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Para las mujeres afectadas por el huracán Katrina y otros desastres
Protección contra violencia hacia mujeres, niñas y niños

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Lo que otras personas pueden hacer
Mujeres y Desastres

Luego de un desastre natural, a menudo hay un marcado aumento en la violencia contra mujeres, niñas y niños, sobre todo contra quienes han perdido sus hogares y están viviendo en refugios llenos de gente. En especial riesgo se encuentran chicas adolescentes y mujeres jóvenes, como también niñas y niños que han sido separados.

Además, después de los desastres naturales los hombres tienden a asumir el mando. La participación de las mujeres a menudo es reprimida más de lo usual. Sin embargo, para que toda la gente se recupere en forma saludable tras una calamidad, es esencial que en cada paso del camino las voces de las mujeres sean escuchadas en la toma de decisiones. (Toda esta información proviene de estudios sobre desastres naturales tanto en los Estados Unidos como en otras partes del mundo.)

Lo que tú y otras personas pueden hacer

  1. Forma un pequeño pero fuerte grupo de apoyo con las mujeres a tu alrededor. Tres o cuatro mujeres juntas hacen un equipo sólido y eficiente. Cuéntense sus historias, sus necesidades y esperanzas. Tomen turnos para cuidar a hijas e hijos de unas y otras y hagan tareas adicionales, para que cada una pueda descansar. Vayan juntas y bríndense apoyo mutuo cuando una o todas necesiten presentar una queja, reportar abusos, solicitar cambios en las reglas, obtener ayuda médica, unirse a comités o satisfacer otras necesidades de emergencia. Aun si todavía no hubieras formado un grupo, siempre trata de encontrar otras mujeres que te acompañen en estos momentos importantes.

  2. Habla con calma y frecuentemente con tus hijas e hijos sobre los riesgos de sufrir abusos. Infórmales con serenidad para no aumentar sus temores. Diles que es importante que te cuenten de inmediato si alguien intenta tocarles en forma inapropiada, si una persona trata de estar sola con ellas/os, si les propone tratos, pretende entablar amistad con insistencia o les molesta. Pregúntales sobre regalos inexplicables, ausencias prolongadas y nuevas relaciones. Verifica cualquier oferta de empleo que tus adolescentes pudieran recibir. Además, siempre se debe acompañar a niñas, niños y adolescentes cuando vayan al baño mientras estén en el refugio, porque en esos lugares pueden merodear hombres abusadores.

  3. Reporta cualquier episodio de violencia o abuso contra ti o tus hijas e hijos. Para tu recuperación, la de tus niñas/os y de toda la comunidad, es crucial que las mujeres estén seguras, se sientan fuertes, sin temor ni hostigamiento. Tú eres una parte vital del esfuerzo de recuperación. Recuerda también que si alguien abusó de ti, esa persona continuará abusando de otras mujeres, niñas o niños hasta que se le detenga. ¡Así que reporta el abuso! Si algún/a trabajador/a de asistencia no te toma en serio, acude a otro/a hasta que obtengas la ayuda que mereces. Escribe tu queja. Hazte acompañar de por lo menos una mujer más cuando vayas a presentar la queja.

    Los tipos de violencia que pueden ocurrir son violencia doméstica, abuso infantil, prostitución, tráfico sexual y, sobre todo, mayor violencia y acoso sexuales. Presta un especial cuidado a verificar todas las ofertas de trabajo antes de ir a un lugar desconocido. Los traficantes sexuales a menudo merodean cerca de personas sin hogar o desplazadas.

  4. Si no estás siendo escuchada, ¡escríbelo! ¡Habla con la persona que está a cargo! ¡Acude a la prensa! No permitas que nadie meta bajo la alfombra tus necesidades e ideas. Aquí te sugerimos algunas maneras en que tú y otras mujeres pueden ejercer presión cuando sea necesario. Pídele papel a un/a trabajador/a de asistencia. Escribe tus necesidades o ideas en una página. Si puedes, haz que otras mujeres la firmen contigo. Averigua quién está a cargo. No vaciles en ir hasta el nivel más alto. Y recuerda que a tu alrededor hay periodistas. Habla con la prensa. Tu voz debe ser escuchada.

  5. Organiza y ayuda a otras mujeres. Es posible que en este momento te sientas demasiado abrumada como para acercarte a otras. Está bien. Pero en algún punto podrías descubrir que acercarte a otras personas puede ayudar a que te sientas más en control y aclarar tu mente. Pregúntales a otras mujeres cuáles son sus necesidades. Levántales el ánimo. Ayúdalas a formar un grupo, a lograr que sus voces sean escuchadas, sus necesidades satisfechas y sus pérdidas consoladas.
Se autoriza copiar y distribuir esta información siempre y cuando el crédito y el texto se mantengan intactos.
Reservados © todos los derechos, Marie De Santis,
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Traduccion por Laura E. Asturias / Guatemala tertulia@intelnett.com

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