11 de septiembre de
2000
Fiscal General Bill
Lockyer
Oficina del Fiscal General de California
Sacramento, CA
Señor Fiscal General
Bill Lockyer,
Esta carta tiene el
propósito de solicitar su oportuna intervención en una situación
que consideramos ha llegado a un punto en el cual solamente usted
tiene el poder de hacer las enmiendas correspondientes.
El 21 de julio del
presente año, una mujer hispana, soltera y madre de tres niños,
se presentó a nuestra oficina con múltiples lastimaduras, abrasiones
y hinchazones en su cuerpo. Éstas, según nos relató, habían sido
provocadas la noche anterior en una golpiza que le propinó un
oficial de policía de Santa Rosa en servicio. (Ver la relación
de eventos adjunta.)
Dado
que nos pareció que tanto la mujer como su historia tenían mucha
credibilidad, fuimos con ella el mismo 21 de julio a la oficina
del Fiscal de Distrito del condado de Sonoma para asentar un informe
criminal. Después de mucha resistencia, en esa oficina accedieron
a tomar fotografías de las lastimaduras de la mujer. Sin embargo,
en ese momento y en los días siguientes se rehusaron a abrir un
expediente, se negaron a tomar una declaración formal de la mujer
y se rehusaron a investigar. Asimismo, en los días siguientes
la Policía de Santa Rosa envió a la oficina del Fiscal de Distrito
un reporte que indicaba que la mujer se había resistido a ser
arrestada. Esa oficina envió el reporte de vuelta a la Policía
para mayor investigación, pero ningún cargo ha sido presentado.
A principios de agosto,
tras dos semanas de continuo rechazo de parte del Fiscal de Distrito
a nuestras solicitudes de asentar un informe criminal contra el
agente policial, el Fiscal de Distrito envió las fotografías y
notas preliminares a nuestra oficina, en el entendido de que la
oficina que usted dirige investigaría el caso contra el agente
de policía. A pesar de que ha transcurrido más de un mes desde
que el caso fue remitido a su oficina, aún no se ha asignado ningún
investigador para éste; tampoco se ha obtenido una declaración
formal de la víctima, no se ha fijado una fecha para obtener tal
declaración, ni se le ha asignado un número al caso. El abogado
de su oficina, Jeff Lauter, continúa diciéndonos que no puede
encontrar un investigador que se haga cargo del caso. Sin embargo,
dado que más de un mes ha transcurrido, esto nos resulta cada
vez más difícil de creer.
Si, de hecho, la Policía
en California no está por encima de la ley, creemos que la mujer
agredida tiene todo el derecho a presentar oportunamente un informe
criminal y a que su caso sea plenamente investigado, como ocurre
con cualquier otro tipo de agresión que tenga como resultado lastimaduras
de consideración. En vista de que ahora han transcurrido seis
semanas desde que el incidente sucedió y a ella no se le ha concedido
ese derecho, solicitamos urgentemente que usted intervenga en
forma inmediata para asegurar que un investigador de su oficina
obtenga la declaración de la mujer, así como declaraciones completas
de los testigos, y siga todas las pistas en el caso.
Gracias por su atención.
Atentamente,
Marie De Santis
Directora
La
historia de Teresa
El 21 de julio del
2000, una mujer hispana, soltera y madre de tres niños, acudió
a nuestra oficina en condiciones lamentables. Sus movimientos
eran lentos y denotaban dolor, tras una reciente golpiza, y su
brazo colgaba de su hombro con una venda. Teresa nos dijo que
el día anterior había sido agredida por un oficial de policía.
.
Según Teresa nos relató,
al volver del trabajo a su casa la noche anterior ella había encontrado
a la policía en su patio trasero y a su hijo adolescente esposado.
Se le informó que la policía creía que un amigo de su hijo había
ocultado una bicicleta robada en esa casa. Teresa dice que le
preguntó al oficial, en su escaso inglés, si él tenía papeles
que lo autorizaran a estar en su casa. El oficial le pidió que
esperara afuera del patio. Ella le preguntó de nuevo si tenía
papeles que le permitieran estar en su casa. De nuevo, el oficial
ignoró su pregunta. Por el contrario, le dijo, "Usted está arrestada".
Dice Teresa que luego le preguntó una vez más al oficial si tenía
permiso para estar en su casa.
Según Teresa, sin ninguna
otra provocación el oficial la agarró y la empujó contra una verja
y un aparato para ejercicios. Luego la haló hacia él y la lanzó
de nuevo contra la verja y el equipo, pateándola cuando ella caía
contra la verja. Después volvió a levantarla, la haló hacia él
y nuevamente la lanzó contra la verja y el equipo. Esta vez, dice
Teresa, ella cayó al suelo; él se agachó, le agarró el brazo y
se lo dobló hasta provocarle un dolor intenso. En ese momento,
una agente de policía que se encontraba en la escena le gritó
al oficial, "Para, para".
Según Teresa, el oficial
luego la levantó y se la entregó a la agente. Ésta la condujo
al hospital, donde sus lastimaduras fueron tratadas. En nuestra
oficina (al día siguiente) pudimos observar los múltiples y grandes
moretones y abrasiones que se extendían desde los hombros de Teresa
hasta su espalda y sus glúteos. También tenía cortadas y contusiones
en su codo y sus manos, y uno de sus brazos colgaba del hombro
con una venda.
Marie De Santis
Directora
Centro de Justicia para Mujeres
250 Santa Rosa, CA 95407
(707) 575-3150
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