Women's Justice Center, Centro de Justicia Para Mujeres
Home, Pagina Principal, About, Sobre Nosotras, Funding, financiamient
DONATE NOW!
 
What's New What's New, Que Hay de Nuevo
 
Help. Ayuda
 
The Maria Teresa Macias Case, El Caso de Maria Teresa Macias
 
Criminal Justice, Justicia Criminal
 
 
Women in Policing, Mujeres Policia
 
Guest Book, Lobro de Vistantes
 
Workshops / Talleres
 
jContact Us, Contactanos
 

 

 

Que hay de nuevo?

Regresar al indice que hay de nuevo

¿UN ASESINO EN SERIE?

Laura E. Asturias
Diario Siglo Veintiuno
(Guatemala), 21-X-2000

on ya 39, según informaciones de prensa, las mujeres asesinadas este año, varias de ellas presentando indicios de violación y de haber sido ejecutadas con el tiro de gracia. Una nota del 14 de octubre publicada en este diario señala que "en esos casos, la Policía Nacional Civil relaciona los crímenes con venganzas personales" y agrega que, a raíz de ocho hallazgos registrados en un área de la Zona 4 de Mixco, "las autoridades han empezado a sospechar de la existencia de un asesino en serie que opera por ese sector".

asan los años y nada cambia. No hablo sólo de la violencia masculina que se cierne sobre las mujeres y cabalga descontrolada pues nuestras demandas caen siempre en los oídos sordos de las autoridades y de comunes mortales. Me refiero a ese cuento que persisten en hacernos tragar: que el infame tiro de gracia y muchas fatalidades que tienen como centro a las mujeres podrían ser evidencias de crímenes pasionales, de venganzas personales.

Si las autoridades creen que existe un asesino en serie, se equivocan al especular acerca de sus motivaciones para matar. Hablar de "venganzas personales" alude a una relación previa entre víctima y verdugo, pero un asesino en serie no suele sostener relaciones personales con sus víctimas, sino las selecciona minuciosamente basándose en determinados factores. Uno de éstos no es que la víctima sea conocida para él, menos aún que medie una relación entre ambos. Esa especulación oficial sólo sirve para luego alegar que fue un crimen pasional y así desvirtuar su importancia y engavetar el caso.

cerca de la víctima número 39, que se cree tenía entre 10 y 15 días de haber sido abandonada cerca del cementerio de Villa Canales, indica la nota que "algunos vecinos del sector afirmaron que, hace aproximadamente 15 días, en ese sitio se escucharon gritos provenientes de un automóvil, pero nadie se atrevió a investigar de qué se trataba".

Si alguien todavía duda de la inoperancia del sistema de justicia, lo anterior es vivo reflejo de ello. Es cierto que ya poca gente está dispuesta a ir personalmente a ver qué está pasando, pero el que nadie siquiera busque un teléfono para llamar a la Policía al escuchar los gritos de una mujer, o de cualquier persona, denota la total desconfianza en esta institución.

En el caso de la más reciente víctima (número 40), Nora Lily Castillo Orellana, amenazada, perseguida y luego asesinada el viernes 13 de octubre por dos presuntos sicarios, trascendió que el Ministerio Público investiga por qué esta empresaria no denunció la persecución que sufrió. Otro ejemplo del pésimo punto de partida de las autoridades. Una vez cometido el crimen, ¿cuánto realmente importa establecer el motivo por el cual ella no presentó una denuncia?

n la mexicana Ciudad Juárez se empezaron a registrar asesinatos de mujeres desde 1993. En septiembre del año pasado la cuenta ascendía a 193 y las muertes continúan. Desde un principio las autoridades (hombres del corte más machista) atribuyeron estos hechos a la conducta de las víctimas, especulando sobre su decencia. Una actitud oficial que sólo ha conseguido empantanar las investigaciones. Pero bueno, apenas son mujeres. Todas pobres. Todas hijas, hermanas, esposas, novias y madres de otros. Si fueran las suyas, distinta sería la historia.

Lo mismo está ocurriendo en Guatemala, toda vez que las autoridades le buscan tres pies al gato y olvidan que un asesinato es un asesinato y, como tal, se debe dar con los autores y llevarlos ante la justicia. Y en estos casos, no perder de vista lo fundamental: que se trata de una sistemática eliminación de humanas. Con el beneplácito del Estado y de aquéllos que se dicen buenos, que no matan una mosca, pero tampoco rompen ese silencio cómplice que perpetúa la violencia contra las mujeres.

All rights reserved © 2010 by Woman's Justice Center
Web site by S. Henry Wild