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Justicia criminal

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¡Hablemos sobre la violación!

El cuestionario

Pese a que en las últimas tres décadas ha aumentado el enfoque en la violencia contra las mujeres, la violación y sus víctimas permanecen ocultas bajo las sombras de mitos y tabúes.

Las discusiones sobre la violencia contra las mujeres, sea que tengan lugar en las aulas, los medios de comunicación, los grupos en las iglesias o en foros públicos, tienden a centrarse en la violencia doméstica. Los puñetazos y las patadas de la violencia doméstica son más rápidamente moldeados dentro de una discusión neutral al género sobre la violencia en general. La violación, sin embargo, no se fusiona con facilidad con ninguna otra experiencia humana. Una vez desprovista de mitos y tabúes, la violación expone crudamente, y en términos que no dejan lugar a dudas, la violenta opresión de hombres contra las mujeres. Aún es muy fuerte la resistencia a discutir este asunto.

En la última década, la atención de los medios de comunicación a los casos de violación de elevado perfil ha servido para reforzar viejos mitos en lugar de iluminar el tema. En el caso de la violación cometida por William Kennedy Smith se adoptó la consigna de "la violación es una acusación fácil de hacer y difícil de probar". El caso de la violación perpetrada por Mike Tyson se fue sustancialmente por la vía de los estereotipos racistas acerca del hombre violador de raza negra. La cobertura sobre la violencia sexual y el asesinato de Polly Klaas se centró en los peligros frente a extraños, insistiendo en la necesidad de protecciones patriarcales en el hogar. O, como en la extensa cobertura de las fallas en el sistema de justicia que condujeron al asesinato de Teresa Macías, las denuncias de violencia sexual que ella presentó a las autoridades fueron prácticamente ignoradas por la prensa. Por el contrario, se dio atención a las violaciones de las órdenes de restricción.

Hace casi 30 años, Susan Brownmiller enfocó estos mitos y negaciones en su trascendental análisis de la violación, «Contra nuestra voluntad». Sin duda alguna, ha habido avances desde entonces. Actualmente, por ejemplo, a diferencia de antes ya no se dice que las mujeres disfrutan la violación. Y si una víctima de violación se esfuerza lo suficiente, puede encontrar apoyo. Aun así, en este año 2001, la inmensa mayoría de víctimas de violación en los Estados Unidos todavía no reporta el crimen por temor al muy real aislamiento, a la culpabilización de las víctimas y al estigma de la violación que permanecen vigentes.

Apenas el año pasado, vimos grabaciones televisadas de cómo la policía de Nueva York ignoraba las súplicas de ayuda de las mujeres aun cuando ellas estaban siendo sexualmente atacadas frente a los mismos ojos de los agentes. Por su parte, periodistas investigativos revelaron que el Departamento de Policía de Filadelfia estaba enterrando en forma sistemática literalmente miles de casos de violación. Y en el condado de Sonoma, la jerarquía de la iglesia católica fue expuesta en un masivo encubrimiento de las violaciones sexuales cometidas por sacerdotes contra niñas, niños y parroquianos bajo su cuidado.

Quizás las revelaciones mismas deberían despertarnos alguna fe en los progresos. Pero no se trata de avances tan suficientemente significativos que representen justicia para las víctimas. Y menos aún son tan suficientes que prevengan la plaga de violaciones que continúa restringiendo la libertad y las vidas de las mujeres.

¡Es hora de hablar sobre la violación!

A continuación proporcionamos un cuestionario que esperamos ayude a facilitar las discusiones sobre este tema y a desafiar a los mitos. Después de leerlo, pásalo a docentes, consejeras/os y clérigos.

Al utilizar este cuestionario, hemos observado los mejores resultados cuando se divide al grupo en subgrupos de tres o cuatro personas cada uno. Los subgrupos discuten las preguntas entre sí durante algunos minutos. Luego, una persona de cada subgrupo funge como relatora y reporta las respuestas de su grupo a los demás. Esta dinámica promueve una variedad de respuestas bien pensadas.

El cuestionario

Se autoriza copiar y distribuir esta información siempre y cuando el crédito y el texto se mantengan intactos.
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Traduccion por Laura E. Asturias / Guatemala

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