Distribuir copias
de una página de tu queja y exigencias en la puerta
de la corte durante la hora del almuerzo es una manera altamente
efectiva de aplicar presión sobre cualquier parte
del sistema que te esté fallando. Lo mejor de todo
es que probablemente esto te consiga una muy rápida
respuesta a tus necesidades.
La razón
por la que esta estrategia funciona tan bien es que, en
el breve tiempo que pasarás distribuyendo tu historia
a la entrada de la corte, podrás alcanzar a un público
cautivo conformado por todos los actores del sistema. En
sólo un par de horas al medio día, llegarás
a jueces y juezas, agentes de la policía, oficiales
de libertad condicional, abogados/as defensores/as, fiscales,
trabajadoras/es sociales, víctimas, secretarios/as,
reporteros/as de los tribunales y más; todo el elenco
de personajes en un sistema entrelazado. Y, a su vez, cada
una de estas personas llevará tu copia a su oficina
y empezará a hablar de lo que ahí escribiste.
En muy poco tiempo,
tu queja será la noticia del día en todo el
sistema de justicia criminal conforme las autoridades comparten
tu historia entre sí.
La última
cosa que cualquier funcionario/a individual desea es que
uno de sus casos explote enfrente de todos sus colegas y
se convierta en blanco de críticas, discusión
y bromas. Resulta especialmente efectivo usar este tipo
de presión social sobre funcionarios/as del sistema
de justicia criminal porque ellos/as, más que la
mayoría, se enorgullecen de tener todo bajo control.
Por lo general, la autoridad a la que estés criticando,
o su superior, reaccionará con gran rapidez para
tratar de complacerte dándote lo que quieres.
Así que
haz 300 ó 400 copias de tu carta, o de un volante
de una sola página, de tu queja y exigencias. Luego,
acompañada de una amiga, defensora o clienta, ve
a pararte en las gradas de la corte a la hora del almuerzo,
distribuye tu carta o volante y mira cómo se resuelve
tu problema.
Uno de los mejores
aspectos de esta estrategia es que, una vez que la has llevado
a cabo, funcionará aún más efectivamente
una segunda o tercera vez si necesitaras utilizarla de nuevo.
Cuando la gente conoce el primer capítulo de una
historia, quiere averiguar qué ocurre después
y tiene más probabilidades de prestar atención
al segundo o tercer capítulo. Así que si la
autoridad que para empezar manejó mal tu caso continúa
cometiendo errores, es una excelente idea que escribas una
versión actualizada de tu historia, regreses a las
gradas de la corte y vuelvas a repartirla.
Si quieres proteger
tu confidencialidad al hacer esto, simplemente no divulgues
o tacha en tu carta cualquier información que pudiera
identificarte.
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