odas
las personas se sienten nerviosas antes de testificar. Hablar en
público sobre tu experiencia contra un crimen violento es un acto
heroico y poderoso. Es natural que te sientas nerviosa. Y más todavía
pues tú fuiste la víctima directa de ese crimen y porque, como víctima
de violación o violencia doméstica, probablemente conocías bien
al acusado, en algún momento confiaste en él y quizás lo amaste.
Estás testificando no sólo contra la violencia: también contra la
traición humana.
Una de las mejores maneras
para empezar a calmar tus ansiedades consiste en reconocer el poder
y el valor de tu testimonio. Tu testimonio es la fuerza central
para enderezar las cosas frente al crimen que ocurrió, tanto para
ti como para tu comunidad. Aun cuando tu testimonio no conduzca
a una sentencia, la verdad que dices, tan sólo por haberla enunciado
en un tribunal, es una parte beneficiosa y permanente del poder
sanador de la justicia y también una forma para sanar tus propios
sentimientos.
ebido
al gran valor de tu testimonio para la sociedad, existen cientos
de reglas para protegerte a ti y a tu historia mientras estás testificando
en la corte. Hay reglas que te protegen contra comentarios inflamatorios
y prejuiciosos, contra preguntas injustas y distorsiones, así como
intentos irrelevantes de socavar tu verdad. Las estrictas leyes
también penalizan el que alguien trate de persuadirte de que no
testifiques, o de influenciar tu testimonio de alguna manera. Si
alguien intenta influir en lo que dirás en la corte, debes reportar
esto inmediatamente a la Policía o a los fiscales que trabajan en
tu caso.
La comunidad también
ha otorgado a la corte amplia autoridad para actuar con firmeza
acerca de tu verdad; autoridad suficiente para que, al responder
a tu testimonio, la corte también pueda detener inmediatamente cualquier
cosa que no ande bien. Y todavía más. Por su autoridad y en respuesta
a tu testimonio, la corte puede emitir una fuerte advertencia pública
a cualquier persona que piense en volver a comportarse como lo hizo,
además de transmitir un mensaje de esperanza para todas las personas
que aún están atrapadas en las secuelas de la violación, la violencia
doméstica y el abuso infantil. La corte todavía no es perfecta,
especialmente para mujeres, niñas y niños víctimas de violencia.
Recuerda, sin embargo, que miles de mujeres, niñas y niños antes
que tú han testificado por su propia voluntad contra esa violencia
y con ello han fortalecido el escenario de la corte para ti.
Entonces, una de las
mejores formas en que puedes aliviar tu nerviosismo antes de testificar
es sentirte orgullosa y digna por el bien que te estás haciendo
a ti misma y por el beneficio que tu acción representa para tu comunidad
y para todas las mujeres que vendrán después de ti.
He aquí algunas sugerencias
que también pueden ayudarte.
prende
tanto como puedas sobre el caso. Antes de testificar, deberías
tratar de averiguar: ¿Cuáles son exactamente los cargos en el caso?
¿Cuál es el propósito de la audiencia en la cual vas a testificar?
¿Cuáles son los nombres del fiscal, el agente de policía o el detective,
del abogado defensor y del juez? ¿Se ha asignado una defensora o
defensor de víctimas a tu caso? De no ser así, pide que se te asigne
un/a. ¿Se te ha asignado un tiempo para reunirte con el fiscal antes
de testificar? Si esto no ha ocurrido, llama con anticipación a
la oficina del fiscal y pide una cita. ¿Le ofreció el fiscal cualquier
opción al acusado? ¿Cuál fue esa opción y qué significa? También
se te debería dar la oportunidad de que sean respondidas todas las
preguntas específicas que pudieras tener, tales como: ¿Qué sucede
si... si no puedo recordar algo... si la defensa revela mi récord
de manejo de vehículos... si la corte se entera de que soy una inmigrante
indocumentada... si el acusado miente respecto a mí... si él envía
a un amigo para que me haga daño, etc.?
Los mejores lugares para
conseguir respuestas a estas y otras preguntas son la oficina del
Fiscal de Distrito (en el condado de Sonoma, llama al 565-2311),
defensores de víctimas (como el Centro de Justicia para Mujeres:
575-3150) o el detective o agente de policía que investigó tu caso.
Antes de llamar a oficiales o reunirte con ellos, es una buena idea
que escribas en una libreta todas tus preguntas y comentarios. La
confusión es una enorme fuente de ansiedad. Conseguir que todas
tus preguntas sean plenamente respondidas es una excelente ayuda
para calmar tus temores.
Otra cosa que puede ser
muy útil es que el fiscal o una defensora o defensor de víctimas
te acompañe a conocer la corte antes de vayas a testificar.
lega
temprano a la corte. ¡Y prepárate para esperar! A menudo ocurre
que varios casos son programados para la misma corte y a la misma
hora. El orden en que los casos serán llamados es impredecible.
Y esto puede ser muy exasperante, sobre todo si, para empezar, ya
estás nerviosa.
Lleva contigo cosas agradables
para hacer mientras esperas. Pueden ser revistas, crucigramas, una
grabadora. Y trata, tanto como puedas, de no llevar niños. Lo mejor
es que te acompañen una o dos amigas o amigos. Estas personas no
sólo pueden ayudarte en los momentos de espera, sino que, si así
lo deseas, puedes llevarlas contigo a tus reuniones con el fiscal,
ya que éste es tu derecho (tal como lo estipula la Sección 679.04
del Código Penal de California). También pueden acompañarte en la
corte mientras testificas, aun cuando sean testigos en el caso (de
acuerdo con la Sección 868.5 del Código Penal de California).
l
fiscal protegerá y facilitará tu testimonio. Una de las principales
preocupaciones que muchas personas experimentan antes de testificar
es imaginar estar sentadas en una corte enfrentando la casi imposible
tarea de tratar de relatar una historia lógica de lo que ha sido
un evento traumático y caótico. En realidad, no tienes por qué preocuparte
de esto. Ése no es tu trabajo. Es el trabajo del fiscal. (Al fiscal
también se le conoce como asistente del fiscal de distrito.)
El papel general del
fiscal en el caso consiste en presentar los cargos contra el acusado
y probar esos cargos "más allá de una duda razonable". Cómo víctima
del crimen, tú eres la principal testiga del fiscal. Es por ello
que, una vez que empieces a testificar, el fiscal hará todo lo posible
para hacerte sentir cómoda, ayudarte a relatar tu historia de una
manera tranquila y lógica y a destacar los principales puntos de
tu experiencia. Y cuando el abogado defensor comience a hacerte
preguntas, el fiscal estará escuchando a fin de protegerte a ti
y a tu testimonio contra cualquier injusticia en su línea de interrogatorio.
Tu testimonio en la corte
inicia cuando el fiscal empieza a hacerte preguntas. La mayoría
de fiscales comienza por dirigirte lentamente una serie de preguntas
sencillas: te pregunta tu nombre, dónde vives, cuánto tiempo has
vivido allí, etc. El fiscal hace esto hasta ver que estás cómoda
y que las preguntas y respuestas fluyen fácilmente. Luego, en el
mismo tono de preguntas cortas y simples, te conducirá por una progresión
lógica, paso a paso, de los eventos del crimen. Todo lo que tienes
que hacer es escuchar cuidadosamente las preguntas del fiscal y
responderlas una por una en una forma honesta, simple y clara. Durante
tu testimonio, el fiscal no tratará de engañarte, confundirte o
hacerte quedar mal.* (ver nota abajo)
as
personas intérpretes certificadas por la corte son altamente calificadas
y traducirán tu testimonio palabra por palabra. Si te sientes
más cómoda hablando en tu lengua materna (y casi todas las personas
se sienten así), pide un/a intérprete a la corte. Las personas intérpretes
certificadas por la corte se encuentran entre los intérpretes más
calificados del mundo. Casi siempre puedes relajarte y tener la
confianza de que tus palabras y significados están siendo traducidos
de manera cuidadosa y correcta a la corte. Si en cualquier momento
sientes dudas acerca de la traducción de un punto en particular,
hazle una indicación a la persona intérprete, quien estará sentada
a tu lado, y repite y explícale con otras palabras lo que antes
quisiste decir.
La pausa que refresca:
toma todas las que necesites. Una de las cosas que ocurre cuando
estás nerviosa es que tu sentido del tiempo se distorsiona. A veces
sientes que el tiempo pasa rápidamente; otras parece como si cada
momento durara una eternidad. Si tomas breves pausas de manera intencionada,
esto te coloca de nuevo en control del tiempo. Respira profundamente
un par de veces, enfoca tu vista en una parte del salón de la corte
donde no esté sucediendo nada, bebe un poco de agua, mira a tu amiga,
tómate un momento para pensar en tu respuesta, un poquito aquí y
otro poquito allá, y empezarás a relajarte y sentirte en control.
Otra buena oportunidad para tomar un tiempo para ti misma es cuando
los abogados están discutiendo sobre las objeciones de uno u otro
a las preguntas que fueron planteadas. Puedes escuchar si así lo
deseas, pero la discusión no requiere de tu participación pues se
refiere a un asunto jurídico. Ése es un buen momento para hacer
otra importante pausa que te refrescará.
Y si en algún momento
te sientes abrumada, siempre puedes dirigirte al juez o al fiscal
y pedir que haya un receso de diez minutos. No es inusual que un
testigo lo solicite, de manera que no tienes por qué sentir timidez
para pedirlo. De hecho, en cualquier momento, cuando estés en el
estrado, puedes pedir a los abogados que repitan preguntas, puedes
(y deberías) informarles inmediatamente si no comprendiste una pregunta,
así como dirigirte al juez y preguntarle si estás obligada a responder
una pregunta en particular. Si una pregunta es especialmente embarazosa
o dolorosa para ti, puedes empezar tu respuesta diciendo: "Para
mí es bochornoso hablar de esto..." Si no recuerdas algo con exactitud,
también es importante que lo digas: "No recuerdo exactamente, pero
pareció que fue unos quince minutos".
o
permitas que el abogado defensor te enoje. Sólo está haciendo
su trabajo. ¡Y no eres tú quien está siendo juzgada! Tu interrogatorio
por parte del abogado defensor seguirá a las preguntas del fiscal.
Un buen abogado defensor cuestionará tu testimonio para asegurarse
que estás diciendo la verdad. Ése es su trabajo, y es un trabajo
importante. Piénsalo: este interrogatorio o confrontación de tu
testimonio por parte del abogado defensor ayuda a generar una fuerte
confianza pública en las decisiones de la corte basadas en tu testimonio.
Entonces, no te molestes cuando el abogado defensor cuestione lo
que dijiste. Siempre que sea posible, ofrece respuestas honestas,
cortas, de "sí" o "no", a las preguntas de la defensa. Si tienes
que dar una explicación, esfuérzate por hacerlo, apegándote a la
verdad, en términos de lo malo que el acusado te hizo. Una víctima
que refrenda los crímenes del acusado en respuesta a las preguntas
del abogado defensor, desalentará activamente el que la defensa
se salga de la línea.
Una vez que se han percatado
que estás diciendo la verdad básica sobre lo que sucedió, algunos
abogados defensores (no todos) tratarán de encontrar otros puntos
débiles en tu testimonio. Pueden buscar diminutas contradicciones,
tales como: "Hace diez minutos usted dijo que era una camisa azul;
ahora dice que era verde". Indiferentemente de lo que hagas, no
te enojes. Cuando el abogado defensor empieza a centrarse en detalles
menores, esto demuestra que está desesperado. La mayoría de las
personas que están relatando una historia verdadera puede, en algún
momento, incurrir en pequeñas contradicciones durante el proceso.
Lo que procede es que corrijas lo que necesitas corregir y des una
breve explicación solamente si ésta es necesaria. Si no estás segura,
di que no estás segura. Pero, hagas lo que hagas, no te enojes.
Eso sólo alentará a la defensa a seguir aún más en esta línea de
interrogatorio.
siempre recuerda que el fiscal está allí para detener cualquier
interrogatorio injusto por parte del abogado defensor. El fiscal
hace esto diciéndole al juez, "Objeción, su señoría". No tengas
miedo. Tranquilízate y dale tiempo al fiscal para objetar. De hecho,
mira directamente al fiscal si sientes que estás siendo acosada
por el abogado defensor. Y si sientes que el fiscal no te está prestando
atención, pregúntale directamente al juez, "¿Tengo que responder
esa pregunta?"
Otra cosa que los abogados
defensores a veces hacen cuando saben que estás diciendo la verdad,
es tratar de confundirte para que digas algo que no quisiste decir.
Lo hacen lanzándote mucha información a la vez. Si te sientes confundida,
simplemente no respondas la pregunta. Di en voz alta que estás confundida.
Y continúa diciéndolo hasta que el abogado defensor entienda que
no vas a responder preguntas confusas.
¡Tú no estás bajo
juicio! Otra cosa desesperada que los abogados defensores hacen,
y que es una de las más difíciles de manejar por parte de las víctimas,
consiste en hacer preguntas acerca de algo que ellos creen que te
hace sentir culpable. A menudo el acusado, porque te conoce bien,
ha ayudado a su abogado a hacer una lista de estas cosas. Por ejemplo:
tuviste una aventura extramarital, estás en libertad bajo palabra,
consumes drogas, te encuentras ilegalmente en el país, etc. En la
mayoría de los casos, al abogado defensor no se le permite traer
estos asuntos a la corte porque ¡no eres tú quien está siendo juzgada!
Pero eso no significa que los abogados defensores no intenten plantear
esas preguntas, con el único fin y con la esperanza de que tú actúes
en el estrado como si fueras culpable o te pongas a la defensiva.
e
aquí lo que puedes hacer acerca de todo lo que te preocupa que pudiera
surgir en la corte, que te está molestando y haciéndote sentir temerosa
de testificar. Haz una lista de las peores cosas que puedas imaginar
y pregúntale con anticipación al fiscal o a una defensora o defensor
de víctimas, "¿Qué sucederá si ellos traen esto a colación?" La
mayoría de las veces, el fiscal o el defensor o defensora te dirá
que la defensa no puede llevar estos asuntos a los procedimientos
de la corte y que el fiscal detendrá inmediatamente al abogado defensor
si éste se atreve a hacerlo. Sin embargo, si por cualquier razón
alguna de estas u otras cosas negativas fuera relevante para la
corte, entonces el fiscal o la defensora o defensor puede recordártelo:
"Simplemente diga la verdad y recuerde que usted no está siendo
juzgada". "Sí, le mentí a la policía acerca de mi consumo de drogas
pues no pensé que ellos creerían que fui violada si les hubiera
dicho que estaba consumiendo drogas". No lo olvides: no te enojes.
Tranquilízate. Y dale al fiscal tiempo para objetar.
Las tácticas de la
defensa no son más que pequeñas piedras sobre las cuales el río
de tu verdad continuará fluyendo. Éste es un momento perfecto
para recordarte una vez más acerca de lo más importante de todo.
Al testificar en una corte contra los crímenes de violación, violencia
doméstica o abuso infantil, estás llevando a cabo el acto ciudadano
más esencial y heroico para mantener segura a tu comunidad. Nadie
es perfecto en este mundo. Y saber con anticipación que el abogado
defensor podría sacar a luz alguna de tus imperfecciones sólo hace
más admirable tu disposición a testificar. Entonces, aférrate al
orgullo y a la dignidad que tanto mereces. Así, las tácticas que
la defensa intente utilizar para socavarte no serán más que pequeñas
piedras sobre las cuales continuará fluyendo el río de tu verdad.
* Una nota
acerca del fiscal. Es cierto que, mientras estás testificando, el
fiscal tratará de hacer todo lo posible para protegerte. A la vez,
es importante recordarte que el fiscal no es tu abogado. El fiscal
es el abogado del pueblo. Y podría haber momentos en el caso en
que el fiscal no actúe a favor de tus intereses o, de hecho, actúe
directamente contra tus intereses. Esto podría ocurrir especialmente
en la fase de presentación de cargos en el caso, o en la etapa de
negociación previa a la sentencia. El fiscal podría reducir los
cargos o "entregar el caso" por menos de lo que es justo, o por
mucho menos de lo que las evidencias puedan probar. Entonces, antes
de aceptar o estar de acuerdo en que el fiscal maneje estos aspectos
del caso, habla con defensoras o defensores de víctimas u otros
funcionarios acerca de tus preocupaciones.
Se
autoriza copiar y distribuir esta información siempre y cuando
el crédito y el texto se mantengan intactos.
Reservados © todos los derechos, Marie De Santis,
Women's Justice Center,
www.justicewomen.com
rdjustice@monitor.net
Traduccion por Laura E. Asturias / Guatemala
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