Una
victoria laboral del 12 de octubre del 2004 para oficiales
de libertad condicional del condado de Sonoma les libera
de la 'esclavitud de las traducciones' y envía un
abrupto llamado de alerta a cada funcionario público.
Durante
décadas, los funcionarios de los condados han cerrado
sus ojos frente a la creciente población latina en
cada condado y se han tapado las orejas para no escuchar
los pedidos de ayuda de su propio personal bilingüe.
La victoria legal del 12 de octubre afirma el derecho de
las y los oficiales a optar por no recibir el pago adicional
o bono para traducciones y a dejar de traducir a solicitud.
Sin duda alguna, esta victoria enviará fuertes oleadas
a través de otras agencias públicas, donde
el descontento entre el personal bilingüe ha estado
aumentando por años.
En
el Centro de Justicia para Mujeres, donde observamos que
nuestras clientas ven impedido su acceso a servicios de
emergencia debido a la negativa de las agencias de todo
nivel a eliminar apropiadamente la barrera del lenguaje,
esperamos que esta victoria por fin fuerce al condado a
cumplir sus obligaciones legales hacia la comunidad que
no habla inglés - no explotando a un par de oficiales
bilingües que lo manejan todo, ni con el continuo desdén
de fingir que el problema no existe, sino creando por fin
la infraestructura bilingüe de servicios integrales
y completos que la ley exige.
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En
una disputa laboral que ha aumentado marcadamente en el
último año, oficiales de libertad condicional
del condado de Sonoma afirman sentirse "abrumados"
por las crecientes demandas diarias de traducir más
allá de sus propias asignaciones de casos. La situación
es tal que, según dicen, no pueden ocuparse de sus
propios trabajos pues deben traducir en los casos del resto
de oficiales, como también para el personal de oficina.
De
107 oficiales de libertad condicional juramentados en el
condado de Sonoma, sólo cuatro están certificados
como bilingües. Esto es absurdamente incongruente con
nuestra población local, donde -de acuerdo con el
Censo 2000 de los Estados Unidos- en uno de cada cinco hogares
del condado se habla español. Al igual que la mayoría
de agencias públicas en este condado, el Departamento
de Libertad Condicional ha delegado en unos pocos oficiales
bilingües la carga de satisfacer las necesidades de
traducción.
Acuerdo
de arreglo pone fin a la esclavitud
de las traducciones
El
caso al que nos referimos empezó a empeorar hace
un año, durante el otoño, cuando la Asociación
de Oficiales de las Fuerzas de Seguridad del condado de
Sonoma, que representa a las y los oficiales bilingües,
se reunió con administradores de libertad condicional
para transmitirles las quejas de las y los oficiales en
el sentido de que eran abrumadoras las demandas de traducción
que se les imponían. Los administradores prometieron
reunirse con las y los oficiales, pero nunca lo hicieron.
En
los meses siguientes, los administradores de libertad condicional
continuaron ignorando las preocupaciones de las y los oficiales,
como también sus sugerencias para un mejor manejo
de las necesidades de traducción. El pasado febrero,
la situación de las y los oficiales llegó
a un punto insoportable. Así, firmaron una carta
conjunta dirigida a la directora del Departamento de Libertad
Condicional, Cora Guy, dándole un aviso con 30 días
de anticipación en el cual renunciaban a su pago
adicional por servicios de traducción (de $.95 por
hora) e informándole que ya no traducirían
a solicitud. La directora les escribió de vuelta
ordenándoles continuar traduciendo - o enfrentarse
a acciones disciplinarias que podrían incluir hasta
el despido.
Fue
después de esta abierta negativa de la directora
que las y los oficiales bilingües, a través
de su asociación, presentaron una queja por prácticas
laborales injustas ante la Junta de Relaciones Laborales
Públicas del estado de California, contra Cora Guy
y otros administradores del condado.
El
12 de octubre del 2004, en respuesta a la revisión
por la junta laboral, la cónsul y directora de Libertad
Condicional del condado de Sonoma, Cora Guy, firmó
un acuerdo de arreglo en el que se afirma el derecho de
los oficiales bilingües a rehusarse a participar en
programas de pago adicional para traducción que les
obligan a traducir a solicitud. Aunque las y los oficiales
aún deberán traducir la hora de la devolución
de una llamada o la hora de una cita para personas que no
hablan inglés, ya no se les podrá sacar de
su propio trabajo, contra su voluntad, ni ordenárseles
traducir para otros en "asuntos y explicaciones sustantivos
o procedimentales".
La
ignorancia en el condado de Sonoma
El
problema general radica en una mera "ignorancia"
del condado, afirma Shawn Dufosee, presidenta de la Asociación
de Oficiales de las Fuerzas de Seguridad del condado de
Sonoma, que representa a los oficiales en cuestión;
"ignorancia" del condado acerca de las realidades
de su propia población local, de sus obligaciones
legales hacia las personas cuyo dominio del inglés
es limitado y de cómo tratar apropiadamente a su
personal bilingüe. La opinión de Dufosee es
compartida por Carolyn López, representante del capítulo
local 707 de la SEIU (Sindicato Internacional de Trabajadores
de Servicios), que representa a aproximadamente 2,000 empleadas
y empleados estatales en los campos de salud y servicios
humanos. Según López, los administradores
del condado hablan de la necesidad de intérpretes,
"Hablan y hablan y siguen hablando de eso...".
Y afirma que la forma en que hablan al respecto es "como
si fuera una molestia".
La
SEIU ha estado involucrada en una disputa paralela con el
condado por demandas injustas de traducción a sus
trabajadores. Hace más de un año, en septiembre
del 2003, como parte de las negociaciones contractuales
la SEIU ganó un acuerdo según el cual el condado
establecería un comité bilingüe, a nivel
de todo el condado, para atender las preocupaciones de las
y los trabajadores bilingües.
Cada
mañana, dice Dufosee, un trabajador o trabajadora
bilingüe va a su empleo y luego, en forma rápida
e impredecible, se le hala de un lado a otro a lo largo
del día -cada día- a fin de que haga interpretación
en los casos de sus colegas y para el personal de oficina.
Al igual que la mayoría del personal bilingüe,
las y los oficiales de libertad condicional se ven atrapados
entre, por un lado, la necesidad de librarse de demandas
laborales abusivas y, por el otro, el deseo de ayudar a
una población latina que no recibe suficiente atención.
Este personal bilingüe es, en su mayoría, latino.
Han tratado de manejar el conflicto, pero el abuso de parte
del condado llegó a tal extremo que las y los oficiales
concluyeron que no estaban ayudando ni al público
ni a sí mismos(as) al seguir tolerando la situación.
"A
estos(as) oficiales se les contrató como oficiales
de libertad condicional", dice Dufosee. "No son
traductores ni personal de oficina. Quieren volver a realizar
el trabajo de oficiales de libertad condicional que el público
les paga por hacer". A fin de enfatizar los extremos
del abuso, tanto Dufosee en las fuerzas de seguridad como
López en salud y servicios humanos dicen que saben
de oficiales y personal plenamente bilingües que han
decidido "no declarar que son bilingües"
para así evitar el rampante abuso que el condado
hace de las habilidades bilingües de sus colegas.
Un
problema que se ha cocinado por mucho tiempo
Aunque
el acuerdo de arreglo del 12 de octubre con oficiales de
libertad condicional constituye la primera vez que las y
los oficiales del condado ganan una batalla legal para librarse
de la obligación de traducir a demanda, no es la
primera ocasión en que su sobrecarga de trabajo por
estas exigencias se ha convertido en una abierta protesta.
En 1995, cuando el subcomisario del condado de Sonoma Frank
Trejo fue acribillado y asesinado, por lo menos 25 de las
personas que habrían presenciado la balacera sólo
hablaban español. Tuvieron que ser entrevistadas
y grabadas, y luego las entrevistas grabadas en español
debieron ser traducidas al inglés y transcritas.
Oficiales
bilingües de todo el condado de Sonoma y fuera de éste
fueron sacados de sus propios empleos y presionados a realizar
esas tareas. Muchos meses después, algunos de estos
oficiales bilingües aún pasaban días
enteros traduciendo y transcribiendo las entrevistas grabadas.
Algunos protestaron vehementemente porque la traducción
y transcripción de grabaciones no figuraban en su
descripción de puesto, y al menos uno de estos oficiales
bilingües renunció a su empleo en señal
de protesta.
¿Ignorancia
o desdén?
De
hecho, la lucha de las y los oficiales bilingües se
da luego de más de una década de intentos
por parte de la comunidad para presionar a los funcionarios
públicos a que atiendan de manera apropiada las necesidades
de traducción. La fractura este año en el
Departamento de Libertad Condicional es apenas una de las
actuales indicaciones de que la respuesta 'ignorante' de
nuestro condado a la población latina más
bien debería ser caracterizada como un flagrante
desdén.
El
27 de octubre, el Press Democrat reportó sobre la
completa destrucción de las y los oficiales de educación
en el año de vida de los programas de educación
bilingüe de Santa Rosa. Y el 28 de octubre el mismo
diario informó acerca de una reunión de 260
personas latinas en Windsor, quienes protestaban debido
a los constantes malos tratos que reciben de agentes de
la Oficina del Alguacil que patrullan el área.
En
respuesta a nuestras preguntas, a principios de noviembre,
sobre los avances hacia un remedio, el subjefe de Libertad
Condicional, Bob Ochs, dice: "No sé si tenemos
planes específicos. Siempre estamos buscando maneras
de servir mejor al público".
Este
tipo de desdén por parte de administradores del condado
ilustra a cabalidad por qué las necesidades de traducción
en Sonoma se encuentran en un punto de quiebre.