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Guía dirigida a madres, abuelas y otras personas para ayudar a jóvenes atrapadas en la prostitución o la trata sexual

Parte 7 ~ Si tu hija apareciera muerta

Si tu hija o una joven prostituida a quien quieres fue hallada muerta, desearíamos tener las palabras para consolarte por tu pérdida. La tragedia que estás viviendo es agravada por el hecho de que a una persona querida se le privado de la vida a tan corta edad y por los crueles daños de la prostitución que la mataron.

También podrías estar sintiendo el dolor agregado que implica vivir en una sociedad que con demasiada rapidez quiere sacar a estas jóvenes del escenario de la existencia humana – sin dignidad, sin una búsqueda apropiada de la verdad acerca de lo que le ocurrió, sin justicia para el daño provocado y sin la conmemoración que ella, tú y la comunidad merecen. Esperamos, como mínimo, que esta sección te ayude a restaurar algo de la debida dignidad y justicia para tu hija y su memoria.

¿Cómo murió?

La prostitución es tan inherentemente violenta y destructiva hacia las mujeres y las niñas que las tasas de mortalidad de prostitutas son en extremo elevadas. Más aun, las vidas de las mujeres prostituidas han sido tan poco valoradas por la sociedad que los estudios apenas están empezando a develar el grado de violencia que sufren estas mujeres y niñas y con cuánta frecuencia sus vidas terminan de manera precoz. Un estudio citadino revela que la edad promedio de muerte de prostitutas son los 34 años. Otro indica que las prostitutas sobreviven, en promedio, sólo ocho años después de entrar en la prostitución. Las causas de muerte de mujeres y niñas son asesinato, suicidio, consumo de drogas, enfermedades y accidentes.

Un estudio canadiense determinó que la tasa de homicidios de niñas prostituidas es 60 a 100 veces mayor que la de mujeres promedio. En cualquier país, casi no hay ciudades sin una serie de muertes y desapariciones de prostitutas que no han sido esclarecidas. A menudo la policía alega que estos casos son difíciles de resolver debido a la transitoriedad de las personas involucradas. Sin embargo, creemos que con igual frecuencia la falta de esclarecimiento de las muertes de estas jóvenes se debe a que sus muertes sencillamente son ignoradas, no investigadas a cabalidad y desestimadas. Se ha citado a la policía refiriéndose al asesinato de prostitutas como “delitos menores” y “SPI”, o “sin personas involucradas”.

Tu hija murió debido a que fue victimizada por un sistema masculino perverso, poderoso y criminal de prostitución que pulveriza a mujeres jóvenes y adultas en todo el mundo, las somete con violencia y las trata como mercancía desechable y renovable. Todo ese sistema está respaldado por gobiernos, la policía y actitudes sociales predominantes que persiguen a las jóvenes, pero no a proxenetas y clientes. No es culpa de tu hija que ella no haya podido escapar. Y no es culpa tuya si, al final, no pudiste rescatarla.

¡Únete a otras personas para obtener ayuda, fortaleza y apoyo! No vivas sola este dolor

La muerte de una persona querida es devastadora en tantas maneras y por tanto tiempo que nadie debería pasar por esta experiencia en solitario. Así que conéctate a fuentes de ayuda, fortaleza y apoyo tan pronto y tan seguido como puedas. Hay defensoras/es profesionales que pueden ayudar a orientarte a lo largo del proceso. Existen grupos de familiares y amistades de otras jóvenes asesinadas en el ejercicio de la prostitución que pueden brindarte la clase de apoyo comprensivo que nadie más podría ofrecerte. También hay una comunidad de personas que conocieron y querían a tu hija, quienes en su mayoría querrán ayudar si tan sólo las llamas y se lo pides. Pero primero necesitas conectarte.

Una buena manera de empezar a buscar defensoras/es profesionales es llamar a alguna de las organizaciones que figuran en la Parte 2. Además, los centros que atienden crisis por violación en tu propia comunidad pueden ser muy útiles, ya que cada vez más de ellos incluyen en su trabajo servicios para mujeres prostituidas. Y no olvides acudir también a la oficina de atención a víctimas en tu localidad. Si la muerte de tu hija fue declarada un homicidio, como integrante de su familia tú eres considerada una víctima del crimen. La oficina de atención a víctimas debería ayudarte brindándote fondos para tus gastos relacionados con el crimen. Y debería ayudarte asignando al caso una defensora de víctimas que pueda responder tus preguntas y orientarte a lo largo de los procesos legales en los difíciles días que vendrán.

Además, independientemente de dónde vivas, es casi seguro que en tu área hay otras madres y seres queridos que están viviendo el mismo dolor y tormento que tú. En muchas ciudades, las familias y amistades de chicas prostituidas que fueron asesinadas se están uniendo para brindarse apoyo y ayudarse mutuamente a obtener justicia y respuestas. Hay algunas maneras en que puedes encontrar estos grupos. Podrías conectarte con ellos simplemente hablando con otras mujeres en la calle donde tu hija ejercía la prostitución. En ocasiones, dado que algunos de estos grupos han sido muy firmes en exigir respuestas, puedes encontrarlos haciendo búsquedas en tu periódico local o en Internet.

Otra importante fuente de ayuda son quienes te conocen a ti, conocieron a tu hija y les importa lo que le ocurrió a ella. Pídele a una persona cercana a ti que te ayude a preparar una lista de esas personas y a mantenerla actualizada. Piensa en vecinas o vecinos, antiguas amistades de tu hija, docentes, familiares distantes y otras personas. Trata de hablarles regularmente para darles información actualizada de lo que está sucediendo. Y lo más importante de todo: toma el teléfono y pídeles ayuda.

Hay muchas cosas que puedes pedirles que hagan. Estas personas pueden acompañarte a citas, cuidar a tus demás hijas e hijos una tarde, preparar una comida, ir contigo cuando tengas una reunión con la policía, ayudarte a juntar fotografías, coleccionar artículos de prensa y brindarte asistencia con tantos otros detalles de la vida que súbitamente pueden ser abrumadores para ti bajo el peso del dolor.

¡No vaciles en pedir ayuda! Y no pienses que estás pidiendo demasiado. En su mayoría, las personas que conocieron a tu hija se sentirán muy mal por su muerte. Querrán hacer algo. Las ayudarás si les pides que hagan algo útil para ti. Así que por favor no dudes en tomar el teléfono y pedirles ayuda. Si aún no te sientes cómoda respecto a pedir ayuda, escoge a una persona especial y pídele que tome el teléfono para que haga la solicitud en tu nombre.

Si las autoridades declararon que la muerte de tu hija fue homicidio

Si la muerte de tu hija fue declarada un homicidio, inmediatamente se asignará al caso un detective de homicidios. Es muy probable que esta persona esté en la comisaría que tiene jurisdicción sobre el área donde tu hija fue hallada.

Aun si el detective se encontrara en un lugar distante, intenta establecer una buena relación de trabajo con esta persona tan pronto como puedas. Ello incrementará la posibilidad de que te mantenga informada y haga lo más que pueda para descubrir la verdad acerca de lo que le sucedió a tu hija.

  • Trata de acordar un calendario regular para comunicarte con el detective. Sin duda alguna, habrá momentos en que tú o el agente querrán tener una conversación espontánea, pero programar un tiempo regular para comunicación ayudará a evitar que te sientas angustiada y al agente a no sentirse abrumado por tus emociones. Asegúrate de que el detective tenga toda tu información de contacto y tú la suya.

  • Si eres la madre, abuela u otra pariente cercana de la joven y el detective parece renuente a establecer una comunicación regular contigo, ésta es una señal, desde el inicio, de que las cosas podrían no ir como deben. Si sientes que el detective está evadiendo comunicarse contigo, no vaciles en llamar a su supervisor para corregir la situación. (Siempre puedes averiguar el nombre y número de contacto del supervisor de un agente llamando a la recepción de la comisaría.) Recuerda que los primeros días de la investigación de un homicidio suelen ser los más agitados y cruciales. Aun así, un buen detective de homicidios siempre debería hacer tiempo para hablar con parientes cercanos, no sólo por respeto sino también porque las personas de la familia usualmente tienen información importante que puede acelerar la investigación.

    • Si eres una amistad de la familia o una persona preocupada por tu comunidad, es muy buena idea que también tú hables con el detective de homicidios para expresarle tu amor por la joven y preocupación por que las circunstancias de su muerte sean investigadas minuciosamente, así como ofrecer cualquier ayuda que fuera necesaria. Por supuesto, es probable que tu contacto con el detective no sea tan frecuente como el de una pariente de la joven, pero expresar tu preocupación puede ser muy útil para mantener motivado al equipo investigador.

  • Además de establecer contacto con el detective asignado al caso, si eres la madre o una pariente cercana de la joven también deberías comunicarte con la oficina de atención a víctimas de tu condado. Las personas en esta oficina deberían ayudarte a obtener fondos para compensación a víctimas que te ayuden con los gastos funerarios y otros relacionados con la muerte de tu hija, incluyendo servicios de asesoramiento para ti y tu familia. La oficina de atención a víctimas también debe asignarte una defensora de víctimas, quien debería estar dispuesta a responder tus preguntas sobre el proceso de justicia penal, ser capaz de responderlas y ayudarte con cualquier otra dificultad que pudieras estar teniendo como resultado de tu pérdida.

  • Dale al detective toda la información pertinente sobre tu hija, incluso aquélla que le ayude a verla como una persona real. Al mismo tiempo, por muy natural que sea querer proteger la reputación de tu hija, es crucial que le des al agente tanta información como sea posible acerca de su prostitución y los problemas relacionados con ésta. ¡No retengas información!

  • Mantén una libreta de notas con puntos esenciales y nueva información que quieras entregar al detective. Es demasiado fácil olvidar incluso los datos más importantes cuando estás en duelo por haber perdido a una persona querida. Mantén tu libreta contigo en todo momento.

  • Comprende que el detective no está obligado a proporcionarte toda la información sobre los hallazgos de la investigación a medida que ésta avanza. A menudo hay buenas razones por las cuales un detective te oculta cierta información. Con frecuencia hay información crucial que más tarde puede ser utilizada para incriminar a un perpetrador, pero sólo si esa información no está disponible en la comunidad. Al mismo tiempo, un detective de homicidios debería estar anuente a brindarte tanta información como sea posible sin poner en peligro la pesquisa.

  • Aunque el curso de cada investigación de homicidios es diferente según las circunstancias individuales del caso, la investigación del homicidio de una víctima prostituida debería incluir entrevistas minuciosas, seguras y respetuosas a otras prostitutas en el área.

    • Uno de los aspectos más desafortunados de los asesinatos de jóvenes y mujeres prostituidas es que usualmente hay otras prostitutas que conocen al perpetrador y son conscientes de su violencia. Algunas de ellas pueden incluso haber intentado denunciar ante la policía los ataques del perpetrador, pero fueron repelidas por agentes policiales que con demasiada tienen la actitud de “bueno, ¿y qué otra cosa esperas si te dedicas a este oficio?” Algunos asesinos en serie de prostitutas han luego asesinado a muchas otras mujeres porque la policía ignoró las denuncias iniciales de prostitutas que sobrevivieron a los ataques.

      Además, muchas mujeres y niñas prostituidas son renuentes a hablar con la policía por cualquier razón debido al mal trato que han recibido de ésta en el pasado. Si tú o alguna de las amistades de tu hija conocen a otras prostitutas del área, a veces puede ser muy útil hablarles personalmente y pedirles, por la memoria de tu hija, que por favor hablen con la policía si saben algo. Tal vez quieras hacer un volante con la fotografía e historia de tu hija, o pedirle a la policía que lo haga, para poder distribuirlo en el área donde ella fue asesinada. Asegúrate de incluir en el volante el número telefónico del detective asignado al caso.

  • Otra cosa que la policía debería hacer cuando ocurre un asesinato relacionado con prostitución es compararlo con otros casos de homicidios asociados a la prostitución o reportes de personas desaparecidas en las áreas inmediatas y circundantes. Es muy común que quien mata a prostitutas sea un asesino en serie.

  • Si durante la investigación sientes que el detective es irrespetuoso, no tiene interés, muestra prejuicios respecto a tu hija o no está investigando activamente el caso, no vaciles en acudir a niveles más altos para presionar por la investigación apropiada que la muerte de tu hija amerita. Puedes leer sobre diferentes maneras de aplicar tal presión en la Parte 3, sección sobre “Cómo obtener una mejor u óptima respuesta de la policía – Si no obtienes una respuesta satisfactoria”. Recuerda que si las cosas están yendo realmente mal, tienes todo el derecho a exigir que se asigne un nuevo detective al caso. Y otra cosa que no debes olvidar: asegúrate de llevar contigo por lo menos a una persona más cuando quieras presentar una queja o pedir cambios en la manera en que el caso está siendo manejado.
Si la muerte de tu hija no fue declarada un homicidio por las autoridades

Muchas jóvenes prostituidas que mueren en relación con la prostitución fallecen por causas inmediatas que no son un homicidio. Otras causas inmediatas comunes de mortalidad de prostitutas son sobredosis de drogas, enfermedades, suicidios y accidentes. Lamentablemente, con suma frecuencia los médicos forenses y la policía dejan las cosas hasta allí. Sin embargo, muchas de estas muertes deberían ser declaradas homicidios, investigarse como tales y el proxeneta llevado ante la justicia. Podrías o no querer pugnar por ese cambio.

La razón por la cual muchas de las muertes de mujeres prostituidas deberían considerarse como posibles homicidios es que ellas probablemente murieron a consecuencia directa de un delito mayor continuo en su contra. Para comprender mejor esto, imagina que si un hombre está robando un banco a punta de pistola y un cajero sufre un paro cardiaco fatal como resultado del temor que siente por este hecho, al ladrón se le puede culpabilizar, de conformidad con la ley, por la muerte del cajero. El mismo principio legal debería aplicarse a la muerte de tu hija. Si un hombre (o una mujer) está prostituyendo a una persona menor de edad, ese crimen es tan serio como robar un banco. De hecho, es más serio por ser continuo y, como mínimo, involucra violaciones sexuales repetidas contra la niña, además de probables ataques físicos y amenazas.

De modo que, si existen razones para creer que la sobredosis de drogas, el suicidio, la enfermedad o el accidente que mató a tu hija fue resultado de que ella estaba siendo prostituida, no debería haber duda de que su muerte tiene que ser tratada como un homicidio.

La lógica es clara e innegable, pero con demasiada frecuencia queda desdibujada detrás de actitudes muy arraigadas respeto a que una joven prostituida es mala. Y a partir de esas actitudes, la causa de su muerte queda registrada como sobredosis de drogas, suicidio, enfermedad o accidente. La investigación se detendrá allí. El/La proxeneta continuará prostituyendo. Y las chicas seguirán muriendo. A menos que des la batalla y exijas que la muerte de tu hija o persona querida sea considerada un homicidio e investigada como tal.

Estás en medio del duelo. Es una decisión difícil de tomar, y actuar depende de ti. Pero si quieres dar la batalla, aquí te damos algunas sugerencias.

  • Consigue a dos o tres personas con quienes puedas empezar, que comprendan el problema y compartan tu sentido de injusticia respecto a la situación. Siéntate con ellas y escribe un argumento breve, de dos o tres párrafos, acerca de por qué estás pidiendo que las autoridades investiguen la muerte de tu hija como un homicidio e impartan una justicia apropiada. Envía tu declaración al fiscal de distrito y al comisario de policía del condado donde tu hija fue hallada. Pide una reunión con el fiscal de distrito y/o el comisario para ti y tus amistades. Fecha tu declaración y fírmala junto a tus amistades.

  • Haz muchas copias de tu declaración. Envíale una al fiscal de distrito y otra al comisario de policía. Distribuye las demás copias a personas y grupos de la comunidad, así como a medios de comunicación. Es muy probable que con esto obtengas, como mínimo, una respuesta formal.

  • Si no recibes una respuesta inmediata, utiliza la misma
    declaración, o modifícala si así lo quieres, y consigue más firmas. Además de personas individuales de la comunidad, trata de obtener firmas de gente local prominente, como la directora del centro local para atención de crisis por violación, el ministro o la pastora de tu iglesia, un/a concejal/a de tu localidad, etc. Envía de nuevo tu declaración al fiscal de distrito, al comisario de policía y a medios de comunicación. Llama a la prensa y a programas de radio locales. Un lugar muy importante donde puedes distribuir tu declaración y ejercer una fuerte presión sobre el fiscal de distrito son las gradas del edificio del tribunal a la hora del almuerzo. Haz varios cientos de copias de tu declaración y repártelas. Todo el personal del tribunal, agentes de policía, víctimas, abogados/as, jueces y juezas, secretarias/os judiciales, etc., estarán hablando de ella el resto de la semana – y esperando a ver qué hará el fiscal de distrito.

  • De manera similar, si llegas a recibir una respuesta pero el fiscal de distrito o el comisario de policía te dan una razón de por qué no iniciarán, o no pueden iniciar, una investigación de homicidio, probablemente deberías pedirle a una persona de confianza y conocedora que analice la respuesta contigo. Es posible que haya una buena razón legal de por qué las agencias de la ley y el orden no pueden tratar la muerte de tu hija como un homicidio, pero es igualmente posible que la respuesta que te dieron sea sólo una falsa cortina de humo legal para tratar de disuadirte.

  • Continúa adelante hasta donde tú y otras personas quieran llegar.
  • Aun si al final tu lucha no resultara exitosa, con el simple hecho de dar la batalla habrás logrado que muchas personas se detengan a pensar. La lógica de la justicia y la negación de ésta son obvias. Tu hija murió debido a que fue prostituida ¡y el proxeneta debería ser responsabilizado por su muerte! A él, y a otros como él, se les debe exigir cuentas, para que otras niñas y mujeres no sigan muriendo como víctimas de esta perversa empresa criminal. El solo hecho de que la gente piense al respecto ya es un gran logro.

Algunas sugerencias para tratar con los medios de comunicación – Hay otra poderosa institución social con la que podrías estar tratando después de la muerte de tu hija, y es la prensa. Al igual que la policía, la prensa puede tratar la muerte de tu hija en una forma respetuosa e iluminadora; o puede ser cruel, sensacionalista e incluso culpar a tu hija de su propia muerte. Quizás, peor aún, la prensa ignore por completo la muerte de una joven prostituida, descarte su vida con apenas uno o dos párrafos en las últimas páginas de un diario o no la mencione en absoluto.

Hemos visto artículos de prensa que han ocasionado un dolor insoportable a las familias dolientes. En un caso, por ejemplo, una niña de 12 años fue culpabilizada de su propia muerte porque, según el artículo, su estilo de vida era “jugar con fuego”. Ésta era una niña de 12 años que fue encontrada desnuda, estrangulada y abandonada al lado de una carretera. El artículo nunca mencionó que esta niña de 12 años era la proveedora económica de su propio hogar, que con toda responsabilidad y mucho amor cuidaba a su madre mentalmente enferma y era la madre sustituta de su hermana de siete años.

Por otro lado, los medios de comunicación sensibles pueden darle dignidad, importancia y memoria a tu hija. La prensa también puede, y debería, hacer crónicas de acontecimientos significativos en una forma que ilumine a la comunidad. Al informar sobre la muerte de tu hija la prensa puede, en el mejor de los casos, educar a la comunidad acerca de las realidades de la prostitución o, en el peor escenario, reforzar todos los prejuicios y crueldades que ya existen para mantener atrapadas a niñas y mujeres en esta opresión.

En vista de que los medios de comunicación pueden repentinamente ser una presencia potente en tu vida tras la muerte de tu hija, las siguientes son algunas sugerencias básicas que deberían ayudarte a tratar con la prensa y obtener la cobertura que tu hija merece.

  • Si no lo deseas, no tienes que lidiar con los medios después de que tu hija murió. La decisión es tuya. Podrías querer responder o no las preguntas de periodistas. Tal vez quieras o no hacer escuchar tu voz en la comunidad amplia. Podrías querer, o no, corregir prejuicios o errores en la cobertura. No tienes la responsabilidad de responderle a la prensa. O puedes decidir cuándo y con quién quieres hablar.

  • Al igual que con la policía y otras instituciones, la gente de los medios de comunicación tendrá diversas actitudes hacia la muerte de una persona prostituida. Si un/a reportero/a relata una historia sesgada, peyorativa o inexacta sobre la muerte de tu hija, ése no es el fin de la historia. Probablemente en tu área haya otra/o reportera/o que pueda tratar la historia con mucha más sensibilidad. Existen numerosas formas en que puedes cambiar o corregir la impresión que dejó un reportaje mal relatado y más adelante las describimos. El punto principal aquí es que no te dejes descorazonar por una historia prejuiciada.

  • Si recibes una llamada inesperada de un/a reportero/a, a menudo es buena idea preguntarle si podría llamarte de vuelta cinco minutos después. De esta manera podrás organizar tus pensamientos. Toma una hoja de papel y escribe los tres puntos principales que quieres abordar. Cuando esta persona te llame de nuevo, independientemente de las preguntas que te haga, puedes regresar a tus tres puntos principales. Esto te ayuda a mantenerte en control de tu propia voz y crea una mejor oportunidad de que sean tus pensamientos los que se transmitan.

    • Antes de concluir la llamada con el/la reportero/a, siempre pídele su nombre y número de teléfono. No vaciles en llamarle de vuelta para darle información adicional o si hubiera alguna cosa más que quisieras decir.

  • Otra manera de comunicar tu punto de vista es sugerirle al reportero o la reportera los nombres de otras personas con quienes puede hablar: una amistad de infancia de tu hija, un/a docente, un/a especialista en prostitución que sea sensible, los números telefónicos de las líneas de ayuda que figuran en la Parte 2... cualquier persona cuya voz pueda ayudar al público a sensibilizarse y comprender mejor lo que le ocurrió a tu hija y por qué.
  • Si la prensa publica o transmite un reportaje sesgado o inexacto sobre la muerte de tu hija, éstas son cuatro formas en que puedes corregirlo:

    1. Si estás respondiendo a un medio impreso, una de las maneras más eficaces para dar a conocer tu opinión es escribir una carta al editor o a voces de lectores. La ventaja de esta carta es que tienes control total del mensaje, siempre y cuando te mantengas dentro del límite de palabras requerido por el medio. Otra ventaja de una carta al editor o a voces de lectores es que ésta es una de las páginas más leídas del periódico. Si se te dificulta organizar tus pensamientos, lo cual es muy común cuando estás en duelo, pídele a una amiga o un amigo que se siente contigo y te ayude a escribir la carta.

    2. Puedes llamar al editor o la editora del medio de comunicación y explicarle brevemente por qué estás molesta con el reportaje. Luego dile que aquí hay una historia importante que no fue relatada y debería serlo. Es crucial que la comunidad comprenda lo que les ocurre a tantas jóvenes en el ejercicio de la prostitución. Dile al editor o la editora que te gustaría contar la historia de lo que realmente le sucedió a tu hija.

    3. Puedes mostrar el artículo o reportaje a una activista por los derechos de las mujeres, a una defensora de mujeres en crisis por violación y/u otra defensora de víctimas y preguntarles si estarían anuentes a protestar públicamente contra el reportaje.

    4. Puedes escribir tu propio artículo, o un esbozo de éste, y contar la historia de la manera en que crees que debería ser relatada. Luego entrégalo al editor o la editora de tu medio local, ya sea para publicarlo o motivar a la gente del medio a que desarrolle por sí misma la historia.

  • Si el medio quiere elaborar una historia a fondo de lo que le ocurrió a tu hija, programa la entrevista para el momento que te resulte más conveniente. Date suficiente tiempo de anticipación para poder organizar tus pensamientos; escribir una lista de otras personas y especialistas que puedan hablar con el/la reportero/a; juntar fotografías y documentos pertinentes, así como hacer arreglos para que una buena amiga te acompañe durante la entrevista.

  • Si te sientes incómoda respecto a tratar con la prensa, pero al mismo tiempo quieres relatar la historia de tu hija, hay otras maneras de hacerlo. Puedes hablar con grupos de jóvenes y eclesiásticos, en reuniones del concejo municipal, en Internet y otros sitios. Decir la verdad acerca de la historia de tu hija abrirá los ojos de la gente. Tu hija no habrá muerto en vano.

Para más sugerencias sobre el trato con la prensa, ver “Consejos para tratar con los medios”.

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Traduccion por Laura E. Asturias / Guatemala

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