Obtener
el compromiso de que el detective devolverá,
en un plazo de 24 horas, las llamadas telefónicas
de la víctima y su defensora.
- Entrevistar
a testigos A, B y C esta semana.
- Conseguir
el compromiso de que la víctima podrá
llevar una persona de apoyo y/o una defensora a cualquier
reunión con el detective.
Problema:
- El detective
anterior se mostró insultante y culpabilizante
con la víctima.
- Ejemplo
1: sus comentarios positivos sobre el perpetrador
- Ejemplo
2: sus comentarios negativos acerca de la conducta
de la víctima
- Durante
tres semanas el detective no entrevistó a testigos
clave y fácilmente accesibles.
- El detective
no devolvió llamadas telefónicas.
- El detective
rechazó la solicitud de la víctima de
tener una persona de apoyo durante la entrevista.
Argumentos
de apoyo:
- El detective
ha demostrado tantos prejuicios inaceptables en el caso
que la víctima ha perdido toda confianza en él.
- La víctima
cooperó plenamente con el detective.
- La víctima
tiene el derecho a que le acompañe una persona
de apoyo en las reuniones con las fuerzas de seguridad.
- La violación
sexual es tan seria para la víctima y la comunidad
que no se puede tolerar una mala investigación.
Situaciones
hipotéticas
Uno de los
giros más sorprendentes de este tipo de reunión
es que cinco minutos después de que has llegado
a ella el/la funcionario/a esté de acuerdo con
todo lo que has solicitado. Esto ocurre con más
frecuencia de la que puedas imaginar. Así que prepárate
para continuar la conversación con ideas acerca
de cómo estos problemas podrían ser prevenidos
en futuros casos.
La mayoría
de las veces, sin embargo, las autoridades recitarán
al menos una defensa ritual del manejo que un/a agente
ha hecho del caso, saldrán con alguna bravata legal
intimidatoria y pomposa; también intentarán
socavarte a ti, el caso o a la víctima. Pero si
te las ingenias para responder adecuadamente e insistir
en lo que te interesa, el/la funcionario/a por lo general
terminará accediendo a darte una buena parte de
lo que estás pidiendo. ¿Por qué?
Porque sabe muy bien que el trabajo se hizo mal y que
debería ser corregido. Al otro extremo, su actitud
podría ser inflexible, intimidatoria e inamovible.
O cualquier combinación de todo eso conforme discutes
un aspecto del caso y pasas al siguiente.
Por ello es
importante ensayar con la víctima algunos escenarios
de situaciones hipotéticas. Naturalmente, no podrás
anticipar o contemplar todas las posibilidades. Pero si
ideas un plan partiendo de uno o dos escenarios, tú
y la víctima tendrán una buena idea de cómo
trabajar juntas en cualquier eventualidad. Como defensora,
podrás apreciar ese sentido tan importante del
nivel de comodidad de tu clienta para diversas tácticas.
Y ella adquirirá la confianza esencial de que tú
vas a manejar la reunión de acuerdo a su agenda
y estilo, y no según los tuyos.
Escenarios
A continuación,
una situación hipotética que practicamos
con cada víctima - porque ocurre con tanta frecuencia,
porque puede suceder en cualquier tipo de reunión
y porque, si no logras pasar por esta situación
particular, la reunión fracasará aun antes
de comenzar. Éste es el escenario:
El funcionario
sale y saluda a todas las personas en la sala de espera,
tras lo cual anuncia que se reunirá únicamente
con la víctima, a solas. No importa que ya le habías
informado a él, por teléfono, quiénes
asistirían a la reunión. Esto es un truco
y, al igual que todos los trucos, es deshonesto. No te
sorprendas. No te ofusques. Prepárate.
Una razón
que los/as funcionarios/os a menudo mencionan para 'necesitar'
reunirse a solas con la víctima es que el hecho
de que otras personas participen en la reunión
las convertirá en testigos en el caso. Esta lógica
es totalmente falsa por razones que no abordaremos aquí.
De hecho, éste es otro truco común dentro
del truco; es decir, utilizar amenazas legales que suenan
pomposas pero que son falsas, para hacer que la víctima
piense que dañará aún más
el caso si no hace lo que un/a funcionario/a quiere. Otra
acción común y engañosa para reunirse
a solas con la víctima es que un/a funcionario/a
dé a entender que conoce algún oscuro secreto
sobre el pasado de ella y aduce no querer abochornarla
frente a otras personas. Dado que toda la gente tiene
secretos, esto puede fácilmente hacer que la víctima
entre en pánico. La verdadera razón, por
supuesto, es que ese/a funcionario/a quiere separar a
la víctima de su sistema de apoyo, para así
poder manipularla hacia su propia posición.
Es obvio que
si tu clienta no está preparada para estas tretas
que de entrada lanza un/a funcionario/a para separar al
equipo, ella será tomada por sorpresa y se sentirá
muy incómoda y dividida respecto a lo que debería
hacer. Es muy probable que, de no haber tenido ninguna
preparación, el resultado final sea que ella entre
sola a la reunión.
Entonces, es
importante que eduques a tu clienta acerca de las dinámicas,
especialmente respecto a por qué un/a funcionario/a
haría esto. Dile que aun si ella quiere que seas
tú quien hable más, en algún momento
tendrá que manifestarle claramente su posición
a ese/a funcionario/a, porque inevitablemente, y como
sería lo correcto, éste/a la verá
a ella como la autoridad final en cuanto a cómo
se llevará a cabo la reunión. Si tú
y ella están de acuerdo en que la reunión
no se realizará sin su equipo, la víctima
tendrá que ser capaz de decírselo con toda
claridad a ese/a funcionario/a. Si esto es lo que ella
quiere, ayúdala a practicar una manera hábil
y cómoda de expresar su postura; por ejemplo: "En
verdad deseo cooperar con usted y la investigación.
Pero definitivamente quiero que me acompañen mis
personas de apoyo. No tengo ningún secreto con
ellas".
Con un poco
de preparación, las víctimas pueden manejar
muy bien esta situación. Sin ella, es casi seguro
que el/la funcionario/a que haga este truco logrará
dividir a tu equipo aun antes de que la reunión
inicie.
Discute los
detalles con tu clienta: ¿Está ella dispuesta
a asumir el liderazgo para discutir con el/la funcionario/a
(y es capaz de hacerlo)? ¿O preferiría que
tú lo hagas? Si una persuasión inicial no
consigue abrir la reunión, ¿estará
ella dispuesta a decir con firmeza que no se entrevistará
a solas con las autoridades si a sus personas de apoyo
no se les va a permitir estar presentes en la reunión?
¿Hasta dónde está dispuesta a ir?
¿No habrá una reunión sin que todas
las personas estén presentes? ¿O querría
ella que tú o ella misma intenten persuadir a ese/a
funcionario/a de que permita que todas estén en
la reunión, pero si ese intento no funciona tu
clienta de todos modos desearía reunirse a solas
con él/ella? ¿Cuáles son tus movidas
de respaldo?
Una respuesta
efectiva en esta situación (y en muchas otras)
es devolverle el asunto a ese/a funcionario/a tan pronto
como sea posible, y dejar ahí las cosas: "¿Está
diciendo que no está dispuesto/a a discutir las
quejas de la víctima a menos que ella esté
sola con usted?" "Estoy segura que usted es
capaz de encontrar una manera de discutir los asuntos
y abstenerse de abochornar a la víctima".
"Tengo la certeza de que usted puede encontrar una
forma de controlarse y no revelar evidencias que no desee
divulgar". En las raras ocasiones en que un/a funcionario/a
se rehúse a abrir la reunión a todas las
personas, por lo general esta movida lo conseguirá:
"Si ésa es su última palabra, ahora
mismo caminaremos hasta la oficina del jefe".
El otro escenario
que deberías ensayar con la víctima es hacer
una lluvia de ideas respecto a lo que sería el
argumento más probable de un/a funcionario/a en
contra de tus principales objetivos y luego formular tu
mejor respuesta.
Una posición
general para casi cualquier tipo de obstáculo es
informarle a ese/a funcionario/a que no estás ahí
para pedir favores sino para lograr que se corrijan errores
y se cumplan derechos. Hazle saber claramente que los
problemas en el caso deben ser y serán remediados
de una u otra forma; que esto es vital para la seguridad
de la víctima y de la comunidad, como también
para el derecho de la víctima a la justicia. Y
que si no puedes lograr que los asuntos se resuelven ahí,
irás adonde tengas que ir hasta que los problemas
sean solucionados.
NOTA:
Muchas víctimas tienen una comprensión
intuitiva de por qué tantos operadores del sistema
de justicia van a extremos tan arrogantes para no manejar
los casos en forma apropiada. Entienden que no es una
cuestión personal contra ellas, sino que se trata
de un sistema patriarcal sexista que no quiere invertir
tiempo, energía ni poder a favor de las mujeres.
Que para empezar es un sistema sexista con muchas de
las mismas actitudes que fomentan la violencia contra
las mujeres. Y que ésa es la razón por
la que tantas mujeres aún deben luchar arduamente
para obtener la justicia que merecen.
Al mismo tiempo,
hay muchas mujeres que no comprenden esto en absoluto.
Asegurar que tu clienta entienda estas dinámicas
es su mejor protección contra todos los predecibles
trucos de ocultamiento, bravuconería e intimidación
que un/a funcionario/a pudiera intentar.
NOTA:
Sin importar cuánto
hayas preparado a la víctima, en estas reuniones
podría haber momentos en los que no estés
segura de lo que ella quiere que hagas, o en los que
tu clienta simplemente desista y esté de acuerdo
con los argumentos de un/a funcionario/a contra los
objetivos de ella. Si esto ocurre, es razonable que
vuelques toda tu atención hacia ella y conversen
juntas. Dile a ese/a funcionario/a algo como "Permítame
tener sólo un momento con Andrea". Luego
centra tu atención totalmente en ella, como si
el/la funcionario/a no estuviera allí. Aclárale
un punto, sugiérele que deje para después
una decisión final, expresa tu opinión
o cualquier cosa que sea apropiada para la situación.
No importa que el/la funcionario/a esté escuchando.
En estas reuniones hay ocasiones en que querrás
realinearte con tu clienta. No vaciles en crear el espacio
que necesitas.
Amenazas
y ultimátums ¿Sí o no?
Por lo general
no es necesario lanzar amenazas ni ultimátums para
obtener lo que quieres, pero son una poderosa opción
en aquellas ocasiones en que los necesites. Aun así,
es algo con lo que la mayoría de mujeres siente
incomodidad; de hecho, a muchas se le enseña, desde
la niñez, que no deben hacerlo, precisamente porque
es algo tan poderoso. De modo que requiere práctica
aprender cómo hacerlo hábilmente, con comodidad,
como algo de rutina. Es una herramienta de apoyo que siempre
querrás tener a mano. Lanzar amenazas en un tono
amistoso es una de las artes más efectivas y versátiles
de la defensoría.
Es una buena
idea tener una breve discusión con tu clienta respecto
al siguiente paso que tú y ella querrán
dar si un/a funcionario/a no está de acuerdo con
los objetivos - y acerca de si es un paso que querrían
dar durante la reunión o no. ¿Desearía
ella acudir a niveles más altos? ¿Hablar
con la prensa? ¿Escribir cartas? ¿Ir al
concejo municipal? ¿Pararse en las gradas de la
corte? ¿O querría simplemente no proceder
en ese momento? Luego discute las palabras que utilizarían
para hacerlo y pregúntale si a ella le suenan adecuadas.
Si no fuera así, no lo hagan.
La
reunión
Reúnanse
antes de la reunión
Una buena parte
de la preparación que hemos discutido hasta aquí
puede hacerse entre tú y la víctima, y a
menudo por teléfono. Pero es crucial que en algún
momento todas las personas que conforman el equipo se
reúnan en persona antes de ir a la reunión
oficial. La mejor manera de hacerlo, y que también
ahora tiempo, es que se encuentren una hora antes de la
reunión programada en una cafetería cerca
del lugar donde se llevará a cabo.
El principal
propósito de esta pre-reunión es lograr
que todas las personas se sientan cómodas y centradas
al estar juntas. Repasen los principales puntos. Háganse
unas a otras preguntas de último momento. Unan
sus fuerzas y concéntrense. Pongan a un lado todos
los asuntos personales. Recuérdale a la víctima
que la reunión oficial no será sobre las
injusticias que el perpetrador le haya hecho, sino para
corregir el mal manejo del caso.
El enfoque
de última hora debería estar claramente
en establecer el tono de la reunión. Es importante
que todas las personas piensen en forma amistosa, profesional,
centrada y firme. Recuérdense que no están
pidiendo favores. Están abogando por los derechos
de las mujeres. No hay nada que tenga precedencia sobre
la seguridad de una mujer en la comunidad, ni excusa alguna
para que las autoridades públicas socaven los derechos
de las mujeres a la protección y la justicia.
Es invaluable,
si no crucial, que en la reunión les acompañe
alguien que se dedique a tomar notas
Todas las personas
presentes deberían tener un bolígrafo y
una libreta de apuntes a mano durante la reunión.
Lo ideal, sin embargo, sería que la víctima
y su defensora se concentren primordialmente en las interacciones
con el/la funcionario/o y no en tomar notas. Aun así,
hay algunas cosas clave que tú, la defensora, deberías
anotar, tales como razones absurdas e ignorantes dadas
por el/la funcionario/a, puntos de evidencia y detalles
de los compromisos. Si no escribes todos los puntos durante
la reunión, asegúrate de tomarte unos momentos
inmediatamente después de ésta para agregar
más a tus notas sobre esos aspectos.
La mejor situación
es que en la reunión esté presente una persona
de apoyo que pueda tomar una buena serie de notas más
generales durante toda la sesión. Cuando tienes
ahí a alguien que hace apuntes, sin importar cuán
informada o efectivamente lo haga, esto evita el 90 por
ciento de la tendencia de los/as funcionarios/as a salir
con los absurdos inventos o engaños legales que
son tan comunes en la cultura de las fuerzas de seguridad.
El hecho de que una persona esté tomando notas
impide una buena parte de esos trucos y pone sobre aviso
a un/a funcionario/a de que sus palabras pueden venir
de vuelta para morderle.
Tomar notas
también hace mucho menos probable que los/as funcionarios/as
prometan en la reunión algo que en realidad no
tienen intención de cumplir.
Tomar notas
le informa inmediatamente a un/a funcionario/a que el
propósito de la reunión no es aplacar a
la víctima. Es un asunto serio. Y tiene objetivos.
Una persona
de apoyo sentada un poco apartada para tomar notas puede
ser una de tus aliadas más potentes en la reunión.
A excepción de un saludo cordial para presentarse
como amiga de la víctima, ella no necesita decir
nada más. De hecho, mientras menos diga, más
potente será. La otra opción, por supuesto,
es que la víctima se haga acompañar de alguien
eminente en la comunidad con disposición para ser
su persona de apoyo. Tener a un/a profesor/a, un/a empleador/a,
un/a ministro/a religioso/a, etc. que llegue a la reunión
para tomar notas y hacer una pregunta de vez en cuanto
puede aumentar aún más el nivel de potencia.
Sean amigables
y profesionales; concéntrense; sean firmes y oriéntense
por los objetivos
Esto no significa
que en la reunión no pueda haber una plática
ligera. De hecho, la facilidad para entrar y salir de
este tipo de charla es a menudo la lubricación
para obtener lo que quieres en los momentos más
difíciles y adversos de la reunión. Pero
es importante que te mantengas alerta para que el/la funcionario/a
no saque de curso la reunión o a la víctima
con tácticas que distraen. Una buena regla general
que se puede establecer antes de la reunión entre
todo el equipo de la víctima es 15 por ciento de
plática ligera, 85 por ciento para los asuntos
que llegaste a abordar y el acuerdo de ayudarse mutuamente
para apegarse a esto.
Una cosa más.
Tómense las cosas con tanta calma como sea posible.
En estas reuniones siempre hay un cierto nivel de ansiedad,
aun para la gente más experimentada. Tengan muy
en cuenta el tiempo a fin de no desperdiciarlo. Pero tómense
unos momentos para respirar, escuchar y centrar sus pensamientos.
Siempre
se deben rearticular todos los compromisos y luego resumirlos
en voz alta al final de la reunión
Es importante
que siempre repitas en voz alta todos los compromisos
y en todos sus detalles, en el momento mismo en que son
contraídos durante la reunión y luego al
final de ésta. Puedes decir algo como esto: "Entonces,
sólo para asegurarme de que entendí bien,
usted va a ................ ¿Es esto correcto?"
Haz lo mismo con un resumen completo de los compromisos
al concluir la reunión. También al final
de la sesión, asegúrate de que cada persona
tenga los datos completos de contacto de las demás.
Una reunión
informativa con tu equipo después de la reunión
oficial
Las percepciones
de las personas acerca de lo que ocurrió en una
reunión pueden variar enormemente. Aun a la defensora
más experimentada se le pueden pasar por alto algunos
puntos vitales mientras se centra en otros asuntos cruciales.
Además, durante las reuniones a menudo quedan en
el aire algunos sentimientos y pensamientos sueltos, como
también ideas incipientes respecto a qué
hacer a continuación. Así que planifica
pasar algún tiempo con todo el equipo después
de la reunión para hablar de todas estas cosas,
abundar en las notas, animar a tu clienta, planear comunicaciones
de seguimiento. También para felicitarse todas
por un trabajo bien hecho a favor de los derechos de las
mujeres.
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