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Guía dirigida a madres, abuelas y otras personas para ayudar a jóvenes atrapadas en la prostitución o la trata sexual

Parte 4 ~ Si tu hija es arrestada por prostitución o cargos relacionados con ésta

Creemos firmemente que las jóvenes que están siendo prostituidas no deberían ser arrestadas por prostitución. Tampoco se les debería poner bajo arresto por todos los otros cargos relacionados que la policía puede utilizar para arrestarlas, como ‘posesión de drogas’ o ‘uso de documentos falsos’. Cualquier joven que está siendo prostituida es víctima de crímenes mucho más graves, entre ellos violaciones en serie, amenazas, golpizas, privación ilegítima de la libertad, secuestro y todos los demás abusos cotidianos que son perpetrados contra personas prostituidas. Ésos son los crímenes contra los cuales la policía debería proceder.

Cuando una joven prostituida es arrestada, el daño es doble. En primer lugar, esto le transmite a ella el mensaje de que todo el abuso que ha sufrido en la prostitución es por su propia culpa, y tanta es su culpa que el Estado considera necesario intervenir para castigarla. El otro daño de arrestar a las jóvenes (y adultas) es que favorece a proxenetas y clientes: fortalece su control sobre las personas prostituidas porque deja fuera a las agencias de la ley y el orden como fuentes de ayuda. Al arrestar a las jóvenes prostituidas, dichas agencias se convierten en un elemento integral de la estructura de poder que perpetúa la prostitución de mujeres y niñas.

Sin embargo, debido al estado de la ley en la actualidad, como también a las actitudes de la policía, existe la posibilidad muy real de que tu hija sea arrestada. En Estados Unidos es una indignación el hecho de que sea entre cinco y seis veces mayor la cantidad de mujeres que de hombres a quienes se arresta por delitos relacionados con la prostitución.

Aun así, si tu hija llegara a ser arrestada, hay algunas maneras en que puedes sacar el mayor provecho de ello y utilizar el arresto para acercarla más a la ayuda. Después de un arresto, podría ser la primera vez en mucho tiempo que te sientes a hablar con tu hija en un espacio seguro, lejos de la influencia de las calles. Además, un arresto puede darte la oportunidad de ingresar a tu hija en un buen programa, a menudo con la anuencia del estado a pagar la cuenta.

Éstas son algunas sugerencias acerca de cómo aprovechar un arresto para conseguirle a tu hija la mejor ayuda que sea posible:

  1. Antes de ir al centro de detención juvenil a hablar con tu hija, tómate algún tiempo para pensar en lo que quieres decir. Considera la posibilidad de llevar contigo a otra persona, como un/a pariente especial, un/a clérigo/a o maestra/o. En ocasiones, una adolescente puede escuchar mejor a alguien que no es su madre. Otras veces no. Pero vale la pena considerarlo con anticipación.

  2. Al nomás enterarte de que tu hija fue arrestada, ése será un buen momento para llamar por teléfono a una o más de las líneas confidenciales de ayuda que anotamos en la Parte 2. Luego llama al centro de detención de adolescentes o la oficina de defensa pública juvenil. Trata de averiguar exactamente cuáles son las acusaciones contra tu hija. Averigua los nombres del defensor público y/o del agente de libertad condicional de jóvenes que están asignados a su caso. Pregunta cuál es el horario de visitas, así como la fecha y el carácter de la próxima comparecencia de tu hija ante el tribunal. No accedas a ningún arreglo sino hasta que hayas tenido la oportunidad de informarte sobre todas las opciones disponibles.

  3. Antes de hablar con tu hija, intenta al menos empezar a recopilar información acerca de los programas disponibles. No descartes un programa sólo porque no está en tu área inmediata.

  4. Cuando tú u otras personas hablen con tu hija, no la culpabilicen por el problema en que se encuentra. Podría ser cierto que ella ha desobedecido muchas de tus normas acerca de asuntos tales como asistir a la escuela, la hora en que debía volver a casa o con quién puede y no puede pasar su tiempo. Pero eso es muy diferente a responsabilizarla por las realidades opresivas de la prostitución que ahora pesan sobre ella. Ninguna niña es responsable de esto. Es importante que le hagas muy clara esa distinción a tu hija. Ahora mismo, los acontecimientos más serios y urgentes en su vida son los daños y consecuencias de haber sido prostituida. Esto no es su culpa. Los otros asuntos de su conducta en casa pueden ser abordados más adelante.

  5. Vale la pena repetirlo: cuando tú u otras personas hablen con tu hija, es muy importante que mantengan la calma y no la juzguen. Sin duda alguna, esto puede ser muy difícil en vista de los intensos temores que sientes respecto a tu hija. Entonces, antes de ir a verla, tómate algún tiempo para organizar tus pensamientos y lidiar con tus emociones. No permitas que la conducta de tu hija te enoje o te distraiga de la muy seria tarea que ahora tienes por delante como madre.

  6. Llama o, mejor aún, haz arreglos para reunirte con el defensor público de tu hija, con agentes de libertad condicional y cualquier otro funcionario relacionado con el caso de ella. Pregúntales y cuéntales sobre las varias posibilidades de programas para tu hija. Antes de ir al tribunal, trata de llegar a acuerdos específicos con los funcionarios respecto a un plan de acción para ella. Tu mejor meta probablemente sea que tanto los agentes como tu hija estén de acuerdo en que ella ingrese a un programa de tu elección para jóvenes prostituidas.

  7. Si tu hija fue arrestada por un delito menor que no es la prostitución, como poseer drogas, haberse fugado de su casa o usar documentos falsos, desde el principio deberías asegurarte de convencer a los agentes de que el problema subyacente es que ella está siendo prostituida. No permitas que esa realidad quede oculta. Los agentes tienen que ser conscientes del problema subyacente para que haya alguna esperanza de que dirijan a tu hija hacia toda la ayuda complementaria que necesita.

  8. Si no te satisface la respuesta que estás recibiendo de estos agentes, sigue las sugerencias que hemos propuesto acerca de cómo obtener una mejor respuesta de la policía. No vaciles en acudir a un funcionario de nivel más alto para expresar tus insatisfacciones y exigir cambios específicos.

  9. Mantente estrechamente involucrada en el caso de tu hija. Recuerda que este caso podría ser tu oportunidad para conseguirle la ayuda que ella necesita.

    NOTA: En los últimos diez años, algunos países y estados han empezado a incorporar la comprensión de que niñas y mujeres son víctimas de la prostitución y no se les debería arrestar.

    • En 2008 se aprobó la Ley del Estado de Nueva York Puerto Seguro para Niñas y Niños Explotados. Antes de que ésta fuera aprobada, a jóvenes en situación de prostitución se les arrestaba, acusaba y trataba como delincuentes y no como víctimas de explotación sexual infantil. Esta ley, que entrará en vigor el 1 de abril de 2010, enmienda la Ley del Tribunal de Familia de Nueva York para permitir que se suspenda el procesamiento penal de niñas y niños víctimas de prostitución y se les considere como personas en necesidad de supervisión. También enmienda la Ley de Servicios Sociales de Nueva York aumentando los servicios de protección infantil de modo que se proporcionen servicios de apoyo y sociales cruciales a estas víctimas de la prostitución. Así, en vez de que el sistema de justicia penal vuelva a traumatizarles, niñas y niños víctima de explotación sexual podrán ahora tener acceso a albergues de emergencia y recibir los servicios y cuidados médicos, terapéuticos y educativos necesarios para su transición exitosa de vuelta a la comunidad.

      Al firmar la ley, el gobernador Peterson del estado de Nueva York declaró lo siguiente: “Como sociedad debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder a fin de prevenir la explotación sexual, pero cuando ocurra debemos estar preparados para asistir a nuestras/os jóvenes brindándoles servicios comunitarios apropiados. Durante demasiado tiempo hemos estado disciplinando a niñas y niños que son víctimas de una brutal explotación sexual, en lugar de proporcionarles los servicios necesarios para reintegrarles a la sociedad asegurando que reciban una adecuada intervención de crisis”.

    • Para conocer más de esta ley, lee el artículo: Cambio de paradigma: de la persecución a la protección de niñas y niños víctimas de prostitución, disponible en inglés en

    • En 1999, Suecia aprobó una ley que despenaliza a personas prostituidas, criminaliza la compra de servicios sexuales y dispone la provisión de servicios integrales para cualquier persona prostituida que quiera dejar la prostitución. Para conocer más sobre este programa nacional altamente exitoso, lee:
      La solución de Suecia para la prostitución: ¿Por qué nadie intentó esto antes?

Ir a la Parte 5 ~ De vuelta a un futuro

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Traduccion por Laura E. Asturias / Guatemala

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