A.
Sugerencias sobre cómo y dónde reportar el
abuso infantil
|
NOTA: Si eres informante por mandato fuera de California,
por favor consulta la ley sobre reporte obligatorio de tu estado
para averiguar si ésta, al igual que en California y muchos
otros estados, te da la opción de reportar ante las fuerzas
de seguridad en vez de los SPI.
* Ya sea que fueres
informante por mandato, defensora o defensor, o una madre o padre
no ofensor/a que sospecha que está ocurriendo abuso infantil,
NO lo denuncies ante los Servicios de Protección Infantil
(SPI), excepto en caso de que otras opciones hayan fallado. (Vease
la nota arriba.) Presenta tu reporte de abuso infantil a la policía
o a otra agencia de las fuerzas de seguridad, al menos inicialmente.
La mejor manera de
proteger a la madre o al padre que no abusa y a la víctima
infantil contra los riesgos y abusos del sistema de los SPI es
tomar tanta distancia de esta agencia como sea posible. Si eres
informante por mandato, o cualquier otra persona interesada en
hacer un reporte de abuso infantil, te recomendamos firmemente
que optes por presentarlo a las fuerzas de seguridad (es decir,
a la policía o al alguacil), no a los SPI.
Recuerda que, si eres
informante por mandato, la mayoría de leyes estatales te
da alternativas respecto al lugar dónde puedes presentar
tus reportes obligatorios. Contrario a la diseminada pero errónea
creencia, las y los informantes por mandato en estos estados no
tienen que hacer esas denuncias ante los SPI. (Para ver el texto
de la ley del estado de California y una discusión previa
sobre este punto, ir a En California y en muchos otros estados,
las y los informantes por mandato NO tienen la obligación
de presentar un reporte a los Servicios de Protección Infantil.
He aquí un breve
repaso acerca de por qué insistimos en que presentes reportes
de abuso infantil a las fuerzas de seguridad y no a los SPI. (Para
más discusión acerca de estos puntos, regresa a
la Parte 1 aquí.
- El sistema de justicia
penal responde a la violencia familiar, incluido el abuso infantil,
como un crimen. Este sistema busca responsabilizar a la persona
ofensora por los actos de abuso infantil y lo hace utilizando
un riguroso estándar probatorio. Al mismo tiempo, el
sistema no ejerce, ni puede ejercer, ninguna autoridad o control
sobre la vida de la madre o el padre no ofensor/a porque bajo
el sistema de justicia penal esta persona no ha cometido ningún
crimen. El sistema se esfuerza por retirar del hogar al abusador,
no a la víctima infantil. De modo que al hacer una denuncia
ante el sistema penal, la principal respuesta de éste
será un esfuerzo por llevar al perpetrador ante la justicia.
No existirá prácticamente ningún riesgo
de que se investigue a la madre o al padre no abusivo/a, y será
aun menor el riesgo de que se le retire una niña o un
niño, evitando así un acontecimiento que es en
extremo traumático e injusto tanto para la víctima
infantil como para la persona adulta no ofensora.
- Por contraste, el
sistema de los SPI y de la Corte Juvenil no está diseñado
para tratar como un crimen el abuso infantil o cualquier otro
tipo de violencia familiar. Este sistema no busca responsabilizar
a la persona que comete abuso infantil y en realidad carece
de autoridad para hacerlo. Los SPI no tienen poder para abrir
o llevar a cabo una investigación, como tampoco para
realizar arrestos y enjuiciar a los perpetradores. El único
poder significativo que esta agencia tiene es el de retirarles
niñas y niños a uno o ambos progenitores.
Más aun, a
diferencia del sistema de justicia penal, el de los SPI a menudo
pondrá en la mira a la madre o al padre no abusivo/a;
es decir que probablemente le investigará en busca de
conductas no criminales como 'incapacidad de proteger', o 'sabía
o debió saberlo', 'inestabilidad', 'alienación
parental', 'no coopera' y otras similares acusaciones arbitrarias
que no constituyen delito. Es probable que los SPI obligarán
a esta persona a participar en una serie de programas, y lo
hará amenazando con quitarle a su hija o hijo, o no devolvérsela/o,
una determinación que el sistema de los SPI toma de acuerdo
al más bajo estándar jurídico de pruebas,
con mínimas protecciones de debido proceso para un/a
progenitor/a que no comete abusos. En general, este sistema
suele tratar a la madre o al padre no ofensor/a más como
co-perpetrador/a que como una víctima adicional primaria
o secundaria del abusador. De modo que, al presentar un reporte
ante los SPI, no existe posibilidad de que éstos responsabilicen
al perpetrador, pero sí un grave riesgo de que la víctima
infantil será removida de su hogar y separada de su madre
o padre no abusivo/a, como también de que esta persona
sea injustamente puesta bajo la investigación y los controles
de la agencia y se le amenace con perder a su hija o hijo.
- Los programas de
atención a la víctima en el sistema de justicia
penal brindan servicios sociales y de consejería a niñas/niños
y/o madres/padres no ofensores sólo cuando estas personas
adultas desean recibir esos servicios. Tales programas nunca
obligan ni a la víctima infantil ni a su progenitor/a
no abusivo/a a que participe en ningún programa, y tampoco
amenaza con quedarse con niñas/niños si la madre
o el padre no ofensor/a opta por no participar en los servicios
sociales o psicológicos que se le están ofreciendo.
- En un marcado contraste,
los SPI con frecuencia obligan a la madre o al padre no abusivo/a
a que participe en toda una gama de programas y tareas de servicios
sociales, con la concurrente amenaza de quitarle o no devolverle
a su hija o hijo. A este respecto, de nuevo, la agencia está
tratando a esa madre o ese padre como co-perpetrador/a del abuso
y no como una víctima adicional primaria o secundaria
de la violencia.
- El sistema de justicia
penal nunca obliga o presiona al progenitor no ofensor/a o a
un/a niño/a a encontrarse, mediar o reunirse con el perpetrador.
Tampoco le ordena a la madre o al padre no abusivo/a que se
mantenga a distancia de la persona perpetradora. Este sistema
no tiene poder ni jurisdicción sobre un/a progenitor/a
no ofensor/a porque, de conformidad con la legislación
penal, esta persona y la víctima infantil no son sospechosos/as
de haber cometido algún crimen.
Por el contrario,
los SPI regularmente obligan a la madre o al padre no abusivo/a
y a la niña o el niño a que se encuentren con
la persona perpetradora, medien con éste/a, reciban consejería
junto a él/ella, se reunifiquen con él/ella o
se alejen de éste/a, y lo hacen amenazando al progenitor
no ofensor con quitarle o no devolverle a su hija o hijo.
- El proceso policial
y de justicia penal no emprende acción a menos que haya
recabado suficientes pruebas que sustenten los actos de abuso.
El sistema de justicia penal tampoco investiga asuntos familiares
más allá de lo que es relevante para determinar
quién cometió el abuso y cómo lo hizo.
Este sistema no puede tomar medidas punitivas contra una persona
a menos que a ésta se le haya otorgado el más
riguroso estándar probatorio de debido proceso.
El sistema de los
SPI y de la Corte Juvenil desarrolla pruebas del abuso al más
bajo estándar probatorio. Al mismo tiempo, este sistema
extiende tanto como desea el alcance de su investigación
de la familia entera. Puede pasar a quitarle una niña
o un niño a la madre o al padre no ofensor/a de acuerdo
al más bajo estándar jurídico probatorio,
valiéndose de acusaciones no criminales que carecen de
una clara definición, por lo que queda sólo el
más débil sistema de debido proceso para proteger
a ese/a progenitor/a contra los abusos de los SPI.
NOTA 1: Si presentas
un reporte de abuso infantil a la policía, podría
ocurrir que en algún momento la policía misma les
pida a los SPI que participen, hasta cierto grado, en el manejo
del caso. Sin embargo, aun cuando los SPI sí empiecen a
jugar un rol en el caso, por lo general la madre o el padre no
ofensor/a y la víctima infantil estarán en una situación
mucho mejor que si sólo hubieras hecho la denuncia ante
los SPI. Esto se debe a que el sistema de justicia penal usualmente
continuará dirigiendo el caso. Además, aun en la
eventualidad de que el sistema penal no pudiera recabar suficientes
pruebas para obtener una sentencia criminal, la investigación
de la policía, por sí misma, a menudo recabará
numerosas evidencias que serán útiles y protegerán
a la madre o al padre no ofensor/a cuando tengan que lidiar con
los SPI.
NOTA 2: Sí,
el sistema de justicia penal puede ser tan abusivo como el de
los SPI. Pero en general es muy poco probable que el sistema penal
ponga en la mira a un/a progenitor/a no ofensor/a. Adicionalmente,
si ocurriera algún abuso del sistema penal contra ese/a
progenitor/a, provendría de un agente individual que no
cumplió la política establecida y, como tal, sería
más fácil de enmendar. Los abusos del sistema de
los SPI contra una madre o un padre no ofensor/a, por otro lado,
son inherentes al sistema mismo. Cuando los SPI injustamente ponen
en la mira a la madre como objeto de investigación, acusaciones
y amenazas de quitarle a su hija o hijo, es difícil corregir
estos abusos con defensoría porque son parte del conjunto
de políticas y prácticas normales de los SPI.
NOTA 3: Numerosos
estudios indican que el abuso infantil y la violencia doméstica
coexisten dentro de una misma familia en el 30 al 50 por ciento
de los casos, y en la inmensa mayoría de éstos es
el mismo progenitor quien comete tanto el abuso infantil como
la violencia contra su pareja. Dado que esta dinámica es
tan común, una estrategia eficaz consiste en reportar ambos
tipos de abuso ante la policía, lo cual incrementa sustancialmente
la probabilidad de que ésta sea capaz de obtener una sentencia
por lo menos en uno de los cargos.
Recuerda, además,
que la mayoría de perpetradores de violencia familiar está
cometiendo una serie de delitos relacionados, como amenazas de
muerte, vandalismo, privación ilegítima de la libertad,
violencia sexual, etc. Si no existen suficientes pruebas de un
crimen, es probable que sí haya muchas del siguiente. De
modo que no reportes sólo el abuso infantil, sino también
todos y cada uno de los delitos relacionados con violencia doméstica
que sospeches que hayan sido cometidos.
NOTA 4: Las
leyes estatales exigen que las y los informantes por mandato presenten
sus reportes de abuso infantil en forma escrita a las autoridades.
Pero aun si no fueras informante por mandato, es una buena idea
presentar tu reporte inicial por escrito como también verbalmente.
No olvides guardar una copia para ti.
NOTA 5: En el
caso de derechos civiles de Nicholson contra Scoppetta, varios/as
especialistas testificaron que el trauma que se les causa a niñas
y niños cuando una agencia de bienestar infantil les retira
de su madre o padre no abusivo/a puede ser tan severo como el
trauma de haber presenciado la violencia doméstica, o incluso
más grave que éste. Según tales especialistas,
el trauma que un/a niño/a sufre al separársele de
su madre o padre no ofensor/a es de hecho exacerbado cuando ha
habido abuso en el hogar. (Nicholson contra Scoppetta fue una
demanda colectiva de derechos civiles entablada por madres víctimas
de violencia doméstica a quienes las agencias de bienestar
infantil en Nueva York les habían quitado sus hijas e hijos
por la única razón de que ellas habían sido
'incapaces de protegerles" contra la 'exposición'
a esa violencia. El caso tuvo como resultado un acuerdo a favor
de las madres y una orden judicial contra las agencias de bienestar
infantil de Nueva York que les prohibió retirarles niñas
y niños a madres y padres no ofensores por la única
razón de ser éstas/os víctimas de violencia
doméstica.)
Vigila la respuesta
de la policía.
Si presentas tu reporte
inicial de abuso infantil a las fuerzas de seguridad, el/la agente
de policía podría con anuencia tomar tu denuncia,
esforzarse por investigar el caso y luego remitirlo a un/a fiscal,
quien también trabajará arduamente para que se haga
justicia y la víctima infantil y sus familiares no ofensores
gocen de seguridad. Las cosas van mejorando, aunque sea con lentitud.
Pero mantente alerta.
Una cantidad significativa de policías y fiscales aún
piensa que la violencia familiar no debería ser tratada
como un crimen. Algunos/as de estos/as funcionarios/as dirán
y harán cualquier cosa para deshacerse de ti y de tu caso,
a pesar de que las leyes estatales de los Estados Unidos exigen
que la policía trate la violencia familiar como un crimen.
Esos/as funcionarios/as podrían rehusarse a asentar tu
denuncia, decirte que vayas a presentarla a otro lugar, engavetar
el reporte, no realizar una investigación completa, desalentar
a las víctimas, mentir tanto a ti como a la víctima
o recurrir a cualquiera de cientos de maneras que se les ocurra
para deshacerse de los casos en los cuales no quieren trabajar.
En nuestro sitio hay
disponibles varios recursos que te ayudarán a evaluar si
estás obteniendo o no una respuesta adecuada del sistema
de justicia penal y a presionar para que, de ser necesario, los
errores sean corregidos. Ver
Abogando por las mujeres en el sistema de justicia criminal en
casos de violación, violencia doméstica y abuso
infantil.
A continuación
ofrecemos sólo algunas sugerencias sobre las cosas a las
que debes mantenerte alerta desde el inicio cuando intentas presentar
tu reporte inicial a la policía.
- Si por cualquier
razón un/a agente de la policía te dice que debes
presentar tu reporte en otro lugar, esa persona no tiene razón.
Un/a agente podría decirte que debes hacer este tipo
de denuncia ante los SPI, que estás presentando el reporte
en la jurisdicción equivocada y tienes que ir a otro
departamento. Quizás te diga que lo que describes no
es un asunto penal. Y podría decirte que la policía
no puede hacer nada respecto al caso porque la niña o
el niño es muy pequeño/a para testificar, etc.,
etc., etc.
Ninguno de
estos argumentos, que para empezar suelen ser incorrectos, justifica
que la policía se rehúse a tomar un reporte de
abuso infantil. De conformidad con la mayoría de leyes
estatales, como la de California, la policía está
obligada a asentar tu denuncia.
A continuación
reproducimos la sección de la ley de California que obliga
a la policía a tomar tu reporte. Van en negrillas las
partes que se refieren a este punto.
Sección
11165.9 del Código Penal de California 11165.9. Los
reportes de sospecha de abuso o descuido infantil serán
presentados por informantes por mandato, o en el caso de reportes
relativos a la Sección 11166.05 pueden ser presentados,
ante cualquier departamento de policía o del alguacil,
exceptuando a la policía de un distrito escolar o un
departamento de seguridad, como también ante un departamento
de libertad condicional del condado si éste fue designado
por el condado para recibir reportes por mandato, o el departamento
de bienestar social del condado. Cualquiera de estas agencias
aceptará un reporte de sospecha de abuso o descuido
infantil que sea presentado por un informante por mandato
u otra persona, o que haya sido remitido por otra agencia,
aun cuando la agencia a la que el reporte se presenta carezca
de jurisdicción temática o geográfica
para investigar el caso reportado, a menos que la agencia
pueda de inmediato transferir electrónicamente la llamada
a una agencia con jurisdicción apropiada. Cuando
una agencia toma un reporte sobre un caso de sospecha de abuso
o descuido infantil en el que la agencia carece de jurisdicción,
la agencia referirá el caso inmediatamente por teléfono,
fax o transmisión electrónica a una agencia
con jurisdicción apropiada. Las agencias que están
obligadas a recibir reportes de sospecha de abuso o descuido
infantil no pueden rehusarse a aceptar un reporte de sospecha
de abuso o descuido infantil proveniente de un informante
por mandato u otra persona, a menos que cuente con una autorización
diferente conforme a esta sección, y mantendrá
un registro de todos los reportes recibidos.
Recuerda que la razón
por cual California y tantos otros estados han considerado necesario
aprobar una ley que obliga a la policía a tomar reportes
de abuso infantil es precisamente que aún hay tantos
agentes policiales que erróneamente continúan
desechando estos casos para no tener que trabajar en ellos.
- Si un/a agente policial
se rehúsa abiertamente a tomar tu reporte, o pretende
que vayas a presentarlo a otro lugar, lo mejor que puedes hacer
es llamar de inmediato a su supervisor/a, o bien al sargento
de turno en la estación de policía o a quien allí
dirige la unidad de violencia familiar. No tiene ningún
sentido seguir hablando con un/a agente que ya demostró
su anuencia a violar la ley para zafarse de dar siquiera una
mínima respuesta al abuso infantil.
Pero aun cuando
el/la agente sí parezca estar tomando tu denuncia, deberías
asegurarte de que la categorice apropiadamente como un reporte
de caso penal y no un simple reporte de incidente. La manera
de hacerlo es pedirle el número del caso penal después
de que ya tomó tu denuncia. Una de las primeras cosas
que un/a agente de policía hace cuando empieza a escribir
un reporte es obtener de la oficina principal la asignación
de un número para el reporte de caso penal. Los números
de los reportes criminales son de dominio público, incluso
en casos de abuso infantil. De modo que si el/la agente se rehúsa
a darte el número de reporte criminal del caso que estás
denunciando, ése es un buen indicio de que las cosas
van en la dirección equivocada desde el comienzo. De
nuevo, es hora de hacer una llamada telefónica a niveles
más altos.
- No vaciles en llamar
a supervisores o al sargento de turno en la estación
de policía. Ten en mente que cualquier agente que se
rehúsa a asentar una denuncia de abuso infantil no sólo
está violando la ley, sino también intentando
negarles protección y justicia a las personas más
vulnerables en la sociedad. Recuerda además que tus impuestos
les pagan a estos/as funcionarios/as para que hagan bien su
trabajo. Así que no vaciles. Haz esa llamada a niveles
más altos hasta que tengas la certeza de que tu reporte
fue asentado en forma apropiada.
NOTA 1: Dada
la posibilidad de encontrar obstrucciones y resistencia a la hora
de presentar una denuncia de abuso infantil en la policía,
podrías estarte preguntando: '¿Y por qué
debería molestarme en hacerlo, especialmente si los SPI
están más que dispuestos a tomar el reporte sin
ningún problema?'
Es fácil responder
esa pregunta. De hecho, se parece mucho a esta otra: '¿Por
qué las mujeres en el siglo 19 debían molestarse
en luchar por ser admitidas a las universidades, cuando podían
ingresar a las academias para señoritas sin ningún
obstáculo?'. La respuesta, obviamente, es que en las universidades
estaba la verdadera educación y valía la pena luchar
por ésta. Por la misma razón vale la pena un posible
esfuerzo adicional para lograr que la policía maneje tu
caso de abuso infantil de manera apropiada, ya que los poderes
reales de la protección y la justicia para mujeres, niñas
y niños están en el sistema de justicia penal, no
en el de los SPI.
B.
Sugerencias para lidiar con los SPI si éstos ya abrieron
un caso respecto al abuso contra tu hija o hijo
(Al
igual que la totalidad de este texto, las sugerencias a
continuación están diseñadas para apoyar
las necesidades y los derechos de la madre o el padre que
no comete abusos ni ejerce violencia.)
|
Introducción
Si eres la madre o
el padre que no abusa y los SPI abrieron un caso respecto a tu
hija o hijo, probablemente ya sabes que estás en una situación
difícil. En primer lugar, quizás has estado lidiando
con un familiar violento o abusivo por algún tiempo. Y
ahora, además de eso, tienes que enfrentarte a los SPI.
Sería agradable
creer que por fin estás en contacto con una entidad que
en verdad quiere ayudarte. Sin embargo, es posible que hayas empezado
ya a percibir esta atemorizante realidad: los SPI son una poderosa
agencia gubernamental que está hurgando en los detalles
más íntimos de tu vida y existe la muy real posibilidad
de que quiera quitarte a tu hija o hijo. También es posible
que los SPI te estén ordenando que participes en una serie
de programas sociales bajo la amenaza de quitarte a tu hija o
hijo si no lo haces. O tal vez ya te quitaron a tu hija/o y te
están imponiendo condiciones que debes cumplir para que
puedas recuperarla/o. En vez de sentirte ayudada, la mayor injusticia
parece ser que de repente es tu conducta la que está siendo
juzgada y son tus derechos parentales los que se ven amenazados,
aunque toda la gente está de acuerdo en que no fuiste tú
quien cometió el abuso.
Antes que cualquier
otra cosa, es importante que comprendas que los intensos temores
y la sensación de traición que podrías estar
sintiendo al lidiar con los SPI son las reacciones naturales al
impredecible y a menudo abusivo ejercicio del poder por parte
del sistema de los SPI y de la Corte Juvenil. Los SPI realmente
pueden hacerte daño e imponer extensos controles sobre
tu vida. Y pueden quitarte a tu hija o hijo usando las más
insulsas acusaciones en tu contra, basándose prácticamente
en ninguna prueba y con sólo el mecanismo más débil
de debido proceso para protegerte, aun cuando tú no has
hecho nada malo.
La razón por
la cual es tan importante que sepas que tu ansiedad es una reacción
normal es que no empieces a sentirte peor respecto a ti misma/o,
no sientas que estás perdiendo la razón ni pienses
que eres la única persona a quien le ha ocurrido esto.
A fin de sacar de tu vida a los SPI y regresar a tus hijas e hijos
a la seguridad de tu custodia, necesitarás pensar con toda
claridad y evitar entrar en pánico. Tendrás que
prestar muchísima atención y aprender cómo
funciona este sistema. Y es probable que tengas que mantenerte
en esta batalla por algún tiempo. Pero no puedes hacerlo
si te dejas derrotar y te desesperas. Cuando menos, trata de tener
en mente que hay una conciencia cada vez mayor acerca de las injusticias
y la virtual tiranía del sistema de los SPI, así
como más esfuerzos por corregir estas injusticias, sobre
todo en lo que se refiere a la madre o al padre que no comete
abusos. No estás loca/o si sientes que los SPI te están
victimizando y tampoco estás sola/o en tu lucha.
Dado que las decisiones
tomadas por el sistema de los SPI son tan arbitrarias e impredecibles,
no existen garantías de que vayas a tener éxito.
Pero si sigues las sugerencias que ofrecemos a continuación
y eres consciente de que todo esto durará algún
tiempo, podrás darte a ti misma/o y ofrecerles a tus hijas
e hijos la mejor posibilidad de que esta agencia se esfuerce más
por ayudarte que por dañarte. Quizás ello tomará
algún tiempo, así que prepárate para un largo
camino. Es probable que paso a paso podrás sacar de tu
vida a los SPI y tus hijas e hijos estarán en la seguridad
de tu hogar. De modo que no te rindas ni te desesperes.
Las sugerencias que
siguen deberían ayudarte a hacer esto tan fácil
y suavemente como sea posible.
1.
Averigua todo lo que puedas sobre cómo y por qué
el sistema de los SPI representa graves riesgos para ti: la madre
o el padre que no comete abusos
Cuanto mejor comprendas
en cuáles maneras y por qué los SPI son tan dados
a poner en la mira a la madre o al padre que no abusa, más
automáticamente sabrás cómo conducirte y
manejar tu caso con esta agencia. Como primer paso para protegerte
mientras lidias con los SPI, aprende todo lo que puedas acerca
de cómo funciona su sistema.
A continuación,
algunas fuentes de información sobre el sistema de los
SPI y de la Corte Juvenil:
Lee
la Parte 1 de este texto si aún no lo has hecho.
Te ayudará a comprender dónde y cómo el
sistema de los SPI representa riesgos para ti. Es un texto extenso,
de modo que si no tienes tiempo para leerlo entero, al menos
trata de leer los encabezados de los temas. Además de
la Parte 1, aquí hay varios enlaces
a otras guías y documentos informativos que pueden ayudar
a responder las preguntas que te vayan surgiendo.
Un documento particularmente
útil (en inglés) que ofrece una explicación
paso a paso del proceso de los SPI y la Corte Juvenil es éste:
A
Family's Guide to the Child Welfare Service System (Guía
de la Familia sobre el Sistema del Servicio de Bienestar Infantil).
Su lenguaje es claro y el texto está bien organizado,
de manera que rápidamente puedes encontrar la información
que necesitas.
Otro documento que
podría resultarte útil a lo largo del proceso
es el manual de políticas de la agencia de bienestar
infantil de tu estado. Muchos estados han colocado en Internet
los manuales de sus agencias de bienestar infantil. Es probable
que puedas ubicarlo yendo al sitio del departamento de servicio
social de tu estado y siguiendo los enlaces que ahí aparecen.
O puedes preguntarle a alguien que trabaja en los SPI de tu
estado cómo localizar una copia. Recuerda que los SPI
son una agencia gubernamental, de modo que tienes derecho a
ver todos y cada uno de sus documentos. Todos los documentos
de los SPI, a excepción de los relacionados con casos
de otras personas, deben ser puestos a tu disposición
si los solicitas.
También puede
convenirte estar anuente a consultar las leyes de tu estado
que rigen al proceso de los SPI y de la Corte Juvenil. En California,
toda esta legislación puede ser ubicada por medio de
búsquedas en Internet. Para conocer la ley californiana
que gobierna a los SPI, visita www.leginfo.ca.gov/calaw.html,
selecciona 'Welfare and Institutions Code' (Código de
Bienestar Social e Instituciones) e inicia tu búsqueda.
Otra fuente de información
muy útil es un foro electrónico de Yahoo Groups
llamado 'childprotectionreform'
, o 'reforma de protección infantil'. En ella participan
numerosas personas que están pasando por la misma experiencia
que tú. Allí también hay muchas que están
muy informadas acerca del proceso y dispuestas a ayudar a otras
con sus casos. Pero recuerda que estas personas no son profesionales,
así que no confíes ciegamente en la información
que recibas.
En Internet hay una
serie de sitios y foros electrónicos adicionales que
pueden ayudar a orientarte a lo largo del proceso con los SPI.
Sin embargo, ten cautela, al igual que con cualquier otra cosa
que leas en Internet. Un problema particular al que debes estar
alerta en los sitios de información sobre los SPI es
que algunas de esas páginas son elaboradas por abusadores
de niñas y niños que están enojados con
los SPI por razones muy distintas a las tuyas.
2.
En todas tus interacciones con los SPI, aun si la persona que
está trabajando en tu caso parece amistosa y colaboradora,
recuerda siempre que esta agencia NO es tu amiga, NO es tu consejera
y NO es tu defensora. Sé consciente de que te encuentras
en una relación de oposición con los SPI, que la
agencia te está evaluando e investigando y puede quitarte
a tus hijas e hijos, como también que todo lo que digas
puede ser usado en tu contra y a menudo lo será.
El solo término
'servicios de protección infantil' suena tan humanitario
y congruente con lo que las madres desean, sobre todo las que
están lidiando con un compañero violento, que ellas
a menudo cometen el grave error de creer que esta agencia es su
amiga. También pueden pensar que los SPI al menos estarán
de su mismo lado o que, por supuesto, trabajarán para apoyar
las necesidades e intereses de las madres. Es aún más
fácil caer en esta errónea creencia cuando la persona
a cargo de tu caso en la agencia es amable o te dice directamente
que desea ayudarte. De hecho, esa persona podría en verdad
creer que está ahí para brindarte ayuda. Las/os
trabajadoras/es mismas/os de los SPI son a menudo ciegas/os a
las dinámicas subyacentes del sistema para el cual trabajan.
Lo cierto es que los
SPI son una agencia gubernamental armada del enorme poder para
quitarte a tu hija o hijo y hacerlo basándose en un diminuto
pretexto, con el más bajo nivel de pruebas y mínimos
derechos al debido proceso para ti. El sistema de los SPI está
diseñado para investigar y determinar si eres una madre
idónea o un padre adecuado, aun cuando toda la gente sabe
que no fuiste tú quien abusó de tu hija o hijo.
De modo que si eres
la madre o el padre que no cometió abusos, en todas tus
interacciones con los SPI recuerda que esta agencia ¡no
es tu amiga!, ¡no es tu consejera!, ¡no es tu defensora!
Tener esto siempre en mente te ayudará a evitar algunos
de los errores más comunes y trágicos, como también
a tomar las medidas básicas, pero cruciales, para protegerte
contra los abusos de los SPI a lo largo del proceso.
A continuación,
los tipos de errores en que tantas mujeres caen si creen que los
SPI están de su lado. Las mujeres suelen desnudar su alma
ante la agencia. Le abren sus hogares y su vida familiar. Revelan
toda clase de información íntima que luego los SPI
podrán utilizar, y a menudo usarán, en su contra.
Otro gran error de las mujeres, cuando creen que tienen a los
SPI de su lado, es confiar en que la agencia está velando
por los intereses de ellas. Bajan sus defensas. No prestan atención
a lo que está ocurriendo. No se preparan ni se protegen
a sí mismas. Y con suma frecuencia no llegan a percatarse
de esto sino hasta que es demasiado tarde.
Ejemplo: Compartimos
aquí apenas un ejemplo del tipo de tragedia que ocurre
una y otra vez cuando las mujeres creen que los SPI están
de su lado. Una madre extenuada ha estado lidiando con un esposo
abusivo durante años. Un día su hija de 10 años
le cuenta a su maestra que la razón por la cual llegó
tarde a la escuela es que después del desayuno su papá
inició un altercado con su mamá y empezó
a golpearla. La maestra reporta este incidente ante los SPI.
La trabajadora de la agencia le dice a la madre que quiere ayudar
a la familia. Entonces la madre le cuenta todo. Le dice cuán
estresada ha estado y cuánto le ha costado conciliar
el sueño. Le habla del gran temor que siente en el hogar.
Le cuenta que hace un año fue a un albergue, pero regresó
pronto con su abusivo esposo pues ella no creía que sería
capaz de ganar suficiente dinero para alimentar a su prole.
La madre dice que trata de advertirles a sus hijos que no estén
cerca del padre cuando él está de ese humor. Y
dice que no sabe qué hacer.
Poco después
la madre recibe una copia del reporte de los SPI. Se siente
anonadada al leer que la trabajadora había escrito: 'la
madre está fuera de control, no puede manejar las cosas,
es mentalmente inestable e incapaz de proteger a sus hijos'.
Asimismo, que la madre está 'aislando a los hijos de
su padre'. Y que, con base en todo ello, los SPI solicita a
la corte que le quite los niños a la madre.
Situaciones como ésta
ocurren una y otra vez. De modo que, desde el inicio, sé
consciente de que los SPI están diseñados y apoderados
para proteger a niñas y niños contra sus progenitores.
La agencia no está trabajando a tu favor. Aun cuando los
SPI te instruyan asistir a toda una serie de programas para ayudar
a quedarte con tus hijas e hijos, es necesario que comprendas
que si no cumples con estos programas a satisfacción de
los SPI, la agencia te amenazará con quitarte a tus niñas/os.
Ésta no es una relación amistosa. Aunque todo el
mundo esté de acuerdo en que tú no cometiste el
abuso infantil, te encuentras en una relación de oposición
con la agencia y, dicho sea de paso, una relación particularmente
precaria.
La prueba de que estás
en una relación de oposición con los SPI es que
(en la mayoría de estados) la Corte Juvenil debe asignarte
un/a abogado/a que represente tus intereses y te proteja contra
los poderes de los SPI cuando te enfrentas a esta agencia en un
tribunal. Éste es un enorme indicio de que incluso las
cortes reconocen que tú, la madre o el padre que no cometió
el abuso, estás en una relación de oposición
con los SPI y que necesitas protección legal contra los
poderes de la agencia.
Otra manera de ver
esto es comprender que el único poder especial que le ha
sido autorizado al sistema de los SPI y de la Corte Juvenil es
uno que puede dañarte mucho; es decir, el poder de quitarte
a tu hija o hijo. Los SPI carecen de cualquier poder especial
para ayudarte. Si bien es cierto que la agencia puede referirte
a diversos servicios sociales y psicológicos, también
lo es que puedes conseguirlos por tu propia cuenta. Peor aún,
cuando los SPI te dan tales referencias, suele tratarse de referencias
obligatorias dadas bajo la amenaza de que, si no cumples estas
instrucciones, perderás a tu hija o hijo. Pero en lo que
respecta a un singular poder gubernamental diseñado para
ayudarte a ti, la madre o el padre que no cometió abusos,
los SPI no tienen nada. La agencia carece de autoridad para responsabilizar
al perpetrador, no tiene el poder de obtener justicia ya sea para
ti o para tu hija/o y no está apoderada para protegerte.
Es crucial que lo comprendas:
una vez que los SPI han abierto un caso concerniente a tu hija
o hijo, la agencia te investigará y juzgará a ti,
aunque sea plenamente sabido que no fuiste tú quien cometió
el abuso. Y se está determinando si han de quitarte o no
a tu hija o hijo. Ésta no es una relación amistosa.
Te encuentras en una relación de oposición con los
SPI.
Vale la pena repetirlo.
Indiferentemente de cuán colaboradora, alentadora o humanitaria
parezca ser la persona de los SPI que está trabajando en
tu caso, el sistema de la agencia NO es tu amigo. Te está
investigando a ti. Tú estás bajo amenaza de perder
a tu hija o hijo.
NOTA: El sistema
de los SPI fue establecido a mediados del siglo pasado, en momentos
en que los derechos de las mujeres y de la infancia dentro de
la familia aún no estaban bien establecidos. La violencia
familiar no era considerada un crimen; es decir, no se la veía
como una grave ofensa contra la sociedad. El hogar del hombre
era su castillo, y las mujeres, las niñas y los niños
sus subordinados legales. Los SPI fueron estructurados de tal
manera que encajaran dentro de estas muy patriarcales visiones
y hoy día, en gran medida, la estructura y el funcionamiento
de la agencia siguen estando legalmente permeados de esos estilos
retrógrados y opresivos.
3.
En vista de que el sistema de los SPI y de la Corte Juvenil NO
es tu amigo y estás en una relación de oposición
con los SPI...
* No desnudes tu
alma frente a los SPI. Recuerda siempre que todo lo que le
digas a cualquier persona que sea parte del sistema de los SPI
puede ser usado en tu contra, y a menudo lo será. Entonces,
no les cuentes todo a trabajadoras/es de la agencia, como tampoco
a mediadoras/es, evaluadoras/es, investigadoras/es, personal de
la corte o cualquier otra persona. Piensa antes de hablar. Sé
siempre consciente de que: a) esas/os trabajadoras/es son especialistas
en extraerte declaraciones que no habrías dado si hubieras
tenido tiempo para pensar en lo que dirías; b) estas personas
tienen el poder de quitarte a tu hija o hijo; y c) tus palabras
pueden ser fácilmente tergiversadas.
Además, sé
consciente de que, aun cuando puedas conducirte bien en situaciones
de negocios y sociales, ello no significa que podrás hacerlo
durante tus conversaciones con los SPI. Esto se debe a que el
tema de esas interacciones con la agencia es tan cercano a tu
corazón, tan preciado y doloroso. Es algo que te hace muy
vulnerable a la más pequeña de las manipulaciones.
Muchas/os trabajadoras/es de los SPI no vacilarán en aprovecharse
de tu vulnerabilidad.
* Decide cuidadosamente
acerca de cuándo y cómo hacer valer tus derechos
ante los SPI. Sé consciente de que al afirmarlos estás
frente a un arma de doble filo. Una vez que te has percatado de
los riesgos que implica decir demasiado durante tus conversaciones
con los SPI, podrías concluir que tu mejor apuesta es no
hablar en absoluto con la agencia. Después de todo, al
igual que cualquier persona en los Estados Unidos, tienes el derecho
a guardar silencio. En efecto, si en el sistema de justicia penal
se te está acusando de un crimen, cada abogado/a del mundo
te aconsejaría que guardes silencio. Te diría: 'Ni
siquiera hables con la policía. Todo lo que digas puede
ser y será usado en tu contra en un tribunal'. Incluso
una persona acusada de asesinato tiene el derecho a permanecer
callada y rehusarse a cooperar con las autoridades, excepto si
un juez le ordena hacerlo.
Por supuesto, tú
tienes el mismo derecho a guardar silencio en tus interacciones
con el sistema de los SPI. Además, tienes el derecho a
no permitir que la agencia ingrese a tu hogar a menos que haya
obtenido una orden de cateo. Tienes el derecho a no cooperar con
los SPI. Tienes el derecho a no participar en ninguno de los programas
a los cuales la agencia te diga que quiere que asistas. Y tienes
también muchos otros derechos. Después de todo,
vives en los Estados Unidos, ¿no? Y ninguna agencia gubernamental
puede empezar a darte órdenes, decirte que hagas esto o
aquello ni que vayas ahí o allá si no aplica el
debido proceso ni presenta en un tribunal pruebas fehacientes
que demuestren que hiciste algo reñido con la ley. ¡La
única orden que debes obedecer es la de un/a juez/a!
Sin embargo, aquí
está la otra mitad de un dilema que tienes con los SPI:
el de 'mal si lo hago y mal si no lo hago'. Por una parte, en
vista de que te encuentras en una relación de oposición
con esta agencia, el mejor consejo legal sería que hagas
valer tus derechos. Por otro lado, los SPI tienen el apabullante
poder de llegar a quitarte a tu hija o hijo valiéndose
de las acusaciones más imprecisas, un mínimo nivel
de pruebas y, como protección para ti, apenas el más
débil sistema de debido proceso. Ahí está
la trampa. La situación de doble filo en la que te encuentras.
La terrible injusticia y virtual tiranía del poder de los
SPI.
Las restricciones legales
y probatorias a los poderes de los SPI son tan mínimas
que, si no haces valer tus derechos ante la agencia, el/la trabajador/a
de los SPI puede fácilmente tomar represalias usando en
tu contra el poder prácticamente ilimitado del sistema.
Esa persona puede presentar acusaciones imprecisas y prejuiciosas
contra ti, como decir que eres 'inestable', que estás 'aislando
a tu hija de su padre (o madre)', que eres 'incapaz de proteger'
y debiste 'haber sabido sobre el abuso' o que te estás
'involucrando en violencia doméstica' aun cuando tú
eres la víctima de ésta. (Ninguna de estas acusaciones
son crímenes.) Y luego el/la trabajador/a puede apoyar
tales acusaciones contra ti en la Corte Juvenil con apenas un
mínimo de pruebas, incluso las más falsas, o con
pruebas que no serían admisibles en un tribunal penal.
Y de esta manera el sistema de los SPI puede quitarte a tu hija
o hijo.
(Recuerda que el sistema
de los SPI y de la Corte Juvenil funciona bajo el estándar
de 'preponderancia de pruebas'; es decir, el 51 por ciento de
las pruebas, el más bajo estándar jurídico
probatorio. Esto significa que todo lo que los SPI tienen que
hacer es presentarle a la corte 1 por ciento más de pruebas
a su favor de las que tú presentas a favor tuyo, y la agencia
gana. De modo que, una vez que los SPI hacen una acusación
en tu contra, es extremadamente difícil que puedas defenderte
y muy fácil que la agencia consiga que el caso se vuelque
contra ti.)
*
Algunas sugerencias para que hagas valer tus derechos ante los
SPI
Todo lo anterior se
traduce en que deberás tomar algunas decisiones muy cuidadosas
y difíciles acerca de si quieres hacer valer tus derechos
ante los SPI y de cuándo y cómo hacerlo. La meta
es que obtengas el mayor beneficio y protección de la afirmación
de tus derechos y al mismo tiempo continúes cooperando
lo suficiente para evitar que los SPI empiecen a hacer nuevas
acusaciones en tu contra. Nuestra recomendación general
es que si llegas a hacer valer tus derechos, y cuando lo hagas,
te asegures de afirmarlos en un tono de cooperación, profesional
y cortés.
A continuación,
algunas sugerencias para diversos grados de afirmación
de tus derechos:
a. Qué
hacer cuando un/a trabajador/a de los SPI te invade y quieres
mantenerle a distancia temporalmente para tener la situación
más bajo tu propio control.
Por ejemplo, si un/a
trabajador/a de los SPI llega a tu hogar y quiere entrar, en
vez de decirle "Muéstreme una orden de cateo ¡o
váyase", prueba hacer esto. Dale un saludo amigable
y dile: "Lo lamento, pero éste no es un buen momento
para mí. Ya me atrasé en llegar a una cita. Por
favor llámeme mañana temprano y haré una
cita con usted".
Si un/a trabajador/a
de los SPI te llama por teléfono, dile que no puedes
hablar en ese momento y quieres hacer una cita para después.
Si te hace una pregunta que no deseas responder, indiferentemente
de cuán ofensiva sea, no digas: "Ése no es
asunto suyo". Dile que no te parece que la pregunta sea
pertinente o que querrías responderla en otra ocasión.
Mejor aún, dile que preferirías contestar la pregunta
por escrito. Esto te dará tiempo para pensar bien tu
respuesta y garantizará que tus palabras no sean tergiversadas,
al mismo tiempo que muestra tu anuencia a cooperar.
Mantener bajo tu
control los momentos de reunión por lo menos te da ventajas
psicológicas, así como el beneficio de poder prepararte
para tus interacciones con los SPI. También le envía
a el/la trabajador/a de la agencia el claro mensaje de que no
podrá manipularte fácilmente. Pero recuerda que
una regla que debe ser observada a fin de que este trabajo funcione
mejor para ti consiste en siempre mantener un estilo de comunicación
que sea de cooperación, profesional y cortés.
Otra regla que conviene
recordar: esfuérzate por no enojarte si el/la trabajador/a
se torna intimidante o amenazante. Por ejemplo, si te dice "Usted
tendrá que dejarme entrar ahora mismo a su casa, o la
próxima vez que yo regresé será para llevarme
a su hijo", ¡no muerdas el anzuelo! No entres en
pánico. No le digas: "¡Lo hará sobre
mi cadáver!" Por el contrario, respira profundamente.
Ten confianza en ti misma/o al mantenerte firme. Y sólo
repite tu posición: "Lo lamento. Ya me atrasé
en llegar a una cita. Llámeme mañana temprano
y con mucho gusto haré una cita para que nos reunamos".
Recuerda que las/os trabajadoras/es de los SPI son plenamente
conscientes de tus derechos, de modo que no les permitas que
te manipulen para que renuncies a ellos, ni que te lleven a
responder de una manera que más adelante pueda ser usada
en tu contra.
NOTA 1: No
hay ninguna duda al respecto. Es muy difícil mantener
tu equilibrio emocional cuando estás lidiando con los
SPI, porque el solo pensar en perder a tu hija o hijo es algo
que llega hasta el centro de tu ser. Y la idea de que la/o pierdas
debido a un injusto abuso de poder hace que cada célula
de tu cuerpo entre en pánico y furia. Frenar tus instintos
en esos momentos es un acto de prudencia casi insoportable.
Así que necesitas recordar una y otra vez que la mejor
manera de salvar a tu hija o hijo es mantener la calma en todas
tus interacciones con el sistema de los SPI.
NOTA 2: Siempre
escribe notas para ti misma/o sobre estas interacciones con
los SPI inmediatamente después de que tengan lugar.
b. Fija condiciones
para tus interacciones con los SPI.
Otra manera de hacer
valer tus derechos e inclinar la balanza del poder un poco más
a tu favor es establecer condiciones para tus interacciones
con los SPI. Una condición que recomendamos firmemente
es que sólo te reúnas con personal de la agencia
si se te permite hacer grabaciones en cinta de las reuniones.
Otra condición que recomendamos es que siempre te acompañe
una persona de apoyo en todas tus interacciones con los SPI.
Antes de que fijes
esas condiciones, piénsalas bien con anticipación.
Piensa en un par de alternativas de manera que no te pesquen
desprevenida/o y para que puedas mantener las cosas en la dirección
que más convenga a tus necesidades. ¿Qué
quieres hacer si el/la trabajador/a de los SPI dice: 'No, usted
no puede grabar la reunión'? ¿Optarías
por rendirte en ese momento y seguir adelante con la reunión?
¿Querrías ir a hablar con su supervisor/a? ¿Pedirías
que la reunión se posponga hasta que el asunto sea resuelto?
¿O querrías simplemente irte y negarte a estar
en la reunión? La única respuesta correcta a esas
preguntas es la que obtengas luego de pensar una y otra vez
en estas cuestiones con anticipación.
Si quieres protestar
porque hay rechazo a cualquiera de tus condiciones, hazlo por
escrito. Envía una nota a el/la supervisor/a de el/la
trabajador/a o a otro/a funcionario/a de alto nivel. Explica
que deseas cooperar, pero que también quieres que el/la
trabajador/a respete tus derechos. Haz que la nota sea breve.
Guarda una copia. Y recuerda mantener una actitud de cooperación,
profesional y cortés.
NOTA: En California
tienes derecho a grabar en cinta, ya sea abierta o clandestinamente,
las reuniones cara a cara, pero no tienes derecho a grabar en
secreto las conversaciones telefónicas. Asegúrate
de consultar las leyes de tu estado.
c. En situaciones
en que quieras hacer valer plenamente tus derechos fundamentales,
trata de hacerlo siempre por escrito.
Si quieres hacer
valer plenamente tu derecho fundamental a guardar silencio,
o rechazar por completo un ingreso injustificado a tu hogar,
o afirmar cualquiera de los muchos otros derechos que te protegen,
hazlo por escrito tanto como sea posible. Escribe, fecha y firma
una declaración muy corta. Haz copias para ti y guárdalas
en un lugar seguro. Luego entrega o envía por correo
o fax la declaración tanto a el/la trabajador/a de los
SPI como a quien dirige la agencia.
En Internet hay una
variedad de formatos de carta para hacer valer tus derechos
ante los SPI. Puedes usar esas cartas. O tu notificación
podría ser tan simple como la siguiente:
Fecha
Para Nancy Wilson, trabajadora de los SPI:
Estoy muy preocupada
por el bienestar tanto mío como de mi hija. A raíz
de esa preocupación, estoy optando por hacer valer mi
derecho a permanecer callada en este proceso. No tendré
ninguna otra conversación con usted respecto a este caso.
Firma
Patricia Martínez
Madre de Gabriela Martínez
4.
Averigua exactamente de qué se te está acusando
y cuáles pruebas en tu contra están siendo presentadas.
Lee todos los documentos que los SPI o la Corte Juvenil te entreguen.
Presta especial a atención al informe o los informes de
los SPI.
Al principio, leer
los informes de los SPI y de la corte puede ser difícil
porque una gran parte del lenguaje en ellos podría no ser
familiar para ti. Pero no te rindas. Sólo sigue leyendo.
No pasará mucho tiempo antes de que entiendas la jerga,
sobre todo si estás anuente a continuar haciendo preguntas
durante el proceso.
*** Una de las primeras
cosas que debes buscar, circular y subrayar en estos materiales
son las palabras exactas de las acusaciones de los SPI en tu contra.
Si no sabes con precisión cuáles son esas acusaciones
específicas, será prácticamente imposible
que puedas defenderte. Si los SPI se están preparando para
hacerte ingresar a un programa, quitarte a tu hija/o o retenerla/o,
en algún lugar de su informe escrito habrá una lista
sumaria que le indica al juez o la jueza por qué el/la
trabajador/a de los SPI considera necesario emprender la acción
contra ti. Ésta es la lista de acusaciones en tu contra.
¡Encuéntrala!
Una de las primeras
preguntas que les hacemos a las mujeres cuando acuden a nosotras
respecto a un problema con los SPI es: "¿Cuáles
son las acusaciones de los SPI en tu contra?" Son tantas
las que responden que no saben, o repiten algo que la trabajadora
social les ha dicho. Sin embargo, no importa qué diga un/a
trabajador/a social. Lo que esta persona te diga no es oficial
y puede cambiar de un día al otro. Lo que cuenta, lo que
importa, lo que necesitas saber es qué escribió
el/la trabajadora social (y las/os evaluadoras/es, mediadoras/es,
etc.) en sus informes.
De modo que siempre
lee lo que está en los informes si quieres saber en realidad
a qué te estás enfrentando. Saber con exactitud
de qué se te está acusando oficialmente es el primer
paso esencial para preparar una buena defensa.
*** Otra cosa que debes
buscar (así como circular y subrayar) conforme lees el
informe de los SPI o los documentos judiciales es cualquier declaración
escrita falsa que se haya presentado, en particular toda aquella
que te haga quedar mal. Será muy útil que en una
hoja separada hagas una lista de todas las pruebas y declaraciones
falsas o malinterpretadas que se estén presentando en tu
contra. Esta lista puede orientar tus pensamientos conforme desarrollas
una lista correspondiente de puntos y pruebas para tu defensa.
NOTA 1: Tienes
derecho a ver TODOS y CADA UNO de los informes concernientes al
caso de tu hija o hijo, como también a obtener una copia
de éstos. Ello incluye todos los documentos judiciales.
Si no te proporcionan automáticamente copias de estos documentos
conforme son producidos, pídele a tu trabajador/a social
que te las consiga en un plazo de 24 horas. Si no lo hace, escribe
de inmediato una carta de una página de extensión
a quien dirige los servicios sociales y al juez o jueza que conoce
tu caso. Tus conocimientos actualizados de lo que se encuentra
en estos informes es demasiado vital para tu futuro, por lo que
debes presionar a las autoridades a que te entreguen los informes.
NOTA 2: No esperes
hasta el día previo a la siguiente audiencia judicial o
reunión para comenzar a leer los documentos. Léelos
todos tan pronto como te sea posible después de recibirlos.
NOTA 3: No hay
duda de que leer estos documentos puede ser una experiencia deprimente
y deshumanizadora debido a la manera extraña y a menudo
distorsionada en que los/as trabajadores/as de los SPI escriben
sobre tu familia. Desafortunadamente, lo desagradable de leer
los documentos es una razón por la cual muchas mujeres
no los leen sino hasta que es demasiado tarde para responder en
forma efectiva. Pero no puedes darte el lujo de no leerlos. Así
que pídele a una amiga o una persona solidaria de tu familia
que se siente a tu lado y los lea contigo. Una buena amiga no
sólo te ayudará a vivir la experiencia emocional
que implica leerlos, sino a menudo también notará
puntos importantes en los textos que podrían pasarte desapercibidos
debido a tu estado emocional.
* Si no hablas ni
lees bien el idioma inglés, insiste en que te den los materiales
en tu propio idioma. Insiste en ello, tantas veces como sea
necesario. Es sumamente importante. Si el/la trabajador/a
de los SPI a cargo de tu caso o cualquier otra persona en el sistema
está hablando mal tu idioma, solicita un/a intérprete.
Y pídelo de nuevo. Si el/la trabajador/a no te consigue
un/a intérprete después de que hiciste la solicitud,
no finjas que entiendes lo que se está hablando. Todo lo
contrario: debes seguir indicando que no entiendes lo que se está
diciendo. Es tan crucial para ti que comprendas todo lo que se
está diciendo y escribiendo sobre el caso de tu hija o
hijo.
Si a pesar de tus pedidos
el/la trabajador/a social no te provee una interpretación
lingüística apropiada ni traducciones escritas, trata
de encontrar una persona que pueda escribir tus solicitudes y
quejas. Tu carta al juez o la jueza o a quien dirige los SPI puede
ser tan sencilla como la siguiente.
Fecha
Para el juez (o la jueza) de la Corte Juvenil,
Los SPI están
haciendo indagaciones acerca de una queja de abuso concerniente
a mi hija. La trabajadora social, Sra. Seri, me entregó
un informe y otros documentos relacionados con el caso. Todos
estos documentos están en idioma inglés.
Me interesa mucho
leer estos documentos e informarme para poder responder de manera
útil. El problema es que no hablo ni leo bien el inglés.
Hace tres semanas
le solicité a la trabajadora de los SPI que me proporcionara
copias traducidas del informe. También le pedí
que utilizara un intérprete competente al discutir conmigo
el caso de mi hija. Sin embargo, hasta la fecha la Sra. Seri
no lo ha hecho.
Le solicito a usted
que posponga todos los procedimientos sobre este caso hasta
que se me proporcionen traducciones al idioma apropiado, así
como un intérprete.
Muchas gracias,
Firma
5.
Obtén un cuaderno. Llévalo a todos lados. Escribe
notas de todas tus interacciones, pensamientos y preguntas respecto
al caso de los SPI. ¡Tu cuaderno podría ganarte el
caso!
Involucrarte con los
SPI representa una enorme tensión emocional por el hecho
de enfrentarte a un sistema desconocido, amenazador y apabullante.
Comprar y mantener un cuaderno de apuntes podría parecerte
una tarea adicional que no quieras hacer, pero lo cierto es que
el cuaderno puede ahorrarte una gran cantidad de tiempo y ansiedad.
Puede ponerte en control. Tu cuaderno podría llegar a ganarte
el caso. De modo que compra uno y ¡llévalo contigo
todo el tiempo! Algunas de tus mejores reflexiones y estrategias
sobre tu caso llegarán a ti en los momentos más
extraños.
Y usa el cuaderno:
* Toma notas durante
todas las reuniones, audiencias judiciales y conversaciones telefónicas.
* Apunta nombres, preguntas
y recordatorios, así como pensamientos sobre las pruebas.
* Describe detalladamente
lo que quieras decir, lo que te interesa preguntar y lo que deseas
lograr, antes de asistir a reuniones o ir a las audiencias judiciales.
Tómate tiempo durante las reuniones para consultar tus
apuntes.
* No olvides ponerle
fecha a todo lo que escribas.
Además, compra
una carpeta grande y segura en la que puedas guardar todos tus
papeles juntos en un solo lugar.
6.
Considera hacer un reporte ante la policía, aun si los
SPI ya están manejando el caso. Lleva el caso penal al
máximo nivel posible.
Este consejo podría
parecer un tanto fuera de lugar. Después de todo, ya tienes
más de lo que puedes manejar con el caso de los SPI. Entonces,
¿por qué considerar abrir otro caso con la policía?
Sin embargo, presentar
un reporte ante la policía, ya sea por el abuso infantil,
por la violencia doméstica o por ambos, podría resultar
más útil para tu caso con los SPI que cualquier
otra cosa que puedas hacer. Nuestro mejor consejo es que presentes
ante la policía un reporte del abuso que el perpetrador
cometió contra la niña o el niño, además
de un reporte separado de cualquier acto de violencia o amenazas
de violencia que el perpetrador haya ejercido contra ti. Un fuerte
caso penal contra el abusador puede a menudo protegerte contra
los SPI en varias formas.
* La existencia de
un caso criminal contra el perpetrador suele forzar a los SPI
a trabajar en coordinación con el equipo del sistema penal.
Dado que este sistema sólo persigue al ofensor y nunca
a la madre o al padre que no comete abusos, a menudo los SPI se
ven obligados a trabajar más también en esa dirección
y tienden a dejar de tratarte a ti, que no abusaste de nadie,
como mala madre o mal padre.
* La policía
y los/as fiscales (el equipo del sistema de justicia penal) por
lo general buscan proteger a la niña o al niño contra
todo contacto con el perpetrador. Esto a menudo desalienta cualquier
intento, por parte de los SPI, de exigir que haya mediaciones,
conferencias familiares y reunificación familiar con el
perpetrador. Y, por supuesto, si el sistema penal envía
al perpetrador a la cárcel, ello desmotiva aún más
los intentos de los SPI de reunificar a éste con la niña
o el niño.
* La policía
y los/as fiscales serán mucho más rigurosos/as que
los SPI en recabar pruebas contra el abusador. Es más,
las pruebas recabadas por la policía se centrarán
estrechamente en los actos de abuso. Al destacar la conducta criminal
violenta del perpetrador, las pruebas recabadas por la policía
exponen la situación de riesgo y amenaza en que te encontrabas
como madre de la niña o el niño y las limitadas
opciones que tenías para lidiar con esta situación.
Siendo así, dichas pruebas suelen ser las mejores para
defenderte contra las acusaciones de los SPI.
* El sistema de justicia
penal posee más peso y poder que los SPI, de modo que ese
sistema usualmente es el que manda en aspectos cruciales del manejo
del caso.
La existencia de un
caso penal contra la persona perpetradora no garantiza que los
SPI dejarán de poner en la mira a la madre o al padre no
ofensor/a. Pero, cuando menos, por lo general tiende a trasladar
la culpa general más adonde debería estar: hacia
quien cometió los abusos. Y en muchas instancias, la existencia
de un caso penal puede hacer girar las cosas lo suficiente para
impedir que el sistema de los SPI y de la Corte Juvenil te quiten
a tu hija o hijo.
NOTA: Podrías
tener que presionar un poco a la policía para lograr que
asiente la denuncia, en particular si los SPI ya están
involucrados en el caso. Pero si un miembro de tu familia ha sido
violento contigo o con tu hija o hijo, la policía no puede
rehusarse a tomar el reporte. Y si te topas con un/a agente que
se niega a tomar tu reporte, ve inmediatamente a hablar con el
sargento o con quien dirige la unidad de violencia familiar del
Departamento de Policía.
Si continuaras teniendo
problemas para lograr que la policía tome seriamente tu
caso, consulta la serie de recursos disponibles en nuestro Manual
en línea: Abogando por las mujeres en el sistema de justicia
criminal en casos de violación, violencia doméstica
y abuso infantil.
7.
Averigua con anticipación cuál es el propósito
de todas las reuniones con trabajadoras/es, mediadoras/as y evaluadoras/es
de los SPI y prepárate bien para esas citas. Lee y vuelve
a leer todo lo que te ha dado el/la trabajador/a a cargo de tu
caso en la agencia.
La mayoría de
las veces que madres desesperadas nos llaman respecto a sus casos
con los SPI, no pueden explicar el estado de los procedimientos
legales y a menudo no saben cuál es el propósito
de la siguiente reunión o audiencia judicial. No es su
culpa. El sistema de los SPI es complejo. Además, la mayoría
de trabajadoras/es de la agencia no considera que sea su trabajo
mantenerte informada/o. Lamentablemente, aparte de un/a abogado/a
que podría asignársele a tu caso cuando vas a la
corte, no hay nadie en el sistema de los SPI y de la Corte Juvenil
cuyo trabajo consista en actuar como tu defensora o defensor.
Y tal como discutiremos adelante en mayor detalle, aun cuando
la Corte Juvenil te ha asignado un/a abogado/a, estos/as abogados/as
se distinguen por ignorar las necesidades de sus clientes.
No es justo. Pero tienes
que asumir la responsabilidad de mantenerte informada/o acerca
de lo que está ocurriendo exactamente en tu caso.
Es esencial que conozcas
el propósito de cada reunión, evaluación
y audiencia judicial antes de que vayas a éstas. ¿Qué
asunto será decidido? ¿Cuál es la posición
de los SPI acerca de este asunto? ¿Es necesario defenderme
contra esa posición? ¿Cómo necesito defenderme?
No puedes prepararte de manera efectiva si no tienes toda esa
información.
Una vez que te habitúes
a mantenerte informada/o sobre el estado paso a paso del caso
de tu hija o hijo, una buena parte de tu ansiedad y pánico
se desvanecerá.
8.
Nunca vayas sola/o a reuniones con los SPI, a comparecencias ante
la Corte Juvenil ni a citas con tu abogado/a.
Tener a tu lado a una
amiga o un amigo inteligente y generosa/o te fortalece en muchas
formas. Les indica a las autoridades que alguien más está
observando y que eres importante para esa persona. Una amiga o
amigo a tu lado hace que no te sientas intimidada/o, te recuerda
preguntas que querías hacer, te ayuda a recordar cosas
que fueron dichas. Y el hecho de tenerle a tu lado desalienta
malos tratos por parte de las autoridades. Te hace sentir más
fuerte. Te da a alguien con quien compartir la experiencia antes,
durante y después. Hace que no te sientas tan completamente
sola/o.
Trata de tener siempre
una amiga o amigo a tu lado en todas tus interacciones con el
sistema de los SPI y de la Corte Juvenil. No esperes hasta el
último momento para hacer los arreglos. Una vez que hayas
encontrado a alguien que te acompañe, infórmale
del propósito de la reunión o audiencia. Pregúntale
si estaría anuente a leer algunos de los documentos relevantes.
Háblale sobre el rol que te gustaría que jugara
en las reuniones o audiencias. Encuéntrate con ella o él
para ir juntas/os a esas citas, en vez de reunirse en el lugar
donde se llevarán a cabo. Trátale como si fuera
oro. Dile 'gracias' una y otra vez.
9.
¡Escríbelo! ¡Escríbelo! ¡Escríbelo!
No permitas que tus palabras sean malinterpretadas, distorsionadas
o negadas. Tanto como sea posible, comunícate por escrito
con los SPI y la Corte Juvenil. Además, siempre que puedas
graba en cinta las conversaciones.
Una de las cosas más
exasperantes que las mujeres experimentan cuando pasan por el
sistema de los SPI es que sus palabras son malinterpretadas, tergiversadas
o negadas. Entonces, tanto como sea posible, comunícate
por escrito con la agencia.
Sugerencias para preparar
una comunicación escrita breve, rápida y eficaz
están disponibles en Cómo
escribir una carta efectiva para lograr que el sistema funcione
a tu favor.
En tus interacciones
con el sistema de los SPI,
* Escribe notas breves
que resuman tu comprensión de las conversaciones que has
tenido con los SPI. Apuntes tales como el ejemplo que ofrecemos
abajo hacen prácticamente imposible que el/la trabajador/a
de la agencia después niegue haber dicho algo. Porque,
si hubo un malentendido, esa persona debió haberlo aclarado
de inmediato al recibir tu nota. Dar un seguimiento regular con
esas notas a las llamadas telefónicas y reuniones también
establece un registro de los eventos a lo largo del tiempo. Y
quizás lo más importante sea que esos apuntes sirven
como un aviso al sistema de los SPI de que no hay lugar para faltas
de atención cuando traten contigo. Al mismo tiempo, transmiten
un tono profesional y de cooperación. Así que escribe
muchas notas. ¡Y no olvides guardar copias!
Ejemplo:
Fecha
Estimada señora
Janson,
Le envío esta
nota sólo para hacerle saber lo que comprendí
de nuestra conversación del 2 de junio del 2007. Entendí
que usted me autorizó a ir a traer a mi hijo en el hogar
de acogida y llevarlo a un pediatra de mi elección para
que le cure el salpullido en su espalda. Gracias.
Firma
* Expresa siempre
cualquier queja que pudieras tener en una carta de una página
que siga el formato descrito aquí: Cómo
escribir una carta efectiva para lograr que el sistema funcione
a tu favor. Aunque toma un poco más de tiempo preparar
ese tipo de cartas, este formato es muy efectivo para obtener
un rápido remedio a tu queja.
* Pon siempre por
escrito tus solicitudes. Estas solicitudes escritas pueden ser
tan simples como la nota que figura arriba cuando se trata de
pedidos sencillos, o podrían requerir una carta más
larga, de una página, como la que recomendamos para las
quejas.
* Al igual que con
tus solicitudes, siempre es mejor poner en forma de carta tus
condiciones, y que de igual manera hagas valer tus derechos.
Y una vez más,
para control de calidad: siempre guarda copias y mantenlas todas
en un lugar seguro.
10.
Sigue al pie de la letra todas las órdenes de la corte.
Muchas de las órdenes
judiciales que se te entregan en un caso con los SPI te parecerán
totalmente injustas. De hecho, lo son y, peor aún, a menudo
van en contra del bienestar y seguridad tanto tuyos como de tu
hija o hijo. Sin embargo, debes cumplirlas al pie de la letra,
aun mientras te estás esforzando por hacer todo lo posible
para que sean modificadas.
No hay nada que disguste
tanto a una corte como el hecho de que alguien desobedezca una
orden judicial. Incluso el abuso infantil no parece molestarles
tanto a las autoridades como lo que consideran un desafío
a sus órdenes judiciales. De modo que lee y conoce lo que
está escrito en la orden y obedécelo al pie de la
letra. Lo último que querrás es que el sistema tome
represalias contra ti y te quite a tu hija o hijo sólo
porque no cumpliste la orden de asistir a tal o cual programa.
Ten en mente que esto puede ocurrir así de fácil.
Y obedece a cabalidad todas las órdenes judiciales.
Otra cosa que ocurre
con demasiada frecuencia y a la cual debes mantenerte alerta es
la siguiente. Un/a trabajador/a de los SPI podría informarte
verbalmente que no tienes que cumplir una u otra parte de lo que
está escrito en el plan de servicios aprobado por el juez.
Sin importar lo que hagas, no le creas a esa persona. Antes de
siquiera pensar en cambiar cualquier aspecto de tu cumplimiento
de las órdenes judiciales o los planes de servicio escritos,
¡insiste en que el/la trabajador/a social ponga por escrito
todos y cada uno de los cambios! También exígele
que firme y feche su declaración, además de que
te dé por lo menos una copia de la declaración firmada.
Si esa persona no pone los cambios por escrito, tú debes
continuar cumpliendo con la orden y el plan de servicios tal como
están redactados.
Y si un/a trabajador/a
social o cualquier miembro del sistema de los SPI te dice que
hagas algo que es diferente a lo que está en la orden escrita,
deberías escribir una nota tuya, fechada y firmada, y enviarla
al juez o a quien dirige los servicios sociales. Explica brevemente
que tu trabajador/a social te dijo que hicieras tal o cual cosa,
pero que tú sabes que tienes la obligación de obedecer
la orden escrita hasta que ésta sea modificada por escrito.
Recuerda: lo que cuenta
es lo que está escrito en blanco y negro. Vale la pena
repetirlo. No te dejes engañar ni confundir por algo que
un/a trabajador/a social te informa verbalmente un día,
pero que al día siguiente olvida haberte dicho. No permitas
que los abusadores, evaluadores/as, mediadores/as ni nadie más
te influencie en forma verbal para que vayas en contra de lo que
está escrito en blanco y negro. Incluso algo tan aparentemente
pequeño como alterar un calendario de visitas puede ser
usado en tu contra en la corte y es probable que lo será.
¡Que te lo pongan por escrito!
¡Obedece todas
las órdenes judiciales tal como están redactadas!
11.
Continúa siendo la madre de tu hija o hijo.
Si los SPI han detenido
a tu hija o hijo, recuerda que tú sigues siendo su madre
y que ella o él necesita más que nunca tu atención
maternal. No violes ninguna de las órdenes judiciales pero,
aun dentro de las restricciones de éstas, haz todo lo que
puedas para continuar siendo la madre tu hija o hijo. ¡Sé
creativa! Piensa con anticipación cómo sacarles
el mayor provecho a las llamadas telefónicas y las visitas.
C.
Sugerencias para obtener la mejor representación
posible de tu abogado/a nombrado/a por la corte
|
Si la Corte Juvenil
te ha asignado un/a abogado/a, no confíes en que esta persona
preparará y presentará tu caso de manera apropiada.
Son tantas las madres
a quienes los SPI equivocadamente les quitan sus hijas e hijos,
y tantos/as los/as niños/as que de igual forma pierden
a sus madres, sólo porque los/as abogados/as que fueron
asignados/as para representar a madres y padres no ofensores a
menudo hacen poco o nada en nombre de sus clientas/es.
Nadie que se encuentre
en cualquier situación puede sentarse a esperar y confiar
en que su abogado/a luchará eficazmente por su caso. Tienes
que ser su socia/o. Debes comprender tu caso, participar en prepararlo
y, lo más importante de todo, vigilar a tu abogado/a.
Pero cuando tú
eres la madre o el padre no ofensor/a a quien la Corte Juvenil
le ha asignado un/a abogado/a para el caso con los SPI, es necesario
que multipliques mil veces este consejo. Por regla general, los/as
abogados/as asignados/as para representarte en un caso con los
SPI son abogados en su peor expresión. Con frecuencia no
se preparan, no pelean, no devuelven llamadas, no se reúnen
con sus clientes y desconocen los hechos básicos del caso.
Como resultado de ello, a menudo terminan dejando a sus clientes
a merced de los más flagrantes abusos del sistema de los
SPI y de la Corte Juvenil.
No permitas que esto
te ocurra a ti. A fin de lidiar efectivamente con un/a abogado/a
que se te asignó para representarte en un caso con sistema
de los SPI y de la Corte Juvenil, es útil primero comprender
por qué este sistema les saca los peores rasgos a tantos/as
abogados/as.
- Estos/as abogados/as
usualmente tienen una enorme carga de casos de clientas que
se encuentran en un intenso nivel de dolor emocional y tensión.
Cualquier discusión que el/la abogado/a intente tener
con su clienta suele estar permeada por la agonía y desesperación
de esa madre. Teniendo que manejar cada día una gran
cantidad de estos casos desesperados, lamentablemente muchos/as
abogados/as toman la vía más fácil y se
cierran a sus clientas. No devuelven llamadas telefónicas,
no se encuentran con sus clientas para preparar el caso y a
menudo tampoco se reúnen con ellas antes de audiencias
judiciales críticas. Como es natural, esto incrementa
la desesperación de las clientas, lo que hace aumentar
el esfuerzo de su abogado/a por impedir comunicarse con ellas.
Y esto conduce a una muy mala abogacía para las madres
que más la necesitan.
- Los/as abogados/as
a quienes se asigna a estos casos saben que sus clientas son
unas de las personas que tienen menos poder y voz en la sociedad;
son mujeres pobres que están atrapadas en las más
horrendas condiciones. Desde el primer momento, la mayoría
de estos/as abogados/as ni siquiera puede imaginar la clase
de circunstancias por las que sus clientas están pasando.
Tampoco es probable que investiguen lo suficiente la situación
(si es que lo hacen en absoluto) para desenmarañar las
complejidades en busca de la verdad. Más aun, saben que
sus clientas no cuentan con los recursos (ni con tiempo, dinero
o posición) para presentar un caso de mala práctica
contra su abogado/a, sin importar cuán deficiente haya
sido el trabajo de éste/a.
- La legislación
de familia y de menores de edad tiene una posición muy
baja en la profesión legal. En realidad, muchos/as abogados/as
a quienes se les asignó a casos como el tuyo no están
ahí porque ésa haya sido su primera elección.
Se les está rotando en el sistema. Tal vez asumieron
la tarea sólo mientras consiguen un mejor empleo en otro
lugar. O simplemente necesitan el dinero fácil que les
representa una asignación por la corte. Además
saben que, en vista de los imprecisos y frágiles estándares
legales de la legislación de familia y de menores de
edad, es difícil montar una defensa efectiva contra cualquier
queja o acusación que los SPI presenten. Entonces, piensan,
¿por qué dar una batalla?
- Todo el sistema
de los SPI y de la Corte Juvenil funciona en secreto. Nadie
está observando. Nada es de dominio público. Sumemos
a esto la ausencia de estándares rigurosos y podemos
tener la certeza de que los/as abogados/as saben que es probable
que a nadie en el sistema, inclusive a ellos/as mismos/as, se
le responsabilizará por mala práctica legal.
- A la mayoría
de estos/as abogados/as se les asigna para servir a la corte.
Saben que si no crean problemas contraviniendo a los SPI y los
dictámenes judiciales, la corte continuará asignándoles
casos. Por otro lado, si con regularidad luchan contra los SPI
y consumen el tiempo de la corte peleando y objetando en nombre
de los derechos de sus clientas/es, saben que serán pocas
las probabilidades de que la corte les mantenga ahí.
Cuando miras todos
estos factores juntos, es fácil comprender por qué
el/la abogado/a que el sistema de la Corte Juvenil te asignó
es tan dado/a a representar tus intereses en forma pésima.
Afortunadamente, hay algunas cosas que puedes hacer para que tu
abogado/a eleve su nivel de desempeño de modo que te represente
mejor.
* Sugerencias para
aumentar las probabilidades de que tu abogado/a luche eficazmente
por tu caso:
* Entérate
de qué les gusta a los/as abogados/as. A la mayoría
le gusta llevar pruebas sólidas a la corte. Quieren lucir
bien ahí y ganar inteligentemente. Y les gusta hacer todo
eso con un mínimo esfuerzo o, mejor dicho, sin ningún
esfuerzo. Lo que esto significa para ti es que si puedes armar
a tu abogado/a con pruebas sólidas que respondan de manera
inteligente al caso de los SPI contra ti, y si puedes hacerlo
con una mínima demanda del tiempo de tu abogado/a, tendrás
buenas probabilidades de que éste/a batee duro por ti en
la corte.
Entonces...
* Infórmate
y prepárate. Averigua cuáles son las acusaciones
en tu contra. Conoce el propósito exacto de la siguiente
audiencia judicial (es decir, cuál asunto se supone que
esa audiencia ha de resolver). Luego prepárate antes de
reunirte o comunicarte con tu abogado/a, incluso antes de llamarle
por teléfono la primera vez. Haz una serie de notas breves
para ti misma/o acerca de las principales preguntas que quieres
hacerle, como también de los puntos más importantes
que deseas comunicarle. Trata de poner estos puntos en una forma
tan condensada como te sea posible, para que puedas referirte
a ellos y leerlos con una sola mirada.
* En todas tus
comunicaciones con tu abogado/a, habla sólo del asunto
o asuntos legales que debes discutir. Esto puede ser muy difícil,
en vista de las desgarradoras emociones de tu situación.
Y puede ser casi insoportable percatarte de que tu abogado/a no
está tratando de mover el cielo y la tierra para asegurar
que los SPI no te quiten a tu hija o hijo. Pero es muy poco probable
que tu dolor le conmoverá. Si descargas ese dolor en tu
abogado/a, podrías alejarle en vez de acercarle a tu causa.
Continúa recordándote
a ti misma/o que la mejor manera de impedir que los SPI te quiten
a tu hija o hijo es conseguir que tu abogado/a luche eficazmente
por ti en la corte, y la mejor manera de lograr esto es referirte
sólo al asunto legal que es necesario discutir.
Una forma de ayudarte
a hacer esto es imaginar que tendrás únicamente
cinco minutos para hablar con tu abogado/a. Luego, en los días
antes de tu cita con él o ella, piensa: ¿Cuáles
son las preguntas y puntos más importantes que necesito
comunicarle en esos cinco minutos? Esto debería ayudar
a mantenerte muy centrada/o y clara/o acerca de lo que quieres
decir y preguntar. Como ya mencionamos, escribe estos puntos en
una breve serie de notas para ti. Mantén esas notas a mano
para referirte fácilmente a ellas en una sola mirada cuando
te reúnas o hables con tu abogado/a.
* Prepara una página
informativa para tu abogado/a. Debe ser un resumen muy breve
~ una lista punto por punto ~ de los principales aspectos de información,
pruebas y testigos/as que tu abogado/a necesita para tener éxito
en la batalla legal que se acerca. Dicho de otra forma, en tus
pensamientos y preparación sé tú misma/o
el/la abogado/a que está argumentando tu caso.
El producto final que
le darás a tu abogado/a debería caber todo en una
página, o dos como máximo. Recuerda que estos/as
abogados/as tienen una enorme carga de casos similares. Leerán
una página. Van a apreciar leer una sola página.
Pero si les das un manojo de hojas, es probable que no leerán
ni siquiera la primera. Si existen documentos de apoyo que creas
que tu abogado/a debería tener, describe en esa página
los que tengas. Indícale que estás adjuntando una
copia de ellos o que le entregarás los documentos cuando
sean necesarios.
Si cuentas con información
adicional que no pudiste incluir en la única página,
pon exactamente esto como punto final en ella. Escribe, por ejemplo,
"Además de lo anterior, hay dos testigos adicionales
que pueden dar fe de las lesiones que mi hijo sufrió hace
un año. Tengo una copia de mi solicitud de una orden de
restricción temporal en ese tiempo (en la cual anoté
las amenazas de violencia contra mí). También puedo
obtener una carta de la consejera a la que visité en esos
días, quien puede dar testimonio de mis temores por mí
y mi hijo".
Escribe tu información
punto por punto (al igual que este texto), poniendo primero los
más importantes. No olvides indicar claramente, al tope
de la página, tu nombre, tu(s) número(s) de teléfono,
el número del caso y la fecha, así como el nombre
de tu abogado/a.
* Pregúntale
directamente a tu abogado/a qué argumentará y pedirá
en la corte. No seas tímida/o respecto a esto. Es completamente
apropiado para la relación abogado/cliente que seas muy
específica/o al preguntarle a tu abogado/a qué va
a argumentar en tu nombre en la corte y cómo lo hará.
También es totalmente apropiado, y de hecho es la médula
de la relación abogado/cliente, que le digas en detalle
cómo quieres que te represente.
Entonces, habla. Pregúntale:
"¿Cuáles pruebas presentará usted en
mi defensa contra la acusación de los SPI de que yo debería
haber sabido que mi esposo estaba abusando de su hijastra?"
"¿Va a presentar usted la carta de la consejera?"
"¿Presentará los reportes policiales de violencia
doméstica de hace un año?" "¿Va
a presentar la declaración de la amiga de mi hija?"
"¿Qué hará usted si el juez no me devuelve
la custodia?" "Quiero que usted pida más visitas".
"Quiero que argumente firmemente en contra de que los SPI
me digan que debo recibir consejería junto con mi esposo".
"Quiero que argumente contra esto basándose en la
historia de violencia doméstica", etc.
Toma nota de las respuestas
y reacciones de tu abogado/a a estas preguntas y afirmaciones.
Podría ser que algunas de tus solicitudes no sean legalmente
viables para una audiencia particular. Pero si éste fuera
el caso, tu abogado/a debería darte explicaciones completas,
exactas y razonables. A fin de cuentas, su trabajo es representar
tus intereses en la corte.
* Cuando vayas
a la corte, ten siempre a mano copias adicionales de la página
informativa para tu abogado/a y de la serie de notas para ti.
La triste realidad es que, aun si le diste a tu abogado/a una
copia de tu página informativa una semana antes de la audiencia,
existe una real posibilidad de que aún no la haya leído.
Así que lleva copias al tribunal. Una vez que ya estés
en el tribunal, es casi seguro que tu abogado/a la leerá,
o volverá a leerla, cuando esté sentado/a en la
sala de la corte o en el pasillo mientras esperan que tu caso
sea llamado.
De todos modos, el
tiempo de espera antes de que la audiencia comience suele ser
un buen momento para tener la atención de tu abogado e
intercambiar ideas de última hora, porque está ahí
sin nada qué hacer en particular. Pero antes de que le
toques el hombro para hablarle, sugerimos, como siempre, que te
tomes un minuto y escribas tus puntos y preguntas.
La razón por
la cual es tan importante que tengas una serie de notas para ti
misma/o al momento de ir a la corte es que suele ser tan fácil
olvidar los puntos más importantes cuando estás
nerviosa/o y molesta/o. El ambiente en la sala de la corte puede
ser muy intimidante, caótico y confuso. Así que
lleva tus notas. Y lleva también una copia de las notas
que escribiste para tu abogado/a.
* Recuerda: Lleva
contigo una amiga o amigo inteligente y solidaria/o a las reuniones
con tu abogado/a y a las audiencias judiciales. Lleva también
tu cuaderno para que puedas apuntar nuevos puntos y preguntas
que te surjan durante los procedimientos en la corte.
* Si a pesar de
todo lo anterior tu abogado/a te falla en la corte, no presenta
las pruebas a tu favor, tergiversa tu versión de los hechos,
no objeta mentiras o falsas acusaciones en tu contra, etc., tienes
el derecho a hablar por ti misma/o, ya sea de inmediato o después.
¡Pero es mejor que hables inmediatamente!
Una vez que tu caso
ha sido llamado en la corte, estarás sentada al lado de
tu abogado/a. La razón de ello es que, para tener allí
una representación apropiada, debes poder comunicarte con
él o ella conforme los acontecimientos van ocurriendo.
¡No vaciles en
hablar con tu abogado/a durante la audiencia judicial! No vaciles
en hablarle aun si esto significa que todo el proceso en la corte
debe detenerse hasta que te hayas comunicado con tu abogado/a.
No te sientas presionada/o a no ejercer tu crucial derecho a frenar
todo mientras hablas con él o ella, aun cuando todo lo
que necesites hacer es preguntarle el significado de una u otra
acción.
Si te das cuenta de
que tu abogado/a no está presentando las pruebas que dijo
que presentaría, o no está representando tu posición
en forma correcta, es absolutamente esencial que le digas: "Necesito
hablar con usted por un minuto". Cuando haces esto, él
o ella debería dirigirse al juez o la jueza y decir: "Su
señoría, quisiera tomar un momento para hablar con
mi clienta/e". Esto no es nada inusual. En la corte, todo
el tiempo se detienen los procedimientos para que los/as abogados/as
y sus clientas/es puedan hablar durante uno o dos minutos. Así
que no sientas timidez o bochorno por voltearte a hablar con tu
abogado/a tantas veces como sientas que es necesario a lo largo
de toda la audiencia judicial sobre tu caso. Recuerda que estás
luchando para salvar tu relación con tu hija o hijo. Y
tienes el derecho a una representación legal apropiada,
exacta y completa.
Si tu abogado/a no
te responde, o si ignora tu solicitud y actúa como si no
te hubiera oído, tú, tú misma/o, tienes el
derecho a hablarle directamente al juez o la jueza. Puede ser
muy difícil hacer esto en una corte abierta, pero hazlo.
"Su señoría, necesito un minuto para hablar
con mi abogado/a". Eso funcionará. El juez o la jueza
detendrá todo y te dará tiempo para hablar con tu
abogado/a. Y es muy probable que también le lance a éste/a
una mirada desaprobatoria. Una mirada que dirá: "¿Por
qué diablos su clienta/e tuvo que recurrir a mí
para lograr que usted le preste atención?"
* Sí, tienes
el derecho a despedir a tu abogado/a, aun si fue asignado/a por
la corte. Si para ti es obvio que tu abogado/a no está
preparado/a o dispuesto/a a representar tu lado del caso en forma
apropiada, tienes el derecho a despedirlo/a. Por supuesto, antes
de hacerlo deberías tener la certeza de que esto es lo
que necesitas, ya que ello pospondrá las audiencias judiciales
y requerirá que se te asigne un/a nuevo/a abogado/a.
Sin embargo, si tu
abogado/a se ha negado a reunirse contigo, si no se ha preparado,
si es hostil hacia el caso o si por cualquier otra razón
sientes que te va a fallar en la corte, el despido podría
ser lo mejor que hagas para proteger tus derechos.
Si vas a despedir a
tu abogado/a, es buena idea que le escribas una breve declaración,
de un párrafo, informándole que le has despedido.
Envíasela por fax y lleva contigo a la corte una copia
de la carta. Cuando vayas al tribunal y tu caso haya sido llamado,
debes estar preparada/o para hablar con el juez o la jueza y entregarle
esa copia. No sientas bochorno o timidez por hacer también
esto. Es algo común. Numerosas/os clientas/es despiden
a sus abogados/as. Muchas audiencias judiciales de todo tipo son
postergadas a otra fecha para que las/os clientas/es tengan tiempo
de encontrar alguien más que les represente o se les asigne
un/a nuevo/a abogado/a. Muchos/as abogados/as han pasado por la
experiencia de ser despedidos/as. Saben cómo manejar estas
situaciones. Tu abogado/a no sufrirá un infarto cuando
en una corte abierta anuncies su despido. Esto tampoco le asombrará
al juez o la jueza. Todos han pasado antes por lo mismo.
Entonces, habla y ejerce
tus derechos. Mereces una representación legal apropiada,
especialmente cuando se trata de salvar la relación con
tu hija o hijo.
Se
autoriza copiar y distribuir esta información siempre y
cuando el crédito y el texto se mantengan intactos.
Reservados © todos los derechos, Marie De Santis,
Women's Justice Center,
www.justicewomen.com
rdjustice@monitor.net
Traduccion por Laura E. Asturias / Guatemala
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