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Parte II

Defensa de primera línea en
la justicia criminal

C. Violencia doméstica:
Respuesta e investigación de la policía

Si tu clienta aún no ha denunciado el incidente a la policía

Prepara a tu clienta: Es muy beneficioso que tengas la oportunidad de hablar con tu clienta antes de que vaya a la policía. Suponiendo que no haya un peligro inmediato ni la probabilidad de que se pierdan evidencias cruciales, el tiempo que te tomes en prepararla puede prevenir muchos de los escollos en los reportes policiales de violencia doméstica.

Uno de los escollos más comunes en la etapa de la denuncia es que las víctimas retengan información significativa. Por lo general esto es ocasionado por una mezcla de temor en las víctimas e insensibilidad o incompetencia de los agentes de policía. Y aunque las deficiencias en el reporte policial usualmente pueden ser corregidas después, esto debería evitarse siempre que sea posible, ya que la información faltante afecta la evaluación por parte del agente y también porque la información agregada posteriormente a menudo es blanco de ataque por abogados defensores que alegarán que carece de credibilidad.

Aborda las preguntas y preocupaciones de tu clienta: En particular, sondéala cuidadosamente y enfoca los temores específicos que pueda tener acerca de abrir un caso de justicia criminal.

Edúcala sobre puntos pertinentes del proceso policial: Reconoce con antelación, ante ella, que hay agentes que responden bien a estos crímenes y otros cuya respuesta es muy deficiente. Asegúrale que tú estarás monitoreando el caso para detectar cualquier problema y trabajarás para remediar la situación si surgen dificultades.

Ayuda a tu clienta a comprender los parámetros de la investigación policial y que a la policía le interesa primordialmente la conducta criminal del ofensor:Mientras escuchas su historia, ayúdala a identificar cuáles aspectos del comportamiento del abusador son criminales. Motívala a pensar e identificar las pruebas que estén disponibles en su caso.

Por encima de todo, explícale la importancia de no retener información.

Obtén los antecedentes penales del perpetrador: Es importante obtener los antecedentes penales del perpetrador tan pronto como sea posible. Si, por ejemplo, él está en libertad condicional por cualquier crimen, el nivel de evidencias necesario para justificar un arresto será mucho más bajo que para alguien que no lo está. Y aunque tal vez quisieras esperar hasta después de que se haya hecho un reporte policial, aquí discutiremos la obtención de los antecedentes penales del ofensor. Porque si fuera del todo posible, y a menudo es tan fácil como hacer una llamada telefónica, tener esos antecedentes en la punta de la lengua puede favorecer grandemente la forma en que la policía maneje el caso de tu clienta.

Otra razón por la que es importante obtener los antecedentes penales del ofensor lo más pronto posible es que los perpetradores de violencia doméstica a menudo les ocultan sus crímenes a sus víctimas. De hecho, no es extraño descubrir que un perpetrador esté en libertad condicional por crímenes graves y que la víctima no tenga la menor idea de ello.

Informar a la víctima sobre los antecedentes penales del perpetrador es a menudo un momento de gran sorpresa para ella. También puede ser un significativo punto de cambio. Con frecuencia es la primera vez que ella en realidad se da cuenta de que las cosas no son culpa suya. Este hombre realmente es malo. Descubrir los antecedentes penales del ofensor puede ser clave para liberar a la víctima y que ella pueda llevar adelante su propio caso criminal muy decididamente.

El hecho de que tantos perpetradores les oculten su historia criminal a las víctimas también significa que no deberías depender de la interrogación a ellas como fuente para obtener la historia criminal de un perpetrador.

La manera más rápida de obtener antecedentes penales confiables consiste en llamar a la defensora o defensor de víctimas en la corte o en la Oficina del Fiscal de Distrito. Es probable que tenga un acceso inmediato a las computadoras del sistema de justicia criminal. Recuerda: una vez que a una persona se le acusa de un crimen, el registro de ese caso es luego colocado en los registros públicos y, siendo así, está disponible para cualquiera que lo solicite.

Si en la corte no puedes comunicarte con nadie que busque el registro para ti, probablemente tú o la víctima tendrán que ir allá para consultar ustedes mismas la computadora del sistema de justicia criminal.

Recuerda, además, que quizás la corte de tu condado sólo tenga los antecedentes de los crímenes que ocurrieron en esa localidad. Si el perpetrador ha vivido en otros condados, tendrás que buscar ayuda de una defensora o defensor de víctimas u otra persona en esos lugares a fin de obtener allí los registros.

Obtener los antecedentes de otros condados a menudo vale el esfuerzo. En varias ocasiones hemos descubierto que el perpetrador ha pagado una fianza o tiene órdenes de captura en otros condados. Estos conocimientos pueden hacer las cosas mucho más fáciles para la víctima.

NOTA: En la mayoría de los estados, a los mismos oficiales de la justicia criminal se les prohíbe entregar los antecedentes penales de un perpetrador aunque esa información está disponible en los registros públicos. Esto es para evitar el formidable prejuicio que podría crearse debido a la autoridad de la posición del oficial.

De ser posible, trata de estar presente cuando la víctima presente su denuncia en la policía y de que la policía llegue a tu oficina o al hogar de la víctima. Evita que ella vaya a la estación de policía a presentar la denuncia. Conseguir que la policía haga el reporte en tu oficina o en el hogar de la víctima, en tu presencia, aumenta significativamente las probabilidades de una respuesta minuciosa y respetuosa por parte de la policía.

Si no puedes estar presente, y si no se trata de una situación de emergencia, enfatízale a la víctima la importancia de hacer arreglos para que una persona adulta de su confianza la acompañe cuando haga la denuncia.

Otro ángulo que debe ser considerado cuando las circunstancias no exijan un reporte inmediato es si tú quieres tratar, o no, de que un agente en particular responda al caso. Por ejemplo, si tu clienta habla español podrías conocer un agente que lo hable y que trate bien a las mujeres latinas. Entonces, cuando las pruebas y la seguridad no se vean comprometidas, tal vez quieras programar la denuncia de tu clienta de acuerdo al horario de un agente en particular.

Aun cuando no haya circunstancias urgentes, la víctima o tú deberían iniciar la denuncia llamando a la línea 911 o al número de despachos de la policía. No inicies un reporte de violencia doméstica llamando al agente al número comercial de la policía. Las llamadas a los números comerciales de la policía por lo general no son grabadas.

Las llamadas a la línea 911 o al número de despachos de la policía son grabadas y resumidas en notas escritas en una computadora (el registro CAD). En ambos casos estas llamadas se conservan como registros oficiales. Tanto la grabación de la línea 911 como el registro CAD tienen un elevado valor de evidencia. Y con frecuencia ambos resultan útiles cuando los agentes no escriben reportes, ya que estos agentes suelen alegar que no escribieron el reporte porque la víctima no estaba denunciando nada de naturaleza criminal. La grabación de la línea 911 y los registros CAD pueden probar fácilmente que el agente mintió.

Aconséjale a tu clienta que ingrese tanto como sea posible de su historia en la llamada telefónica grabada. Relatar una historia completa en la línea 911 o en el número de despachos de la policía es de especial importancia si la víctima no habla inglés, ya que los operadores de la línea 911 se conectan rutinaria y rápidamente con un intérprete profesional.

Si en algún momento, mientras toma la denuncia, el agente no sigue el procedimiento correcto, o si está dejando información importante fuera del reporte, trata de coaccionarlo a hacer bien las cosas. La habilidad de coaccionar a los agentes para que hagan lo que no tenían intención de hacer es algo que estarás desarrollando todo el tiempo mientras defiendas víctimas. Es como caminar en la cuerda floja: mantener un buen balance sin apartarte nunca de tu posición ni permitir que los intentos del agente te lleven a perder el equilibrio.

"Oiga, agente, Antonia en verdad apreciaría que usted retire de la casa todas las armas de fuego". "El perpetrador ha hecho algunas amenazas serías que tal vez ayudarían a fortalecer el caso". "Sí, yo sé que probablemente el juez no va a autorizar una orden de restricción de emergencia, pero de todos modos vale la pena intentar. Quizás si usted le explicara al juez un poco de la historia del caso, podría convencerlo de cuánto necesitamos la orden de protección".

Si el agente siembra sus talones y no es posible coaccionarlo para que haga bien las cosas, entonces puedes escoger entre una serie de opciones, dependiendo de qué creas que funcionará mejor bajo las circunstancias. Puedes optar por no presionar ahora mismo al agente y planificar corregir las cosas por otros medios después de que él se retire.

Podrías decidir tratar de presionar más al agente diciéndole con toda claridad que no vas a desistir. "Mire, necesitamos sacar esas armas de fuego de la casa de una u otra forma. Si usted no las saca, tendremos que llamar al sargento para asegurarnos de que esto se haga".

Si el agente se empecina en no hacer algo que se debe hacer inmediatamente, dile: "Vea, este asunto es crucial para la seguridad de la víctima, de modo que voy a llamar en este momento al sargento de turno". O al jefe de la unidad de violencia doméstica, o a cualquiera que consiga que el trabajo se haga. Luego toma el teléfono y haz la llamada ahí mismo, en presencia del agente.

Para una discusión completa sobre estrategias de defensoría orientadas a corregir una respuesta inadecuada de las fuerzas de seguridad, consulta la Parte II de este manual, "Cuando las cosas se ponen feas".

Si tu clienta ya presentó una denuncia a la policía:

  • Tan pronto como sea posible, evalúa la calidad de la respuesta y del reporte de la policía.
  • Obtén una copia completa del reporte policial.
  • Identifica errores y deficiencias en la respuesta y el reporte de la policía.
  • Consigue que se haga cualquier corrección que sea necesaria.

En la sección que sigue a estas notas introductorias ofrecemos dos cuestionarios de evaluación de fácil uso: uno para evaluar la respuesta de la policía y el segundo para evaluar el reporte policial.

Siempre es importante que las víctimas y sus defensoras(es) evalúen la respuesta y el reporte de la policía, y luego hagan correcciones necesarias tan pronto como sea posible. Esto se aplica aun cuando la víctima acuda a ti tarde en el proceso del caso.

El reporte policial usualmente es el documento más crucial con que la víctima contará en sus esfuerzos por detener la violencia. Si el reporte es elaborado en forma apropiada, sirve como una sólida base para procesar al perpetrador y ponerlo bajo control. Con frecuencia, un buen reporte policial puede además resolver problemas que la víctima pudiera encontrar en muchos otros ámbitos, tales como la Corte de Familia, o dificultades con dueños de viviendas, la escuela, el empleo, inmigración, etc.

Por el contrario, un reporte deficiente -ya sea incompleto o prejuiciado- puede socavar seriamente el intento de una víctima por poner fin a la violencia. Un mal reporte dificulta mucho y hasta imposibilita la prosecución del perpetrador. También podría ser fácilmente utilizado por éste en contra de la víctima.

Puedes optar por hablar primero con tu clienta y evaluar, a través de una conversación con ella, la respuesta de la policía. O bien, dependiendo de las circunstancias, podrías querer empezar por obtener una copia del reporte policial y partir desde ahí.

Explícale a tu clienta por qué es tan importante evaluar la respuesta y el reporte de la policía.

Asegúrate de obtener una copia COMPLETA del reporte policial tan pronto como sea posible. Muchos estados tienen leyes que exigen que las agencias de las fuerzas de seguridad proporcionen a las víctimas de violencia doméstica, gratuitamente, una copia del reporte policial completo. (En California, la ley que otorga a las víctimas el derecho a obtener una copia del reporte policial es la Sección 6228 del Código de Familia.)

A fin de cerciorarte de que a tu clienta se le ha proporcionado una copia completa del reporte policial (que contiene todas las declaraciones de los testigos y suplementos), mira al final de la primera página del reporte antes de salir de la estación de policía. Ahí debería haber una anotación del total de las páginas que contiene el reporte completo. Cuenta las páginas que te han entregado. Si el número de éstas no corresponde al total anotado, regresa al departamento de registros y solicita una copia completa del reporte.

En caso de que quien te atienda en el departamento de registros no quisiera proporcionarte una copia completa del reporte, pide hablar con el supervisor de registros, o acude a todos los rangos más altos según sea necesario. Si aun así los oficiales continuaran rehusándose a entregarle el reporte completo a tu clienta, podrías tener que recurrir a un oficial estatal para que éste llame al jefe y le informe sobre la intención de la ley. Es de esperar que no tengas que hacer esto más de una vez.

Haz múltiples copias del reporte de la policía. El reporte policial es obviamente esencial pues provee un sólido fundamento de evidencias para el arresto y la prosecución. Pero también puede ayudar a tu clienta en muchas otras formas puesto que le da autoridad a su historia y evita que ella tenga que relatarla una y otra vez. Copias del reporte policial pueden (y deberían) ser ingresadas en el caso en la Corte de Familia, pueden ser presentadas como texto para obtener órdenes de restricción y también utilizadas en cualquier disputa -relacionada con la vivienda, inmigración, el lugar de trabajo, la familia o la escuela- que pudiera surgir a raíz de la intención de la víctima de escapar del perpetrador y de su violencia. De modo que, luego de obtener una copia del reporte policial, dile a tu clienta que haga una docena de fotocopias del reporte completo.

NOTA: A fin de utilizar el reporte policial como texto en vez de una nueva declaración de tu clienta en su solicitud de una orden de restricción, he aquí lo que ella debe hacer. En el espacio donde la solicitud de una orden de restricción pide la declaración de la víctima, tu clienta simplemente tiene que escribir algo como esto: "El reporte policial adjunto, #x, es un relato exacto del ataque de [nombre del perpetrador] contra mí el 5 de enero".

Naturalmente, si hubiera hechos adicionales que no fueron incluidos en el reporte o bien una historia complementaria que la víctima quisiera agregar a lo que está contenido en éste, ella puede escribir texto adicional. Cuando menos, adjuntar el reporte policial evitará que tu clienta tenga que contar de nuevo esa historia en particular; también evitará tener registradas dos declaraciones de la víctima en las que un abogado defensor pueda hurgar en busca de contradicciones que luego pudiera usar para deslegitimar su credibilidad. Lo más importante, sin embargo, es que adjuntar el reporte o los reportes policiales a la solicitud de una orden de restricción da al juez de Familia el aviso de que un abusador está bajo investigación criminal por su violencia contra la víctima. Y eso, por sí mismo, usualmente es suficiente fundamento para que el juez emita la orden.

Si por cualquier razón te fuera imposible obtener una copia del reporte de la policía o no pudieras obtenerlo de inmediato, de todos modos puedes hacer un buen trabajo de evaluación de lo que está en el reporte simplemente teniendo una conversación minuciosa y bien enfocada con la víctima.

Antes de empezar a preguntarle a tu clienta sobre la respuesta de la policía, explícale por qué te interesa seguir una línea de interrogación que sea diferente a indagar acerca de lo que el perpetrador le hizo. Si no das esa explicación antes de comenzar, las víctimas podrían sentirse confundidas sobre a dónde quieres llegar y continuarán tratando de volver a hablar de lo que el perpetrador les hizo. Pero si primero les explicas que estás intentando averiguar qué hizo la policía, y por qué, ellas no tendrán problema en comprender y quedarse enfocadas.

Después de explicarle a tu clienta el propósito de tus preguntas, puedes usar la Parte I del formulario de evaluación que figura abajo para orientar la entrevista.

En el proceso de evaluar la respuesta y el reporte de la policía, haz apuntes sobre las correcciones que consideres que se debe hacer.

Además de evaluar la respuesta policial, es importante preguntarle a la víctima cómo fue contactada la policía. Si fue la misma víctima quien llamó a la línea 911 o al número de despachos de la policía, trata de hacerte una idea de lo que ella dijo en esa llamada y, si fuera relevante, de lo que estaba ocurriendo en el fondo mientras ella la hacía. Si alguien más llamó al 911, es importante tratar de determinar quién hizo la llamada, ya que esta persona probablemente sea un valioso testigo en el caso.

Recuerda: Las llamadas a la línea 911 pueden ser una evidencia decisiva en los casos de violencia contra las mujeres. Dado que son hechas cuando la víctima siente más temor, lo que ella o alguna otra persona diga en la grabación de la llamada tiene un inmenso peso como evidencia. Desafortunadamente, con demasiada frecuencia los fiscales desechan casos sin siquiera haber escuchado la grabación de la línea 911. Por ello es muy importante que tengas una buena idea de lo que está en esa grabación. Y será aún mejor si tú y tus clientas se hacen el hábito de obtener una copia de la grabación de la línea 911 al mismo tiempo que una copia del reporte de la policía.

Obtén tanta información como sea posible sobre la historia criminal general del perpetrador. Ver la discusión sobre la obtención de los antecedentes penales del perpetrador en la sección arriba denominada "Si tu clienta aún no ha denunciado el incidente a la policía".

Otros documentos y registros policiales oficiales de casos: grabaciones de la línea 911, reportes CAD, órdenes de captura, hojas de formulación de cargos, registros de evidencias, registros MDT y más

Además del reporte policial, los departamentos de policía usualmente generan una serie de otros registros oficiales adicionales sobre un caso de violencia doméstica. Estos registros -tales como grabaciones de la línea 911, reportes CAD, solicitudes de órdenes de captura, hojas de formulación de cargos, registros de evidencias, registros MDT y más- también pueden ser muy beneficiosos para el caso de tu clienta.

Las grabaciones de la línea 911 y reportes CAD son especialmente útiles y por lo general pueden ser obtenidos en el Departamento de Registros del Departamento de Policía. Las órdenes de captura suelen obtenerse en la secretaría de la corte penal. Las hojas de formulación de cargos se obtienen generalmente en la cárcel o la oficina local del alguacil.

* Ejemplo de caso #1: Un agente de policía aseveraba que la razón por la cual no escribió un reporte criminal de violencia doméstica era que la víctima sólo se quejó de una disputa que tuvo con su esposo acerca de una propiedad. La explicación del agente nos pareció muy difícil de creer porque la víctima nos había hablado en detalle sobre la violencia doméstica y las amenazas de matarla que su esposo le había proferido. Por ello fuimos al Departamento de Registros del Departamento de Policía y obtuvimos una copia del reporte CAD.

Un reporte CAD (Despacho Asistido por Computadora) es el resumen computarizado y el registro de la llamada a la línea 911 que son escritos por la despachadora o despachador que recibe esa llamada, despacha a un agente y le informa sobre la naturaleza de la llamada.

Puedes darte cuenta inmediatamente de lo valiosos que estos reportes CAD pueden ser en todo tipo de situaciones. En el ejemplo que aparece arriba, el reporte CAD indicaba con toda claridad que la víctima estaba llamando por violencia doméstica criminal y no por una disputa de propiedad. No sólo eso, sino que el reporte CAD también registraba claramente que el agente había sido informado de que la víctima estaba denunciando violencia doméstica y no una disputa de propiedad.

En suma, el reporte CAD probó que el oficial estaba mintiendo. Y una vez que le hicimos ver al sargento que habíamos obtenido una copia de ese reporte, él inmediatamente asignó a otro agente para que volviera a entrevistar a la víctima y escribiera un reporte apropiado.

* Ejemplo de caso #2: Una víctima se quejó con nosotras de que el alguacil nunca tomaba en serio sus llamadas por acecho. Dijo que lo había llamado por lo menos una docena de veces para pedirle que llegara a su casa. El alguacil negó que la víctima hubiera llamado tantas veces y, en realidad, una solicitud de pasados reportes policiales produjo sólo dos de éstos. Sin embargo, una solicitud, hecha bajo la ley de registros públicos, de los reportes CAD conectados a la dirección de la víctima mostró que ella había llamado exactamente 15 veces al oficial para reportar el acecho criminal. Estos reportes CAD nos dieron la prueba irrefutable de que agentes de la oficina del alguacil se habían presentado, de hecho, 15 veces al hogar de la víctima, pero sólo en dos de esas ocasiones se molestaron en escribir reportes.

* Ejemplo de caso #3: Un fiscal rechazó un caso de violencia doméstica aduciendo, como siempre, que no había suficientes evidencias. Le preguntamos si había escuchado la grabación de la línea 911. Resultó que, al igual que tantos otros fiscales, él simplemente había rechazado el caso sin siquiera haber escuchado esa grabación.

Dado que ya habíamos obtenido la grabación, no sólo sabíamos que el terror de la víctima era inconfundible, sino también se podía escuchar con toda claridad al perpetrador, en el fondo, amenazándola con matarla. Dicho de otra forma, el perpetrador fue pescado en el acto cometiendo un crimen ahí mismo en la grabación de la línea 911. Con esta grabación en mano, pudimos ir ante el supervisor del fiscal y lograr que se formularan apropiadamente los cargos del caso.

NOTA: Las órdenes de captura no son tan comunes en los casos de violencia doméstica ya que generalmente el sospechoso está presente y es arrestado en la escena del crimen. Pero en aquellos casos en que un sospecho ha huido, como también en casos de homicidios relacionados con violencia doméstica, la policía a menudo buscará obtener una orden de arresto.

A fin de solicitar al juez una orden de captura, el agente debe plantear un argumento basado en las evidencias por las cuales él considera que se debería realizar un arresto. A menudo, en lugar de escribir un nuevo reporte, la policía simplemente adjunta una copia del reporte policial para proporcionar el panorama general de evidencias necesario.

Las órdenes de captura, así como el argumento del agente sobre las evidencias de respaldo, están disponibles en los registros públicos, por lo que cualquier persona puede obtener una copia.

Obtener las órdenes de captura resulta especialmente útil en casos de crímenes sexuales, ya que a las víctimas de éstos por lo general no se les permite obtener una copia del reporte policial. Por tanto, al obtener una copia de la orden de captura en un caso de crímenes sexuales, tú y la víctima con frecuencia podrán adquirir el prohibido reporte policial pues éste a menudo estará adjunto. Además, las órdenes de captura son mucho más frecuentemente emitidas en los casos de crímenes sexuales debido a que los sospechosos no suelen ser arrestados de inmediato, por razones que discutiremos en detalle en la subsección "Arresto y emplazamiento" de
la Parte II.

Errores comunes de la policía al responder a la violencia doméstica

A continuación destacamos los errores más comunes y dañinos en la respuesta de la policía a la violencia doméstica. Son cosas en las que debes ser muy vigilante para evaluar la respuesta y el reporte policiales.

La policía no escribe un reporte: Una forma en que la policía se desentiende de la violencia contra las mujeres consiste sencillamente en alejarse sin hacer nada. El hecho de que no haya un reporte implica que no habrá trabajo, molestias ni registros, no hay violencia doméstica, como tampoco habrá una investigación ni audiencias en la corte. En suma, no hay problema. Todo eso significa que los agentes pueden regresar rápidamente a las calles para hacer un "verdadero trabajo policial".

Los agentes que se alejan sin escribir un reporte por lo general les dicen a las mujeres que lo lamentan mucho, pero que no hay nada que puedan hacer en su situación. En los raros casos en que a un agente se le confronta con la acusación de que no escribió un reporte, lo más probable es que mienta y diga que las mujeres sólo le informaron sobre una disputa de propiedad o algún otro asunto no criminal. Ésta es una de las razones por la que es tan importante que las(os) defensoras(es) sepan cómo acceder a las grabaciones de la línea 911 y a los reportes CAD (Despacho Asistido por Computadora). Estos registros suelen ser la única forma exitosa de convencer a los supervisores de los agentes de que la víctima de hecho estaba llamando a la policía para reportar violencia doméstica o un crimen relacionado. También es una razón por la cual las mujeres, siempre que sea posible, deberían estar acompañadas cuando presentan una denuncia a la policía.

Aunque la incapacidad de la policía para escribir un reporte no es inusual en cualquier situación de violencia contra las mujeres, es mucho más frecuente en casos de violaciones de las órdenes de restricción, los crímenes sexuales, las amenazas terroristas, la disuasión a un testigo y los crímenes de acecho. También es más común cuando la víctima pertenece a una raza minoritaria, no habla bien el inglés, tiene retraso mental, posee antecedentes penales, es joven o consume drogas.

Pero el hecho que se debe recordar es que la incapacidad de un agente para escribir un reporte puede ocurrir en cualquier momento, aun en los casos más serios y con las víctimas más privilegiadas.

Ejemplo: ¿Suicidio con cubeta? El 7 de noviembre de 1999, un conocido médico de Petaluma, el Dr. Louis Pelfini, llamó a la línea 911 para reportar que su esposa se había suicidado metiendo la cabeza en una cubeta de agua. En la escena, entre docenas de banderas de alerta, el detective York, de crímenes violentos, encontró una cortada fresca en la mano del médico, lastimaduras frescas en la parte superior del cuerpo de la señora Pelfini, como también en su cabeza y sus piernas, solamente una pulgada de agua en la cubeta y una historia cambiante del buen doctor.

Partiendo de lo absurdo de que alguien se suicide metiendo la cabeza en una cubeta, hasta un estudiante de secundaria habría reconocido que esta situación debía ser declarada una escena de crimen. No lo fue. El detective tampoco escribió un reporte criminal. De hecho, ni siquiera escribió un reporte de muerte sospechosa. El detective York se fue a casa.

La historia completa de este caso deja mucho en qué pensar. Pero sólo para empezar, ¿no te lleva a preguntarte cuántos homicidios relacionados con violencia doméstica son pateados debajo de la alfombra y quedan fuera de las estadísticas, como el asesinato de la señora Pelfini? No hubo reporte, no hubo crimen, no hay problema.

La policía no obtiene una adecuada declaración de la víctima: Ésta es la deficiencia más significativa y común de la respuesta de las fuerzas de seguridad a la violación, la violencia doméstica y el abuso infantil.

  • Los agentes con frecuencia no son capaces de identificar y enfocar los múltiples temores específicos de las víctimas que de rutina constriñen la declaración de ellas en los casos de violencia contra las mujeres.

  • Los agentes a menudo son incapaces de plantear una serie de preguntas lo suficientemente comprensibles que se necesitan para tener una idea completa de la magnitud del crimen o los crímenes y también para obtener pistas a evidencias y testigos adicionales.

  • Los agentes frecuentemente no son capaces de establecer suficiente confianza con la víctima de manera que ella sea consciente de los profundos riesgos que está corriendo al relatar su historia y sepa que los agentes priorizarán la protección de las víctimas contra daños adicionales. A menos que los agentes establezcan esta confianza, no sólo no obtendrán una adecuada declaración de la víctima sino que es probable que ésta se retire por completo del proceso de justicia criminal.

  • Los agentes casi siempre son incapaces de involucrar a la víctima como una socia en el desarrollo de las evidencias del caso.

  • Frecuentemente los agentes no son capaces de tomar notas adecuadas y minuciosas sobre las declaraciones que la víctima sí hace.

Dada la naturaleza de la violencia contra las mujeres, obtener una declaración completa y abierta de la víctima es un proceso tan frágil como levantar una huella de la arena. Las mujeres víctimas de violencia, mucho más que las víctimas de otros crímenes, casi siempre se sienten muy temerosas y reservadas cuando hablan con oficiales de la justicia criminal.

Debido a la naturaleza tan íntima y específica de género de estos crímenes, el relato de los detalles del crimen usualmente se ve restringido por múltiples capas de tabúes sociales, vergüenza, barreras de género, la anticipada culpabilización a la víctima, obstáculos relacionados con la privacidad, así como un intenso dolor emocional.

Además, debido al avasallador poder que el perpetrador tiene sobre cada aspecto vital de la vida de la víctima, todo lo que tiene que ver con ella -desde la custodia infantil, la vivienda, las finanzas, el empleo, las relaciones familiares, la vida misma- se pone en riesgo a partir del simple acto de explicar cómo ella resultó con ese morete en el brazo. A menos que los agentes y oficiales comprendan estas distorsiones antes de una entrevista, es muy poco probable que obtengan una declaración abierta y completa de la víctima.

Al mismo tiempo que obtener una adecuada declaración de la víctima requiere de un elevado nivel de conciencia en el agente, extraerle esa declaración es mucho más crucial para el éxito general de un caso de violencia contra las mujeres que para otros crímenes. La mayoría de las pruebas y de las principales pistas a otras evidencias está contenida en los detalles que la víctima proporciona. Nada es más dañino para los casos de violación, violencia doméstica y abuso infantil que una declaración restringida de la víctima. Y nada es más común que esto.

Aun en el mejor de los casos, muchos agentes bienintencionados llevan a cabo entrevistas a mujeres víctimas de violencia en una forma que prácticamente no se distingue de la manera en que entrevistan a víctimas de robos de automóviles.

Dada la importancia de una buena declaración de la víctima para el caso de tu clienta, y debido a que los agentes raras veces obtienen una declaración minuciosa, siempre es importante que tú, la defensora o defensor, realices tu propia evaluación de la historia de la víctima para buscar información vital que pudiera haber quedado fuera del caso.

La policía no obtiene la historia del abuso: La mayoría de las políticas escritas de las fuerzas de seguridad sobre violencia doméstica requiere que la policía obtenga de la víctima la historia del abuso y, además de ello, extraiga de la computadora los antecedentes penales del sospechoso y los adjunte al reporte. Muchos agentes policiales no hacen ni lo uno ni lo otro.

Y aun cuando los agentes sí toman nota de la historia de abuso, muchos no reconocen patrones de abuso peligrosos y en aumento, o pasan por alto valiosas evidencias que están registradas en incidentes pasados. Es como si estuvieran pasando como robots por estos casos, llenando casillas para llegar al final de la página, sin prestar la menor atención a las tragedias que se desarrollan frente a sus propios ojos.

Es crucial prestar atención a la historia. Con mucha frecuencia, aun los casos más extremos de violencia doméstica se manifiestan inicialmente ante las fuerzas de seguridad apenas como un pequeño morete cuando la policía es llamada. Al no obtener una buena historia, a menudo los agentes pasan por alto no sólo la gravedad de los crímenes sino, peor aún, también la trayectoria de esos crímenes. Tomar notas minuciosas sobre la escalada de un incidente al siguiente te acerca a ser capaz de predecir el futuro.

Cuando los agentes no son capaces de obtener una buena historia, también se arriesgan a pasar por alto una mina de excelentes evidencias de casos previos que frecuentemente pueden ser mucho más serias que las pruebas disponibles en el incidente actual.

Ejemplo de caso: El esposo de Anna tomó un arma durante una violenta discusión. Esta vez, ella pudo arrebatársela de la mano. Aterrorizada, llamó a la policía por primera vez. Pero, desafortunadamente, aparte de la historia de Anna y la presencia del arma, no había ninguna otra evidencia del crimen. Y dado que el esposo de Anna le contó a la policía una historia que contradecía la suya, era claro que no había suficientes evidencias para perseguir el caso. Por eso era doblemente importante que la policía obtuviera una historia en este caso. Pero la policía ni siquiera hizo preguntas.

Si los agentes tan siquiera hubieran pedido una breve historia, Anna fácilmente les habría dicho, como nos lo relató a nosotras, que unos meses atrás había habido un incidente similar, sólo que en esa ocasión su esposo le había presionado el cañón de la pistola contra la piel con tanta fuerza, y luego se lo había retorcido, que le dejó una visible cicatriz en forma de cañón que le duró semanas. Cuando sus amigas le preguntaron acerca de la cicatriz, ella les había dicho la verdad. Algunas de estas amigas eran profesionales y habrían podido ser excelentes testigas.

Si el agente hubiera anotado esta historia de Anna, la policía no sólo habría sido doblemente alertada sobre el muy elevado riesgo de letalidad en este caso, sino también habría tenido excelentes testigos para usar en una prosecución del incidente anterior. Si tan sólo al agente le hubiera importado lo suficiente hacer bien su trabajo.

La policía nos dice tan frecuentemente que no tiene el tiempo para anotar la historia. La respuesta obvia es que anotar una buena historia toma mucho menos tiempo que regresar una y otra vez a la misma residencia porque la policía no manejó bien el caso en la primera ocasión. Hacer bien el trabajo la primera vez también toma mucho menos tiempo que llevar a cabo una investigación de homicidio.

De nuevo, dado que la policía a menudo es incapaz de obtener la historia de abuso, queda en tus manos, la defensora o defensor, obtenerla con miras a identificar la evidencia que quedó inadvertida y, más importante aún, con vigilancia a la trayectoria de violencia del perpetrador.

La policía no pregunta sobre las amenazas ni las registrar apropiadamente: La policía a menudo no obtiene información específica sobre las amenazas de matar o lastimar que el perpetrador ha proferido... usualmente porque no la pide. O bien, si de hecho preguntan sobre las amenazas contra la víctima, no inquieren sobre amenazas a otros miembros de la familia e, igualmente importante, si el sospechoso ha amenazado con suicidarse. Y desafortunadamente algunos de los agentes que preguntan sobre las amenazas con frecuencia no se toman el tiempo para escribir citas exactas de éstas.

Las citas exactas de las amenazas de matar o lastimar que el abusador profiere son importantes por varias razones:

  • Las amenazas son evidencias. Si el agente no cita correctamente una amenaza, esa cita inexacta es como una huella dactilar manchada: más adelante podría ser utilizada por un abogado defensor para deslegitimar a la víctima si la cita no concuerda con un testimonio posterior de la víctima sobre la amenaza.

  • Las amenazas de matar o de ocasionar daño grave son crímenes por sí mismos. De nuevo, si el agente no registra la amenaza, o escribe una cita inexacta de ésta en el reporte policial, ello dificulta o imposibilita perseguir el crimen de amenaza.

  • Y quizás la razón más importante de todas: las amenazas dan una idea muy clara de la intención criminal del abusador. Las descripciones contenidas en las amenazas de lo que él dice que hará y cómo va a hacerlo son una descripción escalofriante y exacta de lo que probablemente hará. Un estudio tras otro sobre homicidios relacionados con violencia doméstica revela que las amenazas de matar o de suicidio tienen una estrecha correlación con la subsiguiente realización del acto y de llevarlo a cabo en una forma que refleja los detalles de la amenaza del perpetrador.

Otro problema común en la respuesta de la policía ocurre cuando las víctimas llaman para reportar amenazas y éstas son la única razón por la que están llamando. Muchos agentes persisten en decirles a esas mujeres que no hay nada que ellos puedan hacer sino hasta que el sospechoso lleve a cabo las amenazas. Y luego el agente se retira sin siquiera escribir un reporte. Estos oficiales saben muy bien que las amenazas de matar o de provocar daños corporales son un crimen por sí mismo. Ellos deberían ser disciplinados cuando les dicen a las mujeres que no se puede hacer nada. Pero nunca lo son.

Siempre pregúntale a la víctima cuáles fueron las palabras exactas de las amenazas del perpetrador lo mejor que ella pueda recordarlas. No es sorprendente que las víctimas por lo general puedan recordar sin problemas las palabras exactas. Están grabadas en su conciencia como ninguna otra cosa que hayan escuchado.

La policía no pregunta sobre la violencia sexual: En cada cultura existen fuertes tabúes en cuanto a hablar abiertamente sobre el acto sexual. Al hablar con víctimas de violencia doméstica, es tanto más fácil referirse a los moretes y las patadas, y dejar ahí el asunto.

El 99.99 por ciento de los agentes que intervienen en una llamada por violencia doméstica no le pregunta a la víctima sobre la historia de violencia sexual en la relación. De hecho, muchas(os) defensoras(es) de víctimas de violencia doméstica tampoco lo hacen. Y dado que las víctimas raras veces la mencionarán por su propia cuenta, la elevada tasa de violencia sexual en los casos de violencia doméstica casi nunca es registrada ni manejada por la respuesta de las fuerzas de seguridad ni de las(os) defensoras(es) - en gran detrimento de la víctima.

Hay una serie de razones por las que la inclusión de consideraciones sobre violencia sexual es tan crítica tanto para el caso como para la sanación de la víctima. Aquí limitaremos nuestros comentarios a su importancia en el caso de justicia criminal.

  • En la mayoría de los incidentes de violencia doméstica los cargos se formulan como delitos menores. Pero la violación es una felonía automática. Si una víctima reporta una violación en su historia de violencia doméstica, casi en todos los departamentos de policía el caso será inmediatamente asignado a un detective que hará una investigación mucho más minuciosa de éste.

    Son demasiados los agentes de policía y las víctimas y defensoras(es) que continúan creyendo que es imposible probar los casos de violación conyugal (o por un compañero íntimo). Pero la realidad es que estos casos a menudo pueden ser probados fácilmente mediante el uso de llamadas de pretexto y otras técnicas investigativas. (Ver la sección sobre crímenes sexuales.) Y una vez que ha habido una llamada de pretexto exitosa, esto por lo general marca el fin de la necesidad de ir a juicio.

  • La presencia de violencia sexual en la violencia doméstica es una alerta clave acerca del riesgo de letalidad. Una serie de estudios sobre homicidios relacionados con violencia doméstica ha revelado que las víctimas de violencia doméstica tenían en sus historias una tasa de violencia sexual más elevada que la de las víctimas de violencia doméstica que no fueron asesinadas.

La policía y las(os) defensoras(es) deberían preguntarles rutinariamente a las víctimas de violencia doméstica sobre cualquier historia de sexo forzado en la relación. Discute con tu clienta la posibilidad de hacer un reporte de la violencia sexual a la policía. O de hablar más sobre ello con una defensora de crisis por violación.

La policía no toma declaraciones de los testigos: Aunque la mayoría de los agentes de policía sí incluye en su reporte anotaciones sobre la existencia de testigos que hayan sido mencionados por las mujeres, a menudo, de hecho, no les contactan ni toman sus cruciales declaraciones. Con demasiada frecuencia, lo que ocurrirá luego es que el fiscal de distrito que revise el caso será tan holgazán e indiferente como el agente que escribió el reporte defectuoso. En lugar de llamar directamente a un testigo o que el agente regrese a tomar la declaración que debió haber obtenido desde un principio, el fiscal simplemente rechazará el caso por falta de suficientes pruebas.

Más de un homicidio relacionado con violencia doméstica en nuestra comunidad ha sido el resultado de estas dos fallas de procedimiento de las fuerzas de seguridad: un oficial de policía que para empezar no pudo molestarse en obtener apropiadamente la declaración de un testigo, seguido de un fiscal que, pese a estar enterado de que había un testigo, tampoco quiso molestarse en tomarle una declaración.

El asesinato de Mina Arévalo: En el caso de Mina Arévalo, la policía escribió en su reporte de una llamada por violencia doméstica que el hijo (adolescente) de la víctima había presenciado el incidente y dado una declaración. Pero nada más. Los agentes no se molestaron en escribir la declaración del joven; sólo anotaron que éste había dado una. El fiscal que revisó el reporte, en lugar de llamar al agente para obtener la declaración del hijo o hacer que un investigador de la Oficina del Fiscal de Distrito lo llamara para tomarle su declaración en forma directa, simplemente rechazó el caso para prosecución. Tres semanas después, el esposo de Mina le descargó nueve disparos en el cuerpo. El hijo y la hija adolescentes descubrieron el cuerpo de su madre rociado de balas.

En otro ejemplo fatal, luego de más de una docena de violaciones a una orden de restricción en las cuales la policía ni siquiera se había tomado la molestia de escribir reportes, la víctima llamó para reportar que el perpetrador la había llamado de nuevo a su casa. Esta vez ella le dijo al agente que su compañera de casa había recibido la llamada del perpetrador. El agente escribió el reporte incluyendo el nombre de la compañera pero no hizo nada por obtener una declaración de ella, quien estaba fácilmente disponible. El fiscal de distrito tampoco se molestó en obtener una declaración de la compañera de casa y, por el contrario, rechazó el caso por falta de suficientes pruebas. Apenas algunas semanas después, el perpetrador esperaba a la víctima en el lugar donde ella trabajaba y cuando llegó la ejecutó con un disparo a la cabeza.

La policía no atiende las violaciones a las órdenes de restricción ni el acecho: Pocos crímenes parecen provocar tanto el desprecio de la policía como ocurre con las violaciones a las órdenes de restricción y el acecho. Al parecer, la policía simplemente no entiende que una llamada telefónica o el envío de una tarjeta de San Valentín puede constituir uno de los crímenes más aterrorizantes que existen. Sin embargo, las historias de las víctimas de homicidios relacionados con violencia doméstica están plagadas de actos repetidos de violaciones a las órdenes de restricción y de acecho, como también de la incapacidad de las fuerzas de seguridad para hacer algo al respecto.

La combinación de la gravedad de las violaciones a las órdenes de restricción y la falta de voluntad de la policía para responder a éstas llevó a la Legislatura de California a aprobar legislación que obliga a la policía a efectuar arrestos en todos los casos de este tipo de violaciones. Aun así, la policía continúa ignorando la ley. Para demasiados agentes, la idea de haber pasado por la academia de policía para aprender cómo conducir rápido y disparar derecho simplemente no parece encajar con tener que escribir un reporte criminal porque alguna mujer se siente asustada después de haber recibido una tarjeta de San Valentín.

Y aun cuando el agente sí escribiera un reporte la primera vez, mientras más veces es llamada la policía a la misma dirección con las mismas quejas insignificantes, más parecen disgustarse los agentes. Cuanto más envalentonado se siente el perpetrador en este juego del gato y el ratón, más se frustra la víctima por tener que llamar a la policía. Y de esta forma se empeora aceleradamente la situación hasta culminar en un homicidio.

Lo peor es que, al parecer, los fiscales responden igual. Entonces, aun cuando un agente de policía sí comprende la peligrosidad de estos crímenes y es diligente en escribir reportes, no le toma mucho tiempo cambiar su estilo de trabajo. ¿Cuántas violaciones a las órdenes de restricción escribirías tú si supieras, con anticipación, que el fiscal de distrito no trabaja con este tipo de órdenes?

Las(os) defensoras(es) a menudo tienen que actuar de manera muy proactiva para presionar a la policía y a los fiscales a manejar apropiadamente las violaciones a las órdenes de restricción y el acecho. Esto por lo general involucra obtener los registros CAD y los reportes policiales a fin de identificar ocasiones en que la víctima ha llamado a la policía y ningún reporte ha sido escrito. También implica examinar el registro de la corte para identificar un manejo inapropiado de incidentes por parte de los fiscales. Una vez que la historia se compila, la defensora o defensor usualmente tiene que acudir al jefe de la unidad de violencia doméstica o la de crímenes violentos antes de que estos casos sean manejados en forma adecuada. Pero tu esfuerzo no será una pérdida de tiempo. Puede salvarle la vida a tu clienta.

La policía no aplica las órdenes de custodia, órdenes de visita y otras órdenes de la Corte de Familia: Si es ya bastante difícil conseguir que las fuerzas de seguridad traten las violaciones a las órdenes de restricción y el acecho como "verdaderos crímenes", es casi imposible lograr que los agentes apliquen las órdenes de custodia, de visita y otras órdenes de la Corte de Familia. Cuando las mujeres llaman para reportar estas violaciones, la policía rutinariamente les responde que deben llevar el problema de vuelta a la Corte de Familia. Las consecuencias de la frecuente incapacidad de las fuerzas de seguridad para aplicar las órdenes de esta corte resultan devastadoras y peligrosas para las víctimas y sus hijas e hijos.

En un ejemplo típico, el esposo de Anne decidió castigarla no llevando al hijo de ambos, de dos años de edad, de vuelta a la casa de ella al final de la visita ordenada por la corte. Luego de un par de horas, Anne llamó a la policía. Cuando el agente llegó, ella le mostró la orden de la corte. En el clásico estilo, el agente le dijo que ella debía presentar el problema de nuevo en la corte. Pero la Corte de Familia, por supuesto, puede hacer poco más que emitir una modificación de la orden; es decir, emitir una nueva orden.

Dos días después, el esposo de Anne aún no le había regresado a su niño, por lo que ella llamó por tercera vez a la policía. Los resultados fueron iguales. Este tercer agente, con la misma asquerosa indiferencia hacia la angustia de Anne, le dijo una vez más que llevara el problema de vuelta a la Corte de Familia.

Es crucial que las(os) defensoras(es) sepan que las violaciones a todas las órdenes de la Corte de Familia son verdaderos crímenes y que se puede formular cargos y pueden ser perseguidos como tales. (En California, las violaciones a las órdenes de la corte están cubiertas por la Sección 166.4 del Código Penal.) Es cien veces más probable que la policía escriba un reporte policial por un neumático cortado con navaja que por un bebé que no se le entrega a su madre, en violación a una orden de la Corte de Familia. La renuencia generalizada de la policía a implementar sus poderes en los casos de violaciones a las órdenes de la Corte de Familia es una denegación claramente sexista a las mujeres de su derecho constitucional a recibir protección igualitaria. La policía considera que las violaciones a las órdenes de la Corte de Familia están muy, pero muy por debajo de su dignidad.

Las(os) defensoras(es) también deben actuar en forma muy agresiva para conseguir que la policía aplique las órdenes de la Corte de Familia. Se puede hacer. Y debe hacerse para detener uno de los crímenes más crueles que los abusadores comenten contra sus víctimas, al aterrorizaras con el horror de la pérdida de su hija o hijo.

Hay una serie de crímenes relacionados que la policía también de rutina se rehúsa a perseguir por razones similares. El rapto y ocultamiento de niñas y niños, ya sea que exista o no una orden de la corte o si el perpetrador tiene la custodia infantil, son crímenes. En California, las dos secciones pertinentes del Código Penal son las siguientes:

  1. Sección 278 Llevarse a una niña o un niño, persuadirle para que vaya, retenerle u ocultarle por parte de una persona que no tiene el derecho a custodia.
  2. Sección 278.5 Llevarse a una niña o un niño, persuadirle para que vaya, retenerle u ocultarle a fin de privar de la custodia legal a quien la tiene. (Dicho de otra forma, es un crimen que un(a) progenitor(a) le oculte las hijas o los hijos a su madre o padre, aun cuando ambos pudieran tener custodia legal compartida.)

Se trata de dos crímenes graves que provocan un dolor intenso a las víctimas y les representan un claro peligro. Sin embargo, la policía da la espalda a las madres o los padres, con más frecuencia a las madres, que reportan estos crímenes, y a menudo lo hace con una actitud de afrenta, como si la policía fuera la víctima de mujeres que le han hecho perder el tiempo con sus llamadas.

A continuación, tres distintos ejemplos tanto de la gravedad de estos crímenes como de la desconsideración absoluta, discriminatoria y sexista de las fuerzas de seguridad para aplicar las leyes relevantes.

Ejemplo #1: Hemos mencionado antes este caso, pero aquí queremos entrar en más detalles. El 27 de marzo del 2000 en Tacoma, Washington, el famoso francotirador criminal John Muhammad, de Washington DC, raptó a sus tres hijos y los ocultó de su esposa Mildred durante 17 meses. Aunque en junio del 2001 la Policía de Tacoma finalmente emitió una orden para que los niños fueran recuperados, nunca obtuvieron una para arrestar a Muhammad.

Tras 17 largos meses, los niños fueron encontrados fortuitamente en una escuela, en la que habían sido inscritos por Muhammad bajo nombres falsos. Aun así, la policía no lo arrestó. Esto, a pesar de que la Policía de Tacoma conocía el paradero de Muhammad, contaba con amplias pruebas de que había ocultado a los niños durante más de un año, sabía que el perpetrador había amenazado con matar a Mildred y que ella había obtenido una orden de restricción contra él. Si la policía y los fiscales hubieran perseguido los múltiples cargos de felonía por el ocultamiento de los niños, es probable que Muhammad habría estado tras las rejas y no en Washington DC llevando a cabo su farra de asesinatos.

Recordemos que fue en el otoño del 2002 cuando John Muhammad, junto al adolescente John Malvo, mantuvo a Washington DC bajo fuego francotirador, asesinando a 13 personas muertas e hiriendo a cinco.

Recordemos también que fue David Brame, el jefe de la Policía de Tacoma, quien en abril del 2003, enfrente de sus dos hijos, le disparó y asesinó a su esposa en el estacionamiento de un centro comercial. Esto, después de que los agentes de Tacoma habían ignorado múltiples reportes sobre la violencia de Brame contra las mujeres.

Y una nota más... El 2 de febrero del 2002, la Policía de Tacoma sí obtuvo una orden de captura para John Muhammad. ¿Por qué? ¿Por qué? Después de no haber conseguido una orden para arrestarlo cuando mantuvo secuestrados a sus hijos durante 17 meses, los sacó del país, cambió sus nombres y amenazó con matar a su madre, ¿por qué esta vez la Policía de Tacoma sí emitió una orden de captura? Lo hizo porque John Muhammad supuestamente robó una tienda de la cual extrajo carne por un valor de $27.

Los derechos de propiedad del dueño de la tienda a un par de libras de carne fueron tratados con mucha más seriedad que el derecho de una mujer a sus hijos.

Ejemplo #2: El 19 de diciembre del 2001, Uma James, madre de John Malvo, llamó a la Policía de Bellingham para reportar que su hijo, quien entonces tenía 16 años de edad, estaba siendo hostigado por John Muhammad. John Malvo había sido "levantado" por Muhammad cuando éste se encontraba visitando Jamaica. Ahora, Uma James había salido de su país por primera vez y buscaba desesperadamente que la policía la ayudara a recuperar a su hijo de las manos de Muhammad. Era un claro caso de ocultamiento de un menor de edad. Al hacer la denuncia ante la Policía de Bellingham, Uma James reportó que cuando ella trató de quitarle su hijo a Muhammad, había habido "empujones y forcejeo", según el agente que respondió la llamada.

Es difícil saber exactamente qué ocurrió en ese respecto puesto que, al parecer, el agente de Bellingham no escribió un reporte criminal de violencia doméstica y la Policía de Bellingham no investigó las acusaciones de Uma James acerca del hostigamiento de John Muhammad contra su hijo de 16 años, como tampoco arrestó a Muhammad ni escribió un reporte criminal por la violación de éste a las leyes relacionadas con el rapto de menores.

En un clásico desprecio hacia los derechos de las madres a sus hijos, en lugar de tratar a Muhammad como un sospechoso criminal, el agente de la Policía de Bellingham les dio la espalda a Uma James y a su hijo y más bien les arrestó por estar ilegalmente en los Estados Unidos. Luego, el agente de Bellingham llamó al Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) para reportar a la madre y al hijo. En cuanto a Muhammad, el agente de Bellingham le advirtió verbalmente que dejara en paz a Uma James y a su hijo.

La única razón por la que sabemos esto es que el agente del INS sí escribió un reporte sobre Malvo y su madre Uma James (por violaciones a las leyes de inmigración) e incluyó en éste la siguiente declaración: "La Policía (de Bellingham) le dijo a John Muhammad que se fuera y no interfiriera con la madre y su hijo".

El resto es una historia sangrienta.

Ejemplo #3: Una adolescente latina, de 13 años de edad, estaba sexualmente involucrada con un hombre adulto, de entre 20 y 30 años, cuando las autoridades escolares reportaron ante el Departamento del Alguacil de nuestro condado que ella había desaparecido después de que ese sujeto la recogió en la parada del autobús de la escuela. Un detective del alguacil fue asignado al caso. Pero este detective ni una sola vez se puso en contacto con la madre y el padre de la joven, a pesar de que ambos estaban buscando ayuda desesperadamente y continuaron buscándola mientras los meses pasaban y su hija seguía desaparecida.

Pasados seis meses, cuando la adolescente finalmente regresó a su hogar, el Departamento del Alguacil no quiso realizar un arresto y el fiscal se rehusó a presentar cargos en el caso. Todos (excepto un agente) decían que en vista de que la joven se había ido por su propia voluntad, no se cometió ningún crimen. Ellos sabían perfectamente bien que sí ocurrió un crimen. (¡Imaginemos qué habría sucedido si sus propias hijas de 13 años de edad hubieran sido llevadas por un hombre adulto!) Pero, por supuesto, los oficiales simplemente no querían molestarse. Al final, luego de una intensa presión al fiscal de distrito, el caso fue llevado apropiadamente, con 11 cargos de felonía por rapto de menores y numerosos cargos de violación a una menor.

Es muy difícil lograr que la policía escriba reportes criminales o tome alguna acción en las violaciones a las órdenes de la Corte de Familia o los casos de rapto de menores de edad. Las(os) defensoras(es) por lo general deben recurrir a las tácticas que se abordan en la Parte III de este manual, "Cuando las cosas se ponen feas".

La policía no determina apropiadamente quién es la persona agresora dominante: Dado que esta común falla conduce con tanta frecuencia al arresto de la víctima, la discutiremos en detalle, en la Parte II, en la subsección "Abogando por víctimas de violencia doméstica que han sido arrestadas por violencia doméstica".

Cómo conseguir correcciones en la respuesta o el reporte de la policía

El primer paso para lograr que se hagan correcciones en la respuesta o el reporte de la policía en un caso de violencia doméstica es, como siempre, discutir un curso de acción con la víctima. El siguiente paso será, por lo general, llamar por teléfono al sargento de turno, al jefe de la unidad de violencia doméstica o al jefe de investigaciones.

Si algunas llamadas telefónicas no resuelven rápidamente el problema, entonces consulta la Parte III de este manual, "Cuando las cosas se ponen feas".

 

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Traduccion por Laura E. Asturias / Guatemala

 

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