Poco importa
a cuál parte del mundo dirijamos nuestra mirada.
Las luchas por poner fin a la violencia contra las mujeres
cuentan con voces valientes pero, como tristemente se
evidencia, los remedios siguen estando fuera de alcance.
La violencia contra las mujeres continúa rampante.
En algunos
países, los asesinatos de mujeres están
aumentando a un ritmo tan escalofriante que el terror
que provocan amenaza con destrozar los avances de las
mujeres en todos los frentes. En Guatemala, por ejemplo,
60 fueron asesinadas en el año 2000, mientras que
la cifra aumentó a 624 en el 2005. En otros lugares,
como Ciudad Juárez en México, una década
de esfuerzos locales e internacionales encaminados a detener
los asesinatos de mujeres ha dejado al descubierto varias
consecuencias perturbadoras.
Necesitamos
nuevas estrategias; nuevas formas en que quienes trabajamos
para erradicar la violencia contra las mujeres podamos
unir fuerzas a través de las fronteras; maneras
innovadoras de aprovechar las nuevas tecnologías
y cambiar las tendencias políticas; nuevas formas
de escuchar. En suma, el inicio del nuevo año parece
ser un buen momento para una lluvia de ideas. Aquí
ofrecemos algunas de nuestras propias reflexiones. Y quisiéramos
saber cuáles son las tuyas. Cuando las conozcamos,
las pondremos en el tablón para lluvia de ideas
en nuestro sitio.
Una mirada
a Guatemala y Juárez
En
Guatemala, un país del tamaño del estado
de Tennessee, la cantidad de asesinatos de mujeres en
el 2005 ascendió a 624. Esto representó
un marcado incremento en los 527 feminicidios ocurridos
en el 2004, lo que a la vez fue un drástico aumento
respecto del año previo, cuando 383 mujeres fueron
asesinadas. Por muy desmoralizadoras que estas cifras
sean, existe una estadística aún más
apabullante: de los más de 2,200 asesinatos de
mujeres guatemaltecas en los últimos cinco años,
las autoridades en Guatemala han logrado conseguir una
sola sentencia.
Esta dramática
situación para las mujeres guatemaltecas y la total
incapacidad de los funcionarios para responder a ella
han sido destacadas en los últimos dos años
por grupos tanto de mujeres en Guatemala como internacionales
de derechos humanos. (Ver:
Enlaces a Juárez y más allá).
Un resultado significativo ha sido la creación,
en Guatemala, de unidades policiales y fiscales especializadas
para investigar los asesinatos de mujeres. Pero la unidad
policial, de acuerdo a un informe de Amnistía Internacional
de junio 2005, contaba sólo con un teléfono
celular y una computadora. En su mayoría, las investigaciones
son profundamente inadecuadas. Es por ello que hasta la
fecha se ha dado apenas una sentencia en los más
de 2,200 asesinatos de mujeres en ese país.
En Ciudad Juárez,
México, donde ahora ha habido más de una
década de presión internacional para que
las autoridades remedien una trayectoria similar de impunidad
en los asesinatos de mujeres, los resultados están
lejos de ser alentadores. Existe una continua ocurrencia
de asesinatos, así como el alarmante surgimiento
de lo que voces críticas locales han llamado 'un
segundo ciclo de injusticia'. Un artículo del diario
New York Times, publicado el 26 de septiembre del 2005,
resume lo que las activistas locales han estado denunciando
durante años. En respuesta a la presión
local e internacional, las autoridades mexicanas simplemente
se han embarcado en años de fabricación
de casos al por mayor: arrestos de hombres inocentes,
falsificación de pruebas, tortura contra hombres
a fin de obligarlos a confesar y la subsiguiente sentencia
de éstos.
A estas alturas,
aun los funcionarios mexicanos de más alto nivel,
incluida la oficina del presidente Vicente Fox, han tenido
que admitir la verdad de las acusaciones. Están
empezando desde cero, dicen los altos funcionarios, y
reabriendo más de cien casos. Sin embargo, como
el diario señala, "...virtualmente toda la
gente coincide en que los problemas que rodean a las investigaciones
son profundos y están lejos de ser solucionados".
Se ha descubierto que un pésimo manejo de los casos,
corrupción y abusos de poder alcanzan los niveles
más altos y que en ello están implicados
el ex fiscal del estado y el anterior jefe de la policía
estatal.
Más
aún, afirma el artículo del New York
Times, "...hay cada vez más indicios de
que los asesinatos al estilo seriado se han difundido
a otras ciudades". Es difícil decir si estos
asesinatos de mujeres de hecho se están difundiendo
a otros lugares o si ahora otras ciudades han empezado
a reconocer el alcance de la matanza. Lo que sí
es cierto es que el aumento en los casos de violencia
contra las mujeres en los países en desarrollo
representa, al menos en parte, una violenta represión
de los esfuerzos de las mujeres por avanzar. Y que la
urgencia de que todas nosotras creemos remedios efectivos
no es algo que debamos hacer sólo en nombre de
las víctimas individuales, sino a favor de la libertad
de todas las mujeres.
¿Y
ahora qué?
Es
relativamente fácil plantearnos preguntas. Conforme
las organizaciones internacionales de derechos humanos
van teniendo éxito en presionar a los funcionarios
gubernamentales, ¿qué podemos hacer quienes
trabajamos en el combate a la violencia contra las mujeres
para fortalecer los esfuerzos de las víctimas,
sus familias, defensoras/es e investigadoras/es? ¿En
cuáles formas pueden defensoras/es, detectives
y fiscales unir fuerzas a través de las fronteras?
¿Cómo facilitamos y presionamos para que
haya investigaciones basadas en pruebas, sin desatar tácticas
negativas de la policía?
He aquí
algunas de nuestras primeras reflexiones.
Traducir
al español y colocar en Internet los protocolos
de investigación para asesinatos, personas desaparecidas,
violencia sexual, medicina forense, violencia doméstica,
tráfico sexual y más
Al
hacer una búsqueda en Google de protocolos de investigación
en idioma español, encontré sólo
uno, un protocolo de medicina forense escondido en un
documento de las Naciones Unidas. En inglés existen
tantos protocolos de las fuerzas de seguridad y guías
de campo para todos estos crímenes y especialidades.
Hacer traducir los mejores de estos instrumentos y colocarlos
en Internet los pondría de inmediato al alcance
de cada agente de la ley y el orden en el mundo hispanohablante
que desee hacer bien su trabajo. La lógica procedimental
para la investigación de crímenes es la
misma en todo el mundo. Estos protocolos requieren un
mínimo de adaptación para personas usuarias
a fin de incorporarles variaciones de la ley.
Sin duda alguna,
la deficiente respuesta de las autoridades a la violencia
contra las mujeres se deriva, en gran medida, de la falta
de voluntad, el sexismo y, como toda defensora local afirma,
de una descarada complicidad de los funcionarios en lo
que se refiere a la violencia contra las mujeres. Sin
embargo, al igual que en todos lados, indudablemente también
hay funcionarias/os que desean hacer bien su trabajo pero
que carecen de las herramientas. No deberían tener
que reinventar la rueda.
Entre los mejores
protocolos en idioma inglés que de inmediato vienen
a la mente está uno clásico, Practical
Homicide Investigation, Checklist and Field Guide (Guía
Práctica para la Investigación de Asesinatos,
Lista de Asuntos y Guía de Campo), por Vernon Geberth,
que ciertamente tiene derechos de autor y cuya traducción
requiere permiso. También está el excelente
manual de capacitación de Joan Archambault para
investigar violaciones sexuales cometidas por conocidos,
el cual ya se encuentra en línea, en inglés,
en http://www.evawintl.org/ncwp.htm.
Y ya son de dominio público muchos otros protocolos,
referidos a todos los temas relevantes, que han sido probados
a lo largo del tiempo.
Los beneficios
de poner estos protocolos a disposición de todos
los continentes van mucho más allá de simplemente
proporcionar a la policía en América Latina
los medios para responder en forma apropiada a la presión.
Brindan a las víctimas, sus defensoras/es y las
comunidades los medios que les permitan evaluar con mayor
exactitud la respuesta de su policía y presionar
por cambios de manera más efectiva.
Detectives
sin Fronteras, Forenses sin Fronteras, Defensoras/es sin
Fronteras
El
concepto de una organización del tipo de Detectives
sin Fronteras plantea algunas dificultades singulares
que no enfrentan otras bien conocidas como Médicos
sin Fronteras o Reporteros sin Fronteras. A diferencia
de la medicina y el periodismo, las misiones relacionadas
con la ley y el orden son intrínseca y ferozmente
jurisdiccionales. En la última década, agentes
de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de los
Estados Unidos visitaron Ciudad Juárez a fin de
ayudar a resolver los casos de feminicidio allí
ocurridos. Aunque ninguno de los lados ha dicho mucho
públicamente sobre los problemas que surgieron,
no se necesita una gran imaginación para comprender
las fricciones que impidieron que este esfuerzo fuera
un éxito.
Aun así,
debe haber una ilimitada cantidad de formas en que agentes
individuales a nivel comunitario pueden ayudar más
informalmente a través de las fronteras sin machucar
colas. Por ejemplo, según el informe de Amnistía
Internacional, la policía de Guatemala carece de
una base de datos de personas desaparecidas. Parece ridículo
que las autoridades guatemaltecas deban invertir en el
tiempo, ensayo y error de determinar la mejor manera en
que podrían crear una base de datos de personas
desaparecidas, cuando esas bases hace mucho tiempo fueron
perfeccionadas en los Estados Unidos. Un/a agente bilingüe
estadounidense probablemente podría seleccionar
la mejor de ellas y prepararla, en cuestión de
días, de modo que satisfaga las necesidades de
las y los agentes en Guatemala. Las fuerzas policiales
guatemaltecas tampoco tienen un laboratorio forense nacional.
Sin duda alguna, hay un amplio campo para colaborar también
en esa necesidad y en muchas otras, tanto a través
de Internet como yendo a ese país o creando una
plataforma cibernética de Detectives sin Fronteras.
¿Y respecto
a Defensoras/es sin Fronteras? ¿Cómo sería
empezar con una lista electrónica sobre violencia
contra las mujeres, con servicio remunerado de traducción
- tres o cuatro horas por semana - para que todos los
mensajes fueran recibidos en inglés y español?
El propósito de la lista sería únicamente
reunir a defensoras/es de muchos países donde se
hablan ambos idiomas, a fin de pensar en posibilidades
e iniciar otros proyectos de Defensoras/es sin Fronteras?
Biblioteca
de afiches, gráficas y anuncios de campañas,
todo descargable
¿No
sería genial contar con un sitio en Internet al
que pudiéramos entrar para encontrar una gran variedad
de afiches, fotografías, gráficas, materiales
publicitarios de campañas y cuñas para radio
y televisión cuyo tema sea la erradicación
de la violencia contra las mujeres? Todo esto recopilado
desde los diversos continentes, catalogado y formateado
de manera experta para una fácil descarga. En español
y/o en inglés. Hace unas semanas encontramos un
artículo en línea sobre las vallas publicitarias
de la campaña brasileña contra el turismo
sexual infantil. El texto contenía fotografías
de las potentes imágenes de las vallas. Imaginemos
si el trabajo artístico y los conceptos de esta
campaña, y de muchas otras, estuvieran disponibles
en Internet en formato descargable para uso de toda la
gente.
Necesidades
materiales focalizadas, como teléfonos celulares
para las víctimas, familiares de víctimas
y defensoras/es
Los
teléfonos celulares en los países desarrollados
son un juguete más. Pero en los países pobres,
donde las mujeres y sus familias suelen vivir aisladas,
con un terrible servicio de transporte y sin teléfonos,
un celular es un portal de amplio alcance, no sólo
al mundo de la ayuda sino también para la independencia
y el comercio. Aun los países más pobres,
como Guatemala, cuentan ahora con una extensa cobertura
celular. Asegurar que las/os defensoras/es en los países
en desarrollo tengan pilas de teléfonos celulares
en óptimo estado para entregarlos a cada víctima,
o a familiares de las víctimas, es sólo
una de las campañas que defensoras/es en las naciones
desarrolladas podrían emprender. ¿Cuáles
serían otras iniciativas?
Éstas
son sólo algunas ideas iniciales.
¿Cuáles son las tuyas?